(1ª parte) Tirado a la basura - Recursos Escuela Sabática

de Dios. Lo sé porque aquel bebé soy yo. Aunque algunas personas predijeron mi muerte, Dios me conservó la vida hasta ahora. Pero, a pesar. BELICE | 1º de ...
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Tirado a la basura (1ª parte) BELICE | 1º de Noviembre

Jeremy

MISIÓN ADVENTISTA DIVISIÓN INTERAMERICANA

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quel bebé que, recién nacido, había sido arrojado a la basura, siguió creciendo y fortaleciéndose día a día. Cuando tenía seis años, comenzó a asistir a una escuela adventista. Y llegó sin bastón, a pesar de que el médico había predicho que estaría ciego para entonces; y no necesitaba silla de ruedas, aunque le habían advertido que no podría caminar. En la escuela le fue muy bien en todas sus materias, porque no sufría tampoco ningún retraso mental. Pasados los años, estudió Teología en una universidad adventista, porque quería ser pastor. Aquel bebé formaba parte del plan maestro de Dios. Lo sé porque aquel bebé soy yo. Aunque algunas personas predijeron mi muerte, Dios me conservó la vida hasta ahora. Pero, a pesar

de los milagros que el Señor ha hecho conmigo, hubo un tiempo en el que Satanás casi arruinó mi vida.

Muy mala niñez He pasado por muchos momentos difíciles en mi vida. Para empezar, mi padre nos abandonó, así que crecimos siendo muy pobres. Muchas veces me dijeron que nunca llegaría a nada, porque no valía nada. Sé lo que es pasarlo mal. Mis tres hermanos y yo tuvimos que compartir la misma mochila de la escuela; nuestros uniformes siempre eran de segunda mano; y muchas mañanas salíamos de casa con hambre, porque llevábamos días sin comer. El Señor nos mantuvo, pero hizo falta mucha disciplina por nuestra parte.

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Un mensaje especial Nuestro mensaje tiene que ver con la música. Hacemos saber a la gente que cierto tipo de música conduce a la ruina moral. Yo mismo he llegado a esta conclusión por experiencia. Lo que he visto en los clubes no se lo recomiendo a nadie, y a todos los que están ahí afuera les digo que vuelvan a la casa del Padre. A medida que comencé a estudiar la Biblia, Dios me cautivó y me hizo cambiar. Fue incre-

 La población de Belice es joven, con un promedio de edad de 21.8 años.

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Cápsula informativa  Belice es un país de Centroamérica, ubicado entre Guatemala y México, en la costa del Mar Caribe  Belice es el lugar de varias ciudades-estado mayas. Las ruinas mayas son una popular atracción turística del país.

íble. Entendí que cuanto más cerca de Jesús estás más se abre a tu entendimiento al conflicto espiritual que se desarrolla a nuestro alrededor. Todos luchamos contra maldades espirituales, y ahora mismo yo no sería capaz de ir a un club; sé que la música tendría sobre mí una influencia diabólica. Dios ha hecho grandes milagros en mi vida y todavía continúa haciéndolos. Mi sueño es ver a millones de personas salvadas para el Reino de Dios. Por su gracia, yo mismo he podido participar en reuniones de evangelización, y he tenido el gozo de ver a cientos de personas bautizarse gracias a esas reuniones. Creo que muchos jóve-nes, y también muchos adultos, pueden caer a los pies de Jesús si nosotros nos unimos en favor de ellos. Mi madre, a la que quiero inmensamente, siempre me dice: “No olvides que a ti te habían tirado a la basura; no olvides que perteneces a Dios, pues te salvó la vida, y que estás aquí para darle gloria”. 

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Los niños que crecen en la parte sur de la ciudad de Belice se pierden con gran facilidad. Y así, durante mi juventud, yo también anduve perdido. Me metí muy a fondo en el mundo de la música; pero una música diabólica a la que estuve expuesto desde muy temprana edad. Tal vez te estés preguntando: “¿Cómo es posible que este hombre, habiendo sido salvado por Dios de una forma tan milagrosa, acabara después echándose a perder?” La respuesta es muy sencilla: porque aparté mi vista de Jesús; porque creía que ser joven era intentar divertirse sin parar; porque andaba en malas compañías. Pero Dios me trajo de vuelta a casa corrigiéndome con amor. Yo había cometido muchos errores, pero me los hizo ver y me convenció de que necesitaba cambiar. Uno de esos errores era la música. Yo solía tocar en un club. El sábado por la mañana iba a la iglesia, y por la noche, en cuanto el sol se ponía, me iba al club. De la iglesia al club en un mismo día. Y en el club me juntaba con otros amigos también de la iglesia. Pero alabo al Señor porque esos amigos abandonaron también aquel estilo de vida, al igual que lo hice yo, y ahora hemos formado un ministerio especial para difundir nuestro mensaje.

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