CORREN LAS BUENAS NUEVAS DEL SALVADOR POR TODOS LADOS. Por Julian Lloret Usado con permiso
INTRODUCCIÓN. Gál 4:4-5 Cuando vino el cumplimiento del tiempo, Dios envió a su Hijo, nacido de mujer y nacido bajo la ley, para que redimiese a los. . . (ponga su nombre) Nacido de mujer: María, sierva obediente. Nacido bajo la ley: Jesús nació y vivió en perfecta obediencia a la ley de Moisés, pero no siempre obediente a los centenares de reglamento que los escribas y fariseos habían agregado a la ley. Lucas describe con detalles la obediencia de José y María: A los ocho días la circuncisión de Jesús: La ceremonia se hizo en la casa que habían encontrado, porque parece que ellos decidieron quedarse en Belén, tal vez por razones económicos. Fue una ceremonia entre familia para declarar públicamente sumisión al pacto de Abraham y dar nombre al hijo: JESÚS. A los 40 días del nacimiento la familia fue a Jerusalén a presentar ofrenda para la purificación ceremonial de María. Su sacrificio fue la más barata: dos palominos en lugar de un cordero. Hecha la purificación, pasaron a dar la ofrenda prescrita en Num. 18:15-16 para la redención del primogénito. Era de 5 ciclos. La razón: el primer varón en cada familia era dedicado al servicio de Dios, porque Dios redimió a los primogénitos de Israel en Egipto cuando el ángel de muerte pasó por encima de cada casa cubierta por la sangre de un cordero. Pero en el Monte de Sinaí cuando Dios dedicó a la tribu de Leví al sacerdocio, los primogénitos de otras tribus quedaron exentos del servicio y eran redimidos con la ofrenda para el sacerdocio levítico. Fue en ese momento en el templo que Simeón reconoció a Jesús el Mesías, y dio su testimonio público. Poco después, Ana la anciana hizo lo mismo. Para que redimiese a los. . . Veamos la obra de Dios en la divulgación del mensaje glorioso de salvación. Es fácil olvidar muchos de los eventos controlados por Dios para impactar a muchos, aún a los gentiles. La visita de los magos del oriente de Arabia, Babilonia o Persia. Sacerdotes y buenos observadores de las señales en los cielos. Probablemente influenciados por los judíos descendientes de los cautivos y las profecías del Antiguo Testamento. Había rumores en todo el oriente de un monarca poderoso que saldría de entre los judíos. Los magos vieron la estrella, su estrella, en el oriente donde ellos vivían: estrella nueva, gloria de Dios, o la misma manifestación de ángeles resplandecientes que los pastores vieron en la primera Nochebuena. ¿Cuál sería? Los magos vinieron, no solo curiosos, sino convencidos de la llegada de un nuevo rey de los judíos. Viajaron largas distancias (mil kilómetros) para adorar al rey. ¿Curiosos o convencidos?; talvez creyentes. La reacción de Herodes demuestra que él los tomó en serio. Talvez él había oído los rumores también, y con la ayuda de los magos podría eliminar la competencia de otro rey. Ya tenía fama de haberlo hecho con muchos, hasta asesinar a hijos y a otros familiares. Los magos, sabios para no involucrarse en conflictos políticos, se despidieron y se encaminaban a Belén. De nuevo su estrella apareció y les guió hasta la casa misma donde vivían José, María y Jesús. Se regocijaron por esa nueva confirmación de la iluminación divina que les hizo salir del oriente hace varios meses. Postrándose, adoraron a Jesús, el rey Mesías. Abriendo sus tesoros, le ofrecieron presentes: oro, incienso y mirra.
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Cumplida su misión y obedientes a un revelación divina, volvieron al oriente pero sin pasar por Jerusalén y otro encuentro con Herodes. Hay todavía muchas preguntas en cuanto a los magos: ¿Quiénes fueron, de dónde vinieron, por qué vinieron y qué hicieron al llegar a casa en el oriente? ¿Será que Dios se manifestara tres veces a ellos solo para traer a unos curiosos paganos a ver a su Hijo? Si creemos todos estos eventos relacionados con la encarnación, el nacimiento de Emanuel, Dios con nosotros y nuestro Salvador, tenemos que entender que Zacarías, Elizabet, los ángeles, José, María, los pastores, Simeón, Ana y los Magos tomaron parte activa en la obra de Dios: la redención. En el Antiguo Testamento, Dios prometió extender el conocimiento de sus obras maravillosas a todos; judíos y gentiles del mundo entero. Los ángeles anunciaron la llegada del Salvador a los pastores, los pastores a los vecinos en Belén y en el regreso a sus ovejas, los vecinos a otros en Belén, Simeón y Ana en el templo, y cuantos mas no mencionados. Lo mismo hizo Dios con los magos: Llegaron a Belén convencidos que el rey de los judíos había nacido. Adoraron al Mesías, dieron ofrendas de su tiempo largo en el viaje y de sus recursos) y volvieron al oriente con un conocimiento personal del Salvador. ¿Volverían a casa como que nada hubiera pasado? No lo creo. Ahora Dios comenzaba a divulgar el conocimiento de Jesús en Jerusalén, Judea, en Samaria, y hasta el último de la tierra por medio de los magos en los pueblos gentiles del oriente. A través de los siglos, muchos creyentes han obedecido la gran comisión como los pastores, magos, discípulos, y millones sin nombre. Si no lo hubieran hecho ¿Cuál sería nuestra condición hoy? Si ellos fueron fieles en su testimonio, seamos fieles también en testificar de nuestro Salvador, Cristo el Señor.
Pero hay más en la historia de la venida del Hijo de Dios
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