Carlos Russo: de la AMIA a Haití, cómo salvar vidas en medio del ...

28 feb. 2010 - Historia devida. :::: Carlos Russo: de la AMIA a Haití, cómo salvar vidas en medio del desastre. Los atentados contra la embajada de Is-.
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Domingo 28 de febrero de 2010

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Historia de vida

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Dilemas éticos del copy-paste en la Red GASTON ROITBERG LA NACION

GENTILEZA CARLOS RUSSO

Carlos Russo: de la AMIA a Haití, cómo salvar vidas en medio del desastre LORENA OLIVA LA NACION

L

os atentados contra la embajada de Israel y la AMIA, la tragedia de Lapa, el incendio en Cromagnon, el incendio en Villa Cartón, el terremoto en Haití… Carlos Russo goza del dudoso privilegio de haber presenciado todas las escenas de devastación provocadas por cada uno de esos trágicos sucesos. Y la lista continúa. Tal vez por eso él necesite cerrar la enumeración con un chiste, como buscando aliviar tensiones: “Juro que yo no inicio los desastres.” Director médico del SAME desde 2006, Russo es también voluntario de la comisión argentina de Cascos Blancos. Su misión más reciente fue en Haití. Allí llegó sólo cinco días después del terremoto, como integrante de la primera de las dos delegaciones sanitarias locales que trabajaron en el lugar. “Durante los diez días en que estuve, atendimos unos mil casos. Entre 500 y 600 los dos primeros días”, relata Russo a LA NACION durante una entrevista en el barrio porteño de Villa Pueyrredón donde funciona su consultorio particular. Médico clínico y homeópata, el doctor Russo no es de los profesionales de la salud que piensan que, por ser una cosa, deba dejar de ser la otra. Más bien todo lo contrario. Pero volvamos a Haití. Su reciente visita –si así podemos llamarla– fue, en realidad, la segunda. La primera vez que tuvo contacto con el pueblo haitiano fue también después de una tragedia. En aquel caso, los feroces huracanes que en 2008 azotaron especialmente la ciudad de Gonaives. “Allí estuvimos con los Cascos Blancos. Aunque en aquella oportunidad, nuestra labor fue más asistencial”, agrega. Hombre curtido en esto de tratar de salvar vidas en medio del desastre, de su reciente experiencia en suelo haitiano rescata un detalle curioso: “Sin dudas, lo que más me impactó fue la particular resistencia al dolor de su gente”, afirma. Sobre todo si se piensa que la delegación argentina trabajó en Leogane, una ciudad que no había recibido ningún tipo de asistencia hasta que ellos arribaron, cinco días después del terremoto. Situado a 40 kilómetros de Puerto Príncipe, Leogane fue el centro urbano más cercano al epicentro del terremoto. Por eso mismo fue también el más castigado: la cuarta parte de su población (15.000 de sus 60.000 habitantes) murió como consecuencia del movimiento sísmico que destruyó la ciudad en un 90 por ciento. “Desde que arribamos, la demanda de atención fue casi inmediata. De hecho, muchos leoganeses nos ayudaron a armar las carpas para instalarnos lo más rápido

Emergentólogo y voluntario de los Cascos Blancos, el director médico del SAME integró la delegación argentina que viajó a Haití luego del terremoto para brindar atención sanitaria de urgencia. Convencido de que nuestro país cuenta con una inmensa capacidad humana, acaba de asumir un nuevo desafío: organizar estos recursos humanos y crear un grupo de gestión de desastres

EMILIANO LASALVIA

Quién es Nombre y apellido: CARLOS DANTE RUSSO

Edad: 57 AÑOS Trayectoria profesional: Médico clínico y homeópata, fue médico de guardia del hospital Pirovano por más de 25 años. Ingresó al SAME en 2001 como coordinador médico y se convirtió en el director médico del servicio en 2006. Tiene 6 hijos. Gestión de catástrofes en el país: Voluntario de Cascos Blancos, estuvo en Haití después del terremoto de enero último durante diez días. Actualmente planea organizar un grupo interdisciplinario de gestión de catástrofes para nuestro país.

posible. Llegamos a tener 116 internados, atendimos seis partos e infinidad de fracturas de todo tipo. Desde graves, como de cráneo, hasta más leves, como de muñeca. La mitad de ellas eran fracturas expuestas y, después de cinco días, con avanzados cuadros de infección. Sin embargo, los pacientes llegaban con una queja apenas, que poco se modificaba mientras nosotros reacomodábamos sus huesos”, recuerda. La delegación no desconocía los brotes de violencia que habían comenzado a desatarse en los días posteriores al terremoto. Sin embargo, Russo asegura que los nueve médicos y los tres expertos en logística que integraban el equipo no sintieron miedo. “No hay que perder de vista que las misiones de Cascos Blancos siempre contienen alguna cuota de riesgo. Pero en este caso, la atención se pudo brindar sin problemas –asegura–. Sólo vivimos un momento tenso cuando una delegación repartió comida muy cerca de nuestro hospital de campaña en forma muy desorganizada. Entonces, la gente comenzó a pelearse entre sí, avalanzándose sobre las personas que estaban esperando por atenderse… Fue un momento muy difícil hasta que se logró organizar la distribución”. Hasta las lágrimas Pero no es la trágica escena haitiana la que más ha logrado conmover a este médico especializado en emergentología. De todas las experiencias vividas hasta el momento, la que más lo desestabilizó fue, curiosamente, una de las menos riesgosas. Su reciente viaje a Malvinas, como acompañante de familiares de los soldados caídos, logró conmoverlo hasta las lágrimas. “Por suerte, tenía lentes oscuros, porque en realidad yo estaba ahí para contenerlos a ellos y no para que ellos me contuvieran a mí. Será porque se trató de una guerra que nos afectó a todos y porque entonces volví a pensar en la cantidad de pibes que murieron ahí”. “En el cementerio –continúa–, la mitad de las tumbas de los soldados argentinos no tienen nombre. Dicen simplemente ‘Soldado argentino sólo conocido por Dios’. Y los familiares que no encontraban la tumba de su ser querido dejaban sus flores o los objetos que llevaban –por ejemplo, una bufanda, un paquete de cigarrillos, o la bandera de Boca– en cualquiera de ellas. Toda la escena era emocionalmente devastadora”. Carlos Dante Russo se recibió de médico en 1976. Para entonces, hacía cinco años que trabajaba en el hospital Pirovano, como administrativo. Continuó trabajando allí como médico de guardia hasta 2001, cuando ganó un concurso como coordinador del SAME.

Pero su vínculo con el SAME había comenzado a afianzarse en 1994, después del atentado contra la AMIA. Russo había acudido a la zona del desastre, respondiendo a la convocatoria masiva de médicos especialistas en emergencias que se había realizado. De todos los casos que atendió entonces, todavía recuerda especialmente el de Jacobo Chemahuel, el empleado de maestranza de la AMIA que debió permanecer más de 30 horas con sus piernas atascadas bajo los escombros hasta que los bomberos lograron rescatarlo. Durante buena parte de ese lapso, él fue el médico encargado de brindarle asistencia sanitaria y humana a aquel hombre de 56 años cuyo rescate fue tan celebrado por todos pero que moriría, poco después, en una cama del Hospital de Clínicas. “Lo de la AMIA claramente me marcó. A veces uno necesita vivir una experiencia determinada para comprender para qué sirve. En qué se es bueno. Y la AMIA significó eso para mí. En situaciones de catástrofe puedo sentirme verdaderamente útil”, reflexiona este médico de 57 años, divorciado, padre de seis hijos y actualmente en pareja. Fue este mismo sentimiento –el de sentirse útil como médico– el que lo alentó a sumar la homeopatía dentro de sus conocimientos. “Antes de ser homeópata, era médico clínico. Y en ocasiones veía que algunos pacientes recaían una, dos, tres veces... sin que yo pudiera solucionarles su problema. Y no me sentía bien con eso. Con la homeopatía tengo una chance más de poder curar a mi paciente. Y, como en todo, cuantas más chances se tienen, suele ser mejor”, explica. Pero aunque se esfuerza en dejar en claro que nunca utilizaría la homeopatía para una emergencia ni sus conocimientos como emergentólogo para intentar curar una dolencia de vieja data, es evidente que la suma de todos sus conocimientos ha influenciado su manera de ver la medicina. “Cuando uno logra combinar su aptitud con una buena actitud, los resultados siempre son más alentadores. Y en medicina, la actitud de querer curar es importante. Es una plusvalía. Una dosis extra de energía que influye positivamente sobre todo el proceso. Aunque no siempre se da”, reflexiona. Ahora que ha vuelto a su rutina, Russo revela cuál es su próximo desafío: conformar un grupo apolítico e interdisciplinario capaz de gestionar emergencias en nuestro país. “Esto viene mal –alerta–. Se pronostican cada vez más catástrofes naturales. Y la capacidad humana que tenemos es extraordinaria. Sería bueno organizarla y volverla más eficaz, para dejar de llegar tarde a donde nunca pasa nada. Para empezar a llegar antes.”

“Gente hay mucha, ideas pocas: todos pensamos aproximadamente lo mismo y las ideas nos las traspasamos, las pedimos prestadas, las robamos”. La frase de Milan Kundera –recuperada por el periodista salvadoreño Mario Alfredo Cantarero en un artículo de saladeprensa.org– se reactuliza a diario en la experiencia de muchos usuarios, víctimas y victimarios del plagio on line. El tema volvió a las primeras planas a partir de casos en España (donde el periodista y docente Ramón Salaverría denunció la reproducción ilegal de una entrada de su blog e-periodistas en elmundo.es) y EE.UU. (donde un periodista de The New York Times renunció mientras era investigado por este tipo de prácticas, luego de una denuncia de The Wall Street Journal). Surgen algunas preguntas básicas en el ecosistema on line del copypaste (copiar y pegar): ¿Qué criterios se utilizan para identificar las fuentes originarias del contenido? ¿Cuáles son las normas estipuladas para procesar la información? ¿Cómo desarrollar el uso creativo de este contenido sin alterarlo? ¿Qué herramientas existen para comprobar posibles plagios? En el ambiente educativo, por ejemplo, ya existen algunas experiencias, como el modelo de webquest, que apunta a incentivar a los alumnos a recrear contenido original y de manera colectiva a través de materiales ya existentes gracias al uso de la tecnología. Muchos medios on line trabajan con esa lógica, ya que la urgencia de la actualización al instante y la tiranía del último momento (breaking news) obligan a un constante mix de contenidos de diferentes fuentes (Internet, TV, radio, diarios, blogs, agencias de noticia, etc.). Sin embargo, esta práctica no debe eludir lo que es básico en la profesión: contrastar y citar las fuentes con la inclusión de los links correspondientes (sean grandes organizaciones o blogs individuales), contactar al creador original de un contenido para pedirle que autorice la republicación, no alterar del contenido ajeno y verificar los datos (fact checking). En todo caso, resulta clave distinguir el plagio –que disimula u oculta la autoría de una obra– de la republicación de contenido con la cita correspondiente, muy propia de la naturaleza colaborativa y colectiva de Internet. [email protected] Blog: http://blogs.lanacion.com.ar/conectados Twitter: http://twitter.com/grmadryn

Más información. Enlaces, videos y otros contenidos multimedia www.lanacion.com.ar/diario-dehoy/ suplementos/enfoques

Recomendados

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www.copyscape.com Herramienta para detectar copias ilegales de páginas web. http://tinyurl.com/ydhnsg3 Kelly McBride, de Poynter Online, y sus ideas para erradicar el plagio. www.saladeprensa.org/art648.htm Un artículo recomendable del sitio saladeprensa.org.

© LA NACION

Terapia (arriba también se sufre)

Hoy, Néstor Kirchner DIEGO SEHINKMAN PARA LA NACION

Kirchner: (Camina hiperkinético y feliz por el consultorio. De atrás le da una palmadita en la nuca al terapeuta.) ¿Qué te pasa, terapeuta, estás nerviosho? Terapeuta: Si fuera kirchnerista, denunciaría un golpe... K: (Se ríe.) Bueno, escuchemé que no tengo mucho tiempo. Me mandó el doctor Caramutti, que es el que me operó. Me dice andá a bajar un cambio al psicólogo, porque si no, directamente en el cuello va a ser más cómodo ponerte un cierre relámpago... T: Mire, es cierto. La ira, la ansiedad y el estrés son la causa directa del 40 por ciento de los problemas vasculares... K: ¡Ps! (Se encoge de hombros.) ¿A usted le parece que yo puedo parar? No, escuchemé. Lo dije clarito en el acto en La Plata: “Compañeros, estoy acá para dar todas las batallas que vienen”. “¿Qué batallas vienen, Néstor?”, me grita uno desde abajo. “No sé”, le grito yo. “Ya se nos irán ocurriendo”...

T: ... K: ¿Me vio por televisión? Mi hija Florencia me dice: “Te vi por tele en el acto y la cicatriz en el cuello te queda fea. ¿Y si arriba te hacés un tatuaje tipo De Narváez? ¡Ya sé! Que diga en japonés “Enero 2010. Recuerdo de Redrado”... T: ... K: (Levanta las cejas, sonriente.) ¿Y?... ¿Qué le parece lo que pasó en el Congreso? ¡No hubo pacto con el hombre, eh! ¡Le juro que no! Yo sólo le dejé un mensaje en el contestador que decía: “Hola Carlos, soy Néstor... Vos sabés que aunque hice cuernitos tocando madera cuando juraste, te tengo mucho aprecio... Siempre le digo a Cristina que si entramos con un patrimonio y salimos con otro, fue gracias a vos.... Sin tu “know-how”, no lo hubiera podido hacer. El mérito es todo tuyo.... Como digo siempre, yo sólo fui “el gigante sobre los hombros del enano”... T: Así que no hubo contacto... K: (Mira con una sonrisa pícara.) Bueno, él también me dejó un mensaje: “Néstor, no me olvido que en el 92, cuando io quería

privatizar YPF, no tenía en el Congreso los votos suficientes. Los radicales no querían. En el PJ también tenía resistencias. Y no me olvido que fuiste vos el que me consiguió los votos que faltaban. Así que estaré viejo y un poco enfermo pero te doy la primicia: no tengo alzheimer”... T: ... K: ¡Je! ¡Qué polenta tiene el hombre a los 79! ¡Con una madera 1 le pegó en La Rioja, la pelota voló mil kilómetros... (sonríe malicioso) e hizo un agujero en la cúpula del Congreso... T: Bueno, hábleme de usted... K: (Interrumpe.) Ahora, ¡qué oposición que tenemos, mamita! ¿Estos quieren ser gobierno? ¿Cómo van a manejar la economía unos tipos que no saben ni contar hasta 37? T: Composición, tema: obstrucción de carótida... K: (Hace un gesto despreciativo.) ¡Eso ya está superado! Mire, el otro día Cristina almorzó con cien empresarios que podían hacer preguntas y opinar. ¿Usted cree que

alguno abrió la boca para objetar algo? ¡Nos tienen terror! Además, en un par de meses nos empiezan a liquidar los dólares de la cosecha récord de soja... ¡Ese es el verdadero Fondo del Bicentenario! Mire. Se lo dice alguien de la Patagonia. El mundo está dividido en dos. Están los que saben esquilar ovejas... (Sonrisa ácida.) Y están los que saben esquilar, a secas... T: Vuelvo al motivo de consulta e insisto: cumplió 60. Una edad en que la pasión es la madre de todas las batallas... y de todas las obstrucciones... K: (Mueca despreciativa.) Mire. Vine para que no me rompa más Caramutti... Pero yo ya le dije a él que soy muy fuerte. ¿No escuchó que de chico me cargaban por el ojo y por la dicción, y que eso fue la poda que me hizo crecer más fuerte? (Saca un tomo de Freud de la biblioteca y se lo tira

sobre el escritorio al terapeuta.) Tome. Agréguele con birome esta frase que escuché por ahí: “Los lastimados son peligrosos... porque saben que pueden sobrevivir”... T: La omnipotencia es peor que el colesterol endógeno. Tapa la arteria oftálmica. Lo deja ciego... K: ¿Qué hora es? Tengo gente esperando... T: Trate de pensar un segundo antes de irse. ¿Hay algo que realmente le preocupa? ¿Algo que lo afecte... o que lo angustie?... K: (Se queda en silencio, con una mano en el mentón.) T: ... K: Bueno... Estoy muy preocupado por lo de Inglaterra. Taiana lo denunció ante la ONU. El Reino Unido no ha querido dialogar, no ha querido debatir y ha llevado adelante un acto unilateral. Esto es muy grave... T: ¿Y qué es exactamente para usted lo grave? K: ¡Están plagiando al kirchnerismo!