¿Por qué los hermanos y hermanas pelean? - ObreroFiel

dándole la pieza más grande de pastel, compartiendo tu juguete favorito y jugando a lo que ellos quieren jugar. Haz ese tipo de cosas, no esperes que ellos ...
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¿Por qué los hermanos y hermanas pelean? Los hermanos y hermanas se enojan cuando ellos quieren seguir sus propios deseos. Todos somos pecadores, ninguna de nosotros es perfecto. Por eso desagradamos a Dios, haciendo cosas malas, como cuando nos molestan nuestros hermanos. Estas cosas nos meten en problemas y causan peleas y discusiones entre las personas que se debemos amar más. Dios nos puso en familias que debemos cuidar durante toda nuestra vida. Sí nos aprendemos a llevar bien, nuestros hermanos podrían ser nuestros mejores amigos. Dios nos da reglas en la Biblia sobre como debemos vivir. Siguiéndolas podemos ser cada vez mejores para llevarnos bien con otros niños incluyendo a nuestros hermanos. La Biblia nos enseña que debemos poner a otros antes que a nosotros mismos y portarnos con ellos como quisiéramos que otros se portaran con nosotros. Trata de ser amable con tus hermanos: tendiendo su cama, dándole la pieza más grande de pastel, compartiendo tu juguete favorito y jugando a lo que ellos quieren jugar. Haz ese tipo de cosas, no esperes que ellos hagan lo mismo por ti, pero muéstrales el amor de Dios. Pide a Dios fuerza para ser paciente y amable con tus hermanos. Perdónales (o pídeles perdón), recuerda que Dios nos ha ofrecido perdón a través de la muerte de Jesús en la cruz. Sí tu has confiado en Jesús como tu Salvador, puedes mostrar amor a tus hermanos, así ellos pueden ver como Jesús te ha cambiado. Tu no puedes controlar la perspectiva de tus hermanos que te vean agradable, pero si puedes controlar la forma en que reaccionas frente a ellos.

Versículos Clave: “Esto lo saben, mis amados hermanos. Pero que cada uno sea pronto para oír, tardo para hablar, tardo para la ira; pues la ira del hombre no obra la justicia de Dios” (Santiago 1:19-20).

“Sean más bien amables unos con otros, misericordiosos, perdonándose unos a otros, así como también Dios los perdonó en Cristo” (Efesios 4:32).

“Así que procuremos lo que contribuye a la paz y a la edificación mutua” (Romanos 14:19).