turismo | 3
| Domingo 2 De junio De 2013
Aquí nomás
Volar en globo desde la puerta de la habitación Un gran campo, buena gastronomía, mucha tranquilidad y la posibilidad de hacer un romántico vuelo desde las instalaciones del Polo Hotel, en Open Door Texto Andrea Ventura
Foto Patricio Pidal/AFV
El globo levanta vuelo desde el gran campo de polo del hotel
C
omprueba la dirección del viento e incluso tira pasto al aire para confirmarlo. El gran campo de polo frente al edificio central del Polo Hotel, en Open Door, es el lugar perfecto. Carlos Niebuhr, el piloto, empieza con la tarea de inflar el globo, tan interesante como el vuelo mismo.
Primero desplegar la enorme vela de 55 kilos en el pasto, que luce impecable, a pesar que hace poco se jugaron partidos. Luego con un ventilador se empieza a inflar el globo, que se va agrandando acostado en el piso. Después, con gas propano. Desde los costados hay que tener con fuerza las paredes del globo, que
crece y crece. El calor del gas empuja de un plumazo el frío otoñal. Desde afuera parece un gran corredor, como un túnel con cuadros blancos y verdes. La pequeña barquilla, con los tanques y el calentador, espera, preparada a un costado. Está todo listo para comenzar
un plácido vuelo por los campos de la zona, prácticamente desde la puerta de la habitación del hotel, sin traslados. La posibilidad de combinar un día de campo con un vuelo en globo suena original. Aunque, claro, es posible pasar un relajado fin de semana en el hotel, que está en plena etapa de cambios, con nuevos dueños y nuevo nombre, y dedicarse simplemente a descansar y disfrutar de las instalaciones. “Hacer fiaca, sentarse en una reposera a leer un libro, es la actividad preferida de los huéspedes”, comenta Esteban Giganti, gerente general del hotel. O también hacer sólo el vuelo en globo en Los Cardales, sin siquiera pisar alguna de las 32 habitaciones del complejo. Pero el plan en conjunto, además de muy romántico, es de lo más práctico: los vuelos suelen hacerse a la mañana muy temprano o al atardecer, cuando las condiciones climáticas son las apropiadas y en este caso no hay que manejar de madrugada hasta el punto de encuentro. Sólo basta cambiarse y salir al gran parque de 13 hectáreas para esperar que el globo nos pase a buscar. Uno de los nuevos opcionales que varias estancias suman a sus servicios. Está todo listo para comenzar el vuelo. Lentamente, casi sin sentirlo el globo se empieza a elevar. No se siente ni vértigo, ni tambaleos, ni nada. Sólo la tranquilidad del campo. Inevitablemente el recuerdo fresco del accidente en las montañas de Capadocia, hace dos semanas, también se sube al globo. El capitán con más de 1000 horas de vuelo despeja las dudas: “El globo es el vuelo más seguro, porque sólo se hace en condiciones climáticas favorables, con vientos suaves, si no no se sale”. Rápidamente el gran edificio amarillo de dos plantas queda abajo. Desde arriba también se ven las canchas de tenis, la pileta climatizada y los demás salones de eventos. A lo lejos se pasean plácidamente los
Cambio de imagen El hotel, en sus comienzos, hace casi 15 años, fue un Howard Johnson, pero con la crisis de 2002 se dejó la franquicia y quedó con el nombre Resort de Campo y Polo. En febrero cambió de manos y los nuevos dueños lo rebautizaron como Polo Hotel Resort y Spa, aunque todavía están
caballos, porque también se pueden hacer cabalgatas hasta el río. Carlos explica que el globo flota en la masa de aire, que va a la velocidad del viento, que está quieto en el aire. Se vuela a aproximadamente a 30 metros. Desde arriba se ve todo con detalles, hasta los brazos de los automovilistas que saludan y tocan bocina cuando el globo cruza la ruta 6. El viento, a su antojo, decide la dirección del globo. “El piloto no interviene, sólo decide para subir y bajar.” Después de unos minutos en el aire llega el momento de aterrizar, quizás el menos grato del paseo por el sacudón, cuando la barquilla toca tierra. Carlos busca un lugar seguro al costado de la ruta, porque el globo no vuelve al hotel, va donde el viento lo lleva. Para el rescate llega Leticia, la mujer de Carlos, con la que se casó arriba del globo, con la camioneta. Otra vez el ritual de enrollar la vela hasta el próximo vuelo. En el Polo Hotel espera la pileta climatizada, la sala de juegos y la buena cocina del restaurante La Perdiz, a cargo del chileno Pedro Castro Rojas, discípulo de Dolli Irigoyen, con una carta con buenos pescados, pastas y varias opciones de carnes. Ahora es tiempo de disfrutar en tierra lo que se vio desde el aire.ß
en plena transición, en busca de una imagen. “Estamos en plena transformación, hay proyectado un plan de obras para revitalizar el edificio, con cambio de colores, LED de 42 pulgadas en la habitaciones y la intención de que el polo empiece a tomar más preponderancia”, explica Esteban Giganti, gerente general. Aspiran a tener un equipo propio y que las prácticas se hagan en el campo. De hecho hace un mes se hizo una exhibición.ß
Open Door 8 Pilar 28
7 Luján
Moreno
7
Cap. Fed.
BUENOS AIRES
6
LA NACION
50 km
◗ DAtos útiles Cómo llegar ◗ Ubicación. El Polo Hotel está sobre la ruta 6 y el río Luján, en Open Door, a 70 km de Buenos Aires. ◗ Alojamiento. La habitación doble estándar cuesta $ 1300 (+ IVA) para dos personas, con desayuno. Promoción programa viernes romántico. Incluye alojamiento, cena, botella de champagne, desayuno y acceso al Polo Spa. Por persona, $ 550 + IVA (no válido en feriados ni en vacaciones escolares). Informes, 02323 - 496669. info@polohotel. com.ar. www.polohotel.com.ar ◗ Vuelo en globo. Cuesta 2400 pesos para dos personas. Dura alrededor de 40 minutos. Informes, 6795-8951. www.volarenglobo.com.ar