REFLEXIÓN DE UN ALMA RESTAURADA El año me sorprendió Llena de tanto pesar Que en el camino de Dios Me costaba transitar. No funcionaba mi mente Se nubló mi corazón Y así repentinamente Me dominó la aflicción. Y la gracia de Jesús Con sus brazos extendidos Como un destello de luz Guió mis pasos perdidos. Con su ayuda indispensable Ya dejé la senda vil Y su amor incomparable Me hizo volver al redil. Yo te exhorto ahora, mi hermano, Que por la senda que vas, A la luz del Soberano Mires a la eternidad. Por María Antonia Toledo Palacios Este escrito es una contribución de la agrupación para eclesiástica cubana: Ministerio CRISTIANOS UNIDOS. Puede comunicarse con MCU al correo:
[email protected] Usado con permiso ObreroFiel.com – Se permite reproducir este material siempre y cuando no se venda.