Espectáculos
Página 2/LA NACION
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Lunes 2 de noviembre de 2009
TELEVISION Estreno
Realidad y ficción: el vínculo fraterno
Los hermanos sean unidos en la pantalla chica Continuación de la Pág. 1, Col. 5 nes que se desarticulan no bien concluye la escena, y muchas veces los personajes de los hermanos que sostienen conflictos en las historias de la pantalla chica no se hacen carne en los actores que los interpretan. Es entonces cuando, por fuera del aparato de TV, los profesionales logran formar vínculos de amistad e incluso casi de hermandad. Una situación como esa parecen vivir los protagonistas de Valientes: en el camino de concretar una venganza contra Laureano Gómez Acuña (Arnaldo André), los hermanos Enzo (Gonzalo Heredia), Segundo (Mariano Martínez) y Leo Sosa (Luciano Castro) tuvieron que superar hasta ahora resentimientos, celos por el amor de una mujer, peleas y hasta peligro de muerte. Pero eso es en la ficción. En diálogo con LA NACION, Gonzalo Heredia explicó cómo se desarrolló la relación entre ellos: “Manejamos códigos muy similares y tenemos pensamientos parecidos sobre la vida; creo que eso hizo que resultara más fácil pararnos en un lugar más relajado para trabajar, y hace posible confiar en el otro”. Comenta Heredia, además, que fuera del set de grabación no hablan de trabajo, sino de cada uno. “A partir de conocernos y de generar complicidades fue como pudimos armar el vínculo. Yo creo en la relación humana para poder trabajar, y creo que a ellos también les pasa. Es lo más sincero y creo que la gente eso lo percibe.” El actor consideró que el éxito de la tira, que tiene unos 30 puntos de rating en promedio, en El Trece, radica en la química entre los miembros del elenco y en las relaciones que se fueron tejiendo entre los personajes. “Además de la columna vertebral, que es la venganza, tiene un tono de comicidad que aporta, por ejemplo, el personaje de Huevo [Alejandro Müller] y la relación que él tiene con Segundo”, opinó. Para Heredia, el público se identifica con ellos y con la relación entre los hermanos. “Es incondicional. Es «pase lo que pase, te banco»; a pesar de las mujeres, de los engaños, de los robos de Enzo, se bancan”, expresó. También resulta clave el nudo de la trama, ya que, según el actor, la sociedad necesita “el acto heroico; defender al pobre y hacer justicia”.
Inestables y conflictuados Quienes desde un principio tuvieron que sobrevivir nada menos que a la inestable relación entre sus padres, son los jóvenes hermanos de Tratame bien, Damián (Martín Slipak) y Helenda (María Alche), hijos de José (Julio Chávez) y Sofía (Cecilia Roth). Para Slipak, el vínculo entre los personajes se fue construyendo sobre la base de “cierta protección que tratan de darse estos dos adolescentes, que a veces quedan bastante desprotagidos por los padres, que están pasando por mucho estrés y cambio”, según dijo a este diario. Así, lo que más necesitan estos hermanos –con el correr de los capítulos se descubrió que el personaje de Slipak no es hijo del de Chávez, sino del de Daniel Fanego– son las demostraciones de afecto. “Al principio, se planteaba en el guión una cosa de mayor irritabilidad entre ellos. Pero a medida que pasó el tiempo fue interesante ver cómo se habían hecho adultos y volvieron a reconocerse y a vincularse como gente más grande”, opina.
EL TRECE
Ya hay 20.000 anotadas para jugar
Yo te banco. Luciano Castro, Gonzalo Heredia y Mariano Martínez, en un alto de la grabación de Valientes; Muriel Santa Ana y María Abadi son las hermanas compinches, pero opuestas, de Ciega a citas; en Niní, los chicos de todo el mundo aprenden a conocerse: Colombo y Rago se divierten en Enséñame a vivir
Adolescentes reales y un juego para celebrarlas La fiesta de 15 es el gran premio de Quinceañeras
FOTOS DE ANDREA KNIGHT, ROSSTOC-DMG, TELEFE, CANAL 7 Y EL TRECE
Fuera de la pantalla, la dupla tiene “un vínculo muy cordial” y se lleva muy bien, según detalló Slipak. “Para mí, los vínculos de la realidad modifican los de la ficción. Y siempre algo de eso se trasluce. Entonces, a veces nos entendemos y otras no, como les pasa a los personajes”, dijo. Enséñame a vivir, la tira de la tarde de El Trece que atraviesa sus momentos culminantes, reunió a dos intérpretes que tranquilamente podrían ser hermanos, según confesaron a este
diario: Pablo Rago (Lucas) y Felipe Colombo (Cristóbal). “No trabajamos nada antes de empezar a grabar. Fue muy natural nuestro encuentro. Yo tengo un hermano bastante parecido a Cristóbal, sólo que mi hermano es prohibido para el horario de protección al menor”, bromeó Rago. Ambos actores se refirieron al otro como “un encanto de persona”. Rago recordó que comenzaron a relacionarse a partir de la historia de la novela: “Empezamos a jugar tipo «¿dale que
éramos hermanos?». Eso es lo que realmente disfruto del trabajo. Decía cosas como «¿Por qué nadie me dijo que tenía un hermano mexicano?». Tenemos un sentido del humor bastante parecido”. Así como en la serie Lucas asumió el rol de padre de Cristóbal luego del fallecimiento de sus padres, Rago reconoció que en la realidad la actitud de “contención y acompañamiento” de sus compañeros le sale naturalmente. “Tiendo a ponerme un poco
Las Pais, juntas en la TV El estreno de Con sentido público, hoy, a las 9.30, por Canal 7, no sólo marca el regreso de Federica Pais a la pantalla que la hizo un rostro conocido al secundar a Raúl Portal en PNP (donde también se la identificó como la poseedora de una de las risas más extrañas y contagiosas del medio) sino que también la reúne virtualmente en la TV con su hermana Ernestina, ya consolidada en CQC, donde ocupa el difícil sillón de Mario Pergolini, por Telefé. En este nuevo magazine, que promete combinar noticias, informes especiales y servicios para disputar la preciada audiencia del segmento matutino de la pantalla a las ya afianzadas propuestas de Telefé (AM) y América (Mañaneras), Pais estará acompañada en la conducción por el periodista Alfredo Zaiat en su debut en el rubro y Luis Fuxan. Como columnistas se sumarán al envío Osvaldo Quiroga (en cultura y espectáculos), la ex “leona” Vanina Onetto (en deportes)
Ernestina Pais, consolidada en CQC
Federica Pais, de regreso a Canal 7
y el humorista Martín Pugliese. Con el estreno de Con sentido público, la grilla de Canal 7 volverá a sufrir modificaciones: así, a las 8.30 se verá el informativo Visión
7 en contexto y, tras el debut, comenzará, a las 10.30, Médicos por naturaleza, con Dolores Cahen d’Anvers, seguido por Cocineros argentinos, a las 11.30.
en lugar de padre de mis compañeros más jóvenes. Sobre todo porque tengo un poco más de experiencia en la TV y me parece que me corresponde, aunque Felipe vino a ponerme un poco de orden, ya que es muy responsable en el trabajo”, aclaró.
Neuróticas y globalizadas Para las hermanas de Ciega a citas –por Canal 7–, las cosas se complicaron de movida: cuando Lucía (Muriel Santa Ana) escuchó que su hermana menor, Irina (María Abadi), apostaba el costo de la fiesta con su madre a que Lucía no iría sola, vestida de negro y gorda a su boda, se sintió herida y decepcionada. Lucía e Irina padecen a Manucha (Georgina Barbarossa), una madre controladora, que opina sobre todo sin filtros y que las compara todo el tiempo. “Lucía quiere mucho a Irina, pero la juzga y la critica por la vida que lleva y porque no es capaz de imponer sus ideas”, explicó Santa Ana a LA NACION. Por su parte, Irina –según Abadi– “admira mucho a su hermana y quisiera tener la autonomía con la que ella maneja su vida, aunque a veces se pone celosa porque se lleva muy bien con su padre [Boy Olmi]”. Tal vez el caso más curioso resulte el de los hermanos de diferentes nacionalidades reunidos en el elenco de Niní, en Telefé, protagonizada por Florencia Bertotti. Al mejor estilo de la pareja Brad Pitt-Angelina Jolie, el embajador Parker (Facundo Amador) adoptó hijos en diferentes países y, de ese modo, en su mansión conviven Martín, de 17 años (Juan Manuel Guilera), Chaman Chan, de 9 (Sheyner Cristian Dias Gomes), Chow, de 15 años (Melanie Chong) y Sicilia, de 6 (Iara Muñoz), quienes de a poco están aprendiendo a compartir el mismo espacio y a relacionarse. Como sus personajes.
En ficciones como Casi ángeles, Enséñame a vivir o Niní, las alegrías y tristezas de la adolescencia son exploradas en detalle. Muchas veces, las claves del éxito de estas tiras pensadas para atraer al público juvenil están en su capacidad de interpretar y escribir las historias desde el punto de vista dramático, exagerado y apasionado de sus espectadores. A diferencia de los adolescentes que muestran los programas periodísticos, que siempre ponen la mira en el descontrol, el peligro y la delincuencia, las ficciones rescatan su costado más inocente, tierno. Y algo similar intentará desde esta tarde a las 17.15, por El Trece, el ciclo de entretenimientos Quinceañeras. Con la conducción de Monchi Balestra, el programa propone a dos chicas a punto de cumplir los quince años, y con sueños de festejarlo a lo grande, una serie de juegos en los que competirán con la ayuda de sus padres y amigos. La ganadora del día luego deberá responder un cuestionario para ganarse, finalmente, la soñada fiesta de quince.
Festejo y emoción Claro que, como si se tratara de un adelanto del festejo, siempre lleno de momentos emotivos y más de una lágrima, durante el programa se mostrarán videos y mensajes de familiares y amigos de las participantes, que contarán algo sobre la vida de las futuras quinceañeras. Tan atractiva resultó la propuesta de esta producción original de El Trece que aun antes del estreno de esta tarde, a través de la página del canal (www.eltrecetv.com), ya se habían inscripto más de 20.000 chicas, ilusionadas con poder organizar sus 15 con una generosa ayudita de la TV. Así, por una vez, la pantalla chica, celebrará a los adolescentes reales.
Natalia Trzenko PARA AGENDAR
Quinceañeras, ciclo de entretenimientos cuyo premio máximo es la fiesta de quince para una de sus participantes. Con la conducción de Monchi Balestra. El Trece, desde hoy, de lunes a viernes, a las 17.15.
CINE Entrevista
Una película hecha desde el alma La directora Julia Solomonoff presenta su nuevo film, El último verano de La Boyita, que se estrena el jueves Con una larga trayectoria en el cortometraje, Julia Solomonoff llegó, en 2005, a realizar Hermanas, su primer largometraje, que recorrió con éxito numerosos festivales internacionales. Tras rodar varios documentales, dirigió El último verano de La Boyita, que se estrenará el jueves y que es, según afirma, “una historia que recorre, a través de sus dos protagonistas, el despertar del sexo y el complejo mundo de éstos con los mayores”. La cineasta, que desde hace dos meses reside en Nueva York, donde dicta la cátedra de talleres de dirección en la Universidad de Columbia, está en Buenos Aires para asistir a la presentación de su segundo largometraje, que ya integró la programación del último Bafici y logró un gran éxito en el reciente festival de San Sebastián. “Estoy muy ansiosa por que el público conozca mi película –dice–, ya que en ella hay una serie de circunstancias autobiográficas que me remiten a mi Entre Ríos natal, a lo bucólico de sus paisajes y a una variedad de elementos que hablan de la emotividad de la preadolescencia. La trama es,
en apariencia, sencilla, pues se centra en una niña que ya va para mujer y que conocerá a un muchacho de su misma edad en una estancia en la que se aloja, en sus vacaciones junto con su padre. Este recorrido tendrá para Jorgelina, la protagonista, el descubrimiento de una realidad que los adultos no se atrevían a enfrentar.” –¿Cómo lograste financiar tu película y a qué se debe la distancia que hubo entre tu primer largometraje y El último verano de La Boyita? –Hacer cine en la Argentina es toda una proeza y, cuando tuve lista la última edición del guión, la presenté a la productora española El Deseo, perteneciente a Pedro Almodóvar y a su hermano, y ellos lo aprobaron rápidamente. Logré, además, una financiación de empresas francesas, más el apoyo del Instituto Nacional de Cine y Artes Visuales [Incaa], pude, finalmente, comenzar el rodaje. El motivo de la distancia entre mi primer y segundo largometraje se debe a que yo soy muy meticulosa en la preparación de cada uno de mis trabajos, a lo que se sumó aquí todo ese
engranaje, a veces muy burocrático, que permite filmar en coproducción con otros países. –¿Qué similitudes y qué diferencias hay entre Hermanas, tu ópera prima, y este segundo intento en el largometraje? –El último verano de La Boyita es una película más íntima. La filmamos en digital para tener mayor cercanía con los chicos que actúan en ella… El equipo técnico fue más reducido y el presupuesto resultó la mitad del que utilizamos en Hermanas. Ambos films relatan historias intimistas en las que el tono y la mirada lo son todo, y desde mi lugar como directora lo que más tiempo me llevó en mis dos producciones fue encontrar el ángulo desde el cual narrar con soltura entramados que produzcan emoción en los espectadores. La realizadora, egresada de la escuela de cine del Incaa, se refiere a la labor que les demandó elegir a los intérpretes de su film: “No fue una tarea fácil, ya que para el papel de Jorgelina hicimos un casting en el que intervinieron casi seiscientas
niñas, hasta que por fin dimos con Guadalupe Alonso, que posee todo el encanto y el magnetismo necesario para el papel… En cuanto al personaje de Mario, yo ya tenía pensado adjudicárselo a Nicolás Teise, un muchacho que conocí en 2003 a través de una exposición de fotos que realizó el entrerriano Sebastián Ingrassia en aquella provincia. En 2006, empecé a visitar regularmente a Teise, que nunca había salido de su ámbito campero, y a través de una aproximación lenta y muy cautelosa fue dando el tipo exacto para el papel que yo había imaginado… Fui cuidadosa, además, en la selección del resto del elenco, que, creo, cumple con creces lo que yo había propuesto en mi guión”. Con dos proyectos en marcha –un documental y una película de ficción–, Solomonoff concluye: “Hice una película que me brotó del alma y que, espero, convenza al público de que la adolescencia es esa edad de los descubrimientos y de los grandes interrogantes… Si pude lograrlo, me doy por enteramente satisfecha”. TELAM
Adolfo C. Martínez
Julia Solomonoff