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I
POLITICA
ELECCIONES 2011
Domingo 9 de octubre de 2011
Tensión en el conurbano
FALTAN 14 DIAS
RICARDO PRISTUPLUK
En Los Polvorines, cada espacio es disputado por kirchneristas y duhaldistas
Malvinas Argentinas, un botín disputado a balazos Duhaldistas y kirchneristas libran una cruenta batalla por el poder MARCELO VENERANDA
JESUS CARIGLINO
LA NACION
INTENDENTE DE MALVINAS ARGENTINAS
Lesiones, robos, violación domiciliaria, sustracción de bienes, abuso de armas, tentativa de homicidio, intimidación, tareas de seguimiento y espionaje. Los que intercambian denuncias son el intendente de Malvinas Argentinas, el duhaldista Jesús Cariglino, y el candidato kirchnerista con chances de destronarlo, Luis Vivona. Sus militantes, que acusan los robos, golpes y balazos denunciados, vinculan con la mafia, la prostitución y las drogas a los jefes del bando contrario. Uno de los dos será intendente el 23 de octubre. Nombres de guerra. Hasta que se convirtió en municipio, en 1994, Malvinas Argentinas no era más que el patio trasero del entonces partido de General Sarmiento. Ubicado en el noroeste del conurbano bonaerense, detrás de Campo de Mayo, el nuevo municipio, con sus predios militares, countries y villas miseria, exhibe las condiciones del segundo cordón del conurbano bonaerense. En 1995, su capital fue establecida provisionalmente en Los Polvorines. Lo sigue siendo. También su primer intendente, Cariglino, que como otros jefes del conurbano fue oficialista durante el menemismo, el duhaldismo y el kirchnerismo. Dos meses antes de las primarias, sorprendió al dar el portazo y enfrentar a la Casa Rosada, de la mano de Eduardo Duhalde. Se cansó de que le anunciaran “obras por 100, firmaran por diez y pagaran cinco”, dijo a LA NACION. Denunció que los planes sociales del Gobierno fomentaban la drogadicción. Todo el partido, no sólo Los Polvorines, estalló. Sin embargo, el candidato con más denuncias en contra resultó ser Cariglino. Manuel Duarte, abogado de Vivona, enumera 90 presentaciones policiales. Una de las primeras data del 2 de agosto, cuando Andrés Hidalgo, un militante kirchnerista, acusó a un asesor legislativo del intendente, Horacio Harispe, de dis-
Partido: PJ duhaldista Primarias: 40,9% (59.891 votos) Gobierna desde 1995. Afirma que se animó a enfrentar al kirchnerismo porque su gestión no necesita fondos nacionales. Acusa al kirchnerismo de usar a gendarmes y “gente de Quilmes y Lanús” para intimidar a sus militantes.
LUIS VIVONA
DIRECTOR NACIONAL DE DEPORTE SOCIAL
Partido: Frente para la Victoria Primarias: 38,79% (56.763 votos) Trabaja y milita para la ministra de Desarrollo Social, Alicia Kirchner. Fue funcionario y luego opositor a Cariglino, de quien dice diferenciarse por no tener “prontuario” y al que acusa de sacar rédito personal por las obras nacionales. pararle en una pierna. Hidalgo fue luego denunciado ante la justicia federal por Cariglino, que lo acusó de circular armado e intimidar a los vecinos. El “juego” de cruzar denuncias no se detuvo ahí.
Narcos y custodios Jueves 6 de octubre, Villa de Mayo. Un militante señala la marca de una bala en la vereda del enorme galpón que funciona como comando de campaña de Vivona. Fue disparada un día antes, cuando un grupo de mujeres que repartían volantes regresaban al galpón. Acusan a un narco del barrio: “El Tranca”. El militante da su nombre completo, pero luego se arrepiente. Vivona dice que usaron una ametralladora. “Otra bala entró al galpón”, agrega Sergio Ibáñez, más conocido como “Checho”, un corpulento ex policía, custodio de Cariglino durante 15 años. Fue despedido unos meses antes de la campaña. Ahora trabaja para Vivona.
El mismo día, el intendente denunció que los baleados, en cambio, fueron dos de sus hombres. Su abogado prometió una entrevista con los heridos, pero luego no atendió las llamadas de LA NACION. ¿A quién acusa Cariglino por los disparos? A Ibáñez, su ex custodio, quien se muestra sorprendido por el nivel de violencia –“insólito”, dice– de esta campaña. Lo corrige otro seguidor de Vivona. “La elección de 2007 fue peor”, asegura. “Checho”, entonces, era oficialista. Las sirenas policiales tiñen de azul al galpón. Los militantes kirchneristas corren a la puerta. Es una caravana de seis camionetas 4x4, flamantes, que Cariglino acaba de lanzar. Están identificadas con el intendente, como todos los edificios que se construyen en el partido, entre ellos, el moderno centro cívico y los hospitales pediátrico y materno infantil. “Fondos municipales”, dicen todos los carteles. “No los inauguró porque no quiere convertirlos en un acto de campaña”, afirma un asesor del intendente. “No tienen las cloacas habilitadas”, responden cerca de Vivona. Mientras Cariglino presenta los nuevos patrulleros –“porque la Provincia no los provee desde 2004”, dice–, Vivona entrega cinco netbooks de la Anses en una escuela secundaria de Tortuguitas. Lo acompaña el ministro de Economía, Amado Boudou. “Son simbólicas, las otras llegarán después”, se explica al centenar de adolescentes, que aplauden cuando Boudou y Vivona piden votar por la Presidenta. A pocas cuadras del acto kirchnerista, un comerciante oculta un cartel de Cariglino, el mismo que se exhibe frente a negocios y empresas por todo el partido. El hombre teme que lo confundan con un militante del intendente. Pero también teme que los inspectores municipales pasen cuando el cartel no esté a la vista. Dice sentirse “rehén”. Pide perdón y que no publiquen su nombre. “Esto va a ser peor. La violencia empieza ahora”, desliza, mientras cierra la reja.