SEGURIDAD | 21
| Miércoles 26 de febrero de 2014
SEGURIDAD Edición de hoy a cargo de Ricardo Larrondo | www.lanacion.com/seguridad @LNseguridad
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Crearon una oficina especial para combatir el narcotráfico
Asaltan y violan a una enfermera en su casa
seguridad y se focalizará en las misiones antidrogas; estará a cargo del abogado Dapena Fernández
apresó al agresor, de 18 años, a dos cuadras
Nueva subsecretaría. Se formará una central de inteligencia criminal que coordinará a las fuerzas de
hurliNgham. La policía
El Gobierno creó una oficina especial de lucha contra el narcotráfico que asumirá la función de coordinar el trabajo de las fuerzas de seguridad nacionales y, en la práctica, se hará cargo de las funciones que tenía la Sedronar. En enero pasado, la presidenta Cristina Kirchner había transferido esas responsabilidades al Ministerio de Seguridad, y ahora aprobó la estructura en esa cartera de la Subsecretaría de Lucha contra el Narcotráfico, que estará a cargo del abogado salteño Nicolás Dapena Fernández. El nombramiento coincide con varios hechos que pusieron al narcotráfico local como foco de debate público, en un tema que crece en ritmo sostenido en los últimos meses. Fuentes oficiales comentaron que, más allá de las polémicas abiertas en las últimas semanas, Dapena Fernández trabaja desde hace dos meses en el armado de la estructura que asumirá la lucha contra las drogas. Uno de los ejes centrales de la nueva propuesta gubernamental será establecer una mesa de intercambio cotidiano de información entre las cuatro fuerzas de seguridad federales, la Policía Federal, la Gendarmería Nacional, Prefectura Naval y la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA), para fortalecer las investigaciones con cruces de datos. Hoy, cada fuerza tiene su propio sistema informático de análisis
A pocas cuadras del lugar en el que hace más de dos años fue secuestrada Candela Rodríguez, en Hurlingham, en la últimas horas fue atacada una enfermera, de 22 años. La mujer fue asaltada junto a sus hijos en su casa por un delincuente armado con un cuchillo, que, tras apoderarse de dinero y objetos de valor, la violó y huyó. Según fuentes policiales, el presunto autor del ataque pudo ser detenido minutos después del hecho. Los informantes indicaron que el sospechoso cumplió 18 años el mes pasado. El violento episodio ocurrió ayer, a las 2.30, en la casa situada en Coraceros y Wagner, cuando el asaltante forzó un ventanal del fondo de la casa e ingresó en la vivienda. Una vez adentro, el delincuente sorprendió a la propietaria, quien estaba durmiendo junto a sus pequeños hijos, y la amenazó con un cuchillo con una hoja de 30 centímetros, mientras le exigía dinero y objetos de valor. Luego, según informaron las fuentes policiales, el hombre llevó a la mujer a otra habitación, la encerró y la violó. Los vecinos que escucharon los gritos llamaron al número de emergencias 911. Minutos después, alertados por la llamada, llegaron a la casa varios móviles de la comisaría de Hurlingham. Los policías se encontraron con la víctima en la calle y, luego de escuchar el relato de la mujer, salieron a buscar al sospechoso. El máximo responsable de la Jefatura Departamental Morón de la policía, comisario mayor Rubén Moreno, relató que, a partir de la descripción aportada por la víctima, los policías hallaron a dos cuadras de la vivienda a un sospechoso cuyas características fisonómicas y ropa coincidían con lo que había dicho la mujer. En poder del sospechoso los policías secuestraron la cuchilla que usó para amenazar a la víctima y todos los elementos robados: un reproductor de películas, una netbook y un teléfono celular. El jefe policial confirmó que el delincuente “actuaba solo y se movilizaba a pie”. La víctima fue trasladada en primera instancia al hospital San Bernardino, de Hurlingham, y de allí fue derivada al hospital Posadas, de Haedo, donde se le hicieron los tratamientos protocolares para los casos de ataques sexuales. La investigación quedó en manos del personal de la Jefatura Distrital de Hurlingham, con intervención de la Unidad Funcional de Instrucción N° 7 del Departamento Judicial Morón, a cargo del fiscal Matías Rappazzo.ß
Especializarán a las fuerzas federales de seguridad en la lucha antidrogas El narcomenudeo es hoy uno de los mayores problemas que deben enfrentar de causas de drogas y raramente se comparte la información que incluye desde expedientes hasta apodos sin identificación que aparecieron en escuchas, lugares vigilados o teléfonos intervenidos. Otra de las propuestas de trabajo en que se piensa actuar en despachos oficiales es el reparto claro de tareas para cada fuerza. Se buscará especializarlas en un eslabón en concreto de la lucha contra el narcotráfico. Una de las alternativas que empezaban a tomar forma en estos días pasaría por asignar a la Gendarmería y a la Prefectura la responsabilidad primaria sobre las investigaciones de drogas orgánicas, cocaína y marihuana, mientras que la Policía Federal sería dirigida a frenar redes de drogas sintéticas, estimándose que éstas serán un problema central en los próximos años.
La intención de ese diagrama de trabajo sería fomentar la colaboración entre las fuerzas a partir del nexo de la nueva oficina antidrogas. Para esa función fue elegido Dapena Fernández, un joven abogado de 38 años recibido en la Universidad Católica de Córdoba que desde hace una década trabaja en diferentes áreas vinculadas con reglamentaciones contra el narcotráfico y fue profesor en la Universidad de Buenos Aires en programas sobre prevención de lavado de dinero. El nuevo responsable de la lucha contra las drogas en la Argentina fue convocado para ese puesto por el secretario de Seguridad, Sergio Berni. Tiene como antecedentes en la materia su paso por la Sedronar, en 2005, en la Subsecretaría Técnica de Planificación y Control del Narcotráfico; antes se desempeñó como asesor jurídico en la Comisión de Seguridad Interior y Narcotráfico del Senado, y en el Ministerio de Defensa tuvo a su cargo la coordinación de la transferencia de datos de vuelos ilegales desde los radares de la Fuerza Aérea al Ministerio de Seguridad. Si bien tuvo un paso por Aerolíneas Argentinas como gerente de relaciones con organismos oficiales, quienes lo conocen aseguran que no tiene relación con la agrupación La Cámpora. Antes de asumir como secretario antidrogas, trabajó en las áreas de conducción de la PSA. Más allá del perfil del nuevo coordinador del sistema de seguridad contra el narcotráfico, la creación de esa dependencia llega en un momento de fuerte polémica por la acción narco en la Argentina. El narcomenudeo y su carga de violencia son uno de los problemas más graves en la actualidad. El Gobierno apuesta a la desfederalización de la lucha contra las drogas en cuestiones de ventas minoristas. Ese planteo fue presentado a las provincias en una reunión desarrollada hace dos semanas en la Jefatura de Gabinete. Más allá de pedir el compromiso provincial, los especialistas del Gobierno estiman que nada impide la participación de las policías provinciales en la represión del comercio de drogas. “Si la policía provincial sabe dónde se vende, debe actuar, después se discutirá si la causa pasa a la justicia federal o provincial, pero ninguna ley prohíbe que cierren un quiosco de drogas”, comentan funcionarios nacionales. Ese pensamiento también será transmitido por la nueva oficina antidrogas. En el Ministerio de Seguridad apuestan a una reorganización de funciones como paso inicial en una nueva etapa de la lucha antidrogas. Consolidado el esquema contra el narcotráfico en una oficina especial, la Sedronar sólo tendrá como función las tareas de prevención de adicciones y tratamiento de adictos.ß
Mal paso para el ingenio narco en Tucumán Las personas bajaron de un ómnibus que provenía de La Quiaca durante un control de prevención realizado por la Gendarmería Nacional, en la ruta 34, cerca de la localidad tucumana de Garmendia. Uno de los pasajeros se movía con dificultad y los gendarmes del Escua-
drón 55 advirtieron que el hombre, de nacionalidad boliviana y algo nervioso, no pisaba bien. Al pedírsele que se descalzara descubrieron que llevaba gruesas plantillas que, en su interior, contenían algo más de un kilo de cocaína, por lo que fue detenido.ß
Un cambio necesario frente a la mutación del negocio de las drogas el esceNario Daniel Gallo LA NACION
El narcotráfico cambió en los últimos años en la Argentina. Se arraigó en los barrios, abrió el mercado interno, se hizo fuerte apoyado en sicarios, se volvió muerte por violencia más que por consumo. Las redes transnacionales siguen ahí, igual que antes. Los carteles de la droga sostienen la ruta argentina de cocaína al mundo. Mexicanos, colombianos, españoles, rusos, chinos... puede ponerse cualquier nacionalidad y encontrar alguna red con operaciones de ingreso, transporte y exportación con base en la Argentina. En eso no hay modificaciones desde hace años. Pero la organización que quebró la situación local no es el cartel, sino el clan, la familia narco. Ese sistema de estructura local se copió más de Bolivia que de Colombia y México. Núcleos sanguíneos con círculos de amistades
barriales conforman las bandas locales. Por eso no se expanden fuera de su área de influencia, que en el mayor de los casos abarca parte importante de una ciudad, sin trascender sus límites. Conviven con las redes transnacionales, pero tienen sus propias reglas. El riesgo del nuevo escenario es el paso de los clanes barriales al cartel consolidado en todo el territorio argentino. La Iglesia y la Corte Suprema de Justicia, a partir del pedido de los jueces del Norte, alertaron en octubre pasado sobre la mutación del problema narco. Esas instituciones intuyeron que pasa algo diferente. Los especialistas en combate contra el narcotráfico no fueron sorprendidos por esas advertencias. Sin embargo, las voces de esas organizaciones sirvieron para que el poder político entendiera la urgencia de un cambio de estrategia. El armado de una estructura de coordinación de lucha contra las drogas en el Ministerio de Segu-
Tienen 14 y 16 años y fueron baleados cuando quisieron robar en un colectivo
eN la mataNza. El asalto fue frustrado por un agente del Servicio Penitenciario Bonaerense Dos delincuentes de 14 y 16 años fueron heridos anteanoche cuando intentaron asaltar a los pasajeros y al chofer de un colectivo en la localidad bonaerense de González Catán, en La Matanza, y se tirotearon con un agente del Servicio Penitenciario Bonaerense (SPB) y un integrante de la Patrulla Municipal, que viajaban vestidos de civil. El hecho se produjo alrededor de las 21.30, en el kilómetro 33 de la ruta nacional 3, donde cinco ladrones subieron al interno 125 de la línea 620 para, a punta de pistola, robar a los 20 pasajeros y al chofer. Según informaron fuentes policiales, los delincuentes contaron con el apoyo de, por lo menos, dos motos. “Un agente del SPB y un agente de la Patrulla Municipal de La Matanza subieron al colectivo vestidos de civil, no «chapearon» para ahorrarse el boleto como suele suceder”, dijo a la nacion Javier Giménez, delegado de la empresa Nuevo Ideal SA, que opera la línea 620. El delegado agregó: “Cuando los delincuentes subieron e intentaron robar a punta de pistola y cuchillos
al pasaje y al chofer, el agente del SPB y el empleado de la Patrulla Municipal se identificaron. De inmediato, los ladrones empezaron a disparar y, entonces, los uniformados repelieron la agresión”. Como resultado del tiroteo, uno de los delincuentes, de 16 años, que estaba armado con un revólver calibre 22, recibió un disparo en el tórax. Se agregó que sus cuatro cómplices se dieron a la fuga en las motos. El otro ladrón herido, de 14, ingresó en el Hospital Simplemente Evita de González Catán con una lesión de bala en una pierna y luego se constató que había participado del hecho. Ni el agente del SPB ni el integrante de la Patrulla Municipal de La Matanza resultaron heridos. Los pasajeros y el chofer del colectivo terminaron ilesos. Fuentes policiales identificaron al agente del Servicio Penitenciario Bonaerense como el ayudante mayor Juan Ayala y al empleado municipal como Carlos Sorda. En el caso tomó intervención la comisaría distrital sur 2a. del barrio Virrey del Pino, donde se ins-
gendarmería nacional
truyeron actuaciones por tentativa de robo, calificado por el empleo de arma de fuego, en poblado y en banda, y lesiones. La investigación quedó a cargo de la fiscalía de turno del Departamento Judicial de La Matanza. Viajar con miedo Cabe recordar que en los últimos tiempos esa zona del conurbano registra peligrosos hechos delictivos en colectivos. El primero de este mes, la sargento Bárbara Prieto, de 28 años, fue asesinada a puñaladas por un delincuente que la sorprendió en un colectivo de la empresa La Perlita, en el partido de Moreno. Antes de que la víctima reaccionara frente a los gritos e insultos proferidos por el sospechoso, éste sacó un cuchillo, la tomó por detrás y le asestó tres puñaladas en el tórax. Luego, le hizo un profundo corte en el cuello. El 22 de noviembre de 2013, a las 21.30, cuatro delincuentes que simularon ser pasajeros asaltaron a las personas que viajaban en un colectivo de la línea 97, en la intersección de Camino de Cintura y la avenida
Crovara, cerca de la denominada villa Palito, en el oeste del conurbano. Antes de bajar del coche, uno de los ladrones, aparentemente menor, disparó contra el conductor sin motivo. El chofer, Rubén Frisoni, de 56 años, recibió un tiro que le afectó un pulmón y el hígado. El 28 de mayo de 2013, pasadas las 21, un pasajero fue herido de un balazo tras resistirse a ser asaltado por dos ladrones cuando viajaba en un colectivo de la línea 92 que circulaba por el Camino de Cintura, a la altura de Ciudad Evita, en el límite de los partidos bonaerenses de Lomas de Zamora y La Matanza. “En el último año y medio, registramos más de 30 hechos de violencia en los coches de nuestra línea. Pero a los compañeros que operan otros servicios en la zona les sucede lo mismo”, explicó Giménez. El 25 de febrero de 2013 dos delincuentes le robaron las pertenencias a un chofer de la línea 620 y le hicieron un profundo corte en la cara. Al día siguiente, sus compañeros de la línea realizaron un paro para exigir seguridad, aunque nunca llegó.ß Alejandro Shaw
ridad es parte de esa idea general sobre la necesidad de plantear otra forma de trabajo. Lograr de una vez por todas la real coordinación de las fuerzas de seguridad es una de las variantes ahora buscadas. Si se consigue, afirman, sería un primer paso notable. La responsabilidad fue delegada en un joven abogado, Nicolás Dapena Fernández, con perfil técnico que arranca con algunas ventajas. No deberá aprender sobre vuelos ilegales, ya que hace pocos años era cotidiana su visita al centro de vigilancia aeroespacial de Merlo, base de la información de los radares –pocos, por supuesto– desplegados en el Norte. Tampoco le resulta desconocida la desfederalización de la lucha contra las drogas, pues participó del análisis de la ley en 2005. Tiene buena relación con el secretario de Seguridad, Sergio Berni, quien lo convocó a su equipo, y trabajó en Defensa con el actual jefe de la Policía de Seguridad Aeroportuaria, Germán Montenegro.ß
Denuncian que siguen las amenazas de “la Yaqui” meNdoza. Un policía dijo que intentaron
agredirlo; investigaba a la banda narco
Pablo Mannino PARA LA NACION
MENDOZA.– El policía mendocino que denunció haber recibido amenazas de muerte por parte de la banda de la Yaqui, la supuesta jefa narco, alertó ayer a las autoridades que salvó su vida y la de su familia de un intento de ataque. El agente aseguró que anteanoche, minutos después de las 21, llegó a su casa y advirtió que dos personas lo observaban por una de las ventanas. Dijo que cuando les gritó huyeron y dejaron en el lugar una moto. El policía, quien reside en esa vivienda junto con su familia, dio aviso al 911 e inmediatamente llegaron al lugar agentes y autoridades policiales, según publicó el diario Uno. El integrante de la Unidad de Búsqueda de Prófugos, cuya identidad se mantiene en reserva por pedido del Ministerio de Seguridad, hizo la denuncia la semana pasada ante la justicia provincial. El policía hizo la exposición de la intimidación ante la Fiscalía Especial, dependencia que también investiga las presuntas amenazas de Sandra Yaquelina Var-
gas, de 40 años, contra los cronistas del diario El Sol que escriben sobre ella desde hace más de dos años. Vargas es señalada como la jefa de una banda narco, conocida como los “Angelitos de la Yaqui”. El temor del agente a convertirse en víctima este grupo comenzó cuando en el barrio donde opera la banda, “Los angelitos de la Yaqui”, en el Campo Papa, una zona marginal de Godoy Cruz, aparecieron pintadas en diversas paredes asegurándole la muerte. El uniformado advirtió que la supuesta narco habría ofrecido $ 100.000 por matarlo. Uno de los carteles aún se puede ver en la puerta de una escuela. Los investigadores dicen que las pintadas fueron realizadas por un sobrino y un hermano de Yaqui, que habrían sido identificados como Carlos, alias “Junior”, y Ariel, alias “Pitu”, respectivamente. El año pasado, el uniformado recibió protección policial, pero sólo por unas semanas. Actualmente, el fiscal que actuó en esa oportunidad, Daniel Carniello, comenzó a analizar las nuevas denuncias, a lo que se sumó este nuevo intento de ataque.ß