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Vida Nueva | Diciembre de 2016
Más de un siglo… una vida María de Jesús Ramos celebra 101 años construyendo amor a Dios y a su familia Por PAULINA HERRERA
PAULINA HERRERA
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evanta los ojos al cielo en el atrio de la Iglesia de María Auxiliadora y con sus ojitos llenos de luz se le escapa una frase: “Tú me has cuidado cien años”. Es domingo y María de Jesús Ramos está vestida con sus mejores galas, y perfumada con su mejor sonrisa, luego de asistir a misa rodeada de algunos de sus familiares y entrañables amigos. María nació hace 101 años, el 17 de octubre de 1915 en su querido Ario Santa Mónica, Michoacán, en el seno de una familia católica en donde aprendió a dar antes de recibir y agradecer antes de reclamar; ni qué decir de su abuela Encarnación Rodríguez de quien heredó su don de generosidad al prójimo. “Todos los días les dábamos de desayuno a los niños más pobres”, recuerda. “Pero antes, les lavábamos las manos”. La de María es también la historia de una mujer extraordinaria que viajó al Norte para llegar el 12 de marzo de 1967 al hogar del resto de su vida acompañada de su amor eterno, Manuel Hernández Vargas. Aquí formaron una dinastía a la que pertenecen 8 hijos, 31nietos, 65 bisnietos y una tataranieta. Cuando hay fiesta en casa de los Ramos, las notas del mariachi se oyen en toda la manzana. Cuando se habla de comida favorita, hay que consentir a la matriarca y los mariscos son el plato fuerte de la celebrada. ¿Cómo conoció a su esposo? Pregunto. Déjame me acuerdo… Mi papá no quería que saliera con nadie. Responde. ¿Entonces cómo hizo? Pregunto de nuevo. En el único lugar en donde podía ser: en la Iglesia, cerca de la Imagen del Sagrado Corazón. Responde, evocando aquella escena de ochenta y tantos años atrás. Pero hoy es domingo y para María es el día más feliz de la semana. Aun cuando a su casa llega todas las mañanas la Eucaristía gracias a la disponibilidad y amabilidad de Manuel Valdivieso. El domingo es especial porque además de dar gracias en la casa del Señor, saluda a todos los parroquianos que ven en ella un pilar de fe inquebrantable. Porque además de una católica de pura cepa, María es un ejemplo de tenacidad y trabajo. Poco después de que naciera el octavo de sus hijos, su esposo Manuel enfermó cada vez más hasta que murió dejándola al frente de la numerosa familia. Aquí vino el reto más importante: mantener a su familia sin abandonar los quehaceres de ama de casa y mamá de tiempo completo. Un talento sacó adelante a María y a sus 8 hijos: su gran creatividad y la capacidad de sus manos para confeccionar los trajes de novias y quinceañeras más
Frente a la Iglesia de María Auxiliadora, fiel a su fe Católica, María de Jesús Ramos agradece a Dios porque ‘me ha cuidado más de 100 años’. esplendorosos de la zona. En su taller casero, María Ramos vistió en un interminable desfile a las novias más hermosas y a las quinceañeras más esplendorosas de Los Ángeles; ni que decir de los séquitos de damas que se vistieron con las creaciones de María haciéndolas lucir elegantes, bellas y distinguidas en aquellas fotos enmarcadas que el paso de un siglo, se han dejado de lado. Pero es domingo y de las creaciones de María Ramos bellos recuerdos quedan; han pasado muchos años desde que vistió a la última novia o quinceañera. Por la condición propia de su edad, ha tenido que guardar más reposo y ser más cuida-
dosa en sus quehaceres cotidianos. Pero a lo que nunca ha renunciado es a su devoción religiosa con la que nació, creció y fortaleció a través de 101 años. Los mismos años con los que va a misa cada vez que su salud y el clima lo permite, vestida de gala, perfumada de alegría y regalando optimismo a quien se acerca y la saluda, porque para cada quien, María tiene un mensaje: “Cuando estamos en la Iglesia, tenemos que estar felices, contentos, porque estamos en la casa de Dios. Tienes que ser feliz, tienes que ser alegre porque Dios es alegría y todos somos hechos a su semejanza”. VN
Con su tataranieta Alexa Nava.