Blunt, la nueva reina de la pantalla

películas más vistas entre el jueves y el domingo, llegaron allí con unas cifras muy por debajo de lo esperado en films de terror y artes marciales,.
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Espectáculos

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Martes 12 de enero de 2010

CINE Estreno: La joven Victoria

Opinión

Blunt, la nueva reina de la pantalla

Por Fernando López

Luise Rainer, una rebelde de cien años

Continuación de la Pág. 1 Col. 1 joven Victoria (que se estrena pasado mañana en la Argentina). “Siempre busco personajes que estén un poco fuera de foco”, explica Blunt, durante la entrevista telefónica. “Me gusta interpretar a gente complicada y difícil de definir en una sola mirada.” Características que pueden aplicarse a muchos de los papeles de Blunt y, sobre todo, a la joven reina. La idea detrás de La joven Victoria, dirigida por Jean-Marc Vallée, escrita por Julian Fellowes (Gosford Park, crimen de medianoche) y producida por Sarah Ferguson, la duquesa de York, es recordar los primeros años de Victoria como monarca británica, trono que mantendría por 63 años. El acento está puesto en que tenía sólo 18 años cuando subió al trono en medio de un turbulento período en la historia inglesa, así como en el apasionado romance con su futuro esposo, el príncipe Alberto (Rupert Friend). “El film se acerca a su vida de una manera contemporánea. Se trata de una joven mujer teniendo que hacer un trabajo que la supera... Para mí, fue una experiencia maravillosa interpretarla. Sólo espero haberle hecho justicia”, relata Blunt.

Una reina tartamuda La actriz creció en Londres, junto con sus tres hermanos, acostumbrada a ver a sus padres hablar en público, ya que su mamá es maestra y su papá, abogado. Sin embargo, la joven Emily no heredó su capacidad para la oratoria. Todo lo contrario. Hasta los doce años, sufrió de un pronunciado tartamudeo. “La cosa era tan grave que prácticamente dejé de hablar. Era muy difícil para mí porque, en realidad, era muy charlatana y tenía muchas cosas que quería decir, así que intentaba empujar las palabras hacia afuera, pero era muy frustrante”, recuerda la intérprete. Después de intentar remediar, sin éxito, su problema con fonoaudiólogos y terapias de relajación, un profesor sugirió que la pequeña Emily probara suerte en una obra escolar. “Hablar sobre el escenario me aterrorizaba, pero mi maestro era brillante, y me dijo: «¿Por qué no probás con un acento?» Lo hice y de esa manera me distancié de mi dificultad. Al hacer un personaje con otra voz, me liberé.” Nunca más dejó de actuar. Luego de las requeridas películas de época de la BBC que todo intérprete británico parece atravesar como si fuera un rito de iniciación, Blunt participó de la obra The Royal Family que protagonizaba Judi Dench, quien, casualmente, hace unos años también interpretó a una ya viuda reina Victoria en Su Majestad, la señora Brown. “Estaba asustada por trabajar con Judi, pero en cuanto la conocí, me di cuenta de que era amable y cálida. La miraba actuar y manejarse con la gente. Tiene una gracia natural, pero, al mismo tiempo, es bastante traviesa, me hacía reír mucho”, recuerda Blunt.

Dos papeles para recordar En el film que se estrena pasado mañana, la actriz interpreta los primeros años de Victoria de Inglaterra, con especial atención en su vida romántica. El papel que la hizo conocida fue la de la mordaz asistente de Meryl Streep en El diablo viste a la moda

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Aunque la actriz debutó en cine en 2003, su suerte cambió un año después, cuando protagonizó el film independiente Mi verano de amor y Hollywood empezó a tentarla. Así llegarían sus papeles en El diablo viste a la moda; Conociendo a Jane Austen; Dani, un tipo de suerte, y Juego de poder. Claro que el verdadero cambio llegó con el film en el que compartió escenas con

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AVATAR Semanas en cartel: 2

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LA PRINCESA Y EL SAPO Semanas en cartel: 1

3

ENAMORANDOME DE MI EX Semanas en cartel: 1

4

2012 Semanas en cartel: 6

5

ACTIVIDAD PARANORMAL Semanas en cartel: 5

6

HALLOWEEN 2 Semanas en cartel: 1

7

ASESINO NINJA Semanas en cartel: 1

8

CENA DE AMIGOS Semanas en cartel:2

9

AMANTE A DOMICILIO Semanas en cartel: 2

10

ROSETTA Semanas en cartel: 2

Cines

Espectadores Jueves a domingo Acumulado

103

265.976

735.494

85

110.255

110.255

60

68.941

68.941

105

34.560

991.142

62

18.227

280.265

39

11.066

11.066

26

9679

9679

19

7523

22.668

28

5456

20.866

3845

10.650

9

Total de espectadores de jueves a domingo FUENTE: EDI ARGENTINA SA

535.528 LANACION

Avatar sigue primero, a pesar de la competencia El film de James Cameron mantuvo el primer lugar Por segunda semana consecutiva, y a pesar de que la cartelera le ofreció algo de competencia, Avatar volvió a ser el líder indiscutido de la taquilla. Con el estreno de La princesa y el sapo, el bello film animado de Disney y la comedia Enamorándome de mi ex, con Meryl Streep, el público tuvo más opciones para elegir aunque la variedad de las propuestas no dividió al público. Todo lo contrario. Entre una semana y la otra se sumaron más de 150.000 espectadores en las salas de todo el país. Si el film de ciencia ficción de James Cameron continúa su marcha como hasta ahora –tanto en la Argentina como en el exterior, donde ya pronostican que podría terminar con el reinado de once años de Titanic–, es bastante probable que en las próximas semanas alcance el millón

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AP

Comprometidos Durante años, Emily Blunt fue la novia de Michael Bublé, el cantante canadiense que hace poco más de un año sale con Luisana Lopilato. Ayer, Bublé anunció oficialmente que se comprometió con la actriz argentina. Aún no fijaron fecha.

Cindy Pearlman

Eric Rohmer murió ayer, a los 89 años

Concurrencia a los cines Película

Meryl Streep y Anne Hathaway. “Sentí una diferencia cuando se estrenó esa película. La gente empezó a relacionarme con un éxito y como los productores miran los números... Podés ser la mejor actriz para determinado papel, pero si antes no participaste de un film taquillero es más difícil que te elijan”, dice Blunt, que además de usar fabulosa ropa de Vivienne West-

wood en El diablo viste a la moda logró transformar diálogos bien escritos en instantáneos clásicos de la comedia. “Estoy a un virus estomacal de alcanzar mi peso ideal”, decía muy en serio la Emily de la ficción. “Alguien escuchó a una mujer diciendo esa línea. Es divertida, pero un poco terrible también”, confiesa. Luego de filmar La joven Victoria, Blunt abandonó el traje de época por un rato para participar en un film británico junto con Rupert Grint– el Ron Weasley de Harry Potter– y pronto volvió al corsé para interpretar al interés romántico de Benicio del Toro en El hombre lobo, que se estrenará en febrero. “No siento que trabaje demasiado. De verdad. Mi hermana, por ejemplo, trabaja todos los días. Actuar no requiere de eso. Y no es una mala profesión: un día estás vestida de Prada y, al siguiente, te ponen una corona. ¿Qué más se puede pedir?”

de espectadores. De hecho, el fin de semana pasado consiguió más del doble de público que su competidor infantil. Lo más llamativo es que el cuento de hadas de Disney dura poco más de una hora y media, mientras que Avatar supera las dos horas y media y por ende tiene menos funciones por día. Más allá de las buenas performances en la taquilla de La princesa y el sapo y Enamorándome de mi ex, el resto de las películas estrenadas la semana pasada no tuvieron demasiada suerte. Aunque Halloween 2 y Asesino Ninja lograron el sexto y el séptimo lugar en la lista de las diez películas más vistas entre el jueves y el domingo, llegaron allí con unas cifras muy por debajo de lo esperado en films de terror y artes marciales, respectivamente.

Adiós al poeta de lo cotidiano Continuación de la Pág. 1, Col. 6 cidad de reproducir lo que ve, exacta e ingenuamente, la cámara puede percibirla mejor que el ojo, subrayaba.) “La imagen no está hecha para significar, sino para mostrar; su papel no es decir que alguien es algo, sino mostrar cómo es, lo que resulta infinitamente más difícil.” Para significar, añadía, existe un instrumento excelente: el lenguaje hablado. Nunca es fácil determinar dónde reside la singularidad (y el encanto) de sus films. En ellos, se sabe, hay gente que conversa acerca de lo que siente y piensa: habla de sus gustos, de sus deseos, de sus convicciones, de la moral, del arte y del amor, al mismo tiempo que experimenta el gusto de la palabra como vehículo del coqueteo y de la seducción. Esas largas conversaciones suelen tener la apariencia de una charla natural, ligera y cotidiana. Como las de la vida real, puede sonar tediosa, trivial o apasionante. Pero también puede ser reveladora: no sólo del íntimo sentimiento de los personajes, sino del propio programa expresivo del autor en su búsqueda de la verdad y de la belleza. Rohmer sabía ver la poesía de lo cotidiano. Ya que no pueden mostrarse sino comportamientos y que el hombre únicamente se define mediante sus acciones, “el genio del cine reside en la posibilidad de ir más allá de ese límite y descubrir otra cosa”. Ahí están para ilustrarlo aquellas Comedias y Proverbios, que incluían delicias poéticas como Paulina en la playa, El rayo verde y Las noches de luna llena, o los seis cuentos morales que, a fines de los años sesenta y comienzos de los setenta, hicieron conocido su nombre y alcanzaron singular repercusión en nuestro medio. (¿Quién no recuerda las apasionantes charlas de Jean-Louis Trintignant y Françoise Fabian sobre la moral y el matrimonio, y la tensión erótica que se per-

cibía bajo la superficie de Mi noche con Maud?) Quizá nunca haya ido más allá en esa indagación a partir de una mirada objetiva que en algunos de sus films relativamente más recientes, como su formidable serie de los Cuentos de las cuatro estaciones (de los años 90) o Triple traición, su penúltima película.

Reservado

Tenía 28 años y un contrato que la ataba a la Metro cuando se plantó ante el hombre más poderoso de Hollywood con un reclamo bien concreto: estaba harta de que el estudio sólo le confiara papeles en melodramas o en comedias triviales que no estaban a la altura de su prestigio: al fin, era la primera y única actriz que hasta ese momento había ganado el Oscar dos años seguidos, quería desarrollarse, ser madame Curie o la heroína de Casa de muñecas. Louis B. Mayer la amenazó: “Nosotros te hicimos; podemos matarte”. Ella no se amilanó: “Fue Dios quien me hizo, señor Mayer, y estoy todavía en mis veinte; usted es un hombre viejo: cuando yo cumpla 40, ya estará muerto”. La escena, claro, puso fin a la relación de Luis Rainer con Hollywood. Se fue a Broadway sin que le importara demasiado clausurar una carrera cinematográfica que había sido tan fulgurante: nunca había querido ser una estrella. Tampoco quería seguir desperdiciando su talento en papeles, como los de Escuela dramática (Robert Sinclair), la última película que filmó para la Metro en 1938, el mismo año de su discusión con Mayer. Sólo volvería al cine dos veces: una, en 1943, para Hostages, mediocre film de ambiente bélico producido por Paramount; la otra, cincuenta y cuatro años después, para una versión de El jugador, de Dostoievski, debida al húngaro Karoly Makk; allí le bastaban diez minutos para robarse la película como la abuela que saborea el placer de jugar a la ruleta por primera vez.

Ray), y más tarde con las películas de la nouvelle vague que firmaban Truffaut, Godard, Rivette, Chabrol o Resnais. Antes, Eric Rohmer había estudiado filosofía y letras y ejercido la crítica cinematográfica en publicaciones, como La Revue du Cinéma o Les Temps Modernes. Se había interesado en el cine en sus tiempos de estudiante, cuando lo entusiasmaron ciertos films europeos (El muelle de las brumas) o norteamericanos, especialmente Capra y Lo que sucedió aquella noche. Pero sólo después de la guerra tuvo oportunidad de estudiar el cine mudo, la producción alemana,

Era el más reservado de los cineastas franceses, un hombre que no quería posar para fotos porque consideraba que “la obra es más importante que la persona” y que mantuvo su vida personal tan a resguardo de la prensa que ni siquiera puede precisarse si nació el 21 de marzo o el 4 de abril de 1920 (nunca confirmó una versión u otra) en Tulle, provincia de Corrèze, en el centro de Francia. Se sabe, sí, que pertenecía a una familia alsaciana y también pudo establecerse después de mucha investigación que su verdadero nombre era Jean-Marie Maurice Mi noche con Maud, uno de sus films más célebres Schérer. Las razones por las cuales adoptó el seudónimo tampoco están claras. Presumen la soviética, Keaton y Murnau. Mienalgunos que fue para distanciarse de tras, daba clases de literatura. Su primer film, El signo del león su hermano René, izquierdista y militante de la causa homosexual; otros, (1959), quedó vinculado con la nouveque lo hizo para ocultar a su familia, lle vague. Sin embargo, más austero en especial a su madre, la conversión y discreto, debió esperar largos años del honorable profesor de letras en antes de que se lo equiparara al nivel profesional del siempre sospechoso de Truffaut, Godard o de Chabrol. arte cinematográfico. Su cine está más cerca de una Parte del clan formado en la Cine- concepción clásica que lo emparienmateca Francesa de Henri Langlois, ta con la universalidad que de las Rohmer fue uno de los que revolu- vanguardias efímeras. “He buscacionó –con el padrinazgo del crítico do siempre –decía– hacer cosas que André Bazin– la manera de ver (y resistieran al tiempo... Los artistas luego de hacer) cine, primero con que están demasiado ligados a las la política de los autores que reivin- corrientes de su tiempo son moderdicó principalmente en Cahiers du nos por un breve período; sus films cinéma a grandes directores de Ho- pasan de moda.” Los suyos, claro, llywood (Hawks, Ford, Hitchcock, no corren ese peligro.

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Por algo ya era a los 19 años –había nacido en Düsseldorf el 12 de enero de 1910– la actriz más aplaudida del elenco de Max Reinhart. Allí la descubrió Clarence Brown, el director favorito de Greta Garbo, y se la llevó a Hollywood, donde firmó un contrato de siete años con MGM. Menuda, bonita y con una exquisitez expresiva que la distinguía entre las intérpretes de su época, entusiasmó a Irving Thalberg, que le dio su respaldo, aunque Mayer apenas soportaba

Sorprendió por la elaboración de sus roles mucho antes del “método” el espíritu independiente y combativo de la chica. Su primer film norteamericano, Escapade (1935, titulado aquí La mujer desnuda), no tuvo demasiado éxito. Pero en seguida le tocó encarnar en El gran Ziegfeld a la esposa del famoso empresario teatral y bastó una escena –su primer plano en el teléfono tratando de ocultar la pena mientras oye a su marido decirle que la abandona por otra– para consagrarla y darle el Oscar. Con La buena tierra, su tercer film, volvió a sorprender por la elaboración interior del personaje (una técnica que anticipaba el “método”) y le arrebató el Oscar a la Camille de Greta Garbo, actriz a la que admiraba. Hollywood todavía lo recuerda. Ella también: hace pocos días revivió ésa y otras historias –por ejemplo, su amistad con Einstein, Chaplin, Henry Miller y Anaïs Nin o la invitación que Fellini le formuló para sumarse al elenco de La dolce vita–, ante un periodista que la visitó en su piso londinense de Belgravia. Supone que si Thalberg no hubiera muerto en 1936 su carrera habría sido más extensa y rica, pero no se arrepiente de haberse rebelado contra el star system. Lo que, sí, lamenta es haber donado hace años todos sus papeles –entre ellos la partitura de Porgy & Bess que le regaló Gershwin– a la universidad de Boston. “No me imaginaba –dice– que iba a vivir tantos años.” Que los cumpla feliz.

(En escena) Visitas guiadas al San Martín El Teatro San Martín reanuda hoy sus visitas guiadas al emblemático edificio de Corrientes 1530, que esta temporada celebra sus 50 años. Estas tendrán lugar de martes a viernes, a las 12, y su punto de encuentro es el hall central del teatro. Realizadas tanto en inglés como en castellano y a un costo de 8 pesos, durante una hora se recorre en ellas buena parte del edificio, que contiene tres salas teatrales y una de cine.