Ser Favio

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SUMARIO | EDITORIAL Año 1 • Número 15 Sábado 17 de noviembre de 2007 Buenos Aires, Argentina

Ser Favio POR RODOLFO BRACELI

En un diálogo a fondo, el cineasta habla de su infancia y su vida como pocas veces lo ha hecho y ofrece claves para entender una obra intensa e inclasificable

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HOY ESCRIBEN

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DAVID OUBIÑA Una mirada a la obra cinematográfica de Leonardo Favio y a su innovadora poética de la marginalidad

CRÍTICA DE LIBROS Piasecki, Auster, Van Bredam y Bonitzer, entre otros

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LA ARGENTINA OPULENTA El testimonio de una época de esplendor, en un libro que rescata un país ya lejano

TOMÁS ELOY MARTÍNEZ El autor de Santa Evita evoca dos encuentros con Norman Mailer, en un texto que refleja la literatura y las pasiones del escritor norteamericano fallecido hace una semana

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ADEMÁS

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ANTONELLA COSTA Entrevista con una actriz de temple que consolida su carrera en el cine POR NATALIA BLANC

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RYSZARD KAPUSCINSKI Un texto del recordado periodista polaco, parte de un libro de próxima aparición

POR HUGO BECCACECE

LAS MEJORES IMÁGENES En el Palais de Glace, la tercera edición de Buenos Aires Photo POR JULIO SÁNCHEZ

LA MIRADA DE LOS OTROS Charla con la curadora del museo de Houston y con el director del Palais de Tokio POR ALICIA DE ARTEAGA

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MATAR, RARA COSTUMBRE El asesinato, tema en distintas puestas de las salas porteñas POR OSVALDO QUIROGA

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AGENDA

STAFF Director: Bartolomé Mitre • Secretario general de Redacción: Héctor D’Amico • Prosecretaria general de Redacción: Ana D’Onofrio • Director de adncultura: Jorge Fernández Díaz • Director de Arte: Carlos Guyot • Jefe de Redacción: Hugo Beccacece • Editora: Verónica Chiaravalli • Subeditores: Pedro B. Rey, Héctor M. Guyot, Leonardo Tarifeño y Marcelo Panozzo • Editora de Artes Visuales: Alicia de Arteaga • Editora de arte: Silvana Segú • Editor fotográfico: Rafael Calviño • Redacción: Raquel Loiza, Pablo Gianera, Natalia Blanc, Celina Chatruc y Martín Lojo • Corresponsales: Hugo Alconada Mon (EE.UU.), Elisabetta Piqué (Italia), Luis Esnal (Brasil) y Silvia Pisani (España) • adncultura.com: Luis Moreiro, Daniel Amiano, Lorena Ponce de León • Diseño gráfico: Hernán de la Fuente y Silvina Nicastro • Retoque digital: Osvaldo Sánchez • Corrección: Susana G. Artal • Gerente comercial: Gervasio Marques Peña • Gerente de producto y audiencia: Ezequiel Colombo

2 I adn I Sábado 17 de noviembre de 2007

POR JORGE FERNÁNDEZ DÍAZ Director de adnCULTURA [email protected]

El arte de preguntar S

e llama Rodolfo Braceli y es periodista, narrador, dramaturgo, ensayista y poeta. Pero lo más interesante es que muchas veces ha logrado ser todas esas cosas juntas en un mismo texto. Autor de veinte libros, que fueron traducidos al inglés, al francés, al italiano y al polaco, y ganador de varias distinciones, entre las que se encuentra el Primer Premio Municipal de Teatro, Braceli es un experto en el género de las entrevistas. Sus reportajes latinoamericanos fueron publicados en 23 países y en nueve idiomas, y enseña el arte de preguntar en cátedras de varias universidades argentinas. Acaba de publicar un libro inclasificable sobre Van Gogh, que aúna varios de sus oficios y vocaciones: Vincent, te espero desnuda al final del libro. Entrevistó, a lo largo de su vida, a muchos escritores, entre otros García Márquez, Borges, Bioy Casares, Vargas Llosa, Castellani, Bradbury y Woody Allen. Y dos de ellos no pudieron evitar hablar de la particular virtud de Rodolfo. “Braceli está brotado de creación. Inventa a partir del lenguaje y de las situaciones. Tiene reflexión y pensamientos propios y originales. Arrolla al lector (posee un extraordinario don de comunicación, emociona sin hacer gestiones para emocionar). Es un talento”, dictaminó el legendario Antonio Di Benedetto, que fue su amigo y mentor. “Medita con profundidad (y sobre todo ¡con gracia!) sobre lo esencial de nuestra vida. Además, su excelente prosa es un raro ejemplo de antisolemnidad y hondura”, dijo el gran Héctor Tizón. Es una rara avis de las redacciones. Lo conocí hace ya muchos años en una de ellas, y me di cuenta de que se trataba del más original entrevistador de nuestros tiempos. Los teóricos afirman que existen dos clases de reportajes: el de anécdotas y el de ideas. Braceli creó una nueva categoría: el reportaje de climas. No entrevista a los grandes personajes para que repitan anécdotas ni ideas aprendidas de memoria, sino para envolverlos en un clima íntimo y extraño, donde puede pasar cualquier cosa y donde se rompen los pactos convencionales del periodismo. Su técnica consiste en replicar los trucos del domador. Lo veo siempre acercándose cautelosamente al caballo, dando vueltas a su alrededor, acariciándolo, convenciéndolo con monosílabos y montándolo cuando menos se lo espera. Va a esa tarea sin cuestionarios, ni notas de archivo, nunca pacta nada y le cuesta resignarse al grabador. “No soy un grabador –dice–. Eso es fácil: 250 pesos, un casete y dos pilas”.

Ningún entrevistado sale indemne de sus mañas. Braceli es un adivinador: les saca de la punta de la lengua los sentimientos que ocultan. Hace un mes vino a mi oficina con tres dudas: “¿Por qué en un suplemento cultural no caben preguntas sobre el cuerpo y el alma? ¿Por qué no hablar más de la vida que de las obras, cuando ellas son en realidad el fruto de las experiencias? ¿Por qué no hacer aquí lo que hicimos siempre?”. Le dije que probara con una leyenda viva: Leonardo Favio. Braceli y Favio nacieron en la misma ciudad: Luján de Cuyo. Y vinieron juntos a Buenos Aires. Son, cada uno a su manera, parecidos. No son producto de la academia sino del

RODOLFO BRACELI. Un entrevistador original

barro, son más emocionales que intelectuales, eternos diamantes en bruto, desparejos y salvajes, pero inolvidables y distintos. Favio es un director original. Alguien inimitable que es reconocido aun por sus adversarios ideológicos. Vive recluido, como una especie de Kurtz dulce y popular, de corazón puro, y Braceli lo visitó tres veces en su casa para componer este retrato. El resultado es un texto hipnótico, que logra algo muy difícil: que el lector sienta que está en esa habitación con esos dos amigos sinceros. Casi los puede escuchar respirar. La entrevista está plagada de “malas palabras”. Son, en verdad, insultos cariñosos. Estuve a punto de purgarlos, pero luego me di cuenta de que era una tontería. Que se trataban de recursos literarios imprescindibles para entender la naturaleza del diálogo. Solo le añadí un ensayo de David Oubiña, joven intelectual que apadrina Beatriz Sarlo, para explicar los secretos de la innovadora poética de la marginalidad que Favio supo desplegar a lo largo de más de cuarenta años de creación. Sí, Rodolfo, se puede. Se le puede preguntar a un artista por su verdadera obra, se le puede preguntar directamente sobre su propia vida.