Un tapiz a punto de levantar vuelo

2 jul. 2010 - Y cuando Nora hace la pausa, arran- ca ella: “Cuando empecé a estudiar con Emilio García Wehbi nos daba un texto al cual le tenías que traer.
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Página 8/LA NACION

Espectáculos

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Viernes 2 de julio de 2010

TEATRO Fabiana Rey, actriz, y Nora Lezano, fotógrafa

Un tapiz a punto de levantar vuelo Estrenan hoy, en la Cooperación, una performance poética y teatral, basada en la obra de Alejandra Pizarnik “Me gusta mucho el teatro; veo de todo. A partir de encontrarme con Fabiana, empecé a adentrarme más. Pero, no sé... Me gustan las cosas despojadas... Pero yo no sé nada de teatro. Soy un desastre. No la tengo muy clara...” La que habla entre balbuceos es Nora Lezano, la fotógrafa por excelencia del rock nacional, que hace su debut teatral dirigiendo a su amiga Fabiana Rey. Entonces, ante una pausa, comienza a hablar su amiga, aquella ex compañera de la facultad devenida una de las personalidades más potentes a la hora de rescatar escénicamente a voces poéticas. “Para mí, la fotografía...”, empieza a reflexionar sobre este cruce de disciplinas, hasta que Nora se acomoda el flequillo, levanta la mano y pide pista: “¡Pará! Del teatro no sé nada, pero yo escucho a esta chica en los ensayos y lloro, ¿entendés? Te lo juro. Eso es lo que me gusta del teatro: que mueva algo, que no pase inadvertido. Me acuerdo de que hace un tiempo fui a ver 4.48 Psicosis, con Leonor Manso. Yo estaba sentadita en la primera fila y, te juro, al final me tuve que ir corriendo al baño a vomitar porque me había descompuesto. Me mató. Me mató, de verdad. Yo quiero eso: cosas que me movilicen”. Su amiga la escucha atentamente. Y cuando Nora hace la pausa, arranca ella: “Cuando empecé a estudiar con Emilio García Wehbi nos daba un texto al cual le tenías que traer imágenes. A mí, esa experiencia me encantó. Me acuerdo de que en casa busqué por infinidad de libros, pero no daba con la imagen que necesitaba. Entonces, empecé a sacar fotos. Y flasheé. Y sacaba fotos, y les ponía música, y llamaba a Nora y las dos terminábamos llorando viendo lo que había sacado”.

Cruce artístico Rey y Lezano visitan la producción de una de las voces más rupturistas del siglo pasado

EMILIANO LASALVIA

Así, al puente afectivo ya existente entre ellas, fueron entablando otro en el cual Fabiana terminó proponiéndole a Nora que la dirigiera. Y acá están ahora. Cada una con sus mochilas y sus tránsitos previos, dando las últimas puntadas a Tapiz Pizarnik. En el trabajo que estrenan hoy están las emociones, la luz, la voces, las PARA AGENDAR

Tapiz Pizarnik, con Fabiana Rey y puesta en escena de Nora Lezano. Centro Cultural de la Cooperación, Corrientes 1543. Los viernes, a las 20.15..

imágenes y la poética fundacional de Alejandra Pizarnik que fueron mezclando después de haber visitado y citado la producción de la cantante Janis Joplin, el artista plástico Alberto Giacometti o el filósofo Jean-Jacques Rousseau. Todos esos recorridos, ligados íntimamente a la vida de la poeta, servirán para darle cuerpo a simples frases como: “¡Oh, qué dulce y terrible!”, expresión que, en la voz de Fabiana, suena desde profundidades insondables. Fabiana descubrió la poesía en una clase de Augusto Fernandes. Entrada en ese mundo, arrasó con las poetas latinoamericanas, pero a Pizarnik la miraba de reojo

porque pensaba que eran aguas demasiadas profundas. Nora tenía poca conexión con la poesía, pero su amiga la fue llevando. En ese recorrido, inicialmente Fabiana reparó en la producción de Olga Orozco para luego visitar a Atahualpa Yupanqui, Oliverio Girondo e Ivonne Bordelois en un recorrido muy a contramano de cierta mala prensa que tiene la poesía en teatro aunque, desde que Batato Barea se enamoró de la pluma de Pizarnik, varios teatristas repararon en esta mujer de escritura rupturista. El vínculo entre ellas nació cuando Fabiana estudiaba bioquímica y Nora, biología. Se perdieron el rastro, hasta que, al tiempo, se volvieron a encontrar. Una vez, Nora fue a ver su espectáculo de Orozco y, como dice la gran fotógrafa, “me mató”. Entre ellas se entienden, es fácil de percibir. “Hay una unión que está más allá de que ella sea fotógrafa y yo, actriz”, apunta la intérprete, que siente que la fotógrafa la despojó de cosas que le sobraban. “Yo resuelvo con pocos elementos aunque el fotografiado sea un regrosso. Por eso la puesta debe ser justa, precisa”, apunta escuetamente Nora Lezano. Pocos elementos resignificados sería la consigna de este entramado que se estrena hoy en el Centro Cultural de la Cooperación. La propuesta promete, como en capas, articular textos, imágenes y situaciones que atraviesen los grandes núcleos poéticos de Pizarnik. Esa escritora que emociona hasta las lágrimas a estas dos amigas de la facultad que se juntan en la casa de una o de la otra para compartir aquello que las hace sentir más vivas.

Alejandro Cruz