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golf
| Sábado 12 de abril de 2014
Cabrera se fue de Augusta con el talento descalibrado No consiguió superar el corte clasificatorio; igual, en los Majors todavía es el único emblema de nuestro país Gastón Saiz
ENViAdO ESPECiAL
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UGUSTA.– El 78° Masters tomó de la mano a Angel Cabrera y lo llevó a vivir sensaciones contradictorias en apenas un puñado de días. El martes por la noche le abrió las puertas de la Cena de Campeones, esa comida exclusiva cuyo código de etiqueta es un saco verde. Y en el atardecer del viernes le enseñó la salida del Augusta National, después de fallar el corte clasificatorio por cuatro golpes. Fue un adiós con impotencia, tras luchar hoyo a hoyo y después de lidiar con un rendimiento que nunca termina de florecer. El golf es así de cruel: no atiende viejos pergaminos y exige convicciones en cada swing. Sólo admite resultados en la más estricta actualidad. Se suponía que el Pato empezaría a enderezar aquí su mal año deportivo, en un escenario que le sienta ideal para su juego y en el que se consagró campeón en 2009. El Masters podía tal vez oxigenarlo y liberarlo mentalmente. Soltarlo, en definitiva. Pero no, está atrapado. Sigue así de confundido. Y esta eliminación prematura le agrega otro punto rojo a un primer tramo de la temporada pleno de sinsabores. El cordobés arrastraba el lastre de los 78 golpes (+6) de la primera vuelta. Y si bien ayer se situó a un golpe del corte, fijado en +4, cuando consiguió el birdie en el hoyo 2, luego no pudo mantener el ritmo. El score de 74 golpes (+2) de ayer y un total de 152 (+8) significaron su condena definitiva, mientras bien arriba en el leadearboard sueña Bubba Watson, con -7 total (ver aparte). “Nunca fui muy bueno arriba del green, siempre tuve altibajos”, recordó Cabrera, a propósito del karma que lo persigue más que nunca en estos tiempos: el juego alrededor de la bandera. “No es que hago 80 en una vuelta, pero anoto 73 y no me sirve. Así me está pasando todas las semanas: me castiga un hoyo y quedo afuera por un golpe”, agregó el hombre de Villa
Allende, autor ayer de 3 birdies, 5 bogeys y un sinnúmero de ocasiones perdidas. Más allá de esta dolorosa despedida en la primera gran cita del año (fue el cuarto corte no superado en 15 actuaciones), conviene no perder la perspectiva. Aún con su paso irregular, el Pato sigue siendo la única bandera argentina con participación continua en los Majors. Los títulos del US Open 2007 y el Masters 2009 le dieron el derecho de moverse en las grandes ligas sin
“Jugué ocho semanas en el PGA Tour y fallé el corte clasificatorio en seis; esta eliminación estaba dentro de las posibilidades” “Cuando me moleste el hombro izquierdo, paro de jugar y me opero en Houston. La verdad es que estoy bien, puedo levantar el brazo y pegar tranquilamente” “No tengo que cambiar la forma de trabajar. En algún momento voy a revertir esta situación de malos resultados” “No hay injusticias en el golf: el jueves hice 7 golpes en el hoyo 11 porque le pegué 6 veces y tuve uno de multa. Acá no hay que buscar excusas, más allá de que pegué muy pocos tiros malos” ángel cabrera
preocuparse demasiado a lo largo de las temporadas. Y entonces pasó a codearse con los mejores del mundo. detrás de él sigue sin aparecer un golfista criollo con acceso permanente en los torneos de Grand Slam, los que depositan en la historia grande al igual que el tenis. Allí se detecta un déficit de nuestro golf, en contraposición a otras naciones que fueron agregando representantes en Majors, como Sudáfrica, España o Suecia, amén del crecimiento asiático. Sin lugar a dudas, será un ítem por corregir en el plazo menos corto posible para aprovechar la senda abierta por el cordobés en el plano internacional. En forma esporádica, en los últimos años llegaron a jugar en citas grandes Andrés Romero, Rafael Echenique y Estanislao Goya, aunque ninguno pudo afianzarse. El Pigu parecía encarrilado luego de sus brillantes temporadas de 2007 y 2008, pero después fue perdiendo el rumbo y se vio obligado a encontrar un camino a los Majors a través de las clasificaciones regionales, al igual que Echenique y Goya. Atención: la Argentina tiene el enorme mérito de contar con tres miembros del PGA Tour (Cabrera, Romero y Miguel Angel Carballo) y hasta hace poco también actuaban en el máximo circuito Fabián Gómez y José Cóceres. Pero una suma de factores, que van desde la elección de coaches y managers hasta un rendimiento irregular y condicionamiento económico, provocaron esta sequía de argentinos para pelear a lo grande en los cuatro certámenes más importantes. También es cierto que no todo jugador tiene como objetivo arribar a un Major; puede haber un criterio diferente de planificación del calendario, que apunta a sostenerse en el circuito (ya sea en los Estados Unidos o en Europa) para acumular dinero, prescindiendo de las clasificaciones. Tal vez, porque ese jugador no se imagina con verdaderas chances de pelear en una cita grande. Con todo, la merma existe. En el horizonte, aunque todavía a lo lejos, se adivinan las figuras de Emiliano Grillo y Jorge Fernández Valdés, los dos argentinos con mejores perspectivas para formar parte algún día del circo de los Majors. Pero tanto el chaqueño como el cordobés –en el Tour Europeo y en el Web.Com, respectivamente– deben pasar varias pruebas para forjarse como golfistas. Sin dudas que Cabrera es un caso especial: se trata de un talento al natural que nunca tuvo miedo de pegar un golpe con la mira fija en la bandera. Seguramente porque durante su infancia jugaba al golf para poder comer a la noche y porque, perdido por perdido, se impuso ser alguien en la vida sin caer en la delincuencia, tal como relató más de una vez. Tomó el camino correcto y este deporte le devolvió todo su sacrificio en cada swing.ß
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El campo, ese edén que genera magia y asombro El Augusta National es la joya que inspiró la creación de muchas otras canchas
A
UGUSTA (De un enviado especial).– La cancha de Saint Andrews, y posteriormente la de Augusta National, produjeron una influencia decisiva en la construcción de campos alrededor del mundo. Son dos íconos que moldearon la concepción general de este deporte. En la década del 30, Alister MacKenzie imaginó un diseño para que el público del Masters caminara los 18 hoyos con fascinación y comodidad. Con el tiempo, las transmisiones televisivas agradecieron esta fabulosa ingeniería verde que hoy se extiende a lo largo de 7435 yardas, ya que brinda imágenes espectaculares en cada toma. En los más recientes días, la TV nos muestra un campo en todo su esplendor con tecnologías HD y 3D. Pero atención: sólo el que pisa en persona el Augusta National capta la real dimensión de este edén. Desde la pantalla no se aprecia del todo la cantidad y altura de las lomas y los declives, como tampoco el verdadero ancho de los fairways y la malicia de las caídas de los greens. La vista desde el tee del 18 es engañosa desde el sofá de casa: parece un callejón angosto, pero en realidad ofrece un espacio más generoso. Más allá de sus férreas tradiciones, el Augusta National no teme incorporar innovaciones tecnológicas para presentar una cancha
impecable en la segunda semana de cada abril. El monitoreo del suelo y la humedad, el testeo de partículas y el sistema SubAir para el drenaje de los greens (adquirido en 2001) mantienen un saludable equilibrio del campo. El ejemplo es muy cercano: el lunes pasado, una tormenta considerable obligó a cancelar las prácticas durante la mañana y hubo que cerrar el club al público. Sin embargo, cuando el temporal cesó, las tuberías subterráneas de los greens absorbieron el agua acumulada en cuestión de horas. El SubAir cobra especial injerencia en el green del 12, ubicado en una zona baja y con mucha sombra. Ese rincón del Amen Corner tiene poca circulación de aire y es especialmente frío en invierno y caliente en verano. Sin embargo, gracias al sistema de cañerías debajo del suelo, eleva la temperatura o refrigera según la estación del año. El green del 12, además, cuenta con un dispositivo lumínico suplementario que lo conserva en buenas condiciones. La cancha tiene apenas 44 bunkers, muchos menos que los otros tres Majors. Del 9 al 17, ninguna trampa de arena juega desde el tee para los profesionales, aunque el campo no necesita de ellas para intimidar en cada tiro. Augusta National invita a buscar recompensas grandes, como en Firethorn, el hoyo
Las dificultades del suelo son una característica 15. “¿Qué hago? ¿Busco el águila con el segundo tiro al green o soy conservador?”; ése es el debate interno que se plantea el jugador allí, mientras observa el agua protegiendo la bandera. El domingo, en busca del todo o nada a la caza del título, las apuestas en este sentido son mucho más ambiciosas, por eso es que las últimas rondas son tan vibrantes. El agua, de hecho, amenaza en cinco de seis hoyos entre el 11 y el 16, factor que agrega mucho drama al campeonato. El recorrido requiere una extraordinaria precisión en cada tiro, más allá de que el espesor del rough es escaso. Errar un golpe por apenas centímetros obliga a rearmar un rompecabezas en la mente y buscar la recuperación más lógica, sin tentar a un mayor peligro. MacKenzie y Bobby Jones –el otro gran mentor del campo–, creyeron que ningún buen hoyo de golf debería existir si no propone una solución adecuada y conveniente para el golfista medio y el novato, así como para el más experto, potente y preciso.
reuters
En última instancia, siempre es una cuestión de ángulos, la manera en que se maneja la estrategia en el contorno de la superficie. Cada punto de inflexión implica un riesgo inminente. Desde el tee del par 5 del 13 (Azalea), el jugador tiene que calibrar a la perfección el vuelo de la pelota para que atraviese el lecho del arroyo de la izquierda y se acomode a la derecha, con un enfoque directo hacia la bandera. Y en el par 3 del 16 se debe buscar la plataforma más alta del green (atrás y a la derecha), para no sufrir el retroceso de la pelota, como sucede en varios hoyos. En algunos casos, tras un approach, esa marcha atrás llega a los pies del golfista. Además, un aterrizaje en los bunkers del 16 equivale a una sacada imposible de frenar. Los trucos se revelan siempre, tarde o temprano. Augusta National atemoriza y premia. Luce con cada uno de sus paisajes y exige mentalmente al máximo con sus desafíos. Por eso es la principal estrella de cada Masters.ß
Bubba Watson vuela con la impronta de un campeón
El Pato no pudo mantener el ritmo; fue un adiós tempranero
ap
AUGUSTA (De un enviado especial).– El norteamericano Bubba Watson le agregó carisma al golf, señalado toda la vida como un deporte aburrido y de viejos. Es un jugador que dio un soplo de aire fresco al circuito con su impronta y con un juego muy poco ortodoxo, ya que se trata de un autodidacta: jamás tomó una clase. Aprendió a jugar practicando en el jardín de su casa en Bagdad (Florida), rodeada de árboles. Desde los 6 hasta los 12 años, en lugar de divertirse con autos de juguete y soldaditos, le pegaba a pelotas de plástico y probaba varios efectos. Parece que el campeón del Masters 2012 quiere probarse de nuevo la chaqueta verde: con los 68 golpes (-4) de ayer suma 137 (-7) y pasó a liderar la primera gran cita del año
con tres golpes de diferencia respecto del australiano John Senden. Adam Scott (defensor del título), se ubica a cuatro, al igual que los escandinavos Thomas Bjorn y Jonas Blixt, además de uno de los jóvenes norteamericanos que ya es realidad: Jordan Spieth. Bubba, que se impuso en 2012 con un formidable hook sin ángulo, en el desempate del hoyo 10 ante el sudafricano Louis Oosthuizen, fue el que mejor entendió ayer el comportamiento de los vientos. De ahí su recompensa de cinco birdies consecutivos del 12 al 16 y un solo error con el bogey final. Sólo se atravesó la mitad del torneo, pero Watson ya marca tendencia, con el empuje de un campeón. Sólo debe confirmarlo en los dos días que le quedan al certamen.
CLASIFICACIÓN P.
nombre
1ª
2ª
total
1º
Bubba Watson (EE.UU.) 69
68
137 (-7)
2º
John Senden (Australia) 72
68
140 (-4)
3os
T. Bjorn (Dinamarca)
73
68
141 (-3)
Jonas Blixt (Suecia)
70
71
141 (-3)
Adam Scott (Australia) 69
72
141 (-3)
Jordan Spieth (EE.UU.) 71
70
141 (-3)
Fred Couples (EE.UU.)
71
71
142 (-2)
Jimmy Walker (EE.UU.) 70
72
142 (-2)
Jim Furyk (EE.UU.)
74
68
142 (-2)
10os K. Streelman (EE.UU.)
72
71
143 (-1)
S. Gallacher (Escocia)
71
72
143 (-1)
Russell Henley (EE.UU.) 73
70
143 (-1)
Kevin Stadler (EE.UU.)
70
73
143 (-1)
Jamie Donaldson (Gales) 73
70
143 (-1)
7os
Watson, el sólido líder
efe
15os Lucas Glover (EE.UU.)
75
69
144 PAR
Matt Kuchar (EE.UU.)
73
71
144 PAR
Louis Oosthuizen (Sud.) 69
75
144 PAR
Fernández-Castano (Esp.)75
69
144 PAR
L. Westwood (Inglaterra)73
71
144 PAR