Como disfrutar las vacaciones Eclesiastés 11:9 al 12:1 9 Alégrate, joven, en tu juventud; deja que tu corazón disfrute de la adolescencia. Sigue los impulsos de tu corazón y responde al estímulo de tus ojos, pero toma en cuenta que Dios te juzgará por todo esto.10 Aleja de tu corazón el enojo, y echa fuera de tu ser la maldad, porque confiar en la juventud y en la flor de la vida es un absurdo. 1 Acuérdate de tu Creador en los días de tu juventud, antes que lleguen los días malos y vengan los años en que digas: «No encuentro en ellos placer alguno»; ¿Que van a hacer en estas vacaciones? Cada uno debe pensar cosas distintas... déjenme imaginarme: •
Dormir hasta tarde, hasta que me despierte solito. Hasta las nueve, las diez o ¡las dos de la tarde!
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Acostarme bien tarde, el último de todos.
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Invitar a mis amigos a dormir a casa.
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Armar una pileta de lona en casa y meterme todos los días.
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Juntarme con mis amigos del barrio y disfrutar juntos.
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Ir a visitar parientes: tíos, abuelos y sobre todo primos.
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Irme de vacaciones a otro lugar, si es que la plata alcanza.
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Jugar con mi papá y mi mamá a juegos de mesa (ludo, el uno, la oca) o armar rompecabezas.
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Hablar con mis amigas hasta quedarme disfónica.
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Salir a pasear por la ciudad.
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Hacer deportes en el club... fútbol, natación, tenis, básquet, etc.
No hace falta tener mucho dinero, lo importante es disfrutar bien el tiempo. La Biblia dice que los niños adolescentes tienen que divertirse y disfrutar, ¿lo sabías?. Un libro de la Biblia llamado Eclesiastés dice que podemos “alegrarnos” y “disfrutar” en la juventud y adolescencia, pero nos da algunos consejos para hacerlo de la mejor manera. Nos dice tres cosas: 1. Para disfrutar a pleno, no tenemos que enojarnos. Nada de broncas, de contestar a todo, de pelear. “¡Aleja de tu corazón el enojo!” dice Eclesiastés 10:1. Digámosle ¡fuera! al enojo y dejemos que entre en nuestra cabeza. Tomá la decisión de no enojarte... y vas a pasar unas vacaciones inolvidables. 2. Para que todos puedan disfrutar de las vacaciones, no hagamos maldades. Lo que hagamos tiene que ser divertido para todos, no que uno tenga que enojarse o salir lastimado para que los demás se rían. Burlarse de otro, agredirlo, criticarlo, hacerlo de lado... nada de eso nos ayudará a alegrarnos verdaderamente. “¡Echa fuera de tu ser la maldad!”. 3. Para que nos vaya bien... ¡no nos olvidemos de Dios! En palabras de la Biblia diríamos “¡Acuérdate de tu Creador!”. Leé la Biblia, orá todos los días, andá a la Iglesia, participá de los campamentos. Todo eso te va a hacer tan bien, que vas a disfrutar el doble las vacaciones. Tres cosas fáciles para las mejores vacaciones: no enojarnos, no hacer maldades, acordarnos de Dios. Nuestro Padre nos va a bendecir y tendremos muchos días felices en este verano que comienza.
