Diez años de gobierno cancionero

30 may. 2009 - tratamiento está siguiendo Charly. García, pero ésa es responsabilidad del psiquiatra que lo esté tratando, por lo que yo sé, Ramón Ortega le.
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Espectáculos

Página 2/Sección 4/LA NACION

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Sábado 30 de mayo de 2009

Letra inédita Letra del tema “Canción de Dylan”, escrito por Andrés Calamaro el 21 de diciembre de 2001 para el hijo de su amigo Jorge Larrosa, bautizado Dylan

Qué cosa el baby Larrosa con pan dulce bajo el brazo Llegó con el verano el veintiuno después del argentinazo La murga de los padrinos del pibe cacerolazo lo reciben con euforia y algún que otro cuetazo Desde el puente de La Noria hasta el barrio de Palermo el Dylan de Buenos Aires con el brazo bajo el termo Saqueando el negocio del coreano sepa Dylan que la raza entera le da la mano y saludan birra y faso los gurises de la esquina gente noble que no olvida si los hay en la Argentina Que cosa Dylan Larrosa todo el siglo por delante lo pide Mario Moreno la murga del comandante

Diez años de gobierno cancionero ARCHIVO/BASAVILBASO

ra, pero creo que las intensiones de Ramón son puras.

Continuación de la Pág. 1, Col. 3 canciones; regaló cientos de temas a través de la Web; su obra recibió tributos discográficos aquí y allá, y grabó una extensa lista de colaboraciones para discos ajenos. Calamaro sonó en alta rotación con temas propios, pero también en los de Estelares, Intoxicados, Pablo Dacal, Coti Sorokin, Los Guasones o Los Auténticos Decadentes, entre otros músicos que absorbieron su forma de cantar y componer caminando (entonces algunos versos se le van). Calamaro en las radios, en la televisión, en las escuelas, en los bares y en los 36 billares. Un Sgt. Pepper bien argento y personal en el que posan Guillermo Vilas, Palito Ortega, Antonio Escohotado, Diego Maradona, Mariano Mores, Ciro Fogliatta, el Bebe Contepomi, Enrique Symms, Joe Blaney, Julieta Cardinale, Cacho Fontana, el Niño Josele, Bersuit, Vicentico, Litto Nebbia, el Indio Solari, Ariel Rot, Juanjo Domínguez, Jorge Lanata, Pappo y Vitico, todos mezclados con brutal honestidad en canciones y en grabaciones. De Carlos Menem a Néstor Kirchner, de Buenos Aires a Madrid y otra vez a Buenos Aires, de las 103 canciones del Salmón al prolongado silencio compositivo, de las mañanas con cucharas perdidas a las madrugadas de mamaderas calientes, del corralito bancario al comedor piquetero de Puerto Madero, del rock al tango y de la cumbia al bolero, la realidad argentina entre 1997 y 2007 se confundió definitivamente y para siempre con la ficción, la rima y la melodía de Calamaro. Antes de subir al escenario del Luna Park (dos conciertos con entradas agotadas que ofrecerá hoy y mañana), el compositor, desde su laptop, aceptó repensar estos diez años de mandato a través de algunos momentos y personalidades clave, mezclando música y política, canciones y emociones, amigos con enemigos y opiniones con recuerdos.

La caja Obras incompletas. La edición “negra” [la de seis CD y dos DVD] es el verdadero álbum, lo pensé y lo diseñé así. La versión reducida [signo de los tiempos, con un CD, o un CD y un DVD] es un “grandes éxitos” prosaico, pero muy bien presentado. Elegí entre lo más interesante, lo que mejor sonaba, lo más vanguardista, lo más auténtico, lo mas poético… son obras incompletas y, sin embargo, parece un volumen extenso y lo es. Hay una interesante variedad, quizá podría haberme concentrado más en mis aventuras “camboyanas”; curiosamente existe una porción del público que rechaza sistemáticamente mis grabaciones más vanguardistas, las más “subversivas” y reclama canciones de rock más ortodoxas.

La paternidad. La vida es más simple ahora; antes vivía hipotecado a una necesidad permanente de tiempo consumible y empanadas de vigilia. Mucha gente se pone muy mística con respecto a los chicos y, en realidad, es un cambio bastante práctico; además de ser una persona nueva que llega a la familia, todo se reduce y se aumenta a las lindes de tu casa... Siempre supe que no era yo un posible padre hippidélico, me gusta decir que la vida es más simple ahora, aunque también sea más complicada. La política y las elecciones de junio. Mi relación personal con los sec-

Caja para descubrir La caja de seis CD y dos DVD incluye 109 canciones, 54 de ellas hasta aquí inéditas. Los tres primeros volúmenes están repletos de esas canciones que se convirtieron en himnos a lo largo de esta década, como “El salmón”, “Paloma”, “Loco”, “Carnaval de Brasil”, “Flaca”, “Te quiero igual”, “Crímenes perfectos”, “Tuyo siempre”, “Estadio Azteca”, “La parte de adelante”, “Me arde”, “La libertad”, “Media Verónica”, “Los aviones”, “El Cantante”; el cuarto y quinto CD bucea entre demos y temas que quedaron fuera de los discos originales, y el sexto capítulo completa la obra con covers de todo tipo (“no olvides mencionar que hay una versión de John Coltrane y una canción que se llama “New Zappa”, aconseja Calamaro al respecto). Más información en www.calamaro.com. partes, ofrecer un disco gratis es violatorio de la propiedad intelectual y de los derechos de autor, entre otras cosas; una cosa diferente es convidar música a un sitio de coleccionistas y ofrecer música gratuita de común acuerdo; tampoco creo que Internet sea gratis. Supongo que es otra de las grandes “mentiras del rock”.

Palito y Charly. Ramón siempre me pareció un hombre generoso (grabó en el tema “Elvis está vivo”, de Honestidad brutal), con ganas de demostrar que todavía tenía un lugar dentro

del mapa musical, por aquel entonces estaba en una transición entre la política y la no política, y conmigo fue una persona sensible. No sé qué tratamiento está siguiendo Charly García, pero ésa es responsabilidad del psiquiatra que lo esté tratando, por lo que yo sé, Ramón Ortega le abrió las puertas de su casa y de su familia. Creo que lo está conteniendo a niveles humanos y personales, y está haciendo algo más que soportarlo. No sé si fue oportuno que García volviera a cantar en público, sabiendo el interés caníbal que eso dispa-

tores políticos es buena y tengo cierta amistad con operadores de todos los sectores; creo que es mi función como individuo cultural. Al mismo tiempo, rechazo el “patrullaje ideológico”, me desagrada profundamente simplificar demasiado algunas cosas, y condenar a las personas por haber formado parte de anteriores gobiernos o estar comprometidos, incluso sutilmente, con el actual; creo que cada ciudadano tiene que cultivar su propia convicción ideológica; informarse, primero, y opinar, después; pero la realidad suele superar a la ficción; somos como Polémica en el bar, pero todos chantas y furiosos.

Maradona. Con Diego éramos muy cercanos y vino a visitarnos al estudio un par de veces; cantamos juntos “Hacer el tonto” [en trío con Marcelo Scornik]. Después, volvió y cantamos una noche entera … Nos encontrábamos permanentemente, y tengo un recuerdo inalterable de Diego: fue muy generoso con sus sentimientos, muy “gamba”, muy fiel a su origen y a sus raíces, un campeón también fuera de la cancha. El 20 de diciembre de 2001. Esa noche nació el hijo de un compadre, él se vino a casa y escribí una canción para darle la bienvenida al niño, na-

El encuentro musical con el Indio Solari “Espero que se repita; siempre vamos a ser amigos y compañeros. Yo soy un soldado del Indio, y él lo sabe; si quiere estoy para coserle el dobladillo de los pantalones o para tocar el piano... lo que hiciera falta”

Los años prolíficos en Deep Camboya. Me resultan bastante divertidas esas grabaciones “camboyanas” [como me gusta llamar a mis grabaciones en cuatro pistas, casi sin soporte tecnológico], creo que son grabaciones con mucho humor y mucha música.

Internet y la música gratis. No puedo festejar el download gratuito si no es un acto voluntario por ambas

ARCHIVO/HAFFORD

ARCHIVO

cido el día del “argentinazo” con un brazo bajo el termo, una canción rioplatense que sirvió, también, para calmar la ansiedad de mi amigo… Las cacerolas en Barrio Norte suenan distintas por el teflón, para mí no fue un orgullo que el pueblo pueda defenestrar a un presidente elegido, sin juicio político ni más intervención que el caos y el descontento, pero supongo que ahí detrás hay un guión jamás revelado.

El regreso al país en 2004. Estaba buscando mi destino, llegué y me instalé en mi vivienda porteña dedicado a vivir, digamos que era un Bukowski abstemio. Fue una buena época, pero no encontraba el deseo o la energía para retomar con mis actividades artísticas.

Su próximo disco. No lo voy a anunciar mucho... Voy a dejar que salga.

El legado. Supongo que mi legado es todo o un buen promedio de actitud, resultados musicales, recitales, buenas grabaciones, letras valiosas. Me brindé a la música y al rock; cuando quise, supe renunciar al éxito y al dinero; fui un chico inmaterial y sigo mejorando; aprendí a grabar y a interpretar a la vista de todos, pero este balance [antológico] ya me encuentra más pulido. Supongo que mi mejor etapa arranca hace 20 años, que antes sólo formaba parte de proyectos notables, que fueron mi escuela como persona y como músico; empecé como todoterreno inmaduro con Raíces y con Los Abuelos, pero hice bastantes otras cosas en calidad de sesionista gauchito, también grabé mis primeros discos y mis primeros featurings. Nadie sale vivo de aquí es el primer disco que escribo entero, y Los Rodríguez son mi doctorado. Después llegarían estos años que intento resumir en este balance de música e imágenes, incluso sabiendo que unas obras incompletas siempre prometen próximos capítulos incompletos.

Más información. La correspondencia electrónica completa entre Andrés Calamaro y LA NACION, en www.lanacion.com.ar

Una visión sobre la política Al comienzo de los gobiernos K yo estaba en Madrid y bastante desconectado del panorama electoral, no conocía a Néstor y no tenía noticias de la gestión K en Santa Cruz; veníamos del “corralito” y las cacerolas, habíamos cambiado de presidente como de camisa y había muchas cosas para solucionar; sin embargo, yo prefiero no perder el respeto por la investidura democrática. Desde la distancia, vi al país reactivarse y mucha gente me mostró su entusiasmo; por motivos existenciales fue que volví a instalarme en mi residencia porteña en 2004, en donde también vivía en diciembre de 2001. Mi sensación, tres años después del crac financiero y social, fue que el país tenía motivos para ilusionarse con algo, varios sectores habían reactivado sus actividades con optimismo; me encontré con el país del malbec y Puerto Madero, se habían subido las jubilaciones ocho veces, también los sueldos de los empleados estatales, se estaba incentivando la investigación científica, las Madres de Plaza de Mayo estaban en sintonía con un gobierno que convocaba un principio de acuerdo cultural; por aquel entonces, apenas cinco años atrás, la opinión no era tan antropófaga, no se enseñaba a los niños que un presidente era un monstruo peronista, ahora la opinión pública está muy distorsionada por una corriente laberíntica de decepción que parece orquestada por grupos de pésimos antecedentes.