LA VANGUARDIA 41
MARTES, 24 NOVIEMBRE 2015
OB I T UA R IOS
Soldado de la democracia BAHA BUJARI (19442015)
Versatilidad interpretativa DORA DOLL (19222015)
Caricaturista palestino
Actriz
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a democracia ha perdido uno de sus soldados. El ca ricaturista palestino Baha Bujari, que en el 2014 fue una de las estrellas del documental Cari caturistes, fantassins de la démo cratie, falleció en Ramallah a los 71 años. Nacido el 13 de enero de 1944 en Jerusalén, Bujari empezó co mo caricaturista a los 20 años en Kuwait, donde trabajó durante 24 años en diferentes diarios. En 1994 empezó a trabajar en la prensa palestina hasta estable cerse en 1999 en el periódico Al Ayyam. El humorista gráfico fue un ac tivista de la libertad de expresión. Era miembro de Cartooning for Peace, una asociación fundada por Kofi Annan y el caricaturista francés Plantu, que intenta, a tra vés del arte de la caricatura, pro mover los valores de la democra cia. “Baha Bujari fue un artista in creíble y un gran defensor de la paz en el Oriente Medio y la liber tad de expresión. Vamos a echar le de menos profundamente”, pu blicó en su web la asociación . De acuerdo con la organiza ción Cartoonists Rights Network International (CRNI), en el 2008 prohibieron la publicación del diario AlAyyam en la Franja de Gaza por una caricatura de Bujari en la que se burlaba de unos par lamentarios de Hamas. Al artista incluso se le ordenó ir a la cárcel, pero luego la orden fue suspendi da. Este intento de censura pro vocó manifestaciones públicas en defensa del caricaturista. El mis mo año, la CRNI le entregó el premio Courage in Editorial Car tooning. No sólo con Hamas Bujari tuvo problemas. Desde la política is raelí su obra también era critica da. “Baha hablaba francamente de Israel, Hamas, Fatah, el mun do árabe y Occidente. Condenó enérgicamente los actos de terro rismo perpetrados contra Israel al igual que implacablemente condenó la ocupación”, escribió en su blog su amigo, el ilustrador y también caricaturista Michel Kichka. “Baha, un soldado de infantería de la democracia que ha dejado de caminar, pero que vivirá en mi corazón”, añadió Kichka en la elegía que publicó en su blog.
L
ABBAS MOMANI / AFP
Para Patrick Chappatte, carica turista del International New York Times y otras publicaciones, Baha Bujari era un ser humano cálido y amistoso. “Recuerdo su típico sentido de hospitalidad pa lestino, cuando invitaba a algu nos de sus colegas caricaturistas a la terraza de su casa, en el cora zón de Jerusalén”. “En sus caricaturas este hom bre de voz suave era poderoso e
Condenaba tanto los actos de terrorismo contra Israel como la ocupación de los territorios palestinos implacable en sus denuncias con tra la ocupación de Israel, los asentamientos ilegales y la debili dad de las Naciones Unidas. Era capaz de sintetizar en un simple lenguaje visual el núcleo de la realidad palestina. Para expresar el sufrimiento, las frustraciones y sus reclamos. En resumen, él era una voz en Palestina que será ex trañada. Una que era moderada, constructiva y fuerte”, recordó Chappatte. MARÍA GABRIELA MEDINA
Hoy hace un año Adela Valls Molina Andrés Martínez Hernández Antoni Vila Enrich Antonio Santos Guerrero Aurora Bueso Gües Benjamin Salles Closa Carlos Escobar Millor Carme Carbó Grau Carmen López Márquez Carmen Martín Alcutén Carmen Morales Serrano Diego Pérez Ortuño Eduardo Romero Padilla Enriqueta Andreu Andreu Gabriel Bellve Lleixa Joan Herrando Sauró Joaquín Gallango Carmona Jordi Cama Quadrada José García Boullosa Juan García Martínez
Juan José Prieto Isidro Julio Javierre García Dolores Basalobre Sanchez Luis Pérez Pérez M. Carme Cabot Masjuan Manuel Vázquez Pérez Maria Gómez Ruiz María Teresa De Urruela Sanllehy Martín Navas Flores Miguel Muñoz Parra Mònica Solà Moragues Montserrat Farrera Iborra Pilar Sabat Duran Ramon Ferrer Busquets Rosalía Sánchez Giménez Teofilo Sanchez Muñoz Teresa Blanch Gómez Vicenta Pérez López “Tina” Victoria García Pequerul
Listado publicado por cortesía de Serveis Funeraris de Barcelona.
o tuvo todo para llegar al final con tranquili dad. Como poco, una larga y prolífica carre ra a sus espaldas. Y sin embar go, Dorothea Hermina Fein berg –más conocida por su nom de guerre, Dora Doll– pasó apu ros económicos en sus últimos años de vida debido a la magra pensión que le correspondió al jubilarse. Uno de los rostros más popu lares del cine y la pequeña pan talla en Francia nació el 19 de mayo de 1922 en Berlín, ciudad de la desilusión que el artista alemán Max Beckmann descri bió en una serie de litografías (Berliner Reise) realizadas aquel mismo año. La familia Feinberg abandonó Berlín al poco tiempo para establecerse en París. Dora Doll supo desde bien temprano que lo suyo era la in terpretación. Como tantos otros jóvenes de su generación –la recientemente fallecida Da nièle Delorme, sin ir más lejos–, se formó en las tablas del teatro. Comenzó a trabajar en el cine a finales de la década de 1930 encarnando pequeños papeles de la mano de directores como Marc Allégret o Marcel Carné (en uno de los clásicos del sépti mo arte, Hôtel du Nord). Du rante la ocupación nazi, las oportunidades escasearon. Tras la liberación, realizadores como por ejemplo HenriGeor ges Clouzot, Jean Renoir o Ju lien Duvivier le ofrecieron par ticipar en títulos como Quai des Orfèvres, French Cancan o Un tel père et fils. El cine negro conoció un gran éxito en la Francia de la posguerra. Llegaba propiciado por una colección de novela ne gra: la Série Noire que puso en marcha Marcel Duhamel en la editorial Gallimard, a partir de textos de autores norteameri canos como Raymond Chand ler o Dashiell Hammett. Uno de los escritores franceses que se incorporan a dicha colección, Albert Simonin, sorprenderá a los lectores conTouchez pas le grisbi (No toquéis la pasta). El director Jean Becker lo adapta al cine en 1954; en su reparto,
ARCHIVO
encabezado por el celebérrimo Jean Gabin, aparecerá Dora Doll con el que será uno de los papeles de su vida. Pese al dinero y la creciente popularidad que le proporcio naba el cine, la actriz de origen alemán no dejó de hacer teatro: de William Shakespeare (inte gra el reparto de la versión de Otelo que la directora Marcelle Tassencourt pone en escena en 1963) a Eugène Ionesco (Las si llas), pasando por Molière (El enfermo imaginario), sin desde ñar las obras de escritores con temporáneos u otras de temáti ca más popular. La relación con el medio tele visivo la enfocó en parecidos términos: supo combinar la aparición en folletines con se ries de carácter –digámoslo así– más serio, incluso educati vo, como la que dirigió Claude Chabrol en la década de 1970 en torno a la figura de varios com positores clásicos (Il était un musicien). Su carrera cinematográfica
conoció otros momentos de es plendor: apariciones en pelícu las como El baile de los malditos, de Edward Dmytryk (con Mar lon Brando en el reparto), Julia, producción dirigida por Fred Zinnemann que ganó tres pre mios Oscar en 1977, o El infier no, también con Chabrol, dan cuenta de su versatilidad. Deja una hija, Danielle, fruto de su primer matrimonio con el actor Raymond Pellegrin de 1949 a 1955. Diez años más tar de se casó en segundas nupcias con el cantante François De guelt, autor de uno de los gran des éxitos de la música popular francesa, Le ciel, le soleil et la mer. La pareja se divorció en el año 1971. En el 2000 fue nombrada Ca ballero de la Orden Nacional del Mérito por el Estado fran cés. La distinción le reconocía “62 años de actividad artística”. Murió el 15 de noviembre en SaintGillesduGard (Langue docRoussillon). RAFA MARTÍNEZ