Romanos 8:8-9 INTRODUCCIÓN: Ausencia de conflictos es definición pobre de “la paz”. ¡Igual a muerte! Nacimos para luchar y vencer. Los que son “más que vencedores” ¿ya no luchan? Falso. Es que antes de empezar ya han ganado. Pero los jóvenes son plagados de conflictos. · Conflictos internos. Auto-imagen, valor, sentido, vocación, enojo, temor... · Conflictos familiares. Relación con padres (drama en encuentro juvenil de Boyuibe solucionó eso), tensión con hermanos, expectativas, abusos, manipulaciones... · Conflictos con compañeros. Ofensas, amor no correspondido, presión de grupo... · Conflictos con “el mundo”. Corrupción, vicio, inmoralidad, valores deteriorados – a veces invertidos... ¿Se podrían resolver todos los conflictos uno por uno? (Auto chocado, trabajo laborioso) Intentan lograr eso la educación y los esfuerzos por mejorar el medio ambiente. Pero hace falta terapia de uno y también de familia y también de grupo social. Tal vez lo mejor que se podría ofrecer sería algo como la Facultad Bíblica donde se vive bien en familia con disciplina, respeto y alegría. Algunos ingenieros sociales han lanzado experimentos como por ejemplo el comunismo. Pero, la situación humana es peor de lo que imaginan aquellos ingenieros sociales. Volvemos al ejemplo del auto chocado. Fue quemado. (Camión cisterna al lado del gaseoducto en Salinas) Si se lo pone bonito la primera vez que suben 4 pasajeros se hace hamaca y en el primer bache se asientan los muelles al tope; en la primera curva se empiezan a salir las ruedas. El acero quedó destemplado. Es chatarra inservible. Sólo sirve para volverlo a fundir y templar de nuevo. Sólo así. Hay que hacerlo de nuevo. LA CONVERSIÓN El joven necesita más que “una mano” para lidiar con sus conflictos. En primer lugar tiene conflicto consigo mismo. Hay un falso evangelio que incluso aparece en literatura cristiana. Pone como base primordial el auto-estima. Digamos que podrías componer todo empezando con tu cara, tu estatura, tu situación social, tu economía... que lograras ganar el mundo entero. ¿Serías más que vencedor? “Porque ¿qué le aprovechará al hombre si ganare todo el mundo y perdiere su alma? O
¿qué dará en recompensa para su alma?” (Mr. 8:36) No serías vencedor sino perdedor y ¡más que perdedor! ¡Ahá! – estás diciendo. Hace falta la dimensión espiritual. Uno necesita religión. No. Estoy hablando de la doctrina de depravación. Ro. 3:10-23. En vano se cambia de religión, de grupo social. Puede hacerse un fariseo. (Siete demonios peores entran, Mateo 12:43...) Tiene que nacer de nuevo (Jn. 3) todo hecho nuevo (2 Co. 5:17). Al humillarse y clamar al Señor (Ro. 10:9, 13), Dios le hace una entrega – a más del perdón y el nuevo destino – le da su Espíritu Santo. Sólo con su ayuda, su nuevo nacimiento, su poder, su control, se puede vivir victorioso en medio de tantos conflictos. ¿Está seguro de su salvación? Si no tiene seguridad tal vez no ha pasado nada. Eres copión, simpatizante, aspirante, nada más. Vendrá la prueba y te lleva el turbión. Cuando viene el Señor por los suyos te quedarás atrás. ¿Por qué digo esto? Ro. 8:14-16. OBRA DE DIOS EN NOSOTROS Memorizar Romanos 8:28-30 Pensamos que debemos hacer algo para Dios. Estudio, trabajo, cumplo con deberes en casa, busco una profesión, me gustaría enamorar, en fin, tengo muchas ocupaciones. Pero sería bueno hacer algo para Dios. Hay que darse cuenta que somos su obra. Somos su labranza (Jn. 15), su construcción (Ef. 2:10, 20-22). Somos el resultado de la muerte de Cristo en la cruz, de la extensión mundial del evangelio, de las oraciones de alguien. Dios está operando en el mundo y soy parte de esa operación. Él obra en mí y a través de mí. Hace falta esta orientación Cristo-céntrica, teocéntrica. Él es quien tiene el plan y el poder (Ro. 8:28-30). Me da suficientes recursos. Pueden hablar de angelología, pero el Espíritu Santo es suficiente. Me capacita, me consuela, me enseña, me protege, me da poder, me integra al cuerpo de santos, produce frutos en mí, me da dones específicos... Soy una herramienta en sus manos para hacer lo que él quiere. Él tiene el plan. Yo soy accesorio. No le uso a él: Él me usa a mí. Y eso es mi gloria y mi realización en la vida. Otro recurso que Dios me da es la confesión. Cuando le recibí como Salvador me perdonó y quedé livianito. Pero cada paso que doy con pecado no confesado más pesado me siento. Y no hay necesidad de dar un paso más. 1 Juan 1:9 Qué sea inmediata porque tú no vas a arreglar ni podrás ocultarlo. El pecado es como deuda o anti-bendición. Hay que confesar ni bien se dé cuenta de cualquier pecado. Podemos quedar como una herramienta nueva, bien fila y limpia. Por lo correspondiente, hay que saber perdonar. Él que se agarra de ofensas se carga innecesariamente casi de la misma manera que el que no sabe confesar sus pecados y se vuelve pesado e inútil. Hay técnicas que hay que aprender a emplear. Hace falta pedir auxilio a diario por el pecado que te asedia. Puede ser en lo sexual, en la envidia, el orgullo... También es técnica sagaz emplear la oración de intercesión como contra-ataque cuando el enemigo te ataca en tu lugar débil. Ya mencionamos la confesión de pecado y la práctica del perdón. Hay que notar los dos estorbos. Puedes sentir amargura a causa de tu estatura, tus padres divorciados, alguna desgracia. (Heb. 12:15) El antídoto es “Dar gracias por todo” (1 Ts. 5:18) La rebeldía no es virtud. Más bien es
como brujería, como trabajar con el diablo (1 S. 15:23) “Yo sé que Dios manda (obedecer a los padres) sin embargo yo decido (mentirle y robarle).” El enfoque que ayuda a darse cuenta es la práctica de la adoración. No enfoques al problema o al conflicto. No enfoques “mi satisfacción” y “mi realización”. Ni siquiera “me hace bien”. Conclusión: Leía Job y pensé en mi cuñado que se muere de cáncer. Ese libro se aplica a todos nosotros... a mí. Su experiencia de Job fue para la gloria de Dios en un enfrentamiento cósmico. ¿Tuvo que disculparse después de haberlo usado a Job así? Fue para su mayor bien. (Murió don Tomás... ni un día por demás de sufrimiento.) ¡Fuera el temor! Más bien, podemos vivir con alegre abandono. EL CAMPO DE BATALLA Memorizar Romanos 8:5-8 (Harapientos azules y cafés vs. trajes rojos con X blanco en la Guerra de la revolución norteamericana; azules vs. plomos en la Guerra Civil.) Sólo en las películas. ¿Dónde combatimos? · En las cortes. Dr. Dobson. Género neutro. Homosexuales. · En las legislaturas. Derecho de orar, de predicar. Prohibido aplicar disciplina. · En la propaganda – el mercado de ideas. · En la investigación científica. · En las universidades (David contra Goliat) Jóvenes de hoy quieren marchar y gritar y tirar cosas. ¿Viene al caso “Marcha para Jesús”, “Marcha para la Biblia”? Cuesta reconocer al enemigo. (Pablo encadenado, Fil. 4:22) Enfrentamiento con homosexuales, drogadictos (el que pegó a Toti), Evo Morales, Gonzalo Sánchez... ¡Pero ellos pueden convertirse! ¿Qué clase de demostración puede convencer a la gente de que somos hijos de Dios y de que ésta es la verdad? Juan 17:23; 13:35 Son tres los enemigos del creyente: El diablo, el mundo y la carne. Los casos – los campos de batalla – que acabamos de mencionar son ¿contra cuál de éstos enemigos? ¿Por qué no podemos lanzar piedras y gritar - ¡qué muera!? El enemigo más tenaz e inescapable es la carne – la vieja naturaleza. El original Marcos Mattix. Y el campo de batalla es la mente. El inconverso no sabe de tal lucha. ¡Ni cuenta se da! El psico-análisis no ayuda. Pasó la moda de hablar mucho acerca de “Temperamentos”. Lleva a la introspección la cual satisface la carne. La clave es mirar a Cristo. Fil. 3:10, Col.3:1, He. 12:2
Hay que meditar su Palabra. Es toda útil. ¿Manejar la palabra? ¡Qué nos maneje ella! Orad sin cesar. Es como respirar. Sustituir la imagen en la pantalla. Manejar nuestros pensamientos, nuestra imaginación, nuestro subconsciente. Se puede. Fil. 4:8 manda “en esto pensad”. Incluso el capítulo anterior (Fil. 3) nos dice lo que debemos sentir. No se nos viene el pensamiento o el sentimiento como un cambio de tiempo. “Poco a poco puedo ver cambios bellos en mi ser.” El proceso de crecimiento es lento. Algunos experimentan una gracia especial al convertirse. Desaparece el deseo para el trago o la droga. Pero normalmente se lucha años con el mal deseo residual con clamores de “¡Ay de mí!” y “¡Quién me libra!” (Ro. 7) La respuesta es la obra de Cristo y el Espíritu residente hasta experimentar “ya no vivo yo sino...” (Gá. 2:20). ¿Hasta cuándo es este conflicto? (Nehemías y sus soldados no sacaban las armas.) Pero no se libra esta lucha contra el ego con fuerzas propias, porque al voltear la vieja naturaleza con tu propia fuerza y valor y virtud ¿quién queda arriba? Dice Luís Palau en su auto biografía que descubrió esto. Jacob también. Parece que uno no llega a la experiencia de Romanos 8 sin pasar por la de Ro. 7. MÁS QUE VENCEDORES Siete casos hipotéticos: 1.
Tribulación. (Bajo un régimen de fanatismo) Oficina de inscripción, estudios superiores ordena que tienes que traer recomendación del párroco de su diócesis y certificado de bautizo y primera comunión.
2.
Angustia. Sepelio de su madre. Hay que contratar los servicios del sacerdote encargado del “campo santo”. Los herejes pueden ir más allá del camal: hay gente que hace el trabajo de cremación.
3.
Persecución. (Bajo un régimen socialista totalitario) Llevan a los niños de 3 años: ambos padres tienen que trabajar para ganar 1 cupo completo de agua, luz, pan, arroz, carne y gas. Se les inculca la lucha de clases, el odio hacia ricos y empresarios privados, y el desprecio hacia la religión.
4.
Hambre Si no perteneces al Partido Único eres llamado “desunidor”. No te dan derecho a productos frescos: hortalizas, choclos, frutas, yuca, plátanos. Si se descubre que tienes camote o papaya en el patio de tu casa te lo quitan porque toda producción pertenece a la comuna.
5.
Desnudez
Cuando es proscrita la Biblia y se sabe de hermanos que sufren hambre en el pueblo hay hermanos del campo que llevan provisiones en bolsones debajo de sus ropas. Pronto son descubiertos y el control político rompe sus camisas y overoles y faldas por la mitad para mejor revisar. Tienen que andar agarrándose o atados con trenzas y prendedores. 6.
Peligro. Las cortes, la fiscalía, y la prensa existen para defender los derechos de los solidarios del partido único. Los creyentes no tienen recurso alguno a pronto se ven el blanco de ladrones y asaltantes.
7.
Espada. Bajo acusación de “anti-revolucionarios” y “reaccionarios” son arrestados, interrogados, obligados a asistir cursos de reorientación social, expropiados sus bienes, quitados sus hijos – dicen que no son aptos para criarlos.
Amenazados de muerte todos los días. Cada día que amanece el cristiano piensa que puede ser su último día de vida. No son casos imaginarios porque así fue en Roma cuando Pablo escribió. También en España en el Siglo XVI y China en el Siglo XX. Si viviéramos nosotros esas condiciones ¿qué diríamos? “Somos los más desdichados de la gente.” “Somos los más dignos de lástima.” “Esta no es vida.” Ro. 8:37 (35-37) “Más que vencedores.” Ninguna competencia, ninguna amenaza porque el cristiano (en Cristo) antes de nada ya ganó. Col. 3:3 Leer en coro 8:28-39 5 PREGUNTAS DESAFIANTES 1.
¿Quién contra nosotros? (v. 31) Puede rugir pero no puede morder. El Dueño de la vida, Controlador de las circunstancias, Nuestra Seguridad y Recompensador está a favor nuestro.
2.
¿Cómo no nos dará con él todas las cosas? (v. 32) “El don que incluye todo otro don.” (Gente necesita algo para mostrar que es alguien: casa, terreno, título, posición, mujer, descendencia...) Tenemos en Cristo lo que nadie puede imaginar. Ya somos alguien.
3.
¿Quién acusará? Es un desafío a Satanás, el Acusador. (v. 33) ¿...tal vez no estoy cumpliendo mi deber cristiano? ¡La justificación no depende de mí! Es un hecho que depende del anuncio “¡Consumado es!” y de la declaración de Dios al resucitar a Jesús de la muerte.
4.
¿Quién condenará? (v. 34) ¿Puede perder su salvación? Tal vez, si dependiera de usted. Pero es obra ¿de quién? Cristo murió. ¿Acaso eso puede ser anulado? ¡Primer cerrojo! Resucitó. ¿Alguien lo puede negar? ¡Segundo cerrojo! A la diestra de Dios. ¿Quién puede pasarle encima para anular su palabra? ¡Tercer cerrojo! Intercede por nosotros. Se ocupa de nuestro caso,
nadie le puede descuidar para perjudicar nuestra salvación segura. ¡Cuarto cerrojo! 5.
¿Quién nos separará del amor de Cristo? (35) Es un hecho firme en el Cielo y no hay ninguna circunstancia en la tierra que lo puede afectar.
Leer todos a una voz versos 35-39. TEXTO: (Mt. 1:20-24; 2:1-12) Tomado de la revista “Momento de Decisión”, www.mdedecision.com.ar Usado con permiso
ObreroFiel.com – Se permite reproducir este material siempre y cuando no se venda.