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MODA&BELLEZA

I

Jueves 10 de septiembre de 2009

Pasó Pasa Pasará SENTIDO COMUN. Estancias Chiripá es una firma que se desarrolló pensando en mujeres de 30 años en adelante, pero la realidad indica que seduce a las de 18 y a las que pasaron los 50 (la moldería progresa hasta el talle 48). La clave: buenos géneros, construcción cuidada y una estética sin estridencias, con un poco de british, otro de bohemia y algo de vanguardia. Frescos y urbanos, el tailleur con short y los soleros largos que casi llegan al tobillo, tanto como el denim lavado para enteros con short o vestidos comodísimos de corsage elastizado; los blazers tienen hombreras atentas la tendencia y las cazadoras y saharianas honran linos tecnificados. Elisa Bunge, responsable de diseño, justifica la demanda constante en la capacidad de respuesta de la marca: los pantalones de jean, a partir de 170 pesos y en tres modelos: Verónica (tiro bajo), Paulina (tiro medio) y Lady (tiro alto), son apenas un botón de muestra.

MEDIO SIGLO. “Cumplimos nuestro cincuenta años. Y son pocas las empresas que llegan a ese número”, dice Marcelo Ferraro, orgulloso y feliz. Y lo festeja con una edición dedicada a los años 50 con un homenaje a Coco Chanel y el lanzamiento de su primer perfume. En su showroom, Ferraro presentó un verano aggiornado y colorido: líneas muy trendy, como las botinetas sandalias, romanas pitón, los peep toes, de plataforma aplicada y stiletto, muy flexibles. “Ofrecemos colores únicos, logrados en la curtiembre, con modelos clásicos adaptados a la tendencia –explica–. No nos pasamos de animal print ni de cristales.” Las piedras, los calados grandes y las flores de cuero realzan la colección.

VARIEDAD. Entre café y variedad de tés, los invitados ponderaban el diseño y la variedad de propuestas para el verano. Desde blusas y vestidos con sugerentes estampados que remiten a un safari, pasando por soleros o camisolas con estampa liberty, vichy, jeans oxford, remeras con escote fruncido y cinturones con hebillas de bronce inspirados en los años 70, hasta llegar al juego de los contrastes masculino-femenino con románticas blusas con alforzas, puntillas o volados sobre pantalones baggy o pijama a rayas con pinzas o el clásico traje sastre. Todo, en una amplia gama de colores. Incorpora una amplia línea de jeans: tiro medio o bajo ajustado hasta la rodilla o Oxford, boot cut o slip. Una colección sexy, con prendas cómodas y para todos los gustos.

SPORT CHIC. Un Beach Polo Tour de verano, viaje imaginario por Barbados, Hawai, Florida, Saint-Tropez, India... Disparadores que inspiraron la nueva colección La Martina. Y una pregunta: ¿cómo innovar dentro de lo clásico? El desafío que desde hace más de dos décadas renueva esta marca que sabe, como pocas, reflejar el estilo de vida del polo. Con la primavera-verano 2010 lista, invitó a su casa de Arribeños 2632, donde su creador, Lando Simonetti, comenzó con este sueño. En los percheros, la respuesta con una colección que se aggiorna con detalles sutiles, pero que cuentan. Así, renueva sus básicos con lavados novedosos, bordados en lurex, botones personalizados, raya americana intervenida, búlgaros, lunares y mucho lino. No faltan las camisas de corte riguroso; los suéteres de hilo; las camperas clásicas de cuero gastado; los trajes de baño que remiten a equipos de polo, y los borceguíes y botas, también para el verano. La Martina produce 500 prendas por modelo por color. “Y esto sólo es posible hacerlo en Oriente”, asegura su diseñadora. Sin embargo, el diseño y los accesorios (con hebillas personalizadas) son made in Argentina.

REVISION DE VERANO. Coffe en lo de Tere Novaro para mostrar a clientas y prensa sus versiones de prêt à porter para el verano que viene. Los líderes: el color blanco y los shorts, las cinturas marcadas, las mangas al codo y las costuras enfáticas. Muy valorados: el azul francia, las rayas de marinero, las blusas con jabot, las chaquetas cortísimas y el punto smock. Las blusas de gasa tienen estampas florales y ópticas, para completar equipos con pantalones de buen corte, shorts y polleras. Hubo aplausos puntuales para un vestido camisero en color crudo, trabajado con alforzas en el frente, la espalda, y el ruedo a unos cinco centímetros por encima de la rodilla. Y, casi sobre el final, para otro que refrescó el animal print con detalles de costura en el corsage: la mannequin lo llevaba con un tapado tejido en hilo color rosa confite.

LLEGARON EN COLECTIVO. Movida de mediodía en la esquina de Santa Fe y Callao: las modelos que bajaron de un colectivo de doble piso, en medio de flashes, invitados y curiosos, entraron por la puerta grande en el local de Desiderata, dejando una estela vaporosa de búlgaros, vichy, rayas, navy, flores en todas las frecuencias, más sastrería urbana en colores pastel y hombreras T. Lideraron los blazers de hilo, dos botones, que se llevan con las mangas rebatidas; los enteros de jean lavado; los pantalones sueltos, y las camisas ídem, que piden cinturón para funcionar como vestido. Pero tuvieron buen espacio las tipologías y los colores étnicos, el broderie, las alforzas y las estampas ópticas en blanco y negro.

CHICAS COOL. Desayuno muy chic y concurrido en el local de De la Ostia, El Salvador al 4600. Como en la película La rosa púrpura de El Cairo, de Woody Allen, donde la protagonista sale de la pantalla para vivir aventuras, Agustina Alzaga, María Lee y Nieves Zuberbühler, las chicas elegidas para la campaña, paseaban entre los invitados con el mismo look sexy y femenino de las gráficas que colgaban de las paredes del local. Tan sólo un anticipo del espíritu de la colección de las diseñadoras Natalia Morano y Lola Canavosio. Después un minidesfile y una propuesta en dos líneas: una oversize que recurre a cinturones y fajas para destacar la figura, y otra más al cuerpo. Camisolas largas y maxirremeras se combinan con shorts que apenas se asoman o pantalones súper slim de la mano de zapatos o suecos muy altos. En síntesis: un look muy moderno de una de las marcas preferidas por modelos y personajes cool. Ganan los géneros livianos como seda, gasa, poplines, voile de algodón, puntillas y encajes. El cuero y el blazer, los ítems de esta propuesta poco estructurada y lúdica.