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MODA&BELLEZA

I

Jueves 18 de marzo de 2010 FOTOS, JULIAN BONGIOVANNI

Pasó Pasa Pasará

OREIRO, EN EL MAIPO

VERSATIL. Se divierte armando temporada tras temporada la colección de Escada. No la diseña, pero sí viaja a Alemania, cuatro veces por año, y elige lo que más le gusta: “Compro lo que yo me pondría. Cuando estoy en el showroom, mezclo, empiezo a jugar...”, resume Mirtha Chaoul, que recibe en la casa Escada, de Alvear y Libertad, con champagne y buena onda, la misma de estos 17 años en los que ha traído, sin ninguno ausente, la marca al país. “Creo que todo pasa por la actitud. Por eso disfruto tanto de cada colección, pongo mucha energía en esto.” Y, orgullosa, pasa revista por los percheros, en los que cuelga una colección joven, inspirada en el Nueva York de los años 80. Cashmere, seda estampada, animal print, alguna geometría... En cortes, variedad: cuatro tiros para los jeans (bajo, medio y alto), pantalones anchos o cigarettes, fuseaux, leggings, y el pantalón de cuero con spándex, con papel estelar esta temporada. Algún tapado maravilloso de cashmere o duvet, según el ánimo de quien lo lleva. “Escada tiene una gran ventaja: la ropa es muy combinable entre sí. Podés usar un jeans con saco espectacular. Una pollera con un suéter o una camisa estampada y cambiarle el estilo enseguida”, explica. En colores, gris, negro, violeta, coral, camel, marrón y un blanco no tan blanco. Talles hasta el 50 y facilidades para quienes “se enamoran de la marca”.

NEW OFFICE. Ropa urbana para trabajar, pensada para mujeres desde 35 años. “Una propuesta clásica con detalles de moda”, dice Mariano Lobera, creativo de Markova, responsabilidad que comparte con su hermano Rodrigo como herencia, ya que sus padres tuvieron a su cargo la firma Comma; en el mercado, en los años 80. En desayuno de prensa concurrido en el local de Santa Fe al 1900, Lobera destaca que ahora apuestan a actualizar su propuesta con un touch de tendencia: hombreras reinterpretadas, no tan ochentosas, para una silueta T, con el infaltable clásico negro, en telas de punto streech, informales para looks formales, con cortes de sastrería. Nada de línea A, pero sí solapas grandes. Cierto estilo militar, algo de inspiración medieval en muchos colores cálidos (rojo; fucsia; sigue el azul; se inclinan por el verde petróleo; va el violeta y púrpura con crudo). Además, relanza su línea jeanera con un modelo slim, bien cigarette a los tobillos. Todo, en talles del 38 al 50, disponibles en 17 locales y 120 multimarcas en todo el país. “A precios accesibles para poder comprar toda la temporada y no tener que esperar las promociones; tapados de 500 a 700 pesos, vestidos de 200 a 300, por ejemplo”, invita Lobera.

FOLK URBANO. “Al folk urbano que nos identifica quisimos agregarle un toque rock: hicimos pantalones, camperas y chalecos en símil cuero”, dice María José Quiroga mientras circulan las miniaturas calentitas de Cuk3 en la previa del desfile de Estancias Chiripá. Que empezó romántico: camisolas con guipure, puntillas, broderie y minivestidos para llevar con leggins, calzas y fuseaux. Elisa Bunge, responsable del diseño, marcó la fuerza de los abrigos: tapados y capas en velour, mohair y tweed, mucho tejido de punto con volumen y distintos largos de manga para usar superpuestos. También, corderoy y pana para pantalones y blazers con forros interesantes. Otros puntos fuertes: el chupín y los pantalones de montar con muchos recortes. ¿Talles? Del 34 al 50 en los modelos clásicos. ¿Colores? Chocolate, natural, rojo sangre, verde petróleo, mucho azul. Y negro, por supuesto.

Adriana y Natalia, gran saludo filial y final

Un desfile a sala llena, una estrella, una marca y un gran show

POR PAULA CIPRIANI

KAVANAGH. “Esta nueva colección

ALTA COMPETICION. Wilson y Salomon hicieron un desfile de alta competición, con gran despliegue. Presentó su colección en Tango, el ex cine Metro, con un espectáculo al que asistieron más de 1000 personas, muchos vendedores de la marca. Además de famosos, como Fabio Posca, Mike Amigorena, Dalma Maradona y Nacho Goano. Una orquesta de tango inauguró el encuentro con una violinista que resplandecía con un vestido plateado y, después, entre cafetines, varias parejas de bailarines marcaron esos pasos que tanto enamoran a los turistas. Allí, un invierno deportivo. Primero, Salomon combinó lo último en tecnología con tendencia: camperas inflables con costuras asimétricas y pantalones de snowboard estampados; aunque no se practique deporte, dan ganas de tenerlos. En Wilson ganan los rombos para camperas y remeras y los joggings negros. Nada mejor que una buena estampa pixelada para salir de la cancha de tenis, como el chan chan del tango...

se llama Kavanagh”, cuenta Valeria Smith, directora creativa de la marca, en el desayuno-presentación de su nueva colección de zapatos, carteras y accesorios, desde su tienda de Palermo Viejo. Y todo cierra. Así como el mítico edificio, Jackie Smith se está consolidando como icono nacional dentro de la moda, con piezas lujosas, geométricas, racionalistas… Dos modelos lookeadas al mejor estilo de las mujeres glamorosas de los 60 posaban cuan postales vintage, a la vez que mostraban el espíritu de la firma. “Los diseños de esta colección tienen esa misma estética. Hay una obsesión por la simetría, la elegancia, las formas sólidas”, agrega Smith. Azules con toques de magenta iluminan y tiñen estos accesorios, que juegan con el brillo y el contraste, los contornos negros y el charol, la sobriedad y los toques de color.

HOMBRES EXPERTOS. Con una tarde de polo en El Paraíso, Open Door, en el que se hizo una exhibición a beneficio de la Fundación Temas, L’Oréal habló de su línea Men Expert. Entre taqueo y taqueo contó que, a un año y medio de su lanzamiento, lidera el segmento de cosmética masculina. Cada dos productos que se venden de cremas faciales masculinas uno es de Men Expert. ¿El público? Joven, el 58% tiene hasta 30 años y el 42% supera esa edad. El 74% compró más de dos veces el producto. Y el más pedido es el hidratante Hydra energetic. La gama está compuesta por gel limpiador, espuma para afeitar, bálsamo hidratante y tratamientos (antibrillo, antifatiga, antiarrugas de expresión, antiflacidez, con efecto lifting). CON SENTIDO. En el atelier contiguo a su boutique palermitana, Dorina Vidoni habla de lo que le gusta hacer: “Ropa con sentido”, dice. Con una estética respetuosa de los cuerpos y los roles de mujeres que son madres, bailan, exploran, piensan, reciben y despiertan inspiración. Hay muchos colores –de las flores y de las mieses– y talles; aprovecha la fluidez del modal en babuchas, chiripás, túnicas, remeras y tabardos, para usar con camisas de shantung de seda y un poncho o chal de baby alpaca o jacquard de lana. La línea country incluye pantalones de tweed y modal rústico –que es más abrigado– y sacos de lana, polar, terciopelo y corderoy. No tiene referentes, no sigue tendencias: cree que el valor reside en dejarse fluir y no quedarse pegado a las formas.

Show en vivo, un carrusel en marcha en pleno escenario del Maipo y un desfile de divas retro, con vestidos que cortan el aliento (de quienes los llevan y del público masculino en general). Es que la colección no dejó recurso por explotar. Hubo encajes y transparencias insinuantes, escotes pronunciados, corsets, espaldas al desnudo, tacos aguja y cortes sirena, despampanante. Eso y mucho más es capaz de generar Natalia Oreiro. Esta vez, la excusa fue la presentación del invierno de Las Oreiro, firma que tiene con su hermana, Adriana, y que reunió en primera fila a Graciela Borges, Ricardo Darín, Griselda Siciliani, Teresa Calandra, Ana Rusconi, Graciela Alfano, Carlos Di Domenico y muchos más. Antes de que se lavantara el telón y dos pasarelas se extendieran desde los extremos del escenario, Natalia hizo una pausa y tomó prestado un camarín en el sótano del teatro con un cartel que dice: Enrique Pinti. Allí habló de qué es la moda, cómo se cuida y algo más. “Soy súper hippie. No hay nada que me haga más feliz que estar descalza, con una pollera y una blusa. Esa es la verdadera Natalia”, introduce.

–De ningún tipo. Hace más de ocho años que soy vegetariana y tomo un complemento dietario que sustituye las propiedades de la carne. En lo personal, siento que me como el karma del animal y eso no me gusta. –¿No es para estar flaca? –Nooo. No como carne, pero soy capaz de comer toneladas de chocolate. Muero por la pizza y el chocolate. No tengo tendencia a engordar, pero si me paso dos o tres kilos, me pongo a dieta. Sé frenar a tiempo.

–¿Tenés algún punto débil en el que no medís gastos?

–Así soy en el día a día. Pero después está todo lo que tiene que ver con las fiestas, las fotos... ahí me disfrazo. Siempre quise ser actriz para disfrazarme, jugar a ser otra. De hecho, con Las Oreiro yo sigo jugando con mi hermana y ella es la que se lo toma en serio. Por eso cada desfile es un espectáculo, más allá de mostrar la tendencia o una colección.

–En productos y tratamientos para mejorar la piel de la cara.

–Mi ropero es un poco loco. Es de dos pisos. Arriba tiene una parte transparente (con puertas de vidrio) donde guardo toda la ropa de noche. Abajo está lo de día. Y en un cuarto aparte tengo millones de disfraces.

–¿Hay diseños de autor?

TRENDY. Color, buena onda y alegría. Es el clima reinante en el local de Huija, en Palermo. Premios, comentarios y novedades que, aunque estrenadas en BAFWeek, se presentaron en sociedad, en la sociedad de la moda, claro. Lo que se mostró es el invierno de Gustavo Manfré, su creador, y Mariana Merrari, su diseñadora. Rockero y folk, a la vez. Una edición de los años 80 sin perder su glam original en tonos vibrantes, como los de los cup cakes y la fondue de frutas riquísimos, servidos al paso. No faltaron las mangas murciélago, las zapatillas con taco y las botas preesquí. Suman una línea hippie que incluye estampas y texturas aplicadas en materiales nobles, con el infaltable aguayo. Tejidos estampados y con una suerte de patchwork. En ese estilo, botas de cuero gastado con plataformas, texanas, o hasta con espuelas y otras con tacos de madera o aplicaciones de tachas. Para las seguidoras de tendencia y que prefieren vestirse con lo último.

–Dicen que no comés carne...

–¿Entonces, por qué una colección tan a lo diva?

–¿Cómo es tu ropero?

ESTRENO. Con cuatro locales en Rosario, donde nació hace doce años, The Bag Belt acaba de pisar Palermo SoHo con botas, zapatos, carteras y cinturones. Los responsables, Marta Mercau y su marido, René Brochier, reciben en la esquina de Borges y El Salvador y ponen un invierno en colores alpaca, nutria y grafito, que someten a un “acabado deformado” con efecto opaco y gastado, siempre en la tradición del cuero nacional. Suman cadenas y muchas tachas en colores bronce y níquel, y algún mínimo isologo en el talón de los zapatos con tacos de hasta 12 centímetros y doble plataforma (la interior, al tono, y la otra, en cuero folia). Interesantes los tacos cónicos, las interminables cañas de botas en cueros mórbidos, las viras cosidas, las gamuzas con transfers, los grabados pitón nature y los stilettos que se levantan sobre suelas rojas “bien Loboutin”.

es su familia, cuál es su trabajo y, fundamentalmente, cómo se ve. Armar el vestuario es lo que me hace sentir cómoda o incómoda con el personaje y la situación que tengo que interpretar. Por otro lado, hacer ropa con mi hermana es la realización de un sueño de la infancia. Las Oreiro es la conjunción de su talento con mi locura. ¡Y funciona!

–Por supuesto. Amo a Alexander McQueen. Estaba en Londres cuando murió y el día anterior había hecho compras en su tienda. El siempre me pareció de los más vanguardistas, sobre todo en sus líneas más urbanas. También me gustan Galliano y todo lo que hace para Dior, Balmain y muchas firmas más.

–¿Qué importancia le das a la moda? –No la encuentro nada frívola porque siempre hay en ella mucho de lo personal. Cuando compongo un personaje pienso: dónde nació, cuál

–¿Alguna rutina de ejercicios? –No soy obsesiva con el cuerpo. Me gustan las rutinas divertidas, como trapecio, circo, baile. Odio ir al gimnasio y, de hecho, no voy.

–¿Dónde te gusta ir de compras? –Vivo en los mercados de pulgas y en las ferias americanas. Me gustan mucho las enaguas antiguas y la ropa de otra época.

–¿En alguna ocasión te sentiste desubicada por la elección de un equipo? –La primera vez que fui al Luna Park a ver boxear a la Tigresa Acuña. Todos me decían que la gente se vestía de gala. Y yo me puse un vestido negro apretado de Las Oreiro. Resultó que nada que ver. El ambiente era superreo y los muchachos me gritaba: ¡Ehhh Oreiro...! Me quería morir. Hubiera dado cualquier cosa por tener un jeans y zapatillas a mano.

–Julio parece ser tu mes... –Sí, se van a estrenar Francia, película de Israel Adrián Caetano, y Miss Tacuarembó, ópera prima de otro director uruguayo en la que trabajo con Mike Amigorena y Rossy de Palma.