el dolor de amar

4 ene. 2013 - comienzos de 2000, como Blur, Oasis o. The White Stripes, hasta compositores consagrados de larga data como Patti. Smith, David Bowie o ...
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Viernes 4 de enero de 2013 | adn cultura | 13

Comentarios literatura argentina

el dolor de amar Caja de resonancia

E

Artistas en primera persona

Con fino oído para el lenguaje coloquial y una voz creíble, Diego Erlan cuenta la sufrida historia de un chico en medio de la desintegración de su familia

Viaje de Vuelta

Los Inrockuptibles. 50 entrevistas

El amor nos destrozará

MAlvA Flores

vArios Autores

Diego erlAn

FCE 376 páginas $ 142

Planeta 240 páginas $ 129

Tusquets 260 páginas $ 99

l influjo de Vuelta, la revista mexicana que Octavio Paz fundó hacia 1976, no puede sobreestimarse. Hasta su desaparación, que coincide con la muerte del poeta en 1998, fue tanto fuente como caja de resonancia de las discusiones de esas décadas. Con todo, su historia es anterior y se remonta a Plural, publicación predecesora, también con dirección de Paz, que había circulado desde 1971. En Viaje de Vuelta. Estampas de una revista, la ensayista e investigadora Malva Flores sigue minuciosamente su historia. No lo hace sin embargo de manera didáctica y previsiblemnete cronológica. Más bien, aísla ciertos núcleos intelectualmente relevantes y escribe a partir de ellos sólidos ensayos que son cada uno de los 14 capítulos. Las “estampas” se ocupan entonces de las ideas que Vuelta defendió en el campo cultural, literario, aun político, y las estrategias con las que lo hizo. Como señala Flores: “Para Vuelta, la literatura, la cultura toda, significó la posibilidad de suscribir una conversación inteligente más no por ello oscura, ilegible. Así como respetó el papel central del autor, también defendió apasionadamente al lector”.ß Gerardo García

L

a revista Los Inrockuptibles cumple dieciséis años y los celebra con una edición de cincuenta de las mejores entrevistas, publicadas desde 1996. Fiel a su estilo ecléctico, el recorrido retrata la producción cultural de un poco más de una década tanto de la música pop y rock como del cine y la literatura. El espectro más amplio es el musical, desde grupos que alcanzaron su máximo esplendor a fines de los 90 y comienzos de 2000, como Blur, Oasis o The White Stripes, hasta compositores consagrados de larga data como Patti Smith, David Bowie o Serge Gainsbourg, y bandas y personajes de culto como Wire, My Bloody Valentine o Eliott Smith. Hay entrevistas a Spinetta, Cerati, Charly García y Carlos Solari, entre otros argentinos. En el cine la selección es más acotada y define preferencias estéticas precisas, entre realizadores excéntricos como John Waters, David Lynch y Jim Jarmusch, y masivos pero prestigiosos como Woody Allen, Tim Burton y John Carpenter. Una de las apuestas editoriales más interesantes se define en la opción por el cine argentino innovador de los últimos tiempos, con reportajes a Lisandro Alonso, Mariano Llinás y Adrián Caetano. La selección se completa con jugosas entrevistas a escritores como Alan Pauls, Mario Bellatin, Fabián Casas y Peter Handke, y el rescate de algunos de los últimos testimonios que dieron Juan José Saer, Leónidas Lamborghini y Fogwill. ß G. G.

Felipe Fernández Para La nacion

“L

a imagen se repite una y otra vez todas las noches de aquellos años. Mientras duerme, el chico escucha que sus padres empiezan a llorar y se acerca hasta la habitación, los observa a oscuras desde la puerta, y la madre, todavía acostada, todavía con los ojos irritados por el llanto, le pide que se acueste con ellos.” El chico se llama Agustín, nació en 1980 y es el narrador de El amor nos destrozará, la primera novela de Diego Erlan. Aunque la historia se cuenta en primera persona, cada tanto el protagonista busca proyectarse fuera de sí mismo para exponer con mayor objetividad algunos episodios traumáticos que marcaron su infancia y su adolescencia. La germana de Agustín, Soledad, murió cuando él tenía siete años, mientras estaban de vacaciones con sus padres en La Maruja (un pueblo de la provincia de La Pampa). De regreso a la ciudad de Buenos Aires, esa muerte –cuyas circunstancias nunca se aclararán del todo– precipita la desintegración familiar. Los dos padres se aíslan afectivamente de Agustín y caen en una profunda depresión que repercute en su situación económica. El padre se pasa el día viendo televisión hasta que mucho tiempo después obtiene un empleo nocturno en una playa de estacionamiento. La madre se lanza a vender cremas antiarrugas y comienza a traer hombres a la casa. Erlan nació en San Miguel de Tucumán en 1979 y vive en la Capital Federal desde los años noventa. En El amor nos destrozará en-

cuentra una voz creíble para su protagonista. A través de ella se va asentando de manera eficaz la estructura del relato, guiada por el insistente “quiero acordarme” de Agustín que recorre distintas épocas de su existencia, recuperando lugares, situaciones y personas. Una fugaz noviecita infantil y la ida a una casa abandonada en La Maruja; la amistad con Casimiro Alonso, un vecino de su edificio y compañero de colegio; las conversaciones con Adrián, el hijo del encargado; su iniciación sexual con Carolina, una novia de la adolescencia; una fiesta en la que Casimiro es objeto de una broma cruel por parte de Sofía, la chica más linda de la división. El lenguaje coloquial –mesurado en el uso de localismos y “malas palabras”– construye diálogos verosímiles, muestra precisión en las descripciones y deja rincones ambiguos que responden a la perspectiva subjetiva del narrador. La misma moderación estilística se refleja en la pertinencia de las referencias culturales (juguetes, marcas de productos, películas, programas de televisión). El rock se convierte en un elemento fundamental

“el protagonista ha descubierto que ‘a medida que uno crece empieza a perder cosas y personas’” del mundo de Agustín: gracias a esa música se hace amigo de tres muchachos, los “Invisibles”. Uno de ellos, Simón, le dice el nombre de un tema que Soledad había grabado en un casete: “Love Will Tear Us Apart” (El amor nos destrozará), del conjunto inglés Joy Division. Cuando Luis, el tío paterno de Agustín, se instala en el departamento e inicia un amorío con su madre, el chico se muda a la casa de Simón y más adelante consigue trabajo en una disquería del centro. El argumento se enreda un poco hacia el final sin que la novela pierda su atractivo. Para entonces, el protagonista ha descubierto que “a medida que uno crece empieza a perder cosas y personas”. En ese contexto, el amor –en consonancia con el título del libro y de la canción de Joy Division– es percibido como una fuerza aniquiladora que “nos destroza una y otra vez todas las veces que haga falta”. C