EL MESÍAS ES NUESTRA SANTIFICACIÓN por Shema Usado con permiso
"Por obra de Dios ustedes están en el Mesías Yeshua, que fue hecho para nosotros sabiduría de Dios y rectitud y santificación y redención" (1 Corintios 1:30). Me encanta ser judío. Me encanta el estilo de vida distintivo que Dios le ha dado a su pueblo elegido, enraizada en la Tora, costumbres y tradiciones antiguas. Animo a otros judíos mesiánicos a abrazar este estilo de vida distintivo. Pero, me preocupan profundamente aquellos que presionan a nuestros hermanos cristianos gentiles para que vivan como nosotros. Su pensamiento erróneo es más o menos el siguiente: Mala enseñanza: el cristianismo se ha mezclado con el paganismo. Respuesta del Rabino Loren: No creo que cristianos practicantes estén practicando el paganismo. Bueno, podrían estarlo haciendo si oran a María y a los santos o a estatuas e íconos, y creyendo que literalmente están comiendo el cuerpo y la sangre de Cristo, o si comen la sangre de animales (salchichas o sopa de sangre). Tampoco creo que celebrar navidad, tener un árbol navideño o regocijarse por la resurrección del Mesías en Semana Santa (Easter, en Inglés) o adorar en domingo, es participar del paganismo. Mala enseñanza: el cristianismo tiene muchas tradiciones no bíblicas. Respuesta del Rabino Loren: es cierto, pero las costumbres y tradiciones no son malas en sí mismas. De hecho, algunas son muy buenas. Mala enseñanza: El pueblo judío es el pueblo escogido. Por lo tanto es mejor tener un estilo de vida judío, es más bíblico, es más puro y lleno de más bendiciones que los que llevan un estilo de vida cristiano convencional. Respuesta del Rabino Loren: Como cristianos, al acercarse más al Mesías, son santos, completos y rectos. El Rabino Pablo, comunicándose específicamente con los creyentes gentiles, escribe: "En él (Yeshua) habita la plenitud de la deidad en forma corporal, y en él han sido ustedes hechos completos... en él han sido asimismo circuncidados con una circuncisión hecha sin manos, al ser removido el cuerpo de la carne por la circuncisión del Mesías... Él los ha hecho vivir junto con él, habiéndonos perdonado todas nuestras transgresiones... Por lo tanto nadie podrá juzgarlos respecto a comidas o bebidas o respecto a una festividad o una luna nueva o el día del sábado, cosas que son una mera sombra de lo que ha de venir; pero la sustancia pertenece al Mesías" (Colosenses 2:917). ¿Quiere usted decir que un gentil que se ha unido al Mesías judío por haber creído en él, ha sido hecho completo en un 100%? ¿No le falta nada? ¡Eso es exactamente lo que significa! Dios lo considera espiritualmente circuncidado y por lo tanto un participante completo del nuevo pacto. Está lleno de vida espiritual y todos sus pecados han sido perdonados. Tiene libertad acerca de lo que come o bebe y acerca de celebrar o no las
festividades judías y el sábado. Ellas son, después de todo, solo sombras, y él está unido a la realidad, que es mayor que las sombras. Pero tiene la libertad de celebrar el sábado y observar las festividades y guardar kosher si lo escoge. Si un cristiano desea observar una festividad o costumbre bíblica, hay libertad para hacerlo, pero no hay obligación. Si un cristiano dice, "Sé que el Mesías es mi pascua y no necesito celebrar un Seder de Pascua", está en lo correcto. Si otro dice, "Deseo celebrar la pascua porque me ayuda a acercarme más a mi maravilloso Mesías judío, mi cordero pascual", también está en lo correcto. Si un cristiano dice, "Sé que Yeshua es mi sábado y me da reposo, pero quiero adorar a Dios el domingo, como lo han hecho los cristianos durante siglos", también está bien. Tampoco debemos centrarnos en la comida ya que "el reino de Dios no es comida ni bebida, sino la rectitud y la paz y la alegría en el Espíritu Santo" (Romanos 14:17). Aunque este gran embajador judío a los gentiles guardaba kosher, Pablo entendió que lo que come y bebe un cristiano no es lo esencial; lo que es más importante y lo que a Dios realmente le preocupa es que los seres humanos estén en una relación correcta con él, tengan paz con él y la felicidad que sólo la llenura de su Espíritu puede dar. El Rabino Pablo escribió a los filipenses, "Nosotros somos la verdadera circuncisión, los que adoramos en el Espíritu de Dios y en la gloria del Mesías Yeshua y no tenemos nuestra confianza puesta en la carne, aunque yo mismo pueda tener confianza aún en la carne. Si alguno cree tener confianza en la carne, yo más: circuncidado al octavo día, de la nación de Israel, de la tribu de Benjamín, hebreo de hebreos; según la Tora, fariseo; en celo, un perseguidor de la santa comunidad de Dios, la iglesia; según la rectitud en la Torá, he sido encontrado sin falta. Pero cualesquiera de esas cosas que eran ganancia para mí, las he contado por pérdida por causa del Mesías" ¿Quiere decir Rabino Pablo que su profunda crianza judía no le fue de provecho al considerar lo más importante, restaurar una relación correcta con Dios, obtener la salvación y ganar vida eterna? ¡Así es! Pablo siguió escribiendo, "Más que ello, cuento todas las cosas como pérdida en vista del supremo valor de conocer al Mesías Yeshua mi Señor, por quien he sufrido la pérdida de todas las cosas y las cuento por basura para que pueda ganar al Mesías." Pablo, ¿de verdad quieres decir que el Mesías es la perla de gran precio y que estás dispuesto a vender todo lo demás con el fin de ganarlo? ¡Exactamente!! Y que pueda ser hallado en él, no teniendo mi propia rectitud derivada de la Tora, sino la que se deriva de la fe en el Mesías, la rectitud que proviene de Dios sobre la base de la fe, que lo pueda conocer a él y el poder de su resurrección y el compartir sus sufrimientos, siendo conformado a su muerte; (esto es santidad, este es nuestro caminar, esta es nuestra prioridad, este es nuestro verdadero interés) con el fin de que pueda obtener la resurrección de entre los muertos" (Filipenses 3:3-11). Entonces, Pablo, ¿estás diciendo que lo esencial es conocer personal e íntimamente al Mesías y estar unido a El y por lo tanto tener así verdadera rectitud y tener la voluntad de sufrir por El y tener el poder de vivir una buena vida por El de manera que pueda vivir para siempre con El? ¡Correcto!. ¡Eso es lo que realmente importa! Pablo expresó un pensamiento similar cuando les escribió a los gálatas: "Porque en el Mesías Yeshua ni la circuncisión ni la incircuncisión significa nada, sino la fe que obra por amor" (Gálatas 5:6). ¿Leí correctamente, Rabino Pablo? ¿Qué ni la circuncisión ni la incircuncisión (entendiéndose por ser judío y vivir un estilo de vida judío; o
incircuncisión por ser gentil y no vivir un estilo de vida particularmente judío), al ser comparadas con la fe, significan algo, porque millones de judíos y billones de gentiles han pecado y se están yendo al infierno? ¡Correcto! Lo que más significa y debe ser nuestra prioridad, es tener fe en Dios y en el Mesías y la fe muestra que es genuina si somos fieles a Dios y al Mesías y si amamos a otros seres humanos. Similarmente, el Rabino Pablo escribió a los corintios, "¿Fue llamado alguno en la circuncisión? No se vuelva incircunciso. ¿Alguno fue llamado en la incircuncisión? No se circuncide. La circuncisión no es nada sino que lo que importa es guardar los mandamientos de Dios. Que cada uno permanezca en la condición en la que fue llamado" (1 Corintios 7:18-20). Pablo, ¿quieres decir que cuando la gente judía es salvada, deberían continuar viviendo un estilo de vida distintivo, mantener su identidad judía, transmitirla a sus hijos y no asimilarse a la sociedad gentil? ¡Así es! Y, similarmente, cuando Dios salva a los gentiles, ellos no necesitan ser circuncidados. No necesitan hacerse judíos o vivir un estilo de vida judío: solo deben desistir de sus prácticas culturales que son auténticamente equivocadas. Cada uno de nosotros necesita entender que Dios ordenó específicamente las distintas circunstancias de nuestra vida, incluyendo nuestros ancestros y nacionalidad. Dios no quiere que los gentiles se hagan judíos ni que los judíos se hagan gentiles. Los afro americanos permanecen afro americanos; los asiáticos permanecen asiáticos; los europeos permanecen europeos; y los judíos permanecen judíos, parte de su pueblo y parte de su cultura. Judíos y gentiles son libres de mantener sus distintas identidades ya que ambos son miembros totales e iguales de la santa comunidad del Mesías. Desde la venida del Hijo de Dios y la institución del nuevo pacto, ser judío y vivir un estilo de vida distintivamente judío, no significa nada; y ser un gentil y no vivir un estilo de vida judío, no significa nada. Más importante que nuestras distintas identidades étnicas es guardar los mandamientos de Dios. Pero, ¿qué mandamientos? ¿Los 613 encontrados en la Tora? Todos debemos observar los mandamientos de Dios, sin embargo, no todos los 613 se aplican a todos. Hay leyes en la Tora que solo se aplican a los sacerdotes. Por ejemplo, el sumo sacerdote no se podía casar con una mujer divorciada o una viuda, mientras que un israelita común y corriente si podía. Hay leyes que sólo se aplican al rey (como por ejemplo, escribir su propia copia de la Tora). Hay leyes que sólo se aplican a hombres y no a mujeres y viceversa. La mayoría de las leyes se aplican directamente al pueblo judío pero no a los gentiles. Los judíos mesiánicos del primer siglo entendieron que todos nosotros debemos de "cumplir la ley", pero los requerimientos de la ley son diferentes para judíos y gentiles. Los judíos mesiánicos continuaron en su relación con la Tora (y la mayoría eran celosos por la Tora) pero todo lo que se requería a nuestros hermanos gentiles, aparte de una genuina fe en Dios y amor por el Mesías, fueron cuatro requerimientos encontrados en Hechos 15:19-20, junto con la obediencia a la ley moral que Dios ha escrito en los corazones de todos los hombres (como por ejemplo, no matar, no robar, o no cometer adulterio). Cualquier cosa más allá de estos requerimientos es opcional y asunto de libertad personal. Conocer al Mesías y estar conectado con él es tan crucial que Pablo declaró a los corintios, "Me he propuesto no saber nada entre ustedes excepto al Mesías Yeshua y él
crucificado" (1 Corintios 2:2). ¿Realmente Pablo? ¿Te propusiste enfocarte exclusivamente en el Mesías y en particular en la muerte de Yeshua? ¿Eso es más importante que todo lo demás? ¿Es suficiente conocer a Yeshua, su muerte y resurrección? ¿Si lo conocemos y lo tenemos, estamos cumpliendo todo lo necesario? ¡Eso es! ¿No es el Mesías el creador del universo, aquel por medio del cual Dios hizo al mundo, el sol, la luna y los planetas, esta galaxia y los millones de otras galaxias? ¿No es él el que sostiene al universo, cada molécula, cada átomo y cada partícula subatómica con su gran poder? ¿No es él el objetivo final del universo, el Alfa y la Omega, el primero y el último, el principio y el fin? ¿No ha sido decretado que un día todo lo que existe se someterá completamente a su señorío? ¿No reinará él sobre todos en perfecta paz y armonía? ¿No es él, El Gibor, Dios Todopoderoso, Immanu-El, Dios con nosotros, la totalidad de Dios en un cuerpo humano, la Palabra hecha carne, la misma imagen del Dios invisible? ¿No es él la exacta representación de la naturaleza de Dios, que comparte el mismo nombre y naturaleza, ser, carácter y esencia con Dios el Padre, el Señor de la gloria, que vino como siervo y sin embargo es el Rey de reyes y Señor de señores? ¿No es él el Mesías, el Rey Ungido enviado a salvarnos, el último Rey de la línea de David que está destinado a reinar con perfecta justicia sobre Israel y las naciones, el Mensajero del Nuevo y Eterno Pacto que bendecirá a todas las familias de la tierra? ¿No es é nuestro profeta, nuestro sacerdote y nuestro rey, aquel que cumple los tres roles en una sola persona; el rey mayor que David; el profeta mayor que Moisés; el sacerdote mayor que Aarón? ¿No es Yeshua nuestro rabino supremo, nuestro maestro supremo que nos guía a toda verdad? ¿Nuestro maravilloso consejero que nos proporcionará consejos milagrosos, infalible en la profundidad de su sabiduría a todo aquel que se lo pida? ¿No es él la verdadera Tora, la corpórea vida de la Palabra de Dios? ¿No es él el juez de los vivos y los muertos, el que juzgará a la humanidad, de manera que todo ser humano lo honre así como honran al Padre? ¿No es él la escalera de Jacob que conecta la tierra y el cielo, el único y solo mediador entre Dios y el hombre, nuestro sumo sacerdote, que ofrece sacrificio por nosotros, que nos expía, que nos reconcilia con Dios, que continúa intercediendo por nosotros, que aún ahora ora por nosotros y que nos salva para siempre por su vida eterna? ¿No es él nuestro sacrificio final, aceptable a Dios, que nos capacita para ser reconciliados con el creador del cual el mundo entero está alienado? ¿No es él nuestra ofrenda por el pecado que nos expía, nuestra ofrenda quemada que nos capacita para dedicarnos a Dios, la ofrenda de paz que nos trae integridad, plenitud, bienestar y paz con Dios? ¿No es él nuestro Shabbat, quien trae verdadero descanso a la cansada alma humana? ¿No es él nuestro cordero pascual, que hace posible que Dios pase por sobre nuestros pecados, salvándonos de nuestros egiptos de pecado y muerte? ¿No es él nuestro Matzah, nuestro pan sin levadura, nuestro impecable, que venció al pecado y que puede romper el ciclo del pecado transmitido de generación en generación? ¿No es él nuestro primer fruto, el primero en ser levantado de entre los muertos, dando con ello esperanza a todos los que creen en él que igualmente serán levantados de entre los muertos? ¿No es él nuestro chivo expiatorio del Yom Kippur, que trae total y final expiación? ¿No es él nuestro
Sukkah, quien capacita que la cosecha de la humanidad habite con Dios? ¿No es él nuestro verdadero templo en quien habita Dios? ¿No es él el arca santa, en la que habita la Palabra de Dios, sobre la cual está la presencia de Dios? ¿No es él nuestro altar de bronce que nos expía, nuestro lavamanos que nos limpia para que podamos servir a Dios, nuestra menorá dorada que echa luz verdadera sobre nosotros, nuestro pan de la presencia que nos alimenta, nuestro altar dorado que hace posible que nuestras oraciones y alabanzas lleguen hasta Dios y sean aceptadas por él? ¿No es él la roca que fue herida, que nos proporciona el agua de vida eterna de tal manera que nuestra sed de Dios, de vida, de sentido sea saciada? ¿No es él el pan de vida que bajó del cielo, que da vida al mundo, infinitamente mejor que el maná que nuestros padres comieron en el desierto puesto que ellos murieron? ¿No es él el vino que nos da alegría? ¿No es él la estrella que se levanta de Jacob y la estrella brillante de la mañana y el brillo del sol de lo alto y la luz del mundo que brilla con luz del cielo sobre aquellos que viven en la oscuridad de la tierra? ¿No es él la rama que trae el fruto de bienestar eterno de manera que creer en él es como comer del árbol de la vida? ¿No es él la piedra que los constructores rechazaron, pero que es la piedra que Dios ha puesto firmemente en su lugar para ser la base de todo el edificio de Dios, la piedra angular que sustentará nuestras vidas eternamente? ¿No es él la resurrección y la vida de manera que si nos unimos a él podremos ser levantados de entre los muertos y vivir para siempre? ¿No es él la vid verdadera en la cual debemos permanecer para estar conectados con Dios y producir resultados duraderos? ¿No es él la puerta que abre la entrada a la nueva Jerusalén? Y ya que estamos perdidos, ¿No es él el camino que nos conduce a Dios? Ya que estamos rodeados de mentiras, ¿no es él la verdad que nos libera de confusión, ignorancia y maldad? Y ya que estamos alienados de Dios quien es nuestra fuente, ¿no es él la vida que nos capacita para vivir para siempre? ¿No cumple el Mesías Yeshua todo y en todo? ¿No es él la respuesta a todas las promesas de Dios? ¿No nos ayuda todo esto a entender por qué Pablo escribió, "Me propuse no saber nada entre ustedes excepto al Mesías Yeshua y a éste crucificado?" Pero si soy gentil, ¿no seré más santo y más bendecido si observo más leyes, festividades, costumbres o tradiciones judías? No lo sé. Puede ser o puede no ser. Pero si sé que ellas no contienen nada esencial para experimentar las bendiciones de Dios. En el Mesías ya has sido hecho completo. ¡Toda bendición espiritual en los cielos ya es tuya! Si perteneces al Mesías, entonces eres de los descendientes de Abraham, heredero según la promesa. Ya has sido injertado en el olivo de salvación y bendición de Israel. Ya has sido reconciliado con el Dios de Israel. Ya tienes un nuevo e igual acceso al Dios de Israel. Gracias a Yeshua, Dios es tu Padre celestial. Eres un conciudadano con los judíos mesiánicos y los santos judíos que vivieron antes que el Hijo viniera a la tierra y estarás para siempre con nosotros en la nueva Jerusalén. Eres heredero del reino de Dios. Los gentiles que se unen al Mesías de Israel y que viven una vida cristiana normal no son de ninguna manera inferiores a los judíos mesiánicos. No son ciudadanos de segunda clase
ni deben ser considerados como tales. Recuerda, "por obra de Dios estás en el Mesías Yeshua quien ha sido hecho para nosotros sabiduría de Dios y rectitud y santificación y redención." El Mesías es nuestra sabiduría: al entender a Yeshua aprendemos cómo hacer aquellas cosas que agradan a Dios. El Mesías es nuestra rectitud: al mirar a Yeshua, nos vamos haciendo rectos a los ojos de Dios y queremos hacer las cosas rectas y entonces tenemos el poder de hacerlas. El Mesías es nuestra redención: al acercarnos a Yeshua, somos liberados del mercado de esclavos del pecado y la muerte, salvados del mal de este mundo, salvados del infierno y del dominio de Satán. El Mesías es nuestra santificación: al confiar en él, somos declarados santos. Dios obrará en nuestras vidas, limpiándonos de nuestros pecados, apartándonos del mal, haciéndonos santos como él es santo. Es el Mesías en ti la esperanza de gloria. En el Mesías están escondidos todos los tesoros de sabiduría y conocimiento. Hemos sido crucificados con el Mesías, enterrados con el Mesías y seremos levantados con el Mesías, victoriosos por medio del Mesías, vivos para Dios por medio del Mesías, perseguidos junto con el Mesías. Viviremos para siempre gracias al Mesías y gobernaremos y reinaremos con el Mesías. Tu vida está escondida con el Mesías en Dios. Entonces, más que concentrarte en ti mismo, fíjate en Yeshua, el Autor y perfeccionador de la fe. Concéntrate en él; ¡déjale tener el primer lugar en todo, en tu corazón, alma y mente, en tus estudios y meditaciones, evangelismo y ministerio, en tu vida y en tu identidad! ¡Shalom! Rabino Loren
Traducido por Fred Basurco, Peru ObreroFiel.com – Se permite reproducir este material siempre y cuando no se venda.