LA GRAN TESIS DE LA RESURRECCIÓN 1 Corintios 15:51-58 Por Ramón Jiménez Ortiz INTRODUCCIÓN: La resurrección es la antítesis de la muerte, mientras que la muerte es la consecuencia del pecado. I.

EL PECADO, ¿QUÉ HA HECHO? Ha dejado grandes huellas en la vida de todo ser humano A. La corrupción (15:53). La corrupción es lo que afecta la vida en sus aspectos espirituales, morales y físicas. Es lo que hace que los seres humanos se rebelen contra Dios, cometan actos malos, y que nuestra estructura física se enferme, envejezca y muera. B. La muerte (15:56). Es el efecto insoslayable del pecado. Es la paga del pecado. Dice nuestro pasaje que ella es el aguijón del pecado, quien recibe su poder de la ley.

II.

LA RESURRECCIÓN, ¿QUÉ HA DE HACER? Dos misteriosos efectos son mencionados. A. Todos los muertos en Cristo serán levantados de sus tumbas (1 Tesalonicenses 4:13-17) B. La transformación de los cuerpos resucitados (la glorificación) (1 Corintios 15:52). Esta resurrección que será una realidad (escatalógica) debe llenar al creyente de mucho consuelo y gran confianza. 1. Confianza para vivir. Esto implica fidelidad a todo costo, como dice 1 Juan 3:3, “...el que tiene esta esperanza en él, se purifica a sí mismo, así como él es puro”. No sólo implica fidelidad sino también valor para vivir en medio de los grandes desafíos que tenemos que enfrentar. Hay horas difíciles que pueden intentar quitarnos el valor y las fuerzas para luchar, pero es necesario vencer. El mismo Señor tuvo estas horas, no obstante venció (Mateo 26:37-38). 2. Confianza para morir. La esperanza de la resurrección no sólo nos debe dar confianza para vivir, sino también confianza para morir. No cabe duda que lo que más afecta hoy al mundo es el fenómeno de la muerte y esto es sencillamente porque el humano no está preparado para morir. Pero si estuviera preparado para este acontecimiento, que es inevitable, no viviría bajo el temor a tan inexorable fin.

CONCLUSIÓN: El poeta y escritor español Juan Ramón Jiménez dijo: “Cuando se ha vivido bien se puede morir”. Este concepto filosófico de la vida habla de prepararse para morir con quietud y confianza. Pienso que este era el concepto del apóstol Pablo y también del apóstol Juan (Filipenses 1:21-23; Apocalipsis 14:13). Esta esperanza de la resurrección nos debe animar a vivir cada día para Dios y a esperar con mucho gozo el encuentro con él (1 Corintios 15:58). Tomado de El Mensajero Bíblico, órgano oficial de la Convención Evangélica de Cuba “Los Pinos Nuevos”. Usado con permiso.

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