Demencias en la vejez. El tsunami que acecha

28 ene. 2014 - tituto de Neurología Cognitiva (Ineco) y profesor asociado del Departamen- to de Neurociencias de la Universidad. Favaloro, se calcula que el ...
2MB Größe 5 Downloads 62 vistas
SOCIEDAD | 15

| Martes 28 de enero de 2014

SOCIEDAD Edición de hoy a cargo de José Crettaz | www.lanacion.com/sociedad

@LNsociedad

Facebook.com/lanacion

[email protected]

Los pronósticos prevén que los casos se triplicarán para 2050, aunque especialistas dicen que una parte podría prevenirse controlando los trastornos vasculares

Demencias en la vejez. El tsunami que acecha

La carrera en busca de fármacos efectivos

Texto Nora Bär | Ilustración Sebastián Dufour

Viene de tapa

Según explica Julián Bustin, jefe de la Clínica de Gerontopsiquiatría del Departamento de Psiquiatría del Instituto de Neurología Cognitiva (Ineco) y profesor asociado del Departamento de Neurociencias de la Universidad Favaloro, se calcula que el 1% de las personas de más de 65 años desarrollará mal de Alzheimer y que, luego, esa cifra se duplica cada cinco años. El 10% de los que muestran deterioro cognitivo leve (un déficit detectable en los tests neuropsicológicos, pero que no interfiere en las tareas diarias) avanzarán hacia el Alzheimer u otras demencias. El síntoma más típico de este mal neurodegenerativo, observado por primera vez por Alois Alzheimer en 1906, es la pérdida de memoria. Se asocia con la acumulación en el cerebro de una proteína llamada “beta amiloide” y la presencia de “ovillos neurofibrilares” (conglomerados anormales de proteínas dentro de las neuronas), y comparte con otras demencias (como la de Pick, también asociada con la edad) la atrofia de distintas regiones del cerebro y la enfermedad vascular. Sin embargo, a pesar de que se avanza en el estudio de los procesos neurobiológicos vinculados con la patología, los especialistas no logran ponerse de acuerdo sobre si estas observaciones son efectivamente su causa. “Se cree que, a medida que el amiloide y los ovillos neurofibrilares se van acumulando, van atrofiando las zonas del hipocampo y de la corteza cerebral. Y cuanta más atrofia, más muerte neuronal –dice Bustin–. Sin embargo, se ha visto que cerebros con mucha atrofia no muestran los síntomas clásicos. Por eso, cuando medimos biomarcadores no podemos saber sin lugar a dudas si esa persona efectivamente va a expresar la demencia. Lo que sí sabemos es que, en los pacientes que los padecen, estos trastornos empiezan a producirse 15 años antes de que se manifiesten problemas cognitivos.” Es más, según explica Norman Relkin, director del Programa de Trastornos de Memoria del Weill Cornell Medical Center, que acaba de pasar por Buenos Aires para participar de un simposio internacional organizado por la Fundación Ineco sobre Nuevos Tratamientos para la Enfermedad de Alzheimer, el 30% de las personas de más de 70 años que son cognitivamente normales también presentan anormalidades en las imágenes cerebrales. “A medida que nos hacemos más viejos, un número de individuos que nunca desarrollarán el Alzheimer tienen placas amiloides –dice Relkin–. Por eso, precisamente, las imágenes cerebrales que muestran estas placas no fueron aprobadas como método de diagnóstico.”

El diagnóstico de las demencias todavía debe hacerse sobre la base de síntomas de más de seis meses de duración. Los biomarcadores (las proteínas o mutaciones genéticas asociadas) están aumentando la certeza, pero no alcanzan a ser concluyentes. “Tenemos tests que pueden estratificar el riesgo; es decir, saber si alguien tiene un 10, un 30 o un 60% de probabilidades de desarrollar Alzheimer –agrega–. Podemos pronosticar, pero no predecir, al menos en un individuo determinado. En cambio, sí podemos predecir en una población: si tenemos mil personas, sabemos con bastante certeza que si todos tienen placas amiloides, poseen el gen ApoE4 y un alto nivel de proteína Tau en su líquido cefalorraquídeo, el 78% lo va a padecer.” Dada su frecuencia, cabe preguntarse si las demencias son un efecto colateral, pero “normal”, de la vejez. “La definición de «normalidad» y de «enfermedad» cambia con el tiempo –afirma Relkin–. Por ejemplo, en el siglo XIX, las personas que tenían hemocromatosis [producción excesiva de hierro] tenían una ventaja competitiva, porque las hemorragias eran una causa frecuente de muerte y todavía no se había desarrollado la transfusión sanguínea, de modo que la gente con esta mutación genética vivía más. Pero ahora estos individuos que tienen depósitos de hierro en el hígado y los riñones mueren prematuramente. Lo que era una ventaja se transformó en una enfermedad. A principios del siglo XX pocos vivían más allá de los 55. La declinación cognitiva era un fenómeno raro. Personalmente, creo que vemos el cerebro en desarrollo hasta los treinta o cuarenta años. Incluso en los sesenta y pico hay modificación en los circuitos cerebrales. Después, la mayoría de los cambios van en la dirección opuesta. Desde el punto de vista científico, no es lo mismo el Alzheimer que el envejecimiento normal, pero hay puntos de contacto. Por eso, hay razones para preguntarse si todos estamos en riesgo. O si se trata de algo en lo que podemos intervenir y que podemos cambiar.” Precisamente uno de los que piensan que se puede hacer mucho para prevenir estos cuadros es el doctor Vladimir Hachinsky, presidente de la Federación Mundial de Neurología. “Las demencias no son inevitables –asegura Hachinski, que también preside el grupo de trabajo de la Alianza Mundial del Cerebro, creada en Ginebra en 2011–. Autopsias en 6205 pacientes muestran que todas tienen un componente vascular, desde el 60% en la frontotemporal al 80% en el Alzheimer. Si se eliminara este componente [controlando la hipertensión, manteniéndose física y mentalmente activo, respetando dietas bajas en sal y azúcar], se podría disminuir mucho la probabilidad de desarrollar este úl-

1939-2014

José Emilio Pacheco El poeta de los sentimientos mexicanos Pablo de Llano EL PAíS

MÉXICO.– El poeta mexicano José Emilio Pacheco murió anteayer en la Ciudad de México. El escritor, de 74 años, fue hospitalizado en la tarde del sábado. “Se fue tranquilo, se fue en paz”, dijo su hija Laura Emilia Pacheco, encargada de confirmar la noticia. Poeta, narrador, ensayista y traductor, era un hombre sencillo. La imagen pública de José Emilio Pacheco (Ciudad de México 1939-2014) era la de un poeta sin pretensiones. Cuando recibió el Premio Cervantes en 2010 en España, hizo un comentario sobre eso que se andaba diciendo de que él era uno de los mejores poetas latinoamericanos. “Pero si ni siquiera soy uno de los mejores de mi barrio. ¿No ven que soy vecino de Juan Gelman?” Los dos vivían en el barrio de la

Condesa, en México DF. Últimamente apenas se veían porque estaban ambos ya bastante achacosos como para andar de caminata por una ciudad tan apabullante. En abril se vieron en la presentación de un libro. Pacheco le dijo a Gelman: “Te vería más si vivieras en Buenos Aires”. El poeta argentino se adelantó unos días a su amigo José Emilio Pacheco en dar el paso al otro mundo. Falleció a los 83 años el pasado 14 de enero. Dos semanas después, toca despedir a Pacheco, otro de los grandes poetas latinoamericanos de las últimas décadas. El escritor Carlos Fuentes, otro de los grandes de las letras en español, escribía así sobre él en 2009: “Su obra es una obra universal, y participa de la gloria de las letras de todos los tiempos”. Pacheco era un ídolo discreto en México. Aparecía poco, pero era una figura siempre presente en el altar de

timo mal. Sin embargo, en ninguna parte del mundo se hizo un estudio aleatorizado controlando los factores de riesgo para prevenir el deterioro cognitivo.” Una dosis de optimismo “El riesgo de demencia en personas que tienen cambios típicos de enfermedad de Alzheimer en su cerebro (confirmados por anatomía patológica) aumenta un 90% si además tienen lesiones vasculares (infartos o microinfartos) –detalla el neurólogo Luciano Sposato, investigador argentino que trabaja en el Departamento de Ciencias Neurológicas de la Western University, en London, Canadá, y que acaba de publicar en Brain, junto con Hachinski, un trabajo sobre la prevención de demencias–. Éste es uno de los principales factores que nos llevan a ser optimistas, porque si podemos eliminar el 100% del componente vascular, su frecuencia debería disminuir en forma drástica. Además, ahora se sabe que ciertas enfermedades aumentan significativamente la probabilidad de padecer Alzheimer. Una de ellas es la fibrilación auricular, que aumenta el riesgo en un 32%, incluso en pacientes que nunca tuvieron un ataque cerebral.” La buena noticia es que distintos estudios longitudinales revelan que la incidencia de las demencias podría estar descendiendo. Un trabajo realizado en Rotterdam entre 1990 y 2000 descubrió que allí bajó de 6,56 cada mil personas/año a 4,92. “Suele olvidarse que, como ya decía Ramón y Cajal, entre todos los órganos, el que mejor se conserva es el cerebro –dice Hachinski–. Hay menos diferencia entre el lenguaje de una persona de 25 años y una de 85 que entre sus musculaturas.” Los estudios en centenarios que se encuentran en buena forma encontraron que el denominador común es que son físicamente activos, optimistas y tienen una buena red social. “El amor es muy importante –apunta Hachinski–. Los casados tienen menos demencia que los que viven solos.” E insiste con una nota esperanzadora: “Si se controlan los factores de riesgo, las proyecciones que estiman que habrá una triplicación de las demencias en las próximas décadas pueden ser demasiado pesimistas. Estamos en el amanecer de una nueva era en la prevención de las demencias y hay algunos que atisban el sol antes de que otros lo vean. El alba llega después de la parte más oscura de la noche”. ß

los devotos de la literatura. Uno de sus poemas, “Alta Traición”, era, es y será una de las máximas referencias de la cultura mexicana para entender a su propio país y los sentimientos contradictorios que genera en muchos mexicanos. Pacheco estudió derecho y filosofía en la Universidad Nacional Autónoma de México. Fue traductor de autores ingleses (Tennessee Williams y T. S. Eliot, entre otros), colaborador de diarios y revistas, ensayista (El derecho a la lectura, 1984; La hoguera y el viento, 1994), escribió cuentos como La sangre de Medusa (1955), El viento distante (1963) o El principio del placer (1973) y novelas como Morirás lejos (1967) y Las batallas en el desierto (1981). Pero su género fue la poesía, o, como escribió una vez Carlos Monsiváis con su ironía: “José Emilio Pacheco, poeta, narrador, periodista cultural, traductor, antologador, dramaturgo ocasional, es, sobre todo un poeta”. Gran parte de su obra poética está recogida en el volumen Tarde o temprano (Poemas, 19582000), editado por el mexicano Fondo de Cultura Económica. Para José Emilio Pacheco la escritura era su ser. “La lengua en la que

Una proteína misteriosa ^b^b^ Todavía se desconoce si la proteína beta amiloide, acusada de instalar el mal de Alzheimer, cumple otro papel en el organismo. ^b^b^ “No sabemos lo que hace, pero hay teorías –explica Relkin–. Creemos que su producción es más alta durante el día, cuando las neuronas están activas, y que se elimina durante la noche, cuando dormimos.” ^b^b^ Una posible conexión entre el Alzheimer y los desórdenes del sueño podría ser que aquellos que lo desarrollan tienen sistemas menos efectivos de limpieza de amiloide en sus cere-

nací constituye mi única riqueza”, dijo en 2010 cuando recogió el Cervantes. Antes de eso, en una entrevista con el diario El País en 2009, decía sobre el efecto íntimo de hacer una buena frase: “Uno se siente muy satisfecho, sí, eso sí”. El hombre que componía versos excelentes no era de puertas para afuera un orador epatante. Decía palabras normales, humildes, como su presencia de señor tranquilo de pelo blanco y gafas cuadradas. Colaborador del semanario Proceso, en esa publicación durante décadas su columna Inventario se convirtió a un mismo tiempo en una brújula para orientar a la sociedad mexicana. Otro detalle que definió la incompatibilidad sustancial de Pacheco con el boato ocurrió en la entrega del Cervantes. Al premiado se le cayeron los pantalones al entrar en el claustro de la Universidad de Alcalá de Henares. Al acabar el acto dijo que nunca se había vestido “de pingüino” y que no tuvo en cuenta que hubiera sido bueno ponerse unos tirantes. Aquel fallo de protocolo hubiera sido de pena capital en el México encorsetado y grandilocuente de su infancia; un México que describió magistralmente en Las batallas del desierto.ß

bros y eso permite que haya más depósitos. ^b^b^ Otra hipótesis dice que los agregados no sólo se adhieren a las células, sino que las invaden como bacterias. Y otra, que la placa amiloide actúa como un antibacteriano en el cerebro. “En suma –dice Relkin–, no sabemos la respuesta. Pero es una pregunta importante porque una de las nuevas líneas de investigación es no atacar los depósitos, sino su producción. Una nueva clase de drogas, los inhibidores de la beta secretasa, pueden reducirla en un 90%. Y si la beta amiloide juega un rol importante en el cuerpo, inhibirla sería un problema.”

vaticano

Las demencias consumen alrededor del 1% del PBI global y se calcula que estos costos aumentan al ritmo de la longevidad. Los costos económicos, sociales y emocionales impulsan una carrera para encontrar drogas que ayuden a curarlas o controlarlas; aunque, por ahora, sin éxito, porque no hay fármacos que mejoren la memoria en el horizonte cercano. “No estamos encontrando un tratamiento farmacológico que cambie el pronóstico y esto va a tener consecuencias económicas y sociales difíciles de calcular”, admite Bustin. Recientemente comenzó la fase II de un ensayo con crenezumab, un anticuerpo monoclonal humanizado que se probará en portadores sanos de una mutación genética vinculada con el Alzheimer hereditario. Los participantes de esta prueba, en la que se invertirán 100 millones de dólares, se seleccionaron entre un grupo de pacientes identificados por el doctor Francisco Lopera Restrepo, profesor de Neurología del Comportamiento de la Universidad de Antioquia y descubridor de la mutación paisa E280A en el gen de la presenilina-1, responsable del Alzheimer precoz. “Las personas que tienen ese gen van a desarrollar la enfermedad sí o sí –explica Bustin–. En esta prueba les administrarán el anticuerpo, que remueve el amiloide del cerebro, antes de que se acumule y tengan los síntomas. La hipótesis es que si uno saca el amiloide más tarde, el daño ya está hecho.” Lopera, que también estuvo en Buenos Aires para participar del simposio de Ineco, espera que dentro de 5 años se confirmen o tengan que descartarse las hipótesis vigentes. Hachinski es escéptico sobre las posibilidades de éxito de un solo fármaco. “Por cada problema complejo hay una solución simple, plausible, persuasiva... y equivocada”, afirma. Para él, es demasiado optimista confiar en que una sola droga puede frenar toda la cascada patológica que desatan las demencias. “Éstas tienen múltiples causas interactivas que no pueden ser individualizadas hasta que nos decidamos a actuar –afirma en Brain–. Sin embargo, podemos hacer una diferencia yendo de diagnósticos confusos a mecanismos tratables.” Relkin, por su parte, destaca que se está empezando a comprobar que el cuerpo no está totalmente indefenso. Como demostró Lopera, incluso siendo portadores de la mutación genética, algunos desarrollan demencia a los 60, otros a los 50 y otros a los 40. ¿Por qué esta variación? “Bueno, hay cosas que hace el organismo para contraatacar –explica–. Por ejemplo, todos producimos anticuerpos contra la placa amiloide. Pero no sólo contra las moléculas en sí mismas, sino contra los agregados. De modo que el cuerpo diferencia entre la circulación normal y patológica de amiloides. Lo que ocurre en enfermedades como el Alzheimer es que la respuesta inmunológica se ve sobrepasada, hay una cronicidad de la inflamación. Durante los años 90 tratábamos de detener ese proceso, pero la gente se ponía peor. De lo que se habla ahora es de modulación de la respuesta inmune. El desafío es encontrar el punto justo.” ß

nutrición

Reconocen “virtudes heroicas” en María Benita Arias

Dukan, expulsado del colegio de médicos

El papa Francisco autorizó ayer a la Congregación para la Causa de los Santos, que preside el cardenal Angelo Amato, el reconocimiento de las “virtudes heroicas”, primer paso para iniciar el proceso de beatificación de la religiosa argentina María Benita Arias. La religiosa, fundadora de las Siervas de Jesús Sacramentado, nació en La Carlota, Córdoba, en 1822, y murió en Buenos Aires, en 1894, y fue célebre por su dedicación a los pobres, especialmente los indigentes y los huérfanos. En 1872 comenzó a formar su congregación, que fue extendiéndose por la Argentina y otros países de la región.ß

El colegio de médicos francés anunció ayer la expulsión del nutricionista Pierre Dukan Pierre, autor de la célebre dieta hiperproteica basada en la ingesta de 100 alimentos –como la carne y el pescado–, por haber hecho promoción comercial de su régimen. La decisión fue adoptada por el tribunal disciplinario y no tendrá efecto porque el propio Dukan ya se había dado de baja de este organismo en 2012, poco después de su jubilación, en desacuerdo con sus colegas. Pese a ello, el colegio mantuvo el proceso disciplinario contra el nutricionista, autor de un método que, según él, ha llegado a 40 millones de personas. ß

Culto católico Santoral: Santo Tomás de Aquino, doctor de la Iglesia. Murió el 7 de marzo de 1274.

litUrgia: se leen el segundo libro

de Samuel (6,12b-15.17-19) y el Evangelio de San Marcos (3,31-35).