1 UN NIÑO COMPARTE SU FIAMBRE CON JESÚS Juan 6: 1-14 Escrito para títeres PERSONAJES : JESÚS FELIPE ANDRÉS ANDRESITO MAMÁ DE ANDRESITO NARRADOR: ¡Hola! queridos amiguitos, hoy día les voy a contar una hermosa historia. Se trata de niñito que le regaló su fiambre a JESÚS. ESCÚCHENLA CON ATENCIÓN. ANDRESITO: Mamá, que alegría siento cada vez que puedo escuchar a Jesús, quisiera estar siempre a su lado. MAMA:
Es cierto hijito, pero recuerda, es necesario que estés aquí en la casa y nos ayudes, sobre todo a tu papá, que se pasa todo el día trabajando muy duro.
ANDRESITO: Mamá, quisiera rogarte que papá y tú me dieran permiso para ir a ver a Jesús. Estará muy lejos en el lago de Tiberias. Quisiera oírle predicar. Fíjate que el otro día dijo que el reino de los cielos era de los niños y que todos los que quieran entrar en él, tienen que ser como niños. MAMA:
Yo creo que tu papá estará encantado que vayas, pero yo me preocupo por la distancia, pues a lo mejor te puede suceder algo malo. Mejor no vayas hijito, Jesús ya volverá por aquí otra vez.
ANDRESITO: Te ruego madre mía déjame ir, soy tan feliz de oír a Jesús cada vez. Te lo suplico por favor. MAMA:
Bueno hijito, creo que no te podré convencer, pues bien voy a preparar tu fiambre. Te haré cinco panes de cebada y dos pececillos. ¿Qué te parece?
ANDRESITO: Gracias mamacita, me haces tan feliz. ¡Ahora podré estar otra vez al lado de Jesús! ¡Viva! ¡Gracias mamita linda! Te prometo que me portaré muy bien. NARRADOR: Amiguitos: ¿Les gusta a ustedes cuando su mamá les prepara un rico fiambre? Pues bien sigamos con nuestra historia, la mamá de Andresito ya tiene listo su fiambre, veamos: MAMA:
Aquí está tu fiambre y que Dios te acompañe hijito mío.
ANDRESITO: (Dándole un fuerte abrazo y un beso a su mamá) Volveré pronto y te contaré las lindas historias que nos cuenta Jesús. NARRADOR: Andresito muy contento salió de su casa llevando tan apetitoso fiambre, pero su alegría era mayor al saber que podría oír otra vez a Jesús. Cuando llegó al lugar donde estaba Jesús, había muchísima gente y también otros niños que habían ido con sus padres y demás familiares. Jesús predicó, enseñó y realizó muchos milagros de
2 sanidad ése día, era algo muy grandioso ver a los cojos andar a los ciegos ver, y a todos los enfermos ya libres de sus dolencias, era un día de alegría y gozo. Pero algo que dejó muy sorprendido a Andresito fue el siguiente diálogo entre Jesús y sus discípulos, pues estaba muy cerca de él. JESUCRISTO:(Dirigiéndose a Felipe) Veo que la gente tiene hambre y sobre todo los niños, pues han estado todo el día con nosotros y el lugar es desierto. ¿De dónde compraremos pan para que coma toda esta gente? FELIPE:
¡Oh Señor! Hay tanta gente que el sueldo de doscientos días de trabajo de un obrero para comprar pan no alcanzaría ni siquiera para que cada uno coja un bocado.
ANDRESITO: (Que ha estado escuchando muy atento éste diálogo toca el hombro de Andrés.). Oiga, señor, me parece que necesitan comida, mire yo tengo aquí mi fiambre. Si Jesús lo necesita yo se lo doy todo, son cinco panes y dos pececillos. ANDRÉS:
¡Señor! Aquí está un muchacho que quiere regalarte su fiambre, tiene cinco panes de cebada y dos pececillos. ¿Pero qué es esto para tantos?
JESUCRISTO:(Recibe el fiambre y se dirige a sus discípulos) Díganle a la gente que se siente y se agrupe de cincuenta en cincuenta. (Tomando los alimentos) Gracias oh Padre por éstos alimentos, multiplícalos Señor, y que sirvan para nutrir a todo este pueblo y bendice Señor a Andresito por regalarnos su fiambre. NARRADOR: Jesús repartió los alimentos a los discípulos y éstos a toda la gente, en tanto Andresito miraba pasmado, boquiabierto cómo de su mochila salían tantos panes y peces, de tal manera que mas de cinco mil personas comieron hasta llenarse. Y cuando todos hubieron comido: JESUCRISTO: (A sus discípulos) Recoged los pedazos que sobraron para que no se pierda nada. FELIPE:
Señor todos han comido, y de los pedazos de pan y pescado hemos recogido doce cestas llenas.
ANDRESITO: (Maravillado por todo lo que ha visto, y como su fiambre alcanzó para todos) Señor Jesús, ¿puedo coger unos pedazos de pan y pescado para mi viaje de retorno y para llevárselo a mi mamá? Llegando a casa le contaré a mi mamá todas estas maravillas y también a mis amiguitos. NARRADOR: El camino de retorno le parecía a Andresito tan corto que ni siquiera sintió cansancio y menos la distancia. Ya en su casa relató muy emocionado todos los milagros de Jesús y en especial la alimentación a más de cinco mil personas con su fiambre. Oigámoslo de sus propios labios: ANDRESITO: ¡Mamá, mamá!; hoy he visto maravillas, cosas que nunca pensé ver. Fíjate que hubo miles y miles de personas entre ellos también muchísimos niños, Jesús sanó a los enfermos y nos enseñó cosas maravillosas del reino de Dios y cuando ya fue tarde, los niños tenían hambre, el lugar era desierto, por lo que no era posible conseguir alimentos pues estábamos muy lejos. MAMA:
Y ¿qué pasó después?
3 ANDRESITO:
Te diré que para ese momento yo no había comido mi fiambre todavía y al oír que Jesús les decía a sus discípulos que le dieran de comer a la gente y al verlos tan preocupados porque no tenían nada, decidí darles mi fiambre.
MAMA:
Qué ingenuo eres hijo, estoy segura que sólo dos o tres comerían a lo más y tú te habrás quedado de hambre.
ANDRESITO: ¡Mamita linda, no te podrás imaginar! ¡Jesús recibió mi fiambre! Luego dio gracias a Dios y de mi mochila sacaba pan y pescado interminablemente. Sus discípulos lo recibían en canastas y lo repartieron a toda la gente. MAMA:
No te puedo creer.
ANDRESITO: Es cierto mamá, todos comimos y aún sobró la comida y de ello te he traído una muestra para que lo veas y creas. Aquí está. MAMA:
Oh Dios, alabado sea tu nombre, verdaderamente éste es el profeta que esperábamos.
ANDRESITO: Mamá, ahora estoy convencido que Jesús es el Hijo de Dios, el Cristo que Dios ha prometido a su pueblo, creo en él para el perdón de mis pecados y le seguiré y seré su hijo todos los días de mi vida. NARRADOR:
Amiguito, verdaderamente Jesús de Nazaret es el Hijo de Dios, es Dios verdadero, pero también verdadero hombre; él murió en la cruz, fue sepultado, pero al tercer día resucitó, venció la muerte y ahora ha sido exaltado por Dios y le ha dado un nombre que es sobre todo nombre, para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, en la tierra, y debajo de la tierra. Y toda lengua confiese que Jesucristo es Señor para gloria de Dios Padre. Jesús está a la diestra del Padre ante quien intercede por su pueblo día tras día. Si crees en él serás salvo y escaparás de la esclavitud de Satanás y de la muerte eterna; y obtendrás vida eterna con todos los salvados. Recuerda: Jesús dijo: Dejen que los niños vengan a mí, porque de los tales es el reino de los cielos.
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