Espectáculos
Página 2/Sección 4/LA NACION
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Lunes 13 de agosto de 2007
Sin reservas: estreno del jueves
Eckhart y Jones encabezan este film romántico realizado en Nueva York FOTOS WARNER
Una historia de amor gourmet Después de varios años dedicados a los hijos que tuvo con Michael Douglas, la actriz regresa al cine LOS ANGELES (Corriere della Sera).– “No, no soy una buena cocinera. Aunque tendría que decir en realidad que no lo era, porque después de esta película aprendí bastante sobre el arte de la cocina”, sonríe Catherine Zeta-Jones. Y dice que cuando le comentó a su no menos famoso esposo que había aceptado ser la protagonista de Sin reservas (No reservations, en el original), la chef principal de un sofisticado restaurante neoyorquino, Michael Douglas le dijo irónicamente: “Mostrar las piernas en Chicago no era nada. Este va a ser el gran desafío de tu vida, porque lo único que cocinaste hasta ahora fue un huevo duro”. Zeta-Jones pone de inmediato en la conversación a su esposo, como si quisiera de ese modo tomar distancia de todos los rumores que la vincularon afectivamente durante el rodaje con su coprotagonista, el carilindo Aaron Eckhart (Gracias por fumar). “Lo único que quiero es hacer reír al público y transmitir con esta comedia la alegría de vivir, porque esta película está hecha para ser saboreada y disfrutada en medio de estos tiempos tan difíciles”, afirma la actriz, que hace nueve años saltó a la fama junto a Antonio Banderas y Anthony Hopkins en La máscara del Zorro. Zeta-Jones declara su amor incondicional hacia la película alemana (ver recuadro) en la que se inspiró Hollywood en esta remake dirigida por Scott Hicks (Claroscuro): “Soy amiga de Sandra Nettelbeck y me hizo muy feliz que ella escribiera para nosotros el nuevo guión, en el que se nota en ella un profundo amor hacia Nueva York. Creo que la ciudad transmite un clima de resurrección respecto de lo que se vivió el 11 de septiembre de 2001. Los restaurantes están llenos y hay ganas de salir, de compartir nuevos momentos.
La gente quiere reencontrarse y sentirse bien cuando está unida”. Dice que cada día se mira al espejo y repite la misma frase (“Catherine, has tenido mucha suerte”) no sólo por la repercusión mundial que alcanzó gracias al cine, incluyendo el Oscar a la mejor actriz de reparto en 2001, precisamente gracias a Chicago. “Me acuerdo de los tiempos difíciles, cuando era una de las tantas chicas que llegan a Los Angeles en busca de fama y afirmación personal, yendo en mi auto de una audición a la otra, y caigo en la cuenta de que todo salió en sintonía con mi temperamento. Soy una persona solar y positiva, digna y testaruda, hija de padre galés y madre irlandesa”, señala la estrella, que ingresó por derecho propio en la selecta alta sociedad de Hollywood luego de haberse casado en 2000 con Douglas. La pareja tiene dos hijos, y luego de ambos nacimientos Catherine encara de a poco su regreso al cine, y en este regreso el desafío más importante es el papel protagónico de Sin reservas. Pero eso no es todo en la actualidad de Zeta-Jones. Define como “un fascinante desafío” haber interpretado a una médium de la que se enamora el famoso ilusionista Harry Houdini en
Abigail Breslin y Aaron Eckhart, en la cocina
Death Defying Acts, junto a Guy Pierce y a las órdenes de la australiana Gillian Armstrong. “Me gustaría que esta película fuese presentada en el Festival de Deauville, sólo porque allí conocí a Michael y me pidió que me casara con él”, sugiere. Volviendo a Sin reservas, ¿cómo se las ingenió para sentirse cómoda en la cocina una mujer tan refractaria a
utensilios y condimentos como ella? “Al principio hice un curso acelerado viendo una tras otra todas las películas del género gourmet. Pero sobre todo quería que mi personaje fuese distinto de todos los chefs de la pantalla. Es una mujer que vive sola, perfeccionista al extremo y dedicada por completo a su trabajo en un restaurante de los mejores en Nueva York. Pero cuando su hermana
Veinticinco años no son nada LOS ANGELES.– Veinticinco años separan a Michael Douglas de Catherine Zeta-Jones, pero ambos encarnan hoy a una de las parejas más apreciadas y reconocidas de Hollywood. Casados desde hace siete años, decidieron voluntariamente apartarse en los últimos años del cine para atender a tiempo completo a sus hijos Dylan y
Caryn. “No quería perderme ni un minuto de la vida de ellos, hasta que llegó esta oportunidad de hacer Sin reservas, una película divertida y con el poder suficiente para derrotar a la melancolía”, señala la actriz. Al mismo tiempo, dice que Douglas retomó de a poco sus compromisos en favor del medio am-
biente en las Naciones Unidas y su trabajo actoral. También Zeta-Jones se declara estrechamente unida a su suegro, Kirk Douglas. “Nunca deja de sorprenderme la energía de este hombre extraordinario. Su último libro está dedicado a sus nietos, y es un placer para mí leerles a mis hijos todas las noches algunas páginas.”
fallece en un accidente, está obligada a llevarse a su casa a su sobrina y su vida cambia”, explica, mientras destaca el talento para este último papel de la pequeña Abigail Breslin, la revelación de Pequeña Miss Sunshine. “Si ya es complicado tener bajo el mismo techo a una niña traumatizada, a eso se agrega en la historia que a raíz de las obligadas ausencias de mi personaje llega al restaurante otro chef estrella, con experiencia acreditada en Italia, y la competencia entre ambos hace que en la película pase de todo”, apunta Zeta-Jones, que se declara amante de las comedias sugerentes en las que siempre asoma algo sensual y sabroso. “Son como mi temperamento”, ilustra. Luego del voluntario paréntesis para dedicarse a la crianza de sus hijos, Zeta-Jones dice que el cine la recuperó, pero sólo parcialmente. “Con los años aprendí a ser una persona con menos ambiciones y, como mujer y madre, estoy totalmente convencida de que es mejor muchas veces quedarse en casa que exponerse durante horas a una cámara”, afirma. ¿Y cuál es la película sobre gastronomía que más pudo disfrutar durante el “curso acelerado” que encaró antes del rodaje de Sin reservas? “Sin dudas –responde Zeta-Jones– fue Big Night, dirigida e interpretada por Stanley Tucci, que en la vida real es como un Salieri de la cocina italiana. Debo confesar, después de haber pasado por esta experiencia, que es muy posible que a los hombres de esta época les guste más que a las mujeres experimentar recetas nuevas. Pero lo más importante de todo es que la familia y la cocina pueden resultar mucho más afrodisíacas que cualquier ambición.”
Marcelo Stiletano
La primera versión
Sin reservas en alemán De Hamburgo a Nueva York El 9 de septiembre, AVH relanzará en DVD la película Bella Martha, coproducción germanoitaliana escrita y dirigida por Sandra Nettelbeck, que en 2002 conquistó al público y a la crítica de Europa y de Estados Unidos e inspiró esta remake, en cuyo guión colaboró la propia Nettelbeck. El film original está ambientado en Hamburgo, y la protagonista se las ve con una niña de ocho años y con un chef llegado desde Italia. Los protagonistas son la alemana Martina Gedeck (la aplaudida actriz de La vida de los otros) y el italiano Sergio Castellitto (Un loco amor). Bella Martha llegó a la Argentina en un estreno directo a video y DVD, dos años atrás.
Jorge Polaco
La vuelta al ruedo, desde lo más íntimo Con La tercera infancia, el director estará otra vez detrás de una cámara
CANAL 13
Un sol récord. Anteayer se realizó en el Luna Park la 16a. edición de Un sol para los chicos. Esta vez, el especial solidario de Unicef que organiza Canal 13 logró una recaudación récord de más de 4 millones de pesos.
Tras seis años de mantenerse alejado de la cámara –en 2000 realizó Viaje por el cuerpo y un año después dirigió el episodio protagonizado por Julio Bocca de Historias de Argentina en vivo–, Jorge Polaco comenzará la semana próxima el rodaje de La tercera infancia. “Una historia –dice, durante un diálogo con LA NACION– que combina el humor con lo grotesco dentro de una serie de personajes insertos en la vida cotidiana.” “Hacer este film –apunta– me demandó un trabajo de casi dos años de escribir el guión junto a Antonio Moneo. Tras una búsqueda incesante, logré que Oscar Azar se convirtiese en productor de la película y pude, también, hacer que Isabel Sarli interviniese en el elenco, tal como ya lo había hecho en La dama regresa, que rodé en 1996.” –¿Por qué volviste a convocar a Isabel Sarli, si tu experiencia con La dama regresa no fue totalmente satisfactoria? –Simplemente porque necesitaba un personaje que tuviese las características de Isabel, y en cuanto a las experiencias pasadas no las tomo muy en cuenta… En este aspecto, creo que nadie es dueño de la verdad y, para mí, cada una de mis películas tiene elementos nuevos en los que busco lo indispensable para que el público se interese o no por él. El cine es una gran mentira que pocas veces queda en el tiempo, y mis films casi no tienen historia, ya que lo que me
“Represento la defensa de un sector marginal de la escena cultural” ANDRES BLASINA
importa son las imágenes que proceden de ellas. Cada una de las obras cinematográficas de Polaco polemiza desde la revulsión. “Y todas –señala el director– parecen una sola… Mi cine recorrió enorme cantidad de festivales por todo el mundo y yo viajé con mis películas para enfrentarme con los públicos más diversos que aplaudieron esas historias cuestionadoras de las instituciones y de los individuos. Tras este largo paréntesis, decidí dirigir un tema que hablara de
un grupo de personas que transitan por una problemática familiar dentro de lo humorístico y de lo doloroso en medio de una gran diversidad de situaciones.” –¿Significa que La tercera infancia es un film distinto de tus obras anteriores? –Efectivamente. La tercera infancia busca la risa a través de elementos casi surrealistas que hablan de amor, de emoción y de permanente búsqueda de nuevos pasos que envuelven la trama en una especie de
telaraña entretejida con cierto aire poético… Decidí, pues, recomenzar una trayectoria que me brindó tantas satisfacciones como angustias, y el primer paso de este camino es La tercera infancia. –En tu carrera quedó en el camino Kindergarten, una película que tuvo enormes problemas judiciales y, finalmente, a pesar de ello, tuvo luz verde para ser estrenada. ¿Te interesaría que ese film pudiese, finalmente, llegar a las pantallas? –No, de ninguna manera… Cuando hice Kindergarten tuve infinidad de problemas y pasé por muchas amarguras, y no deseo recordar aquellos momentos. La película está hecha y arrinconada, y quiero que se quede allí, como un recuerdo nada feliz de mi trayectoria. Polaco vuelve a su nueva película: “Poder volver a colocarme tras una cámara reanima mi espíritu y me hace muy feliz, y La tercera infancia contiene todos los elementos que brotan desde lo más íntimo de mi ser…. Dicen que, para bien o para mal, yo represento la defensa de un sector marginado de la escena cultural, y la fidelidad a esa estética me convierte en una figura que debe tenerse en cuenta… Posiblemente sea así, y no pienso cambiar mi pensamiento en un arte tan amplio como el cine, que brinda dolores y alegrías”.
Adolfo C. Martínez