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Una aventura tan incongruente como divertida

con tanto dinero y talento reunido puede resultar una película tan po- bre y desabrida como esta versión cinematográfica de El amor en los tiempos del cólera.
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Espectáculos

Página 4/Sección 4/LA NACION

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Jueves 17 de enero de 2008

CINE

Una aventura tan incongruente como divertida Nicolas Cage protagoniza La leyenda del tesoro perdido: el libro de los secretos, un film que mezcla efectivamente acción, humor e historia Buena

★★★

La leyenda del tesoro perdido: el libro de los secretos (National Treasure: Book of Secrets, EE.UU./2007, color; hablada en inglés). Dirección: Jon Turteltaub. Con Nicolas Cage, Justin Bartha, Diane Kruger, Jon Voight, Helen Mirren, Ed Harris, Harvey Keitel, Bruce Greenwood. Guión: The Wibberleys, sobre una historia de Gregory Polirier, the Wibberleys, Ted Elliott y Terry Rossio. Fotografía: John Schwartzman y Amir Mokri. Música: Trevor Rabin. Edición: William Goldenberg y David Rennie. Presentada por Buena Vista. 123 minutos. Apta para todo público.

Rara mezcla de aventurero, académico y superhéroe, Nicolas Cage anda otra vez en busca de un tesoro y otra vez tiene que andar husmeando en documentos históricos, pero en este caso no se trata sólo de satisfacer su curiosidad científica, sino de salvar el honor de la familia. Sucede que un malintencionado intruso ha presentado pruebas de que el bisabuelo del héroe estuvo involucrado directamente en el asesinato de Abraham Lincoln, que no habría sido tanto por motivos políticos como por la posesión de uno de esos mapas que conducen a míticos tesoros, como en las películas de piratas. Y aunque no está del todo claro por qué, la cuestión es que para limpiar esa mancha resulta necesario embarcarse en más de una empresa riesgosa, desde hurgar en el escritorio de la reina en el Palacio de Buckingham, secuestrar al presidente norteamericano, recopilar señales, descifrar pistas e indicios tipo Código Da Vinci en los lugares menos accesibles y hasta explorar en busca de Cíbola, aquella mítica Ciudad del Oro que, según se creía en la época de la colonia, estaba situada en un impreciso lugar entre el norte de México y el sudoeste de los Estados Unidos.

Todo ese ajetreo, claro, responde a la voluntad y el ojo comercial del productor Jerry Bruckheimer, ya que el asunto es que esta especie de pariente de Indiana Jones –al que Cage, felizmente, no se toma demasiado en serio– protagonice toda clase de aventuras, y que haya tantos giros en la acción, tanto espectáculo, tanto nervio y tanta diversión como para mantener interesado al espectador infantil y a sus acompañantes.

Albertina Carri, a Berlín La rabia, film dirigido por Albertina Carri (Los rubios, Géminis), fue seleccionada para la sección paralela Panorama, del inminente 58° Festival Internacional de Cine de Berlín, que comenzará el 7 de febrero. Según su directora, la trama del film protagonizado por Víctor Hugo Carrizo, Analía Couceyro y Dalma Maradona gira en torno de la “violencia de la tierra”. Por su parte, Amorosa soledad, de Victoria Gilardi y Martín Carranza, con Inés Efron y Fabián Vena, fue selecciona-

ARCHIVO

La directora de La rabia, seleccionada

da para la sección Work in Progress del mismo festival.

Adiós a un original jazzista El trompetista de jazz estadounidense Pete Candoli, quien se presentó junto con astros como Glenn Miller y Count Basie, murió a los 84 años en su casa en Studio City, en el estado de California, como consecuencia de un cáncer, informó ayer el diario Los Angeles Times. Candoli se hizo famoso por sus excéntricas presentaciones en la banda Swing de Woody Herman, en la que para su solo llevaba un traje de Superman. El músico, que nació en 1923 en Mishawaka, Indiana, se hizo un nombre como excelente músico de estudio para cine y TV. También acompañó a Frank Sinatra, Judy Garland, Ella Fitzgerald y Peggy Lee. Realizó cerca de 5000 grabaciones. BUENA VISTA

Interrogantes

(Variedades)

El actor vuelve a interpretar aquí a Ben, mezcla de aventurero, académico y superhéroe, que debe limpiar el honor de su familia, involucrada en el asesinato de Lincoln

Uno se pregunta qué habría sido de todos estos aventureros de ficción si nuestros antepasados no hubieran tenido esa manía de andar inventando códigos secretos, planteando rompecabezas y diseminando pistas bajo tierra o protegiéndolas gracias a misteriosas tintas invisibles. Y también podría, a la vista de este segundo capítulo de La leyenda del tesoro perdido, plantearse otros

interrogantes, como, por ejemplo, por qué la mamá de Nicolas Cage suena tan irremediablemente británica; por qué Ed Harris no se decide a ser el malvado de la película y a cada rato vuelve a portarse como un buen tipo, o cómo se hace para generar un caos de tránsito sin que ningún policía intervenga en una ciudad como Londres, que tiene cámaras hasta en los baños. Pero qué importa tanta in-

congruencia si la historia entretiene, hace reír (responsabilidad a cargo de Justin Bartha) y permite comprobar que hasta en compromisos muy menores los buenos actores son capaces de lucirse. Basta observar a los padres del protagonista, mezclados en la historia y no precisamente por razones familiares: la mamá es la única experta en culturas indígenas capaz de descifrar sus escrituras.

El académico papá, que no para de discutir con ella –por algo hace años que están separados–, guarda en su memoria cada detalle de la noche en que murieron su abuelo y el presidente Lincoln. Interpretándolos, Helen Mirren y Jon Voight se divierten visiblemente. Lo mismo hace el resto del estelar elenco.

Fernando López

Dos reestrenos en La Comedia La celebrada obra El día que Nietzche lloró, novela de Irvin Yalom adaptada por Luciano Cazaux y dirigida por Lía Jelín, se reestrena hoy. Los jueves, a las 20.30; viernes y sábados, a las 21, y domingos, a las 20. Con Luciano Suardi, Claudio Da Passano, Emilia Paino, Pablo Mariuzzi y elenco. También hoy se reestrena Burdel 59, Mélange de Femmes, de Martín Piñol, con Mariana Otero y elenco. Los jueves, a las 21. Ambas en La Comedia, Rodríguez Peña 1062 (4815-5665).

FOX

Javier Bardem interpreta a Florentino Ariza en El amor en los tiempos del cólera

Fallida versión de García Márquez Decepcionante, a pesar de los grandes nombres delante y detrás de cámara Regular

★★

El amor en los tiempos del cólera (Love in the Time of Cholera, Estados Unidos/2007). Dirección: Mike Newell. Con Javier Bardem, Benjamin Bratt, Giovanna Mezzogiorno, Unax Ugalde, Liev Schreiber, John Leguizamo, Fernanda Montenegro, Catalina Sandino Moreno, Héctor Elizondo, Angie Cepeda y Laura Harring. Guión: Ronald Harwood, basado en la novela de Gabriel García Márquez. Fotografía: Affonso Beato. Música: Antonio Pinto. Edición: Mick Audsley. Diseño de producción: Wolf Kroeger. Producción hablada en inglés con subtítulos en castellano y presentada por 20th. Century Fox de Argentina. Duración: 139 minutos. Apta para mayores de 16 años.

Cuesta entender cómo un proyecto con tantas posibilidades artísticas, con tanto dinero y talento reunido puede resultar una película tan pobre y desabrida como esta versión cinematográfica de El amor en los tiempos del cólera. El rico y venerado universo literario de Gabriel García Márquez, una inversión de 45 millones de dólares, un director con una sólida carrera como el inglés Mike Newell (Cuatro bodas y un funeral, Abril encantado, Donnie Brasco, Harry Potter y el Cáliz de Fuego), un guionista varias veces galardonado y experto en transposiciones como Ronald Harwood (El pianista,

El vestidor, Una lección de vida, Conociendo a Julia y la inminente La escafandra y la mariposa) y un gran elenco con figuras seleccionadas en todo el mundo permitían augurar bastante más que esta pálida y torpe reconstrucción de la novela del autor colombiano.

Sin logros En los interminables 139 minutos de metraje no se percibe prácticamente ningún logro (mucho menos algún hallazgo), más allá del importante despliegue de recursos para la reconstrucción de las distintas épocas, el diseño de arte o la fotografía del brasileño Affonso Beato. Los actores parecen librados a su suerte y caen en la exageración o en la acumulación de tics, mientras son obligados a hablar en un inglés con acento latino que, en muchos casos, suena hiriente. Los personajes no tienen matices, espesor, carisma, alma y, por lo tanto, no hay química romántica, épica ni humorística entre ellos. La negrura, el erotismo, el tono tragicómico, el lirismo y los alcances filosóficos del relato original aquí quedan reducidos a obvios pincelazos de trazo muy grueso. En este contexto, y ante la multiplicidad de personajes, la inmensa mayoría de los intérpretes queda reducida a breves e insignificantes apariciones (por allí se descubre, por

ejemplo, a Angie Cepeda, a Héctor Elizondo, a Laura Harring). Para los protagonistas (el español Javier Bardem, el norteamericano Benjamin Bratt, la italiana Giovanna Mezzogiorno, la brasileña Fernanda Montenegro) las cosas no resultan mucho mejor. Bardem –a quien pronto se verá descollar en Sin lugar para los débiles, de los hermanos Coen– poco puede hacer con sus gruesas capas de maquillaje para dotar de algo de carnadura y de emoción a su (anti)héroe romántico Florentino Ariza, ese hombre capaz de esperar 50 años para finalmente estar con el amor de su vida, mientras que al resto ni siquiera le queda la omnipresencia que el aquí envejecido galán ibérico tiene en pantalla. Algunos podrán encontrar en el espectáculo visual, en las canciones especialmente concebidas para la ocasión por Shakira, en el incesante desfile de figuras de todas las latitudes o en el impacto que provoca la aparición en pantalla de los célebres personajes del original literario algún motivo de regocijo, pero, más allá de éstos u otros atributos menores, esta versión de El amor en los tiempos del cólera tiene muchas más posibilidades de decepcionar que de fascinar a los seguidores de Gabriel García Márquez.

Diego Battle