Resolución 106A ‐ Para lograr la Justicia Económica para los Trabajadores, Debemos Lograr la Justicia Racial
Hace cuatro años, nos comprometimos con la Visión para una Sociedad Justa de nuestro sindicato: en la que todos los trabajadores son valorados y todas las personas son respetadas; en donde todas las familias y comunidades prosperan; y donde dejemos un mundo mejor y más equitativo para las generaciones venideras. Para lograr esta visión debemos confrontar lo peor del pasado de nuestros países. La esclavitud ha sido la ley de la nación durante 246 años de los 397 desde que los primeros colonos desembarcaron en lo que se convirtió en los Estados Unidos, durante 361 años en Puerto Rico y 206 años en Canadá. Cientos de años de crueldad y control de las personas de la raza negra ha generado como resultado que una mayoría de ellos estén trabajando por menos de un salario digno, acumulando poco o nada de riqueza y batallando diariamente por dignidad, respeto y derechos humanos básicos. Esto pone de relieve una realidad importante sobre de nuestro presente – que la igualdad económica y racial se encuentran fundamentalmente vinculadas. Hoy en día las empresas lucrativas están bajando los sueldos, ocasionando que más de 64 millones de personas trabajen por menos de $15 la hora. Incluso con múltiples trabajos, a las personas les cuesta llegar a fin de mes, no importa cuán duro trabajen. La mayoría son personas de color. De hecho, más de la mitad de los trabajadores de origen negro o latino, ganan menos de $15 la hora en comparación con el 36 por ciento de trabajadores blancos. Esta no es ninguna coincidencia y nadie comprendió esto mejor que las mujeres de color que proporcionaban cuidado en el hogar a personas mayores y a personas con discapacidades, a pesar de que las leyes laborales discriminatorias les negaban las protecciones legales básicas, e incluso el salario mínimo, ya que estos trabajos “domésticos” habían sido realizados tradicionalmente por mujeres negras en el Sur. Estas mujeres se enfrentaron a ese racismo que clasificaba su trabajo como desigual y había sido codificado dentro de nuestras leyes laborales — y formaron sindicatos — allanando el camino para que miles de proveedores del cuidado en el hogar se unieran a SEIU y mejoraran sus vidas y las vidas de las personas a las que cuidan diariamente. Los proveedores de cuidado en el hogar son sólo un ejemplo de esta clase de desigualdad. Gran parte del trabajo que hacemos, proporcionando cuidado de niños, limpiando edificios, conduciendo autobuses, trabajando en lavanderías y más, es mal pagado y mal valorado simplemente porque es un trabajo que se ha realizado por personas de color y mujeres. Durante décadas, nuestro sindicato ha luchado por obtener justicia para todos los trabajadores incrementando los salarios y mejorando las vidas de sus familias, y ahora está claro que esto simplemente no es suficiente. El trabajo de los sindicatos no ha eliminado el racismo y la desigualdad que afectan a las personas negras. De hecho, nunca lograremos la justicia económica para las personas trabajadoras sin lograr la justicia racial.
Estas injusticias forman parte del doloroso legado de esclavitud y racismo contra los negros de nuestro país, y las continuas y sistemáticas inequidades raciales y económicas en nuestro gobierno, economía y las instituciones que son más importantes para nuestras vidas cotidianas. Aún el progreso como la emblemática Ley de Derechos de Votación está bajo ataque, amenazando una vez más los derechos democráticos más básicos de los estadounidenses negros. El sistema está manipulado en contra de las personas de color, especialmente las personas negras, que tienen una mayor probabilidad de estar en peores condiciones que las personas blancas en cuanto a bienestar económico, vivienda, salud y, en nuestros sistemas de justicia criminal disfuncional y racialmente prejuiciosos, donde los negros tienen una probabilidad cinco veces mayor de ser encarcelados y los latinos casi el doble que los blancos. Justo este año hemos visto desigualdades raciales manifestándose de manera desgarradora en Flint, MI donde más de 100,000 personas –principalmente negras e inmigrantes‐ han sido expuestas a intoxicación al consumir agua proveniente de sus suministros locales; esto sucedió a resultado de que el gobernador Rick Snyder seleccionó a funcionarios para dirigir el departamento municipal de obras públicas – reemplazando a los líderes electos de Flint. Los funcionarios nombrados por el gobernador hicieron cambios en los suministros de agua, provenientes en un principio de Lake Huron, donde desembocan manantiales de agua dulce, al contaminado rio Flint, con el objetivo de ahorrar una cantidad de dinero relativamente pequeña. Incluso nuestras instituciones más sagradas aún deben deshacerse de los vestigios de nuestra larga historia de racismo en contra de los negros. Los comentarios del Juez Scalia de la Suprema Corte de que “..hay quienes afirman que no beneficia a los afroamericanos ingresar a la Universidad de Texas en donde no les va bien, en lugar de asistir a una escuela menos avanzada, una escuela de vía más lenta en donde les vaya bien,” son un doloroso recordatorio que el legado del racismo se encuentra incluso en la institución responsable de poner fin a la segregación y la desigualdad legal. Muchos de los programas sociales y leyes que asociamos con beneficios para los trabajadores, el Seguro Social, la Ley Nacional de Relaciones Laborales, la ley para Educación de Veteranos, la Ley de Salud a Bajo Precio, el Convenio Internacional sobre Derechos Económicos, Sociales y Culturales (ICESR) Artículo 6: Derecho a Trabajar ‐ han producido resultados injustos basados en la raza. Han beneficiado enormemente a personas blancas y han contribuido significativamente a las disparidades de riqueza, cuidado de salud, educación y otras disparidades más que vemos y vivimos hoy en día. Esta inequidad está entretejida en la estructura misma de nuestra sociedad ‐conocida como racismo estructural ya que existe a lo largo de las instituciones y la sociedad, creando sistemas que benefician a las personas blancas a la vez que producen resultados adversos para personas negras y otras personas de color. El resultado de décadas de racismo estructural en nuestros países ha producido resultados trágicos, incluyendo las muertes de jóvenes como Trayvon Martin, Tamir Rice, Mike Brown Sandra Bland, Lamar “Papi” Edwards, y la criminalización de los negros quienes son encarcelados a una tasa cinco veces mayor que los blancos. Esto ocurre a diario en nuestros países, dividiéndonos por raza y dañándonos a todos. Por ejemplo, escuchamos a políticos, personalidades de los medios y a otros que fomentan la creencia de que el alto desempleo de la comunidad negra debe ser el resultado de que no lo intentan lo suficiente.
Serios problemas que requieren la atención, como el cambio climático o el deterioro de la infraestructura esencial como el sistema de agua de Flint, Michigan, el tratamiento de aguas residuales de Puerto Rico y los sistemas de agua residual y agua potable de Canadá, a menudo son ignorados o minimizados porque sus impactos se ven primero como temas que afectan sólo a las personas negras y a otras comunidades de color. Los ataques terroristas en París y Bruselas dominaron los encabezados internacionales mientras que horribles eventos similares en Beirut, Kenia y Nigeria recibieron muy poca, si alguna, cobertura. Estos y otra serie de incidentes de alto perfil de fuerza excesiva por policías y vigilantes, y la representación excesiva de personas de color en nuestro sistema de justicia criminal durante los últimos años hizo que centráramos nuestra atención en temas de injusticia racial que con demasiada frecuencia han sido ignorados en nuestros tres países. Subrayaron el hecho de que nunca podríamos realizar nuestra visión de una sociedad justa a menos que confrontemos el desagradable legado de la esclavitud. Los miembros de SEIU, la mayoría de quienes son personas de color, incluyen a miles de la generación milenio, quienes se ven afectados desproporcionadamente y miles que trabajan en la justicia criminal y el cumplimiento de la ley, lo cual pone a nuestro sindicato en una posición para hacer contribuciones únicas para deshacer la vía “de la cuna a la cárcel” y para reformar el sistema de justicia criminal. Sabemos, por la formación de sindicatos, que frecuentemente se usan estrategias de “divide y vencerás” para impedir que los trabajadores se unan, y la raza ha sido, históricamente, una de las formas más poderosas para enfrentar a los trabajadores entre sí. El racismo es una forma clave en la que los pocos ricos estructuran y se apoderan de manera regular de nuestra economía y el gobierno para beneficiarse a sí mismos y perjudicar a la enorme mayoría de personas, incluyendo personas blancas. Así que, en enero de 2015, nuestra Junta Internacional Ejecutiva decidió actuar y priorizar la terminación del racismo estructural, especialmente contra los negros, como parte de nuestra agenda general del sindicato. La junta IEB (por sus siglas en inglés) estableció un Grupo Especial de Justicia Racial con la creencia de que nuestro sindicato podría y necesitaba asumir el tema de la justicia racial. Los miembros del Grupo Especial llegaron a la conclusión de que simplemente no podemos lograr justicia económica sin justicia racial. Los proveedores de cuidado en el hogar de SEIU expusieron la conjunta naturaleza de estas luchas. Aún y cuando miles de proveedores se han unido en sindicatos, han incrementados salarios y mejorando servicios para sus clientes, las leyes que tratan su trabajo como menos importante que los de otros permanecen y continúan el legado de racismo que ha lastimado a las personas que proveen, y a las personas que necesitan, cuidado. El movimiento laboral no tendrá éxito si no asumimos el desmantelamiento del racismo estructural y la finalización del racismo contra los negros. En estos momentos, aun cuando los trabajadores ganen, no genera los mismos resultados para todos nosotros; es como invitar a alguien a unirse a un juego de Monopolio luego de que todas ya no quedan propiedades disponibles. Enfrentar esto no solamente es lo correcto. Fallar en abordar el racismo nos detiene a todos. Durante los últimos años hemos visto un surgimiento de personas negras, latinas, asiáticas, nativas
y blancas unidas, dentro y fuera de nuestro sindicato, declarando y exigiendo que se respete y valore a todos, independientemente de la raza. Juntos, tenemos una visión de un mundo diferente en que la equidad racial y económica prevalece, en la que todos nosotros podemos participar, prosperar y alcanzar nuestro máximo potencial. Rechazamos el argumento de que esto es un “juego de suma cero” y que, a fin de que algunos estemos bien otros deben sufrir. Vivimos en un mundo en que hay suficiente para todos. Por lo tanto, se resuelve que: 1. SEIU establecerá una supervisión de apoyo y liderazgo para priorizar, apoyar, y dirigir el continuo proceso de educación, participación e implementación para acabar con el racismo estructural y en contra de los negros. Esto incluye: a. Rendición de cuentas y estructura en los más altos niveles de la organización; b. Arraigar la equidad existente y nueva y el trabajo de justicia racial a través del Sindicato acabando con el racismo en contra de los negros; y c. Un compromiso con la justicia racial incorporado dentro de todo el trabajo estratégico en y por todos los programas y campañas del Sindicato. 2. Nos comprometeremos a un proceso equitativo sostenible de educación y participación que apoye nuestra transformación para convertirnos en una organización antirracista y acabar con el racismo contra los negros en todos los niveles del Sindicato comenzando con desarrollar sistemas de rendición de cuentas, incentivos y de medición a través del proceso de: a. Evaluar nuestros programas y estrategias por su impacto en desmantelar el racismo estructural y la supremacía blanca; b. Evaluar nuestra(s) cultura(s) para explorar las formas en las que desafía o refuerza el racismo estructural y ya sea que apoye o desafíe la equidad racial; c. Llevar a cabo un análisis de nuestra(s) cultura(a) para explorar las formas en las que intencional o no intencionalmente, da ventajas y desventajas a la gente basándose en su raza; e d. Investigando, desarrollando y adaptando los valores, normas y prácticas que nos ayudarán a comportarnos y a funcionar como una organización equitativa, antirracista, y nos lleve a desmantelar el racismo estructural y acabar con el racismo contra los negros. 3. SEIU desarrollará estrategias de justicia económica que tomen en cuenta la interrupción del racismo estructural. Por ejemplo: a. Ir más allá de abordar la desigualdad de ingreso para incluir estrategias de igualdad de riqueza, ya que las disparidades raciales son más pronunciadas ahí; y b. Comprender el poder que tiene nuestro capital (p ej., ahorros de jubilación de los miembros) para desmantelar el racismo estructural.
4. Desarrollaremos una estrategia integral con socios de la comunidad negra para crear el poder en las comunidades negras que: a. Sea de auto determinación y sostenible; b. Desafíe directamente y desmantele las estructuras que definen la economía, la política y la inequidad social duradera de la comunidad negra; c. Cambie de manera significativa tanto la política como la percepción pública; y d. Construya y fortalezca la infraestructura institucional y organizacional necesaria para priorizar la equidad racial. 5. SEIU construirá sobre campañas actuales y futuras en sociedad con organizaciones con sede en comunidades de color, expertos en reforma de la justicia criminal y participación con funcionarios públicos que incluyen mejoras en las prácticas de la policía y llevar a cabo reformas políticas abordando: a. Iniciativas de segunda oportunidad como eliminar la casilla donde se pregunta sobre el récord criminal, sellar o eliminar los récords criminales, limitar consecuencias migratorias; b. Rendición de cuentas a la justicia penal para incluir medidas anti perfil, consentimiento de registro, junta comunitaria de supervisión, minimizar el uso de fuerza; c. Iniciativas de transparencia como recolectar y hacer disponibles las estadísticas de justicia criminal; y d. Acabar con la encarcelación masiva por medio de la reclasificación de ofensas, oponiéndonos a la expansión de la industria carcelaria privada y lucrativa, la industria de las prisiones, la descriminalización de la marihuana, reforma de sentencias, erradicar la pena de muerte. e. La rendición de cuentas de funcionarios electos para encubrir o posibilitar las muertes causadas por la policía. 6. SEIU entrará a la lucha para acabar con el racismo estructural y en contra de los negros como parte de nuestro trabajo para construir un movimiento de mayor alcance que luchará por una economía que funcione para todos – incluyendo el apoyar a las personas que se están uniendo para incrementar salarios y mejorar los estándares en el trabajo, arreglar nuestro sistema migratorio disfuncional, y asegurarnos de que cada comunidad cuente con aire y agua limpia. 7. SEIU, y locales afiliados, consienten en implementar y en rendir cuentas de acuerdo a lo establecido en esta resolución.