Política
Martes 13 de mayo de 2008
LA NACION/Página 7
Otro día de movilización y advertencias
EL NUEVO PARO DEL CAMPO
En Gualeguaychú no dejan pasar a los camiones de Brasil
Buscan crear un poderoso organismo de control
Ayer hubo un incidente con los ruralistas
Por Carlos Pagni
Por Daniel Gallo Enviado especial GUALEGUAYCHU.– Un corte de ruta peculiar es el de esta ciudad. Pasan por la ruta 14 camiones con ganado, cítricos o cualquier cosa que transporte algún pesado vehículo con patente argentina. Pero anoche un centenar de camiones permanecía bloqueado por identificarse con chapas brasileñas. Los transportistas extranjeros se sentían discriminados y rehenes de un conflicto ajeno. Y aumentaban la presión para pasar por el piquete. Ese es hoy el foco del conflicto aquí. Por la mañana, se produjo un incidente de consideración. Un camionero brasileño quiso retomar su camino cansado de esperar y alguien arrojo a su paso una cinta de púas. Nadie se hizo cargo de provocar el reventón de tres neumáticos. El propio líder agropecuario de la zona, Alfredo De Angeli, aseguró desconocer lo que pasó. “No sabemos quién fue, pero fue solucionado y el camionero quedó muy conforme”, dijo el líder de la protesta en la asamblea nocturna. Otro de los referentes rurales de aquí, Juan Ferrari, fue quien calmó la situación minutos después de producido el incidente al ofrecer el pago de nuevas cubiertas al trabajador brasileño. Los neumáticos fueron cambiados en la ruta y el camionero fue autorizado a continuar su viaje como contrapartida al mal momento vivido. De Angeli varias horas después dio con una de las claves del suceso. “Hay que fortalecer la mañana, nos descuidamos, fue un error.” Quienes conocen de los piquetes más importantes que tuvo la Argentina, como en Tartagal-Mosconi, Corrientes o La Matanza, saben que los dirigentes de una protesta en las rutas aseguran la ausencia de peleas con su presencia permanente en los bloqueos. En este corte, los dirigentes con poder de decisión están durante muy pocos momentos. Se cierran así canales necesarios de diálogos y soluciones. Eso se vio con relación a los camioneros brasileños, que debieron
conversar con los comandantes de la Gendarmería sobre su situación ante la falta de una palabra autorizada en el piquete. Mucho oficio tuvieron que demostrar los gendarmes para tranquilizar a los extranjeros y evitar que fueran éstos los que cortasen totalmente la ruta 14. Cuatro de esos camioneros brasileños conversaron con LA NACION. Paulo Sánchez Martins, Ricardo Andrade, José Wilson y Maximiliano Pereira estaban en la cabecera de la fila de camiones desde las 5 de ayer. Se preguntaban por qué ellos eran detenidos y los argentinos pasaban. Comentaban las vicisitudes de un viaje fracturado cuatro horas en Paso de los Libres, otras seis horas en Chajarí y todo el día en Gualeguaychú. A 270 kilómetros al norte, en Chajarí, anteanoche se enfrentaron camioneros llegados desde Brasil y los manifestantes rurales.
Bloqueo total Hoy puede resultar más complicado el día con los camiones. Sucede que una agrupación de transportistas locales decidió apoyar el paro agropecuario y trasladar sus vehículos a este lugar. Existe la posibilidad cierta de que la ruta 14 sea bloqueada totalmente por unas cuantas horas. Más allá del sistema de protesta, durante la asamblea nocturna de 200 personas, De Angeli aguijoneó al gobernador bonaerense Daniel Scioli que ayer no recibió a los representantes de entidades rurales bonaerenses (de lo que se informa en la página 6). Sabiéndose transmitido en directo por varios canales de televisión, De Angeli reclamó al gobernador Scioli que elija si “se queda con la caja o con el pueblo”. Esa mecánica de dejar sólo dos posiciones es el eje político de esta etapa del reclamo agropecuario. De Angeli ya había pedido antes aplausos para el ex gobernador entrerriano Jorge Busti (PJ) por hablar con las entidades que impulsan el paro. Con el campo o contra el campo. Aplausos o silbidos en la tribuna mientras los camiones pasan. Salvo los brasileños, aunque no lleven nada relacionado con esta huelga.
Para LA NACION
ANIBAL GRECO/ENVIADO ESPECIAL
Unos 150 tractores recorrieron el centro de la ciudad bonaerense
Tractorazo con 3000 personas en Pergamino Productores y vecinos se sumaron en una ruidosa protesta Por Franco Varise Enviado especial PERGAMINO.– En apariencia, Martina no entiende muy bien lo que ocurre por aquí. Su papá la subió a la camioneta y la trajo temprano desde Pinzón, a escasos kilómetros, hasta la plaza principal de esta ciudad. Entre el bullicio, los cantos y los duros discursos de los dirigentes, esboza su opinión con voz finita: “Apoyo al campo”. Así dejó en claro que, a su manera, comprende la situación mejor de lo que uno supondría por sus escasos cinco años. Después se puso a jugar con un perrito. Más que el corazón agrícola, ayer Pergamino podría haberse denominado “la garganta agrícola”, porque el tractorazo convocado por las entidades del agro reunió, según los organizadores, a unos 3000 productores y vecinos. Para la policía fueron 1000. Llegaron a la plaza frente a la municipalidad en 150 tractores, camionetas y hasta gauchos de a caballo. Las consignas, bocinazos y las arengas trastocaron la calma de la ciudad y, si por aquí a alguien le quedaba alguna duda, el campo dejó en claro que está “repodrido”, “defraudado” y “enojadísimo” con los gobiernos nacional, provincial y municipal. En este contexto, ayer los dirigentes propusieron
otro tractorazo en el Monumento a la Bandera, en Rosario, para el próximo 25, de no mediar soluciones por parte del Gobierno. En Pergamino, la sensación térmica era ayer muy alta, a juzgar por los rostros y las expresiones de los asistentes, a pesar de que la mañana estuvo fresca.
Rodilleras “Estas rodilleras que compraron los productores son para que las tengan, pero no para que las usen, porque necesitamos que de una vez se pongan de pie”, dijo el locutor del acto al entregarle un par de esos enceres deportivos al intendente local, José María Gutiérrez. Muy serio, el jefe comunal se había colocado frente al micrófono para los oradores. La presión de la plaza lo obligó a hablar. “Aunque acá me parece que hay algún sordo, lo repito: desde el principio nos opusimos al aumento de las retenciones; si nos expresamos en la gobernación es porque andamos de rodillas y si no, es porque apoyamos la medida. No voy a recibir este presente”, dijo Gutiérrez, un intendente alineado entre los radicales kirchneristas que había expresado desde el principio su disconformidad con la norma. Poco antes, los dirigentes de la Federación Agraria Argentina (FAA), la Sociedad Rural de Pergamino y de
Confederaciones Rurales Argentinas (CRA) habían cargado duro contra los legisladores, intendentes y sobre todo el gobernador, Daniel Scioli: “Es el primer mendigo en la Casa Rosada cuando Buenos Aires es la provincia más rica y la que más aporta”, dijo el secretario de CRA, Javier Jayo Ordoqui, no obstante, el más moderado de todos. “Llegamos a esta situación después de que se firmara una norma –las retenciones móviles– en un hotel cinco estrellas de El Calafate y que apoyó un ministro de rodillas. Nos robaron la fe y terminó de ser la puñalada por la espalda”, expresó Jorge Solmi, de la FAA. Desde un tractor podía leerse un cartel con la inscripción: “Ké Gansos”. Y la gente reunida no dejaba de vitorear: “Argentina, Argentina, Argentina...”. Más temprano, cuando los tractores habían empezado a copar las calles que circundan la plaza, un hombre a caballo, con un tupido bigote, saludaba con un estandarte de la virgen y la insignia patria. Dice que se llama José Vasco, de 56 años, y es... camionero. “Tenemos que apoyarnos, yo soy camionero y si no hay cereal yo no puedo trabajar. Recorro el país y no hay caminos, yo lo sé porque ando arriba del camión, no como los otros”, señaló este gaucho-camionero, algo así como una nueva especie rural.
Buzzi garantizó el consumo interno FABIAN MARELLI
Cacerolazo. Unas 500 personas protestaron anoche en Santa Fe y Callao, golpeando cacerolas, contra las retenciones y la política para el sector agropecuario. Numerosos vecinos adhirieron desde los balcones.
ARMSTRONG (Santa Fe).– En un primer contacto directo con legisladores, intendentes y presidentes comunales del sur santafecino, reunidos en la ciudad de Armstrong, 260 kilómetros al sur de Santa Fe, identificados con la protesta del agro, el titular de Federación Agraria Argentina (FAA), Eduardo Buzzi, garantizó el abastecimiento de alimentos para el consumo interno. En una propuesta para superar la crisis que los enfrenta con el Go-
bierno, el dirigente señaló que se podría crear “un fondo para garantizar una canasta básica y el resto, exportarlo”. En la reunión también se habló de la preparación del próximo Foro Nacional de Municipios y Comunas, que evaluará, entre otros temas, la necesidad de fomentar un nuevo sistema de coparticipación federal, como lo sostiene la Constitución de 1994. Buzzi cuestionó al gobernador bonaerense, Daniel Scioli, por no enca-
bezar la reunión con los productores bonaerenses.
Denuncia de amenazas Por otra parte, el presidente de la Federación Agraria denunció que su madre recibió una llamada telefónica amenazante y que radicó la denuncia policial correspondiente. Explicó que la llamó alguien que se presentó como camionero, y le dijo: “Dígale a su hijo que retire todo esto [por las protestas], porque va a tener problemas”.
Mientras el campo refuerza sus reclamos, el oficialismo volvió a impulsar en el Congreso un proyecto de ley para intervenir los mercados agropecuarios hasta el borde de la estatización. Hoy los diputados de la Comisión de Agricultura y Ganadería, que preside el cordobés Alberto Cantero, discutirán la creación del Ente Nacional de Promoción y Control Agropecuario y Agroalimenario (Enpycaa), un organismo descentralizado, con autarquía administrativa y financiera, que funcionaría en la órbita de la Secretaría de Agricultura. La iniciativa propone que el Estado intervenga en la compraventa de alimentos, habilita a los funcionarios a fijar las ganancias de las empresas y obliga a éstas a satisfacer las necesidades de nutrición de los más pobres. El Enpycaa sustituiría a la Oficina Nacional de Control Comercial Agropecuario (Oncca), que encabeza el ex interventor en la Aduana Ricardo Echegaray. El artículo 2 del proyecto fija sus competencias. La más llamativa es la de “compra, venta, almacenamiento y distribución de productos agropecuarios y alimentos por sí o por terceros para estabilizar precios y garantizar la seguridad alimentaria a la población argentina”. También se prevén prestaciones de difícil definición, como la “aplicación de mecanismos antidumping para productos y/o subproductos alimenticios que pudieran dañar el aparato productivo nacional” (¿qué será “dañar”?). O mixturas como ésta: “Implementación de promociones, estímulos, apoyos económicos y beneficios fiscales, para garantizar la seguridad alimentaria de la población, transparencia y competitividad en la cadena agroalimentaria y equidad en la distribución de la renta de la misma”. En ningún párrafo se asocia rentabilidad con eficiencia. En cambio se le exige al sector privado “garantizar la accesibilidad al consumo […] a la población más vulnerable, cuidando de beneficiar preferentemente los hogares pobres e indigentes”. Así como esta cláusula arrebata funciones de acción social a Alicia Kirchner, hay otras superposiciones: evitar monopolios es una tarea de la Comisión de Defensa de la Competencia y controlar la sanidad alimentaria es materia del Senasa. En cuanto a controlar la calidad de las exportaciones, se suponía que era un interés de los compradores. El artículo 5 es delicado: allí se le encarga al Enpycaa la confección de una “base de datos y un sistema de información” sobre posiciones fiscales. Se aclara que es para colaborar con la AFIP, pero nunca aparece la palabra “confidencialidad”. Las sanciones que puede aplicar este organismo suponen otra expansión cesarista: podrá realizar careos y disponer de la fuerza pública en el caso de denuncias. También acceder a los libros de las compañías o controlar existencias. Hasta ahora Guillermo Moreno era el encargado, de facto, de estas tareas. Ahora su rol será formalizado. Un salto en la calidad institucional, claro. El proyecto del diputado Cantero hace pensar en una radicalización del intervencionismo oficial. Parece ser la única estrategia de la Casa Rosada para abordar el problema de una inflación cada vez más acelerada.