Arrancó Mar del Plata

25 nov. 2013 - rrizó en el Luna Park para ofre- cer dos recitales en el marco de su tour Dreamchaser. Casi como una revelación místi- ca, la artista hizo su ...
4MB Größe 8 Downloads 133 vistas
espectáculos | 3

| Lunes 25 de noviembre de 2013

teatro

La realidad argentina desde una pista de baile mau mau o la tercera parte de la noche. ★★★★ muy buena. autor: Santiago Loza. dirección: Juan Parodi. elenco: Eugenia Alonso, Gaby Ferrero, Juan Manuel Casavelos. coreografía: nografía:

Este musical, que nació en Broadway, lleva 30 años en cartel con casi 8000 puestas en todo el mundo

Arrancó Mar del Plata

sorpresas. Con el estreno del musical que encabeza la dupla Casán-

Barbieri, anteanoche comenzó la temporada teatral en La Feliz

Viene de tapa

A la dirección de Pashkus se suma la labor coreográfica de Elizabeth de Chapeaurouge, la dirección musical de Hugo Hoffman, la escenografía de Jorge Ferrari, el vestuario de Pablo Battaglia, la iluminación de David Seldes y la adaptación general de Fernando Masllorens y Federico González del Pino. Todos han hecho lo suyo, junto a los músicos y bailarines para llegar al último doble ensayo del viernes y al estreno de anteanoche. “Somos todos bichos de teatro y eso tiene que ver con lo que hacemos”, repite Fugazot, que también olfatea en Sorpresas un éxito de temporada. Y de esto sabe bastante.

Doblete Siempre con Faroni como motor desde la producción, Moria Casán y Carmen Barbieri afrontan esta temporada con una doble responsabilidad. Además de sus protagónicos en Sorpresas, tendrán a su cargo la dirección y la puesta de Brillantísima, la revista que se presentará en la sala Atlas, que está justo debajo de la América, escenario de la comedia musical. El tándem capocómico subió la apuesta y estará en ambas obras. Abrirán cada función de Brillantísima con un sketch y luego correrán a vestirse de monjas para dedicarse a su hora y pico de travesuras.

Moria recuerda que cuando el año pasado con Carmen renovaron el contrato con Faroni, la idea era hacer una revista en la que incluso se proyectaba la inclusión de Artaza y Cherutti. “No creo en las vueltas. Lo que se probó ya está”, dice y rescata el objetivo que privilegió: potenciar lo que se había logrado con Barbieri en los últimos años. Y la comedia musical, asegura, le calza a la perfección. “Es fruto del oficio que te da la revista”, puntualiza. En Sorpresas es sor Regina, la madre superiora. “Estoy en todos los cuadros; juega con la ironía y hace que sea la bastonera del ritmo de todas. Hay humor negro y ácido”, explica. Y presagia un show “que será un suceso porque tiene la liturgia, las canciones de la Iglesia y también melodías tiernas”. A Carmen, que lleva la revista como carga genética, la comedia musical también le sienta bien. De hecho, hace 24 años ya participó de una puesta de Sorpresas en Villa Carlos Paz, en reemplazo de Ana María Cores. Le tiene mucha fe a este espectáculo fuerte y ambicioso para la temporada marplatense. “La puesta de Ricky Pashkus ha sido un vodevil, con muchas entradas y salidas, como un Boeing Boeing”, celebra. Y cuando destaca al elenco, reparte elogios pero deposita una luz especial, como el resto de sus compañeras, sobre Fugazot: “Acá hay puro talento”.ß

Efectos visuales futuristas en el Luna Park

La voz de un ángel hizo escala en la luna

show. La soprano inglesa Sarah Brightman

presentó su espectáculo Dreamchaser Helena Brillembourg PARA LA NACION

Antes de su programado viaje en 2015, a bordo de la nave espacial Soyuz, con la que piensa llegar hasta la Estación Espacial Internacional y vivir en ella durante diez días, Sarah Brightman, la soprano, actriz y bailarina inglesa, pionera del crossover lírico, aterrizó en el Luna Park para ofrecer dos recitales en el marco de su tour Dreamchaser. Casi como una revelación mística, la artista hizo su aparición en el escenario rodeada de halos de luz y elevada sobre una plataforma para interpretar “Angel”, tema promocional del álbum que le da el nombre a la gira. Fue toda una sorpresa para comenzar a disfrutar de su inconfundible voz y su delicada gestualidad, que descubre sus orígenes dentro del teatro musical. Le siguieron “One Day Like This”, “Glossoli” y “Eperdu”, temas incluidos en su nuevo trabajo, el cual está –según palabras de la artista– enmarcado dentro de la experiencia espacial que espera vivir en el futuro. “Quisimos crear un sonido épico, sobre el universo, explicar las estrellas y todo lo que nos inspira de ese mundo desconocido”, explicó en una entrevista previa al comienzo de la gira. Las imágenes en la gigantesca pantalla de fondo embarcaron a Brightman en un viaje sideral por los planetas, la vía láctea y sus estrellas. También la luna tuvo un papel protagónico, no sólo por darle el nombre al estadio, sino a través de los temas “Hijo de la luna” y “La luna”, que sirvieron de excusa para que ésta se hiciera presente materialmente en el escenario. Acompañada de su banda, integrada por cuatro músicos (teclados, batería, guitarras y sintetizador) y por dos bailarinas, que afirmaron con sus bailes y coreografías que el crossover no se da sólo en el canto, sino también en la danza, la artista lució un lujoso vestuario con toques futuristas, llenos de luz y brillo, un marco único para la verdadera protagonista de la noche: la voz de la can-

tante, famosa por poseer un rango vocal de más de tres octavas. En dos oportunidades invitó al tenor Erkan Aki para que la acompañara en el escenario. Nacido en Suiza, pero de origen turco, también ha cantado junto a Monserrat Caballé y forma parte de la corriente musical del crossover lírico que tanto popularizó Brightman, a quien sigue en sus giras desde 2009. Sus dos interpretaciones “Canto della terra” y “El fantasma de la Ópera”, el tema del musical que consagró a la artista para siempre, se convirtieron en los momentos de mayor emoción, que el público agradeció eufórico y de pie. En las casi dos horas que duró el show, la segunda parte mostró un tono más íntimo. Volvió a presentar temas de su nuevo disco como “Closer”, ”Breathe me” y “A Song of India”, con imágenes en las que la naturaleza y el mundo cibernético convivieron y se dieron la mano. Se atrevió a cantar en japonés, “Kaze No Toorimichi”, tema inspirado –como explicó en una de las pocas ocasiones en las que habló– en los bosques encantados de Japón. También les hizo un guiño a sus temas más conocidos, con la tradicional balada inglesa “Scarborough Fair”, que tanto popularizó el dúo Simon and Garfunkel. Agradeciendo al público de Buenos Aires por su presencia, indicó que era el momento para decir adiós y lo hizo con “Time to Say Goodbye”, el tema que interpretó junto a Andrea Bocelli, todo un suceso musical que vendió más de 12 millones de copias. Con potentes imágenes de misiones espaciales como fondo, parecía también decir adiós a todo su público en la Tierra, para emprender su viaje al espacio, considerada la última de las fronteras. Pero el público no se conformó y le pidió más y ella cumplió con “Venus and Mars” y “Question of Honour”, dos temas que no la apartaron de su misión: la de hacer que el público disfrutara de su talento, uno que no parece de este mundo.ß

Las ventajas de ser local El estreno de Sorpresas marca el inicio de la temporada teatral y también el debut de una modalidad que busca acercar más público a los teatros: los residentes marplatenses tendrán un 25 por ciento de descuento en la compra de entradas. La propuesta surgió del empresario teatral Carlos Rottemberg y cuenta con la adhesión de buena cantidad de los productores que presentarán obras en esta plaza durante los próximos meses. El trámite es sencillo: se debe concurrir a la sede de la Biblioteca Municipal, en 25 de Mayo y Catamarca, donde se realiza una constancia de domicilio y se registra al espectador para que acceda al beneficio.

Mayra Bonard. diseño de iluminación: Matías Sendón. diseño de vestuario y esce-

Gabriela Fernández. asistencia de dirección: Gustavo Armando. sala: El Extranjero

(Valentín Gómez 3378). funciones: lunes, a las 20:30. duración: 70 minutos.

E

ntre 1964 y 1994 una boîte, Mau Mau, fue un ícono de la noche porteña. Centro de reunión de importantes personalidades pertenecientes a la alta sociedad y al que además asistían ciertos referentes del mundo del espectáculo y el deporte nacional. Por allí desfilaron, también, reconocidas figuras del jet set internacional. El autor Santiago Loza construye una intensa y muy atractiva dramaturgia en la que cruza la realidad de dos mujeres, habitués del lugar, con trazos de la historia argentina de esos años. Mecha y Rita, los personajes, buscan en ese espacio un escape posible para sus vidas insignificantes. En la pista, mientras bailan, se sienten brillar. Ingresan a un mundo de fantasía que les posibilita hasta colocarse fuera de la historia del país. Observan los acontecimientos sociopolíticos con una distancia irreverente y los analizan con una frivolidad que, verdaderamente, resulta dolorosa, aunque dramáticamente se torne muy potente. “Bailá, Mecha, bailá”, le repite Rita a su amiga mientras la dictadura militar, el Mundial 78 y la Guerra de Malvinas conmueven a un gran sector de los argentinos. También, claro, ellas celebran los nuevos aires democráticos que llegan a partir de 1983. Mecha y Rita son dos testigos casi despreciables de tres décadas del país y lo expresan sin ninguna culpa. Mau Mau es su Miami, así lo exponen. El gran escape. Juan Parodi construye un espectáculo en el que posibilita, sobre todo, reconocer cómo viven esa época determinados sectores sociales. En este caso, el acento está puesto en esas mujeres “tilingas”, como las define un agente policial que las detiene en la calle Arroyo en

tiempos del gobierno dictatorial. Loza es un dramaturgo que a la hora de dirigirlo hay que tener el corazón abierto. Sus personajes son de una sensibilidad tan extrema que, de la única manera en que pueden llegar al espectador y conmocionarlo es mostrándolos en su verdadera carnadura. Parodi elige la línea política que expresa el autor en este texto y, entonces, opta por la anécdota. No está mal, es una posibilidad. Desde allí construye un espectáculo provocador y sólo se detiene, muy sensiblemente, en aquellos momentos en los que, a la hora de golpear la conciencia de quien observa, puede hacerlo. Como, por ejemplo, cuando estas mujeres terminan en un descampado después de pasar la noche en una comisaría o en ocasión de la celebración de un aniversario de la disco. El director decide no mostrar a los personajes en sus dobleces de manera íntima. Prefiere sus historias de forma general porque sabe que desde allí, igualmente, van a conmocionar. La indiferencia de Mecha y Rita ante los acontecimientos del país desestructuran y promueven mucha reflexión. Y eso es lo importante. Eugenia Alonso y Gaby Ferrero son dos actrices magníficas que se juegan a fondo en esta apuesta. Transmiten de manera notable esa realidad y lo hacen con todos los tics, la desmesura, la violencia y hasta algo de ternura. La misma que caracteriza a algunas mujeres de la condición social a la que pertenecen. Resultan muy destacados también los trabajos de Bonard (coreografía), Sendón (iluminación) y Fernández (escenografía y vestuario). Cada uno aporta hasta pequeños detalles que dan profundidad a la historia.ß Carlos Pacheco