Vivir de viaje: los nómades del siglo XXI

21 dic. 2013 - club para gente más grande, que se .... y sus hijos, Sofía y Toto, en las Salinas Grandes de las 4 Fronteras; los chicos estudian a distancia.
2MB Größe 12 Downloads 60 vistas
2

|

SÁBADO

| Sábado 21 de diciembre de 2013

Estilo de vida

Vivir de viaje: los nómades del siglo XXI Solos, en pareja o en familia, apuestan al presente y emprenden travesías sin fecha de regreso que comparten a través de blogs Viene de tapa

¿Y cómo se financian? Ésa es la pregunta que se hacen todos los que escuchan a estos viajeros relatar sus viajes maravillosos, por tierras exóticas, sin horarios ni las presiones de un trabajo diario en una ciudad colapsada. Una respuesta posible la tienen Aldana Chioda, geóloga, de 37 años, y Dino, mago e ingeniero en sistemas, de 43, que abandonaron sus profesiones para dedicarse a viajar y contarlo en www.magiaenelcamino.com. “Para viajar se necesita algo de dinero, pero es mucho menos de lo que uno se imagina –plantea Aldana–. Por un lado, hacemos dedo y tomamos buses; usamos las redes de viajeros para alojarnos en casas de gente local; comemos en puestos de la calle y no vamos a los lugares que «hay que conocer», pagando entradas carísimas. Por otro lado, generamos dinero con la magia. Para nosotros, además de una herramienta de conexión con la gente es una herramienta de financiamiento.” Juan y Laura, por su parte, no se permiten gastar más de 5 dólares diarios y se financian vendiendo los libros y sus crónicas a diferentes publicaciones. Incluso hay familias enteras, como los autobautizados Che Toba, que se sumaron a esta movida. Walter Boever es el “Capitán”; Machi Rodríguez, su “copiloto”, y sus hijos, Sofi y Toto, la “tripulación”. Walter es analista de Sistemas y cuenta que el nombre Che Toba era su apodo y terminó siendo el del blog de viajes que comenzó escribir, www.chetoba.com.ar. Machi, su esposa, es pediatra y sostiene económicamente a la familia cuando viven en forma sedentaria. A la hora de partir, ella cierra su consultorio, toman sus ahorros y se van. “Mientras viajamos, genero ingresos trabajando online y brindando servicios de asesoramiento. Cuando nos ven viajar en familia, nos preguntan cómo hacemos con la educación de los chicos. Lo resolvimos gracias al programa de educación a distancia (SEAD) del Ministerio de Educación Argentina”, cuenta Walter. En este sentido, un sitio fundamental a la hora de abaratar costos es Couchsurfing, una red social que, mediante una asociación, posibilita dormir gratis en miles de ciudades con sólo conectarse. “Couchsurfing es una organización internacional que tiene como fin promover el intercambio cultural a escala mundial –explica Carlos Álvarez, embajador de la Red Couchsurfing de la Argentina–. Este fenómeno de compartir sin fronteras culturales ni barreras políticas ayuda a conocer otras culturas a través de la experiencia directa, interactuando con gente de todo el mundo y trayendo un abaratamiento a la hora de viajar, ya que el hospedaje es ofrecido gratuitamente. La Argentina es uno de los países con más miembros y actividades del mundo, transformándola en un destino preferencial dentro de la comunidad.” Los Che Toba se asociaron a otro club similar, Friendship Force International, que les permite hospedarse gratuitamente en casas del lugar que visitan. Esta red nació en Estados Unidos hace casi tres décadas, pero se hizo conocida mundialmente hace poco, gracias a las redes sociales. “Comenzó siendo un club para gente más grande, que se retiraba y quería viajar por el mundo hospedándose en casas de familia en un ámbito de amistad, calidez y de intercambio cultural con el país adonde iban. Con la aparición de las redes sociales, comenzamos a triplicar las membresías y hoy recibimos gente de todas las edades. La mentalidad de la gente cambió y los que antes ahorraban toda la vida para viajar en su vejez hoy viven el presente, viajan y disfrutan sin pensar

en un porvenir económico”, detalla Agustina Solinas, jefa de Prensa de Friendship Force Argentina. Los nuevos aventureros “Los mochileros 2.0 tienen su antecedente en el Grand Tour que las familias más acomodadas realizaban especialmente por Italia y Francia desde mediados del siglo XVIII. No son nuevos, pero, por mi experiencia, puedo ver una característica en común: desde 1750 hasta acá, todos se creen los primeros y los últimos –decreta Soledad Gil, editora de la revista Lugares–. Son grandes aventureros que van en bicicleta de Alaska a Ushuaia, en velero a través de los siete mares, con un proyector pasando cine por pueblos del interior de la selva y escriben a la redacción con la ilusión de que su viaje sea único. Y lo es, claro... para ellos. La diferencia de entonces a ahora es que en la actualidad ese tipo de aventura no es para una elite que puede pagarlo, sino para aquel que quiere permitírselo. Hay familias enteras que viajan, convencidas de que la geografía que se aprende in situ es mejor que la de los libros, y que no hay mejor universidad que el viaje. Yo estoy de acuerdo. Quizá para un niño que hizo la escuela a distancia, online y sugestionado por exóticos paisajes de Asia o África, sea más difícil cursar regularmente en una facultad... Probablemente las vacaciones all inclusive le resulten una pesadilla, aunque tampoco hace falta atravesar el mundo para vivir una aventura. Y al final, ¿quién les quita lo viajado?” Así como los Chetoba, Aldana y Dino también serán una futura familia viajera. “Durante 2013 seguiremos con viajes cortos por el país, porque estamos esperando la llegada del tercer integrante de Magia en el Camino. En 2014, saldremos a la ruta de a tres”, comparte Dino. Las tradiciones argentinas siguen presentes en sus vidas, pero ellos viajan para conocer, para empaparse de otras culturas y aprender nuevos hábitos, entender sus tradiciones y probar sus comidas. Algunos ni siquiera miran las noticias del país, prefieren enterarse de todo cuando llegan. Otros las siguen rigurosamente. “Claro que extrañamos el asado. ¿Quién no? Pero no hacemos de la argentinidad un folklore ni viajamos con una camiseta para que todos vean de dónde somos. Laura no toma mate ni en Argentina, pero sí extraña las gomitas Mogul y la pasta. Yo, a veces, sueño con una buena picada con Gancia. No viajamos tanto con espíritu de fogón, sino para analizar realidades, mezclarnos con la gente del lugar y llegar a sitios alejados. De vez en cuando encontramos viajeros que están en la misma y está bueno compartir códigos”, explica con énfasis Juan Villarino. A la hora de hablar de la vejez y de cómo se la imaginan, todos concuerdan en algo: viajando. No creen que haya nada que los pueda limitar, salvo la salud. No se preocupan por su jubilación ni por la educación de los hijos. “Cuando en 2009 tomamos la decisión de abandonar todo lo que teníamos para salir a conocer el mundo a través de su gente, muchos nos trataron de locos y otros, de héroes. Locos, porque estábamos haciendo algo que, en general, se hace cuando uno tiene veintipico. En cambio, cuando uno toma la decisión pasando los 35 y 40, te ven como loco, porque se supone que a esa edad ya tenés tu auto, tu casa, tu profesión y tu trabajo acorde. Bueno, nosotros teníamos todo eso, pero lo dejamos igual. Y héroes, porque lo que estábamos haciendo era algo que muchos querían hacer y no se animaban, algo que hacen los héroes: dejar la seguridad”, concluye Aldana Chioda, de Magia en el Camino.ß

Walter Boever con Machi y sus hijos, Sofía y Toto, en las Salinas Grandes de las 4 Fronteras; los chicos estudian a distancia

Marcelo Borrego, autor de www.periodistasviajeros.com, en Jaisalmer, India

Tomar la decisión de abandonar la estabilidad opinión Carola Fernández Moores y Marcelo Borrego PARA LA NACION

C

ada vez que nos preguntábamos qué esperábamos del presente y del futuro y qué estilo de vida nos haría más felices, la respuesta era siempre la misma: “Queremos vivir viajando, conociendo, explorando”. Y no dos o tres semanas al año como impone la rutina laboral, sino viajar de verdad, viajar libres. Teníamos que poner todo nuestro empeño en alcanzar nuestros sueños. Tomar la decisión de embarcarnos en esta aventura de abandonar la estabilidad laboral, un trabajo “prestigioso”, un buen sueldo y una vida tradicional no es fácil. Apartarse de los mandatos familiares y la rutina para poder encontrar en esa búsqueda un estilo de vida propio produce gran inquietud y el “no lo van a lograr” flota siempre en el aire. Podríamos decir que somos de la generación que ya no sueña con la familia tipo, con acceder a una hipoteca por treinta años para la casa propia y perma-

necer varias décadas en el mismo trabajo. Lo nuestro es el cambio y el movimiento. Si pudiéramos vivir seis meses en Buenos Aires y seis de viaje sería nuestro estado ideal. Porque nosotros viajamos mientras preparamos el viaje, viajamos durante el viaje y viajamos a la vuelta con los recuerdos, las fotos, los videos y la planificación del próximo destino que se inicia ni bien regresamos. Sentimos así que nunca paramos aunque circunstancialmente estemos en nuestro país. El primer consejo que le podemos dar a cualquier persona que esté con ganas de salir al mundo es que viva y viaje con poco peso, sin atarse a lo que dicen los demás o a las reglas que impone la sociedad. Una semana en Praga, Bangkok, Singapur o Calcuta te enseñan más de la historia y de la vida que todos los libros que uno pueda leer. Todavía no tenemos hijos, pero cuando lleguen pensamos integrarlos a nuestro estilo de vida, ligada a la naturaleza, la libertad, a valores como la amistad, la igualdad, la ecología y el cumplimiento de los sueños.ß Los autores son periodistas, autores de www.periodistasviajeros.com

fotos, gentileza de periodistas viajeros y familia che toba

La primera red argentina de bloggers itinerantes opinión Jorge Gobbi

PARA LA NACION

H

oy, los blogs son parte del paisaje y ya se consolidaron como un soporte para desarrollar contenidos y narrar viajes. Para otros tipos de objetivos, como mantener el contacto en tiempo real con la audiencia, existen las redes sociales. Una de las preguntas habituales sobre por qué escribir un blog de viajes y turismo tiene que ver con su relación con un proyecto profesional a futuro. ¿Se obtienen ingresos como para poder vivir? Aunque durante algunos años los bloggers buscaron alcanzar esa meta mediante la venta de publicidad, hoy está claro que ésa no parece la vía... Un blog es, ante todo, un portfolio de lo que puede hacer su administrador y, en este sentido, le permitirá luego al blogger monetizar su presencia en el mercado de viajes de otras maneras: desarrollar contenidos para terceros, trabajar en campañas de desarrollo de estrategias para destinos, brindar charlas y capacitaciones

sobre turismo y medios sociales... Actualmente, el crecimiento de los blogs sobre viajes y turismo tiene una serie de desafíos a futuro. Una buena forma de encararlos es comenzar a trabajar de manera asociada, como el caso de Red ViajAR, la red argentina de bloggers de viajes. Es un trabajo conjunto que puede traducirse en formas de promoción de contenidos con mayor grado de elaboración; a la vez, destinos y empresas del sector pueden tener un único punto de contacto con los bloggers. El emprendimiento, además, se ha plasmado en dos eventos, realizados en 2012 y 2013, donde bloggers, lectores y profesionales del sector conversaron sobre el tema que más los apasiona: los viajes. Porque, en el fondo, no hay que olvidar que quienes escriben sobre sus travesías lo hacen, en primer lugar, porque tienen ganas de contar lo que viven cuando se van lejos de casa, y narrar esas experiencias desde el mismo punto de vista del lector. Que es el punto de vista del viajero, claro.ß El autor es docente de la Facultad de Ciencias de la Comunicación en la UBA