Sergio Iribarren “MuY siMple: pensar no adelgaza”

25 jul. 2013 - Es una meditación de Osho para entrenar la atención, muy impor- tante en los temas adictivos. El que vuelve a engordar es porque se hizo el ...
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| Jueves 25 de Julio de 2013

VISIóN AMPLIA. Es el creador de Adelgozar, un centro que propone bajar

de peso con relajación, espera y alegría. Una mirada amplia sobre una problemática que, muchas veces, sólo se pesa en la balanza

Sergio Iribarren “MuY siMple: pensar no adelgaza” María Paula Zacharías @pzacharias | Fotos: Fernando Massobrio

S

í, hacer dieta es un bajón, pero Adelgozar es un centro terapéutico que lleva 9 años trabajando con éxito en el tratamiento de personas con obesidad, sobrepeso y compulsiones, liderado por Sergio Iribarren, psicólogo con 30 años de experiencia, pintor amateur y meditador convencido. Ahí ofrece consultas médicas (no da medicación), tratamientos diarios en tres horarios que duran 13 días, cursos intensivos de fin semana, meditaciones, grupos de mantenimiento, actividades. También es sede del primer grupo de recuperados en obesidad, sobrepeso y sedentarismo, que participan en carreras de aventura y atletismo, ART (adelgozarrunningteam), que fue premiado por Unicef. La novedad es que trabaja en las causas del problema: el desconocimiento de los límites a partir de un estado excesivo. “La dieta es una excusa para entrenar la medida y tratamos con abstinencia todo lo que está por fuera de los momentos destinados a comer. Eso se traduce en orden y libertad. Salva. Y el resultado es que la gente está más contenta”, asegura. –¿Se puede adelgazar gozando? –Se puede gozar los beneficios de tratarse a partir de un estado más libre, más liviano y saludable, donde la satisfacción no pasa por lo que como, sino por cómo me siento, a partir de incluir los límites que parecerían que no estuvieran cuando estoy voraz. Adelgozar no es sólo pasarla bien, sino también es adelgazar un goce, que va chupando mi cuerpo, ánimo, pensamiento, que me impone una forma de actuar, vestirme, un tipo de salud. Privación es no poder elegir. Trabajo con marco psicoanalítico. –¿Tu enfoque cuál es? –La originalidad es incluir en el tratamiento la condición adictiva. Antes se pensaba la obesidad como una adicción a los carbohidratos. Pero sacaban los carbohidratos y se pasaban con las ensaladas. Les daban galletas de arroz y se hacían orientales… El exceso se iba deslizando. La persona tiene adicción a lo adictivo. Y específicamente a un acto: el de llevarse algo a la boca. La persona que tiene este problema es algo timbera: hace,

compensa, está con los números en la cabeza buscando la martingala de comer sin engordar hasta que el cuerpo pega un grito. Todo en un marco médico-terapéutico, no es un tratamiento psicológico. Tiene una indicación médica. Entrena en la medida contemplando el aspecto adictivo. –¿Cómo se hace? –Sacamos todo lo que pueda generar ese tipo de ansiedad de consumo. No damos nada que te estimule ni deje con las ganas. Al segundo o tercer día tenés una especie de indiferencia por la comida, vas perdiendo la memoria, la asiduidad, los automatismos. Si tenés que dejar de fumar y te dan una pitada todos los días es un sufrimiento. Se hacen cuatro comidas, pero se trabaja en desacelerar el estímulo. Los tres primeros días son fuertes, pero después estás más despejado. Te das cuenta de que podés vivir sin eso. El mantenimiento es de por vida. Por eso los trece primeros días tiene encuentros todos los días. Es una etapa muy liberadora. La lucha no es contra la comida, sino contra el exceso. Y continúa en preservar el nuevo estado que se conquista. El grupo es fundamental para tener continuidad en esta elección de darle lugar al límite que antes no se atendió. Para el exceso, el límite. Para el abandono, la continuidad, porque este es un problema que tiende a volverse crónico, por abandonos recurrentes. –Y después de 13 días… –Ahí empieza a ver qué pasa: descubro que no soy tan ansioso, que no necesito tanto como creía. Te das cuenta de que no era vital

IMANES “Las primeras 72 horas son como imanes que se van separando. Están muy cerca de volverse a unir, hasta que se separan definitivamente. Una vez desintoxicado hay que mantener la continuidad de la elección”

eso que cortaste. Pensar no adelgaza. También hacemos cursos intensivos de fin de semana, para la gente que no puede venir trece días seguidos: de viernes a lunes, entrenamos la medida, hacemos actividades, movimiento. –¿Cómo ayuda la meditación? –Impacto pasanaranja, adelgazamiento con meditación dinámica. Es una meditación de Osho para entrenar la atención, muy importante en los temas adictivos. El que vuelve a engordar es porque se hizo el b… En una comida compartida con fruta la saciedad se encuentra no por la cantidad, sino por el tiempo, se come en un ritmo diferente, estando en lo que estás haciendo, plenamente consciente. Después esa meditación se extiende a todos los actos de la vida, ese no distraerse con nada. La velocidad es el vehículo de la voracidad. –¿Mantenimiento hasta cuándo? –La experiencia de mantenimiento es novedosa, porque es un mérito no menor. Tenemos pacientes que vienen a mantenimiento hace siete años. Lo habitual es que hagan tratamiento, adelgacen y listo. Logramos algo que no es habitual: que termine en los parámetros que el médico le da. –¿Además de perder peso se recupera la alegría? –Se llega por la figura, pero se permanece por el fondo: por la satisfacción que tengo, por la calidad de conexión con las cosas que hago. Una de las primeras cosas que se sacrifica en el estado adictivo es la libertad, más allá de los problemas clínicos de base, porque los pacientes llegan derivados por traumatólogos, cardiólogos… Esto no es una internación. El tratamiento es en tu casa, con tu heladera, tu jefe, tu quiosco de al lado… No estás aislado. –¿El enfoque es psicológico? –Es médico, grupal y terapéutico, pero no psicológico. La gente tiene sus terapias, pero no son parte de este tratamiento. Yo soy psicólogo y atiendo de forma individual, pero para atender lo que te va pasando en la mejoría está el grupo. Acá tampoco se habla de comida ni se pasan recetas. El peso no guía el tratamiento, aunque el pesaje es diario; primero se analizan las elecciones, la coherencia…ß