Momento de Decisión "Todos los llamados de mi nombre; para gloria mía los he creado, los formé y los hice." Isaías 43:7
Maravilloso pasaje de la Palabra de Dios, que nos dice que somos producto y hechura suya para proclamar su gloria. ¿Cuántas veces nos preguntamos cuál es nuestra principal meta como cristianos?, La Sagrada Palabra nos insta a vivir en la presencia del Señor, a buscar su rostro, a poner los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe. En muchas oportunidades quizás nos llenamos la boca con exégesis e interpretaciones bíblicas que solo quedan en eso, solo comentarios, palabras, estudios bíblicos, pero la gran pregunta es... ¿Damos gloria a Dios?, ¿Vivimos en su presencia?, ¿Decimos "Aleluya, mi Dios es grande"?. No debemos perder nuestro eje, nuestro norte. Si no conocemos al Señor, si no buscamos más de él y de su rostro, de poco servirá lo que podamos proclamar con nuestros labios. No es la letra a repetir, es la santidad a vivir, "el cual asimismo nos hizo ministros competentes de un nuevo pacto, no de la letra, sino del espíritu; porque la letra mata, mas el espíritu vivifica." 2 Corintios 3:6. Saber la Escritura y no cumplirla es fariseísmo, y sin revelación no hay manera de entender la voluntad del Señor. ¿Estamos alabando al Cordero quien murió en la cruz por nosotros? ¿Vivimos realmente por y para él? ¿Deseamos que sólo él sea glorificado y NADIE más? Solo de ese modo y con revelación divina viviremos de gloria en gloria y de victoria en victoria. Tenemos un Dios hermoso que se complace en la alabanza, y que habita en medio de ella. Tenemos al Santo de Israel que es digno de adoración, podemos conocer su bella esencia día a día, dejando el pecado y la hojarasca atrás y dando lugar a la llenura del Espíritu. A Jesús, el Cordero de Dios sea gloria, poder, honor y fuerza por los siglos de los siglos... ¡¡ALELUYA Y AMEN!!
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