Reanudan los vuelos, pero sigue el caos

21 abr. 2010 - el mayor caos aéreo en Europa desde la Segunda ... internacional del transporte aéreo. (IATA) .... industria del turismo se vería devas- tada.
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EXTERIOR

I

Miércoles 21 de abril de 2010

EL VIEJO CONTINENTE, EN VILO s DESPUES DE CINCO DIAS DE PARALISIS

Reanudan los vuelos, pero sigue el caos A pesar de que se normalizó cerca del 50% del tráfico aéreo, miles de pasajeros siguen varados; temor por una nueva nube de cenizas LONDRES.– Después de una parálisis aérea que duró cinco días, los aeropuertos europeos empezaron ayer a retomar lentamente su actividad normal, pero el caos de viajeros varados está lejos de haber terminado y las autoridades temen que podrían pasar varias semanas antes de que decenas de miles de pasajeros puedan llegar a sus destinos. Anoche, los fuertes vientos a gran altura hacían que las condiciones fueran indefinidas, dado que la nube de cenizas podría volver a expandirse sobre las rutas aéreas y bloquear nuevamente el tráfico de aviones. La dimensión de la crisis que tuvo en vilo a todo el continente volvió a dejar al descubierto la incapacidad de las autoridades de la Unión Europea (UE) para gestionar de manera coor-

dinada sus problemas internos. Aplausos, ovaciones y gritos de felicidad se oyeron en diversos aeropuertos desde Nueva York hasta Asia al reanudarse el transporte aéreo, paralizado en el Viejo Continente después de que las cenizas del volcán islandés Eyjafjöll, que entró en erupción hace una semana, crearan el mayor caos aéreo en Europa desde la Segunda Guerra Mundial. Los aeropuertos en Londres –uno de los de mayor movimiento en Europa y un punto importante de tránsito en el mundo– continuaban cerrados en su mayoría, aunque anoche la aerolínea British Airways anunció la llegada de su primer vuelo al aeropuerto de Heathrow desde que las autoridades reabrieron el espacio aéreo. En Alemania, los vuelos conti-

nuaban oficialmente suspendidos, pero las autoridades permitieron el aterrizaje y despegue de unos 800 aviones con la recomendación de que se desplazaran a baja altura. “Todo el mundo estaba gritando de felicidad en el avión’’, contó el chipriota Savvas Toumarides, que finalmente llegó a Nueva York luego de quedar varado en Amsterdam durante cinco días y perderse la boda de su hermana. “Lo peor fue esperar y esperar y no saber qué iba a pasar”, dijo. En consonancia con las críticas de los pasajeros, crecen las objeciones a la decisión de las autoridades de cerrar el espacio aéreo europeo, propuesto por la agencia europea de control de la seguridad en la aviación (Eurocontrol) desde el primer día de la crisis, por cuestiones “de seguridad”

y que trajo graves consecuencias económicas. “Ya hemos ido lo suficientemente lejos en esta crisis para expresar nuestra insatisfacción sobre cómo la han manejado los gobiernos, sin análisis de los riesgos, sin consultas, sin coordinación y sin liderazgo”, afirmó el director general de la asociación internacional del transporte aéreo (IATA), Giovanni Bisignani. En la prensa británica se multiplicaron ayer las críticas contra las autoridades por el cierre de su espacio aéreo durante días y sus métodos inexactos de medición de las nubes de cenizas. En este contexto, el ministro de Transporte de Francia, Dominique Bussereau, lamentó el “poco apuro” de algunos países de la UE para orga-

nizar una reunión sobre la gestión del tráfico aéreo durante la crisis. La agencia de tráfico aéreo Eurocontrol dijo en Bruselas que esperaba para ayer el despegue de casi la mitad de los 27.500 vuelos programados en Europa, una gran mejoría en comparación con el escaso tráfico aéreo de los últimos días.

Normalización Eurocontrol auguró que para fines de esta semana los despegues programados se acercarán casi a las cifras habituales. “La situación hoy está mucho mejor’’, dijo Brian Flynn, subjefe de operaciones de la agencia europea con sede en Bruselas. “El panorama es que poco a poco los vuelos regulares irán normalizándose en los próximos días.”

Después de la cancelación de por lo menos 95.000 vuelos en la última semana solamente, las aerolíneas afrontan la enorme tarea de dar salida al cúmulo de viajes retrasados, un desafío que podría tomar varios días o incluso semanas para llevar a los pasajeros a sus destinos. La Oficina Meteorológica de Islandia volvió a notar fuertes vientos del Noroeste en altos niveles. “Por esa razón es difícil decir [el impacto sobre el tráfico aéreo]”, dijo Gudrun Nina Peterson, perteneciente al organismo. Además, los científicos europeos temen que la erupción pueda activar al vecino volcán Katla, de mayor tamaño, que tendría peores consecuencias sobre el Viejo Continente.

Agencias AP, AFP, DPA y Reuters

OPINION

La furia del volcán, contra la ilimitada arrogancia del hombre BERNARD-HENRY LEVY CORRIERE DELLA SERA ROMA.– Se podrá polemizar si se quiere. Se podrá, en cuanto todo haya vuelto a la normalidad, discutir hasta el agotamiento sobre los vuelos de prueba que se realizaron; sobre los aviones enviados de vuelta sin pasajeros –y sin incidentes– hacia sus bases; sobre el presidente ruso, Dimitri Medvedev, que desafió la altísima columna de cenizas volcánicas para asistir a las exequias de su par polaco. Se podrá protestar por las exageraciones de las medidas de precaución y sobre la aversión al riesgo que se ha convertido en la regla de oro de nuestra sociedad y de nuestros tremebundos gobiernos. Pero el hecho es que se ha producido un evento natural. Inmenso y minúsculo al mismo tiempo, ha desencadenado el célebre efecto mariposa del que tanto se habla, pero esta vez con buena justificación. Colosal e insignificante: colosal precisamente por haber sido insignificante en su principio, como en los grandes escenarios de la ciencia ficción, en las grandes epopeyas de la antigüedad, en los cataclismos bíblicos. Se despertó un volcán muy pequeño. Más pequeño que aquel que, en el año 79 de nuestra era, destruyó

De su garganta ardiente, el volcán lanza un mensaje de humildad y un llamado a la mesura Pompeya, Herculano y Stabiae. Más pequeño que el Laki, cuya erupción, producida en Islandia en 1783, lanzó sus cenizas alrededor del planeta. Minúsculo, casi irrisorio si se lo compara con el terrible Tambora, que entró en erupción en Indonesia a fines del siglo XIX; sus cenizas, antes de dispersarse, dieron varias vueltas en torno a la Tierra, y su potencia, casi 100 veces más grande que la suma de las explosiones atómicas de Hiroshima y Nagasaki, causó la muerte de casi 100.000 personas. Es un volcán insignificante, en un país que podría decirse que no tiene demasiada importancia, y cuya existencia era ignorada hasta la semana pasada por tres cuartas partes de la humanidad y del que la otra cuarta parte pensaba que se había autoeliminado del mapa del planeta productivo después de la crisis del año pasado y el colapso del gobierno, abrumado por el derrumbe financiero. Pero he aquí que este volcán, aletargado durante 187 años, empieza a escupir lo que esconde en su vientre, y esa erupción de fuego, gas y rocas pulverizadas logra varar en tierra a miles de aviones, sembrar la confusión en toda la economía desarrollada, paralizar a algunos y escandalizar a otros. Y entonces, tal como ocurrió du-

rante la gran crisis financiera con los flujos de capitales, ahora se vio afectado el flujo de comunicación y de circulación de las personas y de los productos: primero todo se hizo más lento, luego se interrumpió, como obstruido por un coágulo. ¿Quién es más fuerte?, pregunta el pequeño volcán. ¿Todos ustedes o mi nube de cenizas? ¿Quién es más astuto: mis cenizas furtivas, casi invisibles, cuyo curso lento y enloquecedor nadie se arriesga a predecir de hora en hora, o sus batallones de vulcanólogos y meteorólogos que no han visto ni previsto nada y que aún hoy, pese a toda su ciencia, sus técnicos, sus ultrasofisticados dispositivos de prevención e intervención, tienen que contentarse con escrutar el cielo como los augures romanos observaban el azaroso vuelo de las aves? ¿Quién tendrá la última palabra: el hombre, que se autoproclama amo de la naturaleza y aspira a controlar hasta su último movimiento, y que incluso sueña, como el alquimista Almani de la Nueva Justine, de Sade, con convertirse él mismo en un volcán y de apropiarse de ese vientre que vomita llamas…? ¿O yo, el pequeño volcán, que con mis atómicas profundidades, mis deyecciones infernales, por no hablar de mis cenizas vagabundas y en suspensión pero capaces, si no les prestan atención, de engullir sus aviones como lo hizo el Etna con Empédocles, les recuerda que la naturaleza existe, que resiste, y que nadie tiene el poder de controlarla, ni de sujetarla, ni de transformarla en un desierto a fuerza de imponerle obstáculos o infligirle violencia? ¿Es ésta la conclusión a la que presumiblemente nos han llevado las certezas de nuestra tecnociencia, con tantos instrumentos maravillosos capaces de forjar, transformar y, en teoría, domesticar y apaciguar la realidad?

Bendito sea el caos Prosopopeya del volcán. Furia del pequeño volcán, al rojo vivo por la ilimitada arrogancia y la indecencia de los hombres. Silencio, dice el volcán. Silencio, ahora hablo yo. Que nadie se atreva a pronunciar una palabra: que sus máquinas voladoras desocupen el cielo, que cada uno de ustedes se quede en el lugar donde estaba cuando empezó mi erupción. Y de hecho nadie se mueve. Y de hecho el planeta contiene el aliento, esperando que el volcán se aquiete. Y todos sentimos un escalofrío que nos corre por la espalda ante la idea de una potencia que de repente supera nuestra voluntad y dicta sus propias leyes. Y ésta es la lección del volcán. Bajo el volcán seguro que no encontraremos la playa, pero sí la indispensable paciencia ante las cosas. De su garganta ardiente el volcán lanza un mensaje de humildad y un llamado a la mesura. Bendito sea el volcán. Feliz el caos que ha desencadenado. Y que esta vez Empédocles pueda conservar sus sandalias atadas a los pies.

Traducción de Mirta Rosenberg

AFP

Después de una parálisis de cinco días, los primeros pasajeros llegan al aeropuerto de Heathrow, en Londres

El avance de las cenizas Referencias:

NUBE DE CENIZAS

Los vientos desplazaron a la nube sobre las rutas aéreas europeas y transatlánticas

PREDICCION DE LA NUBE DE CENIZAS

Según la Agencia Europea para la Seguridad de la Navegación Aérea, Eurocontrol, despegaron 14.000 vuelos de los 27.500 programados habitualmente en el continente.

RUTAS TRANSATLANTICAS

Volcán Eyjafjöll ISLANDIA

Los vuelos

NORUEGA FINLANDIA SUECIA

RUSIA G. BRETAÑA

En Gran Bretaña varios aeropuertos cerrados desde el jueves pasado volvieron a operar, entre ellos Heathrow, el primero de Europa en número de pasajeros. Otros aeropuertos importantes, como los parisienses de Roissy y Orly, reabrieron vuelos tras cinco días de parálisis total.

ALEMANIA CANADA FRANCIA ESPAÑA

El tráfico aéreo también empezó a reanudarse paulatinamente en Bélgica, donde por el momento sólo se autorizaban aterrizajes, en Italia y en Suiza. Dinamarca abrirá la mayor parte de sus rutas hoy.

ITALIA

EE.UU.

Océano Atlántico Fuente: BBC

LA NACION

Ante un forzado cambio de hábitos Una nueva y prolongada nube de cenizas obligaría a los europeos a modificar su estilo de vida ARTHUR MAX AGENCIA AP AMSTERDAM.– Incluso en momentos en que los paralizados aeropuertos de Europa empiezan a revivir, los viajeros y empresarios deberían preguntarse: ¿y si todo esto sucede otra vez? Porque podría pasar. Una y otra vez, durante semanas, o incluso meses, advierten los científicos. La erupción anterior del volcán Eyjafjöll, en Islandia, en 1821, duró intermitentemente 13 meses, pero en ese entonces no había motores de aviones que pudieran dañarse por los residuos volcánicos. ¿Pero qué pasaría si las nubes de ceniza se prolongaran durante más de seis meses sobre los cielos europeos y obligaran a cerrar los aeropuertos con pocas horas de preaviso? La vital industria del turismo se vería devastada. Los supermercados tendrían menos productos fuera de temporada,

algunos negocios, como los servicios de correos, tendrían que improvisar y todo sería más caro. La recuperación económica probablemente se paralizaría. Los bancos y los gobiernos, preocupados por la inflación, restringirían el crédito. Los ferrocarriles y las rutas quedarían recargados y la gente optaría por transportes más confiables. Los efectos psicológicos de la incertidumbre podrían inducir a la parálisis. Mientras el volcán siga lanzando cenizas, pocos estarían dispuestos a arriesgarse a quedar expuestos a más demoras acampando en aeropuertos o varados en hoteles costosos. Algunas personas podrían sentirse más aisladas: visitar a un familiar se convertiría en una decisión difícil de tomar si implica seis horas en tren en lugar de una en avión. No habría más escapadas con pasajes aéreos baratos y comprar un boleto en el expreso interurbano resultaría muy complicado.

Los optimistas encontrarán ventajas en un ritmo de vida menos vertiginoso. Las vacaciones serían más cerca de casa y la gente disfrutará de más tranquilidad. El clima también resultaría beneficiado por la ausencia de aviones contaminantes surcando el cielo, aunque la cancelación de 100.000 vuelos, más o menos, representaría una ínfima parte de las crecientes emisiones de carbono en todo el mundo.

Boom ferroviario Las compañías de trenes son otro rubro que disfruta de un inesperado boom, con servicios adicionales que recorren Madrid y Moscú, y diversos destinos intermedios. Desde la semana pasada, Eurostar agregó 33 trenes, lo que significa que por este medio se desplazaron 165.000 personas, 50.000 más de lo habitual. Sin embargo, si esta situación se prolonga, el panorama económico sería bastante desalentador. Los

viajes y el turismo representan el 5% del gasto europeo, y una baja dentro de este rubro implicaría una caída de entre 1 y 2% del PBI. “Esto significa que continuaríamos en recesión”, dijo Vanessa Rossi, del centro de investigaciones Chatham House. “Si esto persiste, sería caótico. Es una pésima noticia en el peor momento”, añadió. Las más perjudicadas serían las aerolíneas. Desde el comienzo de la crisis perdieron cerca de 300 millones de dólares por día y ya están buscando ayuda de los gobiernos para poder hacerle frente a las pérdidas. Países como Grecia y Portugal, que atraviesan graves crisis económicas y dependen en gran parte de los ingresos por turismo, deberán pensar planes alternativos para una reactivación. “Cuanto más dure la crisis, más tiempo tendremos de encontrar vías alternativas para hacer cosas”, dijo Simon Tilford, jefe de economía del Centro para la Reforma Europea.

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Obligados a entendernos. Es indispensable que Uruguay y la Argentina convivan en paz y respeten la letra escrita y la palabra empeñada. Pág. 18

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Mariano Grondona. El columnista analiza la decisión del presidente de la Cámara baja, Eduardo Fellner, ante el proyecto de ley del cheque. www.lanacion.com.ar/1256384

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