del periodismo al 'show' - El Siglo de Europa

9 ene. 2017 - nas y las carencias rozaban el territorio del espectáculo despertando la caridad ajena. El mal del caso Nadia está hecho: durante un tiempo ...
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DE LA CULTURA Y LA CIENCIA / TRIBUNA

Los padres de Nadia utilizaron los medios para pedir una solidaridad que utilizaron en provecho propio.

DEL PERIODISMO AL ‘SHOW’ Por Manuel Espín

temas capaces de despertar sensaciones y sentimientos en la audiencia alcanzan iversas columnas en la  pren- enorme valor, y no sólo simbólico. En la sa escrita han publicado ar- década anterior, cuando las cadenas retículos de opinión sobre la currían para sus magacines a frikis y per“escasa capacidad para in- sonajes distorsionados disfrazados de reavestigar y contrastar e investigar temas” lidad se ofrecían intermediarios o agencomo el de los padres de la niña Nadia, cias a los programas que captaban a  ciuque recorrieron durante años los platós dadanos dispuestos a confesar sus  misesin que se encendiera una luz roja sobre rias: dos travestidos que se enfrentaban el uso fraudulento de un aparente tema por  la infidelidad de uno, una pareja de solidario. Esa crítica, aunque razonable, tres, una octogenaria con un novio de la es incompleta: el deterioro de las condi- edad de su nieto... dentro de un volumiciones en ciertos medios, con becarios, noso catálogo. Sus vidas eran teóricasueldos al límite, medias jornadas, esca- mente suyas y podían hacer lo que quisez de personal y carencias para realizar sieran con ellas, pero necesitaban el eleinvestigación son expresión de una situa- mento de distorsión para alcanzar cotición de quiebra. Pero, mucho más, lo es zación en ese mercado. De la misma maun hecho incuestionable: el desplaza- nera que la exposición de las enormes miento de la información hacia el terre- arrugas del Estado del Bienestar, las peno del entretenimiento. Décadas atrás se nas y las carencias rozaban el territorio decía que la televisión poseía la capaci- del espectáculo despertando la caridad dad para hacer espectáculo tanto del he- ajena. El mal del caso Nadia está hecho: cho más nimio como del más truculento. durante un tiempo las familias que busEsto hoy en día no sólo aparece recono- can recursos para luchar contra las encido, sino potenciado. La ley del share ge- fermedades raras serán sometidas a una nera muchas formas de revulsión, y los fiscalización extrema; lo mismo que las

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ONG o las fundaciones cuando se publican informaciones sobre corruptelas o uso fraudulento del altruismo social. La situación va más allá de la intención de los diarios de sacar los colores a sus rivales. El periodismo informativo está cada vez más influido por las reglas del show business: la antigua selección de personal para elegir redactores sobre temas de crónica social se ve desplazada por el casting donde caras con notoriedad cumplen un papel a medio camino entre la tertulia y el reality. Incluso el territorio de la política aparece impregnado de esas constantes. Para su toma de posesión, Trump anuncia “un gran espectáculo televisivo” que no se parezca nada a los de anteriores presidentes, en un liderazgo cuyas armas se han generado a través de la sobreexposición y la telerrealidad. Berlusconi impuso el fenómeno en un sistema parlamentario de tanta tradición y arraigo como el de Italia, y lo utiliza aún en sus presencias públicas: sus fotos acudiendo a votar el referéndum lo mostraban como si estuviera a punto de entrar en un plató. El fenómeno de la visibilidad concede el protagonismo a los generadores de imágenes sociales, y a los provocadores en las redes suministrando a cada hora frases para mantener la antorcha de la atención pública, acentuando elementos de identificación con aspirantes a  compradores, consumidores o votantes. Uno de esos ejemplos: el famoso “beso de Macri”. A finales de 2015, al acabar el debate televisivo en la cumbre, el entonces candidato y hoy presidente de Argentina, llamó la atención pública, más allá de los contenidos de su discurso, gracias a una imagen deslumbrante: la del cariñoso beso de su esposa que se lanzó antes de los títulos de crédito; impacto propio del desenlace de un espacio de telerrealidad. Meses más tarde se reveló que el beso entre el candidato y su esposa se había ensayado el día antes. ¿Conclusión?: el periodismo y también la información también viven (o sobreviven) bajo la luz del show. Todo ello en una época en la que los diarios escritos en las versiones digitales son contenedores de vídeos, camino de un híbrido con líneas cada vez más difíciles de deslindar. l nº 1182. 9–15 de enero de 2017

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