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| Sábado 13 de Septiembre de 2014

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Mar del Plata pierde las plumas

crisis. La temporada alta se plantea como un gran desafío para los productores debido a los altos costos,

el escaso público y la competencia de los espectáculos gratuitos; la revista se mudó a Villa Carlos Paz Darío Palavecino

CoRRESPoNSAL EN MAR DEL PLATA

MAR DEL PLATA.– Como el boxeador que siente los golpes y aún a pesar de los moretones que ya están a la vista levanta la cabeza, disimula con una sonrisa y se golpea el pecho como mensaje de resistencia, el principal escenario teatral de cada verano acusa el mal momento, pero intenta mostrarse firme, de pie y que se lo vea lejos de las cuerdas. Mientras resalta un par de títulos fuertes que tiene confirmados para la próxima temporada, Mar del Plata lame las heridas que dejaron las recaudaciones en baja de los últimos años, le cuesta completar la cartelera, se queda por primera vez en mucho tiempo sin espectáculos de revista y, lo que es mucho peor: pierde salas. Una, el Complejo Corrientes, ya cambia plateas por puestos de ropa. Y, en marzo, el edificio del Nuevo Teatro Güemes se despedirá del rubro. Complicado panorama que ya se palpitaba a fines de febrero, cuando las boleterías dejaban al desnudo recaudaciones por debajo de las de años anteriores. Más tarde se pronunciaba con los rumores de empresarios del ramo dispuestos a equilibrar números a costa de desprenderse de salas. Hoy ya es una realidad palpable, con alguna de esas operaciones inmobiliarias ya concretadas, más la dificultad viva aún para garantizar al menos un título brillando en cada marquesina. Lo más notorio de lo que ya es certeza para lo que se viene en poco menos de cuatro meses es la llegada de Stravaganza, el megaespectáculo de Flavio Mendoza; Dos pícaros sinvergüenzas, la comedia que interpretan Guillermo Francella y Adrián Suar, y Escenas de la vida conyugal, con Ricardo Darín. Ninguno es estreno, ya que vienen de la cartelera porteña. Y en el caso de Stravaganza, acumula dos veranos consecutivos como máximo éxito en Villa Carlos Paz. Se acusa más el impacto porque esta ciudad había alzado durante la última década la bandera épica de la recuperación de salas. Carlos Rottemberg, aquí el máximo exponente de la actividad, construyó la sala Mar del Plata donde antes había una playa de estacionamiento; adquirió el complejo América-Atlas y luego el que ya tenía las salas Lido y Neptuno, donde, renovación de por medio, sumó otra más pequeña, la Bristol. Llegó a tener siete escenarios. Ahora se queda con seis, luego de la venta de su joya original, el complejo Corrientes. Menos obras, menos salas Amante incondicional de Mar del Plata y gestor de las acciones más arriesgadas para enriquecer la oferta de cada verano, Rottemberg lamenta la decisión que acaba de tomar. Pero siente que es “lógica pura”. “Al llegar menos producciones, las salas, onerosas desde el mismo valor de las propiedades y con costos fijos irrecuperables, verán el cambio de destino”, anticipa el empresario. Y ratifica su

lucha personal para que esto se revierta, aunque admite que no puede exponerse a incumplir compromisos económicos, “justamente contraídos por agrandar una empresa teatral local a lo largo de 40 años”. Ahora Villa Carlos Paz parece ser más tentador para muchos productos que antes tenían a Mar del Plata como destino original. Por ejemplo, los espectáculos de revista encabezados por capocómicos. Este verano, las plumas y los brillos abandonarán la costa bonaerense para instalarse en las tablas cordobesas. La mudanza a las sierras empezó hace varios años. José de la Sota, gobernador de Córdoba y de paso por estas playas, se relamió con el fenómeno. “La actividad cultural no paga ingresos brutos en Córdoba”, dice sobre un beneficio muy tentador para productores. El mercado allí está en alza, también porque las opciones de entretenimiento son más restringidas. “Vas al teatro o a ver el Cucú”, explican los que mejor conocen esa plaza. En Mar del Plata, en cambio, apabulla la oferta de actividades culturales y deportivas. Y muchas de ellas gratuitas, incluidos megaespectáculos públicos. La mayoría de ellos realizados con fondos de la provincia de Buenos Aires. “El año pasado pasaron 1,8 millones de personas por esas propuestas, pero solo el 16% quedó en manos de lo que mediáticamente más se publicita –recuerda Rottemberg sobre los 300 mil espectadores que pasaron por la grilla privada–. Sigue siendo la capital nacional del espectáculo por cantidad de propuestas y público.” Javier Faroni, que produce obras en ambos destinos, admite lo complicado que se volvió Mar del Plata. “No va a ser un verano sencillo”, anticipa, aun cuando traerá seis o siete títulos repartidos en tres salas. “Algunos estarán dos o tres días por semana y el resto, gira por la costa”, aclara. Joven pero con décadas de experiencia en esta plaza, Faroni resalta que Mar del Plata ya no es la de hace 25 años, cuando los turistas venían por semanas o el mes completo, paseaban por la rambla y la noche era casino o teatro. “Vienen como mucho cinco o seis días y la oferta de entretenimiento es inmensa, con muchos espectáculos gratuitos”, sostiene. Esa competencia desigual se arrastra

Chau ahorros Los productores anticipan un valor promedio de 250 pesos para las entradas a los espectáculos. Significa una suba de 20 a 25 por ciento con respecto a los precios de la temporada anterior. “Igual, es más barato que Capital o el interior”, advierten. Los valores más altos quizá sean los de Stravaganza, que tendrá plateas VIP de hasta 500 pesos.

teatro

Eficaz comedia con gran elenco mujeres de ceniza. ★★★★ muy buena. autores: Sergio Marcos y

Martín Guerra.

elenco: Nora Cárpe-

na, Mercedes Carreras, Zulma Faiad, Silvia Montanari. escenografía: Daniel Feijoo. vestuario: Javier Peloni. música: Aldo Funes. producción: Aldo

Funes. dirección: Roberto Antier. sala: Picadilly, Corrientes 1524.

E Salas en retirada: el Complejo Corrientes se convertirá en locales

Último verano para el teatro Güemes, que cerrará tras la temporada desde hace años y las consecuencias están más que nunca a la vista. “Hubo una época en que estuvo bueno, pero la torta se desinfló y no hay expectativas de que vuelva a crecer en lo inmediato”, sostiene Pablo Pérez Iglesias, uno de los responsables del Nuevo Teatro Güemes que, al cabo de la próxima temporada, desmontará la sala cuyos costos de alquiler ya no puede afrontar. La cartelera para ese espacio, que nació como La Subasta e iluminó el paseo comercial próximo al barrio Los Troncos, se terminó de definir esta semana. “Antes teníamos todo cerrado en julio”, recuerda Pérez Iglesias. Sin medias tintas, el empresario reconoce que no vacila cuando le preguntan si está triste por el cierre. “Nos estamos sacando una mochila pesada”, dice por el esfuerzo que implica programar la sala durante la temporada baja y buscar equilibrio financiero en un verano que cada vez rinde menos. Uno de los que vuelve a apostar por Mar del Plata es el productor Aldo Funes. El verano último le aportó sonrisas con la comedia Pato a la naranja, que llevó al teatro Carreras. Esta temporada gerenciará la sala Santa Fe, así como Lino Patalano continuará con un rol similar en el complejo Roxy-Radio City-Melany.ß

Fotos: mauro v. rizzi

Un puñado de tanques MAR DEL PLATA.– Ni Moria Casán ni Carmen Barbieri. Con suerte Nito Artaza, pero al igual que el año último, con una comedia. Los dueños del género revisteril quitaron los pies de la arena, tanto como para dejar a estas playas sin ninguna de esas propuestas. Quizás sea Stravaganza el título que se adueñará de la combinación de luces, música, color y compañía multitudinaria. En otros destinos se adaptó a teatros, inversión de por medio. Aquí se acomoda en el Estadio Deportivo, que resigna deporte para que llegue la creación de Flavio Mendoza. A los buenos augurios que siempre genera la dupla Suar -Francella, la cartelera de esta temporada sumará uno de los pocos –quizás el único – estreno nacional: La Nona, que protagonizará Pepe Soriano en la sala Bristol. “Me voy a Mar del Plata”, parece gritar desde la gráfica promocional. Darín también aportará lo suyo al lote más prometedor. El resto

de la cartelera, salvo excepciones, remará en un mar de dificultades. “No traemos lo que queremos, traemos lo que podemos”, reconoció un productor a la nacion. Criatura emocional, Casi normales y los regresos de La Casa de Bernarda Alba y Una maestra normal despedirán al teatro Güemes. También con producción de Faroni habrá una comedia por definir en la sala Provincial. Y un espectáculo de Nacha Guevara, que irá al Auditorium. “No puede sorprender la ausencia que se viene produciendo en el armado de los espectáculos, ya que cubrir los costos se hace inobjetable, a excepción de sólo unos tres elencos por temporada que superan el nivel de flotación”, advierte Rottemberg. Y lamenta que tal vez haya que volver a aquella Mar del Plata que “era sólo para un puñado de elegidos, y la gran masa de actores y productores no alcanzaba a calificar para sumarse a esa mesa. Una pena”, concluye el empresario teatral.ß

s realmente placentero disfrutar del oficio de cuatro glorias del espectáculo nacional dispuestas a desplegar el juego que mejor juegan: adueñarse del escenario con una presencia que certifica que conocen cada uno de los secretos de un género agradecido, y tan difícil de llevar a cabo, como lo es el de la comedia. Nora Cárpena, Mercedes Carreras, Zulma Faiad y Silvia Montanari, ovacionadas por una platea con localidades agotadas, convierten a Mujeres de ceniza en una propuesta que se transforma en puro disfrute. La pieza, escrita por Sergio Marcos y Martín Guerra, plantea la reunión de cuatro amigas en casa de una de ellas con motivo del primer aniversario de la muerte de su marido. El convite implica un reencuentro que se transforma en un jugoso intercambio de opiniones sobre los más diversos temas que hacen al universo femenino: la infidelidad, la amistad, el paso de los años, el deseo sexual y hasta los misterios del orgasmo van conformando la agenda con la que estas amigas repasan la vida desde miradas bien opuestas. Así las cosas, la charla va elevando su temperatura y su conflictividad a medida que comienzan a develarse algunos secretos, en un in crescendo con cierta dosis de suspenso. Nora Cárpena es la distinguida viuda anfitriona y quien tiene a su cargo desatar el inesperado conflicto. Por su parte, una desopilante Mercedes Carreras da vida a una pacata que se sorprende ante la apertura mental de sus amigas. Zulma Faiad y Silvia Montanari interpretan a los personajes más desinhibidos dotando a sus criaturas de la frescura y libertad que necesitan. En un inteligente reparto de roles, cada una tiene su momento de lucimiento individual que, vale decir, aprovechan muy bien. Roberto Antier apuntaló el oficio de las intérpretes buscando el tempo preciso de los diálogos en un ida y vuelta permanente que no decae, condición ineludible del género. El libro de Sergio Marcos y Martín Guerra no es pretencioso y esto lo convierte en un material efectivo, sin golpes bajos, con pasajes sumamente graciosos y un final sorpresivo. Siempre es atractivo contar en la cartelera porteña con una comedia de pura estirpe. Y más aún cuando es protagonizada por cuatro actrices para las que el escenario parece no tener secretos.ß

Pablo Mascareño