14
SÁBADO 15 Y 10 Y 2011
CARRERAS: EL GRAN PREMIO JOCKEY CLUB
SOBRESALIENTES CHUCK BERRY Y SUGGESTIVE BOY TIENEN LOS MEJORES ANTECEDENTES PARA PRETENDER EL ÉXITO ESTA TARDE EN SAN ISIDRO; UNO INTENTA AVANZAR EN SU CAMINO A LA TRIPLE CORONA, EL OTRO VA POR EL CUARTO ÉXITO DE GRUPO 1
D
e los quince caballos que largarán hoy el Gran Premio Jockey Club, dos están por encima del resto. De Chuck Berry y Suggestive Boy se ha ocupado largo y tendido la prensa hípica. Uno es el campeón de Palermo, con triunfos en los clásicos Old Man y Polla de Potrillos. El otro echó raíces en el pasto, donde su nombre estuvo asociado a los grandes premios Chevalier, Juvenile y 2000 Guineas. Pocas carreras se ganan mostrando las tabuladas de la Revista Palermo; ésta parece una de esas con dos candidatos de fierro, como dice la tribuna. En principio, los otros trece anotados son lindos lances; claro, no faltará quien diga que no sería la primera vez que de un grupo secundario sale el favorito para el Pellegrini. El martes por la mañana Coco Bullrich llevó a Chuck Berry a descubrir la cancha de San Isidro, donde hoy estará por segunda vez en su vida. El cuidador pensó que si le tienen que ganar a su potrillo, que no lo hagan porque no conoce la pista. Bajó un minuto para los 1000 metros y el entrenador se fue a seguir sus cosas tranquilo. Suggestive Boy lleva setenta días sin
CHUCK BERRY, EL MAYOR Chuck Bery, con nacimiento del 19 de julio de 2008 en el haras La Quebrada, es el mayor entre los potrillos anotados en el Jocley Club. En el otro extremo está El Oso, nacido el 12 de noviembre de 2008, que aún no cumplió los tres años. Chuck Berry deja su fuerte de Palermo y va a la pista donde domina Suggestive Boy (arriba)
mostrarse en público, aunque sigue dando espectáculo con sus trabajos matinales. Gaitán Dassié, su preparador, se animó a asegurar que donde Suggestive Boy da un paso, los demás dan dos. Si le toca ganar, será su segundo Jockey Club en tres años. Milanesa tiene otra bala en el car-
gador: Perversado, un potrillo con destino a Maroñas hasta que corrió y venció en el clásico Ensayo, donde a Gaitán le encanta probar a sus caballos antes llevarlos al Jockey Club. Andrés Basombrío tiene dos chances, a falta de uno. Don Lancero y Don Platense son los suyos. Entre ambos
suman más de mil kilos, como la tonelada de plata que le pueden ofrecer al propietario si gana alguno. Don Lancero fue tercero en el Ensayo sin lugar por donde moverse y Don Platense ganó tres en la milla. Como aquéllos, Anual Winner es preparado por Carlos Daniel Etchechoury, que ganó el Jockey Club de 2006, 2007 y 2008 y fue segundo en el de 2009 con un potrillo de... El Gusy. Dany aún no se explica por qué Anual Winner corrió tan mal la Polla de Potrillos. Prefiere atribuirlo a una mala tarde. Falero es una buena opción para elegir a Calvados entre los que pueden ser. El potrillo ganó en 2000 metros y eso vale aunque haya sido en una carrera de perdedores, como en la que también se impuso Video Game. Incurable Talk es de los que estarán adelante desde el principio, para ponerle sal y picante al desarrollo. Si además le pone resistencia en su caso, se meterá en el marcador. Fantastic Royale, con los colores La Macarena, vendrá en el fondo para aprovechar los quedos ajenos y Calipsus puede aprovechar el buen momento clásico de Maldotti, padre e hijo.
EL ENTRENADOR DEL FAVORITO
CON FALERO, NO NECESITA A DETTORI
TODO EMPEZÓ EN EL ZUBIAURRE
AUSENCIA DE POTRANCAS EN LAS GATERAS
Cuando se le recordó al Bebe Correas que alguna vez trajo a Dettori para correr un G1, dijo que esta vez no hacía falta. “Para Calvados, tenemos a Falero”, apuntó el criador. Falero busca su cuarto triunfo.
Por el clásico Zubiaurre este año pasaron cuatro potrillos anotados en el Jockey Club: Don Platense (3º), Perversado (7º), Calipsus (10º) y Flying Floo (11º) debutaron en esa competencia.
Otra vez, ninguna potranca se anotó en la segunda instancia de la Triple Corona. Las hembras habían ganado trece veces la prueba y la última resultó La Mission, en 1940.
COCO BULLRICH QUIERE TENER OTRO TRIPLE CORONADO EN SU VIDA JULIO GUIMARAES LA NACION
“Si ganamos el Jockey Club, no tengo ninguna duda de que el objetivo es el Nacional, la carrera”, dice Coco Bullrich, y pone énfasis cuando dice la carrera, dando a entender que el Derby Argentino es lo más importante. Bullrich está hablando de Chuck Berry, el potrillo al que entrena para su hermano Antonio, y el amigo de éste, John Fulton. Se le pregunta cómo es cuidar un caballo de un familiar tan cercano, presidente de una comisión de carreras, incluso. “Tony es muy fácil como propietario; te deja trabajar tranquilo”, define quien estudió veterinaria en la UBA y recuerda con orgullo su paso por la facultad de la avenida San Martín. “Papá nos llevaba a los dos a ver caballos; después, cada uno agarró para distinto lugar. Yo veterinaria, siempre con la mente puesta en grandes animales; nunca me imaginé en un consultorio tratando a un gatito. Tony fue a los Estados Unidos y hasta trabajó de mozo; si le va bien, lo tiene merecido.” Hay un bache en la campaña de Chuck
Berry, de cuando fue quinto en el clásico Miguel Cané, en Palermo, tras ganar clasificatoria y final de la Copa Bullrich y el clásico Old Man. “Esa vez corrió mal porque no pudo varear como necesitaba”, explica, y enseguida lo atribuye a una rajadura en un casco. “Es de vasos delicados”, dice, y subraya, entonces, la tarea de Fredy Díaz, el herrero que trabaja en su stud. Coco fue el orfebre de Refinado Tom, ganador de la Triple Corona 1996; dicho de otra manera, entrenó a esa excepción a la regla que dice que es imposible ganar Polla, Jockey Club y Nacional con un mismo potrillo. “Chuck Berry es un caballo de 500 kilos de promedio, que absorbió bien una campaña exigente”, apunta, cuando el cronista le recuerda la reiteración de esfuerzos de su caballo, con una campaña iniciada en febrero. “Lo ves y es como si el potrillo te dijera: «Entrename que me cabe».” Ernesto Leverato es quien cuida la salud de Chuck Berry, con quien Coco habla temas de medicina porque de eso también entiende. “Corremos el Jockey Club porque el clásico Martínez estaba muy cerca y el Casey, muy lejos”, explica.