Sinopsis del Llamado Para Los Servicios Católicos Aunque las palabras “Llamado para Los Servicios Católicos” son familiares para la mayoría de nuestros parroquianos, muchos no se dan cuenta de lo que el Llamado en realidad logra. El Llamado para Los Servicios Católicos provee de los fondos necesarios para más de veinte programas y ministerios. Es nuestro deber como pastores, coordinadores pastorales, coordinadores del Llamado para los Servicios Católicos, personal parroquial y diocesano, el educar a nuestros compañeros Católicos sobre el buen trabajo que es logrado gracias al Llamado para los Servicios Católicos. Consideremos lo siguiente: La gente que se siente inspirada a dar a una causa, tiende a dar lo más que pueden. La gente que se siente obligada a dar, tiende a dar lo mínimo esperado. Es más probable que la gente ofrezca apoyo financiero a algo en lo que cree, sabiendo que su donación hará una diferencia y ayudará a otros. No podemos asumir que la gente a lo largo de la Diócesis de Austin está consciente de la variedad de servicios que son proveídos a través de los ministerios y programas apoyados por el Llamado Para Los Servicios Católicos. Por lo tanto, la tarea de comunicar sus muchas buenas obras es crítica. Como coordinadores del Llamado Para Los Servicios Católicos, tenemos muchos deberes frente a nosotros. Necesitamos educarnos a nosotros mismos sobre el llamado y los ministerios que apoya, para que podamos hablar de ellos con confianza. Necesitamos revisar los materiales del Llamado Para Los Servicios Católicos para que podamos entender todas las tareas que necesitan hacerse para que el Llamado sea un éxito en nuestra parroquia. Necesitamos asegurarnos de que TODOS los parroquianos tengan la oportunidad de dar al Llamado. Y necesitamos orar por el éxito del Llamado Para Los Servicios Católicos. Orar por aquellos con los que hablamos, para que abran sus corazones y sus mentes y escuchen el llamado de Dios. Orar por un espíritu positivo en su parroquia hacia el Llamado, y orar por que podamos lograr el trabajo al que Dios nos ha enviado a realizar.