COMPLACIENDO A DIOS Por Yoandys A. López Pérez ... - Obrero Fiel

Una de las trampas más antiguas de la naturaleza humana reside en pensar que la complacencia de Dios es en consecuencia de nuestros sacrificios, obras y ... nuestro favor sin merecerlo y como una oportunidad de hacer lo que nos da verdadero deleite y realización porque para él fuimos creados. El real deleite de ...
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COMPLACIENDO A DIOS Por Yoandys A. López Pérez Una de las trampas más antiguas de la naturaleza humana reside en pensar que la complacencia de Dios es en consecuencia de nuestros sacrificios, obras y como resultado de nuestro servicio abnegado, decisiones correctas y verdadero esfuerzo. Es como si dijéramos: Haz más, con todas las fuerzas de tu cuerpo, con toda la intensidad de tu corazón, con toda la habilidad de tu mente, hasta el cansancio, aún hasta la muerte, entonces y solo entonces Dios te mirará complacido. ” Al parecer, ¡qué afirmación más espiritual!, pero cuán falsa y lejos de la realidad. Por toda la Biblia Dios muestra que se agrada del desvalido e incapaz, el que reconoce que es totalmente dependiente, que si fuera por su capacidad, sabiduría, posesiones, carácter o devoción, no calificaría. Se deleita en ese que reconoce que si Dios no obra para su propio bien, él no está a menos de años luz de la complacencia del Señor. En el conocido bautizo de Jesús Dios muestra donde está su verdadero deleite Mt. 3:17: Y hubo una voz de los cielos, que decía: Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia. Llama la atención que Jesús aún no había comenzado en su ministerio, no había sanado a los enfermos, ni alimentado a los hambrientos, no había proclamado el año agradable del Señor y, mucho menos, ofrecido su justa vida en la cruz del Calvario para ser la fuente de tan grande salvación. Entonces como Dios podía, ya, estar complacido; no queda otra opción que no fuera el propio hijo, el gozo de Gran Rey. Dios se agrada solamente en Jesucristo, cuando ve su carácter, justicia, y obra. No tiene que ver con qué haces, aunque es evidente que el resultado de ser hijo es el deseo genuino de honrar al padre, pero el fin del agrado de Dios está no en que hago, sino en quién soy. Tiene que ver en si Dios me ve a través y solo a través de su Hijo para mi vida serle de verdadero gozo. Mt. 5:3: Bienaventurados los pobres en espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos. Sal. 147:11: Se complace Jehová en los que le temen, Y en los que esperan en su misericordia. Isaías 66:2b: pero miraré a aquel que es pobre y humilde de espíritu, y que tiembla a mi palabra. Sal. 25:14: La comunión íntima de Jehová es con los que le temen, Y a ellos hará conocer su pacto. Sal. 138:6: Porque Jehová es excelso, y atiende al humilde, Más al altivo mira de lejos. Dios sigue buscando, mirando, atendiendo y complaciéndose en aquellos que tienen una pasión por él, un deseo ferviente de agradarle y que reconocen que están necesitados, que son mendigos espirituales, totalmente dependientes de las misericordias y favor del Padre; que él y solo él es el grande y digno como dijeron los reformadores: solo Cristo, solo fe, solo escritura, solo gracia. Él (Jesús) sigue siendo todo en todos. Y como el salmista afirma: No a nosotros, oh Jehová, no a nosotros, Sino a tu nombre da gloria, Por tu misericordia, por tu verdad, Sal. 115:1 Nuestra grandeza estriba en la majestad de nuestro Rey, el amor de nuestro Padre y nuestra herencia en Cristo. Allí somos realmente valiosos. Pero, además, tenemos el verdadero privilegio de servir a nuestro Señor y a los miembros de nuestra familia. Esto no como negocio, obligación o fuerza, sino por el agradecimiento de lo que ha sido hecho a nuestro favor sin merecerlo y como una oportunidad de hacer lo que nos da verdadero deleite y realización porque para él fuimos creados. El real deleite de Dios se esconde en el corazón de sus hijos rescatados por la única obra que salva, la obra sin igual de nuestro Señor Jesucristo. Este escrito es una contribución de la agrupación para eclesiástica cubana: Ministerio CRISTIANOS UNIDOS. Puede comunicarse con MCU al correo: [email protected] Usado con permiso ObreroFiel.com – Se permite reproducir este material siempre y cuando no se venda.