SEGURIDAD | 17
| Lunes 7 de juLio de 2014
SEGURIDAD Edición de hoy a cargo de Fernando Rodríguez | www.lanacion.com/seguridad
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Policías asesinados. El dolor y el orgullo de sus familias
Una nómina trágica Miguel A. Verón. Policía Federal, 28 años, asesinado el 17/3 Horacio Romero. Policía Federal, 22 años, asesinado el 20/4 Juan Castillo. PFA, 44 años, asesinado el 2/6 Ramón Nieto. PFA, 50 años, asesinado el 9/6 Emanuel Salas. Policía bonaerense, 29 años, asesinado el 14/1 Bárbara Prieto. Policía bonaerense, 28 años, asesinada el 31/1
Miguel Verón, el primer caído este año, no hacía horas extras para volver pronto a su casa; el recuerdo de su esposa e hijas Gabriel Di Nicola LA NACION
Tenía 28 años y soñaba mucho, sobre todo colgar muchas medallas y condecoraciones en su uniforme azul. Pensaba capacitarse para ascender y hacer carrera en la Policía Federal. Pero su proyecto profesional y su vida se desvanecieron durante una noche de verano: el agente Miguel Alejandro Verón fue asesinado de un tiro al intentar detener a dos delincuentes que le robaban a un taxista. Murió cumpliendo su deber. “Él amaba ser policía”, recuerda a la nacion su esposa, Fernanda Taus, de 26 años. Mientras habla sobre los sueños profesionales de su marido, Priscilla, su hija menor, de 2, juega con un celular hasta que encuentra una bolsa con fotos de su padre y empieza a mirarlas con detenimiento. Verón, de 28 años, es uno de los cinco policías federales asesinados en lo que va del año en todo el país (ver aparte). Mientras cumplió funciones en la comisaría 38ª, de Flores, siempre trabajó en el turno noche. Entraba a las 20 y salía a las 2. “Le gustaba llegar temprano a la seccional. Siempre decía que prefería llegar una hora antes que 30 minutos tarde. Yo siempre le preguntaba por qué no tenía un horario normal”, cuenta su esposa. Volver a su hogar, en El Jagüel, partido de Esteban Echeverría, le demandaba unas dos horas. Cuando llegaba a su casa, construida en el fondo de la casa de sus padres, el mundo de la familia Verón se encendía. Su mujer y su hija mayor, Melody, de 7 años, se despertaban y tomaban mate con el hombre de la familia. Querían estar con él. A diferencia de otros policías, Verón no hacía horas adicionales. Más que ganar un poco más de dinero, prefería estar más tiempo con su esposa y sus dos pequeñas hijas, disfrutar lo máximo posible de las tres. En las paredes cubiertas de machimbre de la casa familiar hay muchas fotos de Verón. Hay una imagen enmarcada donde se lo ve vestido con un uniforme de gala. Al lado cuelgan dos gorras: una de soldado y otra, la que usaba como agente de la Federal. También está la corbata del uniforme policial. Antes de ingresar en la fuerza federal de seguridad, Verón fue soldado voluntario del Ejército Argentino. Tuvo como destino el Regimiento I de Patricios, en Palermo. Llegar a las 6 a la unidad militar era una odisea: como a la madrugada no había colectivos caminaba 20 cuadras hasta
la estación de Ezeiza; después, el tren Roca hasta Constitución, y luego, un colectivo de la línea 12. Las primeras cuadras que caminaba eran de tierra, y los días de lluvia se hacía difícil llegar a tomar el tren. Taus y el futuro soldado y policía se enamoraron el día que se conocieron. Él tenía 19 años; ella, 17. “Era compañero de la escuela secundaria de mi hermano. Un día vino a estudiar a mi casa y nos vimos por primera vez. Durante dos meses intentó conquistarme, hasta que lo logró”, rememora la joven, y por primera vez en la entrevista sonríe. Afirma que es muy difícil ser la mujer de un policía. “Es horrible. Siempre estaba preocupada. Cuando en el noticiero daban una noticia sobre un tiroteo entre delincuentes y policías, esperaba que nunca dijeran su nombre”, recuerda Fernanda. Su relato se interrumpe y se anuda su garganta. Llora cuando recuerda los últimos minutos del 17 de marzo pasado, con la llegada de un móvil policial. En un primer momento, por la oscuridad en la calle, no advirtió que era un auto de la Federal. Pensó que era un patrullero de la comisaría de la zona, pero cuando uno de los oficiales preguntó por ella, su corazón y su cabeza supieron que algo le había pasado a su marido. Sólo preguntó dónde estaba su esposo y qué había pasado con los delincuentes que le habían disparado. Ahí supo que uno de los ladrones murió en el tiroteo y que el otro logró escapar. “Él era el mayor orgullo de la familia”, repite, mientras se seca las lágrimas con las manos. Suspira, toma aire y vuelve a contar que su marido quería crecer como policía: este año se había anotado para terminar el secundario y para unos cursos de capacitación en la fuerza. Después de ingresar en la Policía Federal, en 2011, el primer destino de Verón fue la División Operaciones Urbanas de Contención y Actividades Deportivas (Doucad) y de ahí pasó a la comisaría 38ª. Estaba de servicio cuando cruzó con los delincuentes que le quitaron la vida. A pesar de su corta carrera, Verón tuvo un logro importante. “Un día detuvo a una persona que tenía un pedido de captura internacional”, cuenta su esposa, con mucho orgullo. La tarde está nublada. En el Gran Buenos Aires está por llover. En el living de la casa de los Verón parece que la noche ya llegó. Fernanda Taus completa: “Mi vida se apagó con la muerte de mi marido, lo que sigue vivo es el orgullo por él”.ß
Julio López. Policía bonaerense, 43 años, asesinado el 6/2 Diego Luongo. Policía bonaerense, 30 años, asesinado el 7/2 Emanuel Cisterna. Policía bonaerense, 26 años, asesinado el 16/2 Raúl Véliz. Policía bonaerense, 42 años, asesinado el 30/4 Maximiliano Bedoya. Policía bonaerense, 27 años, asesinado 30/4 Isaías Abreu. Policía bonaerense, de 27 años, asesinado el 9/5 Lino Rizzo. Policía bonaerense, 57 años, asesinado el 17/5 Javier Hidalgo. Policía Metropolitana, 23 años, asesinado el 15/4 Julio Solís. Gendarmería, 31 años, asesinado el 11/1
El agente Miguel Alejandro Verón, con sus dos hijas
En 2014 ya mataron a 17 uniformados La mayor cantidad de bajas la tuvo la policía bonaerense, con nueve víctimas La tendencia criminal casi no ha tenido, en el último año, variaciones en cuanto a homicidios de integrantes de las fuerzas de seguridad. En los primeros 180 días de 2014 fueron asesinados 16 uniformados sólo en la provincia de Buenos Aires y en la Capital, y uno más en Santa Fe. En 2013 las víctimas uniformadas en el área metropolitana sumaron 33. La mayor cantidad de muertos recayó en la policía bonaerense, con nueve víctimas; después, la Federal, con cuatro, y la Metropolitana, la Gendarmería Nacional y la Prefectura Naval, con una cada una. El primer caído entre las filas de la Policía Federal fue el agente Miguel Alejandro Verón, de 28 años, que fue asesinado el 17 de marzo pasado de un balazo cuando intentó detener a dos delincuentes que
asaltaban a un taxista en el barrio de Flores (ver aparte). El 20 de abril pasado, otro agente fue asesinado. Horacio Romero, de 22 años, fue acribillado de tres balazos por delincuentes que le quisieron robar la moto delante de su novia, en Pablo Podestá, partido de Tres de Febrero. La tercera víctima fue el sargento primero Juan Castillo, de 44 años, que murió cuando intentó frustrar un asalto en Villa Crespo. El 9 de junio pasado, en Quilmes, el sargento primero Ramón Nieto, de 50 años, fue asesinado de dos tiros cuando acompañaba a uno de sus hijos a la parada de colectivos. A esta lista habría que sumar al cabo Gonzalo Pérez, de 37 años, que se desempeñaba en la Delegación Santa Fe de la Policía Federal y fue muerto de un tiro y 14 puñaladas por delincuentes a los que fue a buscar porque instantes antes habían intentado robarle a su mujer, en Santo Tomé, el 3 de junio. El miércoles pasado, el Ministe-
Detuvieron con armas al “Gordo” Valor
san Miguel. La policía comunal lo capturó tras una persecución; sospechan que iba a robar Manuel Ruiz LA NACION
Sesenta y seis días después de haber recuperado su libertad, Luis “el Gordo” Valor está de nuevo tras las rejas. El jefe de la “superbanda” que concretó robos a bancos y blindados en la década de los 90 fue detenido ayer por la policía comunal de San Miguel cuando iba con un hombre buscado por narcotráfico en una camioneta Kangoo gris en la que había tres pistolas y municiones y un aparato de comunicaciones sintonizado en la frecuencia policial. Según los investigadores del caso, Valor se dirigía a cometer un asalto. Ayer, a las 20, el “Gordo”, de 60 años, y el hombre que manejaba la camioneta, identificado como Aníbal Benítez, de 42 años, fueron trasladados desde la Dirección Departamental de Investigaciones (DDI) de San Miguel hasta la alcaldía de José C. Paz en un operativo que contó con la presencia
de diez hombres del Grupo Halcón. La mañana de ayer había comenzado tranquila en San Miguel, hasta que un policía de la bonaerense, de civil, alertó a efectivos municipales que Valor y Benítez se trasladaban en una camioneta de vidrios polarizados. Esto disparó la alarma y a través de las cámaras de seguridad del municipio se pudo comprobar la patente. Comenzó una persecución que duró diez minutos y de la que participaron seis patrulleros, que organizaron un operativo cerrojo. Según afirmó una fuente del caso a la nacion, la policía bonaerense venía realizando desde hace días tareas de investigación por narcotráfico sobre Benítez. El auto en el que viajaban ambos, al cabo de la persecución, terminó incrustado contra un patrullero en una calle sin salida junto a las vías del ferrocarril. La policía secuestró de la camioneta una pistola calibre 9 mm, un revólver 32 largo y una pistola calibre 40, además de 50 municiones
foto familiar
Leopoldo Giudicelli. Prefectura, 71 años, asesinado el 5/2
con punta de teflón –que atraviesan los chalecos antibalas– y tres cargadores completos. Gustavo Semorile, abogado de Valor, comentó a la nacion que el vehículo no era de su defendido y desmintió que haya habido un tiroteo entre el dúo de la Kangoo y la policía. “Valor no se resistió al hecho porque no estaba cometiendo ningún hecho ilícito”, sostuvo. En cambio, Max Perkins, secretario de Seguridad de la Municipalidad de San Miguel, afirmó que luego de la persecución durante 30 cuadras de la camioneta hubo un tiroteo, en el que nadie resultó herido. Insistió en que hay testigos de que ese enfrentamiento ocurrió. Además, agregó que si bien Benítez no se resistió al arresto, Valor sí lo hizo. “Está confirmado que el auto tiene pedido de secuestro de la Policía Federal desde 2012 y que la chapa estaba cambiada”, dijo Perkins, quien destacó la rapidez con la que actuó el Sistema de Prevención Municipal.
Valor se encontraba con una libertad asistida, que le había sido otorgada en mayo pasado, cuando le faltaban seis meses para cumplir una condena de 7 años de prisión. Por esa causa, Valor había estado preso desde 2009, cuando fue detenido junto con otro hombre tras una persecución y tiroteo dentro del Olivos Golf Country, en Pablo Nogués. En aquel entonces, el jefe de la “superbanda” quedó acusado de los delitos de resistencia a la autoridad, violación de domicilio, daño y portación ilegal de armas, y a fines de 2012 fue condenado. En diciembre, la defensa de Valor solicitó la libertad condicional, pero la Cámara de Apelaciones de San Isidro decidió ordenar nuevos informes carcelarios para definir su situación. Finalmente fue liberado el 1° de mayo desde la Unidad Penal 21 de Campana, ya que había cumplido más de la mitad de su última sentencia y tenía condenas previas sin sentencia firme.ß
rio de Seguridad de la Nación hizo un acto en homenaje a los integrantes de la Policía Federal caídos en cumplimiento del deber, en el cenotafio situado en el barrio de Núñez. En compañía del jefe y subjefe de la fuerza federal, comisarios generales Román Di Santo y Héctor Tebes, la ministra Cecilia Rodríguez entregó distinciones, medallas y plaquetas a los familiares de los efectivos fallecidos en 2013 y 2014. “En un mundo cada vez más próximo, caracterizado por una sobrevaloración del consumo, el éxito, la notoriedad y el individualismo, la vocación policial constituye una misión imprescindible porque sabemos que la seguridad, ayer, hoy y siempre, estará en la base de las necesidades humanas”, dijo el comisario general Di Santo en su discurso. Las víctimas de la policía bonaerense fueron Emanuel Salas, de 29 años, asesinado el 14 de enero en Tolosa; la sargento Bárbara Prieto, de 28, el 31 de enero, en Moreno; el
subteniente Julio López, de 43, el 6 de febrero, en Loma Hermosa, en Tres de Febrero; el sargento Diego Luongo, de 30, el 7 de febrero en Villa Centenario, Lomas de Zamora; el suboficial Emanuel Cisterna, de 26, en Villa Gesell, el 16 de febrero. Completan la lista trágica el jefe del destacamento de la localidad bonaerense de Napaleofú, Raúl Véliz, 42, el 30 de abril; el subteniente Maximiliano Bedoya, de 27 años, en José C. Paz, ese mismo día; el subteniente Isaías Abreu, de 27 años, en Villa Centenario, Lomas de Zamora, el 9 de mayo, y el capitán Lino Rizzo, de 57, también en Villa Centenario. La víctima de la Policía Metropolitana fue el oficial Javier Hidalgo, de 23 años, asesinado en Villa Ballester, el 15 de abril. Además, al gendarme Julio Solís, de 31 años, lo mataron cuando hacía tareas de vigilancia en un asentamiento de Sarandí, el 11 de enero pasado. Y el ex prefecto Leopoldo Giudicelli fue asesinado en San Fernando, en febrero.ß
gran rosario
Otra jornada violenta con tres homicidios Tres asesinatos fueron reportados ayer en el Gran Rosario. Una de las víctimas fue un hombre de 50 años, identificado como Jorge Montaño, cuyo cuerpo, con heridas producidas con un cuchillo, fue encontrado por una patrulla de gendarmes en la zona sur de la ciudad, muy cerca de su hogar. En tanto, un hombre de 28 años fue asesinado a balazos cuando compartía unas cervezas con ami-
gos en Villa Gobernador Gálvez; por ese crimen fueron detenidos dos sospechosos. El hecho ocurrió durante la madrugada de ayer en la esquina de Lavalle y Ribera, y la víctima fue identificada como Alejandro Coronel. El tercer homicidio también se registró en Villa Gobernador Gálvez, donde un adolescente de 17 años perdió la vida al recibir un tiro en el pecho en una fiesta.ß
santa fe
jujuy
Balearon a cuatro hombres
Cae un colombiano con 5 kilos de cocaína
Un hombre de 35 años fue asesinado de varios disparos y otras tres personas resultaron heridas en distintos hechos ocurridos en las últimas horas en la capital santafecina. La Dirección de Relaciones Policiales de la Unidad Regional I de Santa Fe informó a la agencia de noticias Télam que la víctima mortal fue identificada como Miguel Ángel Díaz.ß
Un ciudadano colombiano fue detenido por la Gendarmería cuando intentaba ingresar en nuestro país desde Bolivia con más de cinco kilos de cocaína. El arresto fue efectuado por personal del paso internacional La Quiaca luego de ser descubierta la droga en el equipaje del sospechoso. El colombiano intentó cruzar desde la ciudad boliviana de Villazón.ß