¿POR QUÉ ELEGIMOS LA ESCUELA EN CASA PARA NUESTROS HIJOS? Por Ellyn Davis Usado con permiso A través de los años, se me ha hecho esta pregunta, y normalmente alego algo como: “Queremos tener la libertad para elegir los materiales de enseñanza que refuercen nuestras creencias religiosas y normas morales. Queremos proveer una situación de superioridad académica con enseñanza de uno en uno. Queremos tener la habilidad para monitorear las experiencias de sociales de nuestros hijos. Queremos adaptar el curso de estudio individualmente. Queremos tener la flexibilidad para crear más tiempo en familia.” Estas son las razones a las que me apego mientras trato de convencer a nuestra familia, amigos y aún extraños curiosos de que realmente no estamos locos, por tener a nuestros hijos fuera de la tradicional y altamente venerada institución americana – la escuela pública. Yo enlistaría seriamente estas razones y añadiría unas cuantas estadísticas e historias acerca del éxito de la escuela en casa, para que mi decisión sonara muy racional y bien informada. Pero, cuando soy totalmente honesta conmigo misma, esas solo son razones secundarias por las que decidí enseñar a nuestros hijos en casa. Las verdaderas razones, son asuntos del corazón. La escuela en casa fue y aún es atractiva para mí, en parte por las imágenes que evoca: los niños acurrucándose en el sillón mientras les enseño a leer; las caritas de los pequeños iluminadas por la emoción mientras arman modelos de cohetes; mi hijo absorto en un libro mientras se recarga en el lomo de su pony; viajes a través del país en nuestro trailer, aprendiendo acerca de La Ruta de Oregon; actuando la batalla de Yorktown con chicos que llevan mosquetes colgados sobre sus hombros; aventuras en el crepúsculo recolectando luciérnagas; la voz orgullosa de un niño mientras dice, “¡Mira qué bien escribí estas letras!” Para mí, la escuela en casa habla de estrechas relaciones familiares, la altamente valorada vida en el hogar y la familia; niños felices que aman el aprender; tradiciones significativas; sencillez; crianza, relaciones tutelares; restauración de la excelencia; libertad para seguir los intereses individuales; empresariado; recobrar el significado y propósito de la vida; y descubrir el destino propio. Después de más de veinte años, nuestra jornada de escuela en casa ha terminado, porque nuestro hijo menor ahora tiene 20 años. Durante los pasados aproximadamente veinte años, hemos visto un profundo cambio en la escuela en casa, así como grandemente en nuestra cultura. Crecimos en una época en la que había muy pocos niños encerrados, donde los vecindarios eran realmente seguros porque conocías a todos tus vecinos y ellos compartían muchos de tus mismos valores, y eran familias que estaban menos estresadas y más estables. En otras palabras, crecimos en hogares donde había padres que estaban presentes la mayor parte del tiempo que estuvimos en casa. Pero estamos viendo toda una nueva generación de padres embarcados en la aventura de la escuela en casa que no provienen de esa base de hogar y familia. Muchos de ustedes provienen de hogares que estuvieron llenos de tensión o con varias formas de disfunción. Su imagen de un padre puede ser la de una figura ocupada, negativa, presionada y autoritaria, y su imagen de una madre puede ser la de una distante, distraída pero de alguna forma
1
cultivada mujer de carrera. O quizá no tengas ningunas imágenes fuertes de un rol paternal en particular, porque provienes de un hogar roto. La otra diferencia entre su crianza y la nuestra es que sus vidas fueron vividas primeramente en una serie de instituciones; guarderías, escuelas, cuidadores después de la escuela, iglesia, centros recreativos, etc. Como resultado no solo pueden estar desconectados del sentido de una familia verdadera, sino también desconectados de un sentido de significado y propósito en esta vida. Una importante razón por la que la escuela en casa es tan atractiva para su generación es que conlleva la promesa de proveer los sentimientos orientados a la familia, experiencias, y la formación de esa identidad que perdieron cuando niños. Pero lo que todos tenemos en común es el deseo de hacer bien algo que estuvo equivocado en la crianza de los niños – no solo para nosotros mismos, sino para que nuestros hijos puedan tener un tipo de vida de hogar que creemos es posible, pero que tal vez nunca hayamos experimentado. Todos anhelamos restaurar algo que ha estado perdido. En este caso, lo que se ha perdido es el corazón de los padres por sus hijos y el corazón de los hijos por sus padres. Tenemos escuela en casa porque queremos reconectarnos a los valores multi-generacionales, a las relaciones, y a un sentido de destino. Así que, al final, no importa la generación que sea, el enseñar a nuestros hijos en casa tiene poco que ver con lo académico o con el protegerlos de las influencias seculares. Tiene que ver mucho con nuestro deseo de re-orientar ambos corazones, los nuestros y los de ellos. Y orientamos esos corazones, no empujándolos, demandándoles, avergonzándolos o en la competencia de un marco institucional; sino mediante la exposición de la verdadera identidad en un ambiente íntimo, abierto, confiable, emocionalmente seguro y racional, que tratemos de crear en nuestros propios hogares.
ObreroFiel.com – Se permite reproducir este material siempre y cuando no se venda. Cualquier artículo en este sitio web puede ser copiado o enviado electrónicamente, a condición de dar el crédito correspondiente y que el artículo no sea substancialmente modificado. Ningún artículo puede aparecer de forma total o parcial en una publicación para venta o lucro o como parte de cualquier tentativa comercial sin el consentimiento por escrito de Home School Marketplace. © Copyright 2006. Home School Marketplace, 1053 Eldrige Loop, Crossville, TN 38571
2