Alberto Kornblihtt

27 sept. 2013 - temática; madre, profesora de geografía en el. Joaquín V. González ... Premio Houssay, Investigador de la Nación. 2010, miembro de la ...
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8 | ADN CULTURA | Viernes 27 de septiembre de 2013

“El deber de los divulgadores científicos es ser entretenidos manteniendo el rigor”, considera Kornblihtt. silvana colombo

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Alberto Kornblihtt: “La ciencia es profundamente antiintuitiva” La humanidad del genoma. En su nuevo trabajo, el destacado investigador argentino desnuda los numerosos conceptos apócrifos que circulan acerca de la importancia de los genes en la determinación de la inteligencia y el comportamiento. Amante del cine, afirma que el ser humano es tecnológico “por naturaleza” y que no hay motivos para clonar personas Nora Bär | la nacion

on sus antecedentes, es lógico pensar que Alberto Kornblihtt no podía escapar a la tradición de transmisión de conocimiento que marcó a su familia: padre, ingeniero civil, también profesor de matemática; madre, profesora de geografía en el Joaquín V. González, también habilitada para dar clases de castellano y literatura; hermana, maestra y tíos, maestros. Pero después de leer La humanidad del genoma. ADN, política y sociedad, que acaba de publicar Siglo XXI, habrá que abstenerse de decir que estaba predestinado por sus genes… En esta obra atiborrada de ideas estimulantes y de la más perentoria actualidad, Kornblihtt desnuda los numerosos conceptos apócrifos que circulan en torno a los genes, su importancia en la determinación de la inteligencia y el comportamiento, los peligros que pueden derivarse de su manipulación y la trascendencia social de este (des)conocimiento. Con la lucidez y la claridad que lo caracterizan, Kornblihtt logra un texto de lectura atrapante a partir de artículos publicados en diarios y revistas, pero que fueron actualizados para integrarlos en este libro. “Valoro muchísimo la insistencia de Diego Golombek, director de la colección Ciencia que Ladra, que me instó a reunirlos, un proceso que me deparó un placer inesperado durante todo un verano de trabajo”, cuenta. La vocación de este investigador del Conicet, multipremiado internacionalmente (International Research Scholar del Howard Hughes Medical Institute, miembro del Comité de Ética en la Ciencia y la Tecnología de la revista Science, Medalla Konex de Platino, Premio Houssay, Investigador de la Nación 2010, miembro de la Academia de Ciencias de Estados Unidos y de la Argentina, premiado por la Academia de Ciencias del Tercer Mundo, entre otros) afloró en la escuela primaria. “Me gustaba mucho trabajar con las manos y al mismo tiempo soy muy malo para los deportes. Pero cuando en cuarto año del Buenos Aires conocí a Rosa Guaglianone, la profesora de botánica, tuve un deslumbramiento con la biología. Fue un descubrimiento, una pasión, un enamoramiento con la química, con las células, con los genes. A los 16 años me dije: ‘Quiero seguir Ciencias Biológicas en Exactas’”. Leloir había ganado el Premio Nobel. Kornblihtt soñó con hacer su tesis en la entonces Fundación Campomar y perfeccionarse en Inglaterra, que era el lugar de Newton, de Watson y Crick, de los Beatles... Tenía el destino marcado. –Después de treinta años de docencia, ¿qué diferencias encontró entre dar clase y escribir un libro sobre los mismos temas? –En ciertos aspectos son actividades similares. En el aula hay mucha adrenalina... Un momento importantísimo se da cuando los alumnos pasan de no entender a entender. Entonces surge una sonrisa que es única. Es un placer particular que genera una expresión