Por el crimen de un custodio hay paro de choferes de blindados

7 mar. 2007 - la avenida Eva Perón al 2400. El trágico episodio ocurrió el domin- go último a la madrugada, cuando se produjo una reyerta entre jóvenes fue ...
732KB Größe 10 Downloads 58 vistas
Información general

Miércoles 7 de marzo de 2007

LA NACION/Página 17

El juicio por el caso García Belsunce

Crece la inseguridad en el conurbano

Carrascosa habría instalado la pista del accidente Así lo sostuvo al pedir una ambulancia Por Gustavo Carabajal De la Redacción de LA NACION

FOTOS DE GUSTAVO CHERRO

Varios peritos de la policía científica bonaerense encontraron las vainas servidas de los fusiles que usaron los delincuentes

Por el crimen de un custodio hay paro de choferes de blindados Continuación de la Pág. 1, Col. 6

del Banco Banex, en Hipólito Yrigoyen y Pereyra Lucena, informaron fuentes policiales. Los investigadores estaban sorprendidos por la violencia sin límites de los ladrones, que estaban armados con fusiles automáticos livianos (FAL), de gran poder de fuego. Al cierre de esta edición, Albina, de 67 años, estaba “hemodinámicamente compensado”, aunque permanecía con “pronóstico reservado”. “Lo que sucedió fue terrible e increíble. Mataron a quemarropa a un compañero. Lamentablemente cuando un trabajador de transporte de caudales sale de su casa para ir a trabajar no sabe si vuelve a su hogar con vida”, sostuvo a LA NACION el secretario general interior del gremio de camioneros, Roberto Boscolo. Según informaron a LA NACION representantes de entidades bancarias, el paro de actividades no afectará la disponibilidad de dinero en la mayoría de los cajeros automáticos, aunque puede dejar sin efectivo a algunos equipos que están instalados fuera de las sucursales.

Cómo fueron los hechos Todo comenzó a las 8.15, cuando estacionó en la puerta del Banco Banex un camión de caudales de la empresa Prosegur con el dinero para pagar las jubilaciones.

“En la fila de jubilados estaba uno de los ladrones. Y ahí nomás empezaron los tiros”, recordó a LA NACION José Miglioretti, propietario de una remisería situada a pocos metros del lugar de los hechos. Apenas comenzaron los disparos, los jubilados que hacían fila para cobrar su jubilación se arrojaron al suelo para evitar recibir algunos de los balazos. “Pude ver a un hombre con la cara descubierta que disparaba contra los custodios y contra el camión blindado. No te puedo decir qué edad tenía, pero estaba en buen estado físico. Usaba una gorrita puesta al revés. En la fila había 15 jubilados”, dijo Adrián Varela, que tiene un quiosco de venta de diarios y revistas frente al banco. “Empezaron a los tiros, que fueron como 30, mientras la gente se tiraba el piso”, explicó José, un remisero de la agencia que está ubicada al lado del banco. Cuando el blindado estacionó se bajó Carabajal, con dos sacas de dinero. “Fue sorprendido por un delincuente que estaba en la fila de los jubilados. El ladrón, que estaba fuertemente armado, le exigió que le entregara la plata e hizo dos disparos”, relató a LA NACION una fuente policial. Carabajal recibió dos balazos en el cuello y en el tórax. “Al oír los disparos, el otro vigilador descendió del camión blindado. Sin mediar palabra, un segundo delincuente le

Breve ANOCHE, EN ACASSUSO

Hubo tres detenidos durante un asalto ■ Tres jóvenes delincuentes fueron detenidos anoche, luego de haber asaltado a mano armada la sucursal Acassuso de la cadena McDonald’s. Fuentes

policiales confiaron a LA NACION que el episodio ocurrió cerca de las 21, en el comercio situado en Libertador y Urquiza. Los ladrones, tras el asalto, fueron perseguidos por un patrullero cuyos ocupantes balearon un neumático del auto de los maleantes, que chocó contra un árbol, por lo que fueron apresados.

Una especialista busca huellas en una camioneta de los ladrones

comenzó a disparar a quemarropa en la cabeza”, agregó la fuente policial consultada. Carabajal falleció como consecuencia de un balazo en el maxilar, que le afectó un ojo, otro en el cuello y un tercero que le atravesó uno de los brazos. El custodio hacía 16 años

que trabajaba en Prosegur, informaron voceros de la empresa. Albina, según informaron fuentes policiales, recibió un balazo en una oreja, que le salió por la nariz. Otro disparo le provocó la fractura del brazo derecho, explicaron voceros policiales. Mientras los ladrones disparaban contra Albina y Carabajal, el chofer del blindado, según fuentes policiales, trató de repeler la agresión y efectuó varios disparos. En ese momento llegó al lugar de los hechos una camioneta Peugeot Partner con otros asaltantes. En medio del tiroteo, los ladrones se escaparon con una saca con poco más de 200.000 pesos. A cuatro cuadras del banco, los ladrones se subieron a dos Ford Focus, automóviles luego abandonados en la ciudad de Banfield, informaron fuentes policiales. En Banfield, los asaltantes le robaron un Citroën C3 a una farmacéutica y continuaron su huida, agregaron los informantes policiales. Uno de los Ford Focus utilizados por los ladrones había sido robado el 18 de febrero pasado en El Palomar, partido de Morón. “Sorprendió la violencia y cómo estaban armados los ladrones”, dijo un jefe policial, que sospecha que esta banda podría estar integrada por ocho peligrosos delincuentes. Con la colaboración de: Adriana M. Riva

“Necesito una ambulancia. ¡Es urgente! Es para una persona que se cayó en la bañera, se golpeó y está como ahogada.” Así, Carlos Carrascosa le habló a la operadora de la obra social OSDE para pedir una ambulancia para su mujer. Eran las 19.07 del 27 de octubre de 2002 y el marido de María Marta García Belsunce instalaba la hipótesis de que su esposa había sufrido un accidente doméstico cuando, en realidad, había sido asesinada de cinco balazos en la cabeza. La transcripción de dicha llamada se conoció ayer, durante la séptima audiencia del juicio oral y público que se impulsa contra Carrascosa por su presunta responsabilidad en el asesinato de su mujer y el supuesto encubrimiento del homicidio. Por su parte, la defensa de Carrascosa logró que los jueces María Angélica Etcheverry, Hernán San Martín y Luis Rizzi, admitieran como prueba la transcripción de un reportaje realizado por el periodista Mauro Viale a Jorge Ortiz, uno de los vigiladores del country Carmel, que habría dicho que robaba casas por cuenta y orden de Nicolás Pachelo, el sospechoso señalado por la familia de la víctima como posible responsable del homicidio de María Marta. Según consta en la transcripción de la escucha telefónica, Carrascosa sostuvo que su esposa había muerto al golpearse la cabeza, mucho antes de que la revisaran los médicos. Es-

to significa que no fueron los dos médicos que concurrieron a la casa del country Carmel, de Pilar, para atender la emergencia ni la masajista Beatriz Michelini quienes dijeron que María Marta había sufrido un accidente, sino que habría sido Carrascosa quien instaló una hipótesis distinta de la del asesinato. –¿Dirección? –preguntó la operadora. –Carmel Country Club, en el kilómetro 55, respondió Carrascosa. –¿Panamericana?, preguntó la operadora. –Sí, del ramal Pila, contestó Carrascosa. –Alguna referencia, solicitó la operadora. –Eh... eh... Cerca de la entrada al este del Parque Industrial Pilar. –Tranquilícese. ¿Nombre del paciente? –María Marta García Belsunce de Carrascosa o García Belsunce María, respondió el acusado. Los técnicos de la Dirección de Policía Científica de la Gendarmería sostuvieron que en la grabación se escuchaban “sollozos y voces femeninas”, pero los expertos no lograron identificar a quién corresponden. Durante la audiencia también se leyó el libro de guardia de la comisaría de Pilar, donde figuran los movimientos de los policías el día del homicidio. Curiosamente, en el acta nunca se registró el supuesto desplazamiento de una patrulla al country Carmel, presuntamente a raíz de la llamada de uno de los médicos que revisaron a María Marta.

Joven asesinado a la salida de una disco

Detienen a dos policías LA PLATA.– Dos policías bonaerenses que trabajaban como custodios de un juez de Lomas de Zamora fueron detenidos y desafectados del servicio acusados de haber sido los autores del crimen de un joven de 23 años que murió baleado en la nuca en la madrugada del domingo último, durante una gresca a la salida de una discoteca de la ciudad bonaerense de Temperley, en un confuso episodio que, según se sospecha, podría haber sido un caso de gatillo fácil. Los policías, cuyos nombres no fueron difundidos, están acusados del delito de homicidio calificado por la muerte de Carlos Rubén Herrera, ultimado

frente a la disco Scanners, situada en la avenida Eva Perón al 2400. El trágico episodio ocurrió el domingo último a la madrugada, cuando se produjo una reyerta entre jóvenes fuera de la disco, donde los contrincantes tomaron piedras y palos y se enfrentaron en plena calle. Los jóvenes corrieron hasta la esquina de la calle Oruro y allí les salieron al paso dos policías de la División Custodias del Ministerio de Seguridad bonaerense. Entonces se oyeron disparos. Los participantes de la trifulca huyeron a la carrera, pero uno de ellos quedó tendido en el suelo: una bala lo había alcanzado en la nuca: era Herrera.