Ramona y Juanito viajan a Houston

25 oct. 2013 - propio Rauschenberg conquiste un galar- dón en Venecia. Su compromiso con el arte no conoce claudicaciones; prueba de ello son los 130.
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4 | ADN CULTURA | Viernes 25 de octubre de 2013

Ramona y Juanito viajan a Houston Berni conquista Texas. Los entrañables personajes de su narrativa pictórica reunidos, a partir del 9 de noviembre, en la mayor muestra del artista rosarino fuera del país: un proyecto de cooperación entre Malba y el MFAH Alicia de Arteaga | la nacion

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na vez más Juanito está haciendo las valijas para una salida de alto vuelo. Le toca repetir la hazaña de 1962, cuando Berni ganó en la XXXI Bienal de Venecia el Premio Internacional de Grabado, justamente, con las imágenes del chico villero inmortalizado en soberbias placas gigantes, mezcladas con cielos borrascosos de la pampa criolla. Llegar a Houston en compañía de Ramona Montiel, la otra creación inmortal del maestro rosarino, es la meta de un proyecto conjunto impulsado por Malba y el Museo de Bellas Artes de Houston con los curadores Mari Carmen Ramírez y Marcelo Pacheco como protagonistas (ver página siguiente). Antonio Berni nació en Rosario en 1905 y murió en 1981 en un tonto accidente doméstico. Algunos dicen que se atragantó con un hueso de pollo; otros, con un bocado de lomo. Da igual. Se fue un artista en la plenitud de su entrega apasionada, del que no se sabe, ni se puede intuir, qué otros pasos audaces podría haber dado. Los dio casi todos. Era un chico cuando retrató a mano alzada a Fermín Lejarza, un aristócrata rosarino que sería luego uno de los impulsores de la beca del Jockey Club que lo llevó a París. Un niño prodigio, de familia humilde, hijo de un italiano cuyo destino se perdió en la Gran Guerra, Berni como Picasso cambió cuantas veces quiso sin respetar mandatos académicos ni escuchar los cantos de Ramona vive su vida, 1963 Obra de tapa: Las vacaciones de Juanito, 1972

sirena del éxito comercial ganado con los retratos de chicos de ojos almendrados y glaucos como los de Spilimbergo. Ésta es la muestra más importante de Berni fuera de la Argentina. Una jugada audaz de Mari Carmen Ramírez, nacida en Puerto Rico, formada en Estados Unidos, con los pergaminos suficientes para llevar a la tierra tejana de los petroleros la obra de un artista militante representado por un chico villero y una prostituta nacida en los márgenes. Ramírez está considerada una de las latinas más influyentes en el mapa norteamericano de las artes visuales. Años atrás puso en el centro de la escena la obra de Xul Solar; ahora le toca a Berni, un artista de enjundia, carnal y matérico, cuya poderosa obra nada tiene que ver con la línea controlada de la geometría, con los juegos ópticos del arte cinético ni con la abstracción lírica tan en boga entre el coleccionismo latinoamericano. Berni se entronca con el grotesco nacional de El matadero, de Esteban Echeverría. Él mismo recoge los materiales en la calle y se anima a los assemblages con hierros, chapas y maderas, antes de que el propio Rauschenberg conquiste un galardón en Venecia. Su compromiso con el arte no conoce claudicaciones; prueba de ello son los 130 trabajos, entre grabados, pinturas y esculturas ( 1958 - 1978), procedentes de colecciones públicas y privadas, que se verán primero en Houston y, en 2014, en Malba . El catálogo, un libro de colección, analiza en profundidad el sentido y el lugar de Juanito y Ramona en la narrativa del maestro; la materia con que están hechos ambos perContinúa en la página 6