¿MALOS TIEMPOS PARA LA FILOSOFÍA? Señoras y

sustitutiva de la tradicional Filosofía a secas en primero de bachillerato) no dejan lugar a dudas. At last philosophy is useful. Sí, ya podemos todos aquellos que ...
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¿MALOS TIEMPOS PARA LA FILOSOFÍA?

Señoras y señores, la filosofía va bien. Hagan caso omiso de quienes dicen que es improbable en los tiempos que corren o que, debido a la nueva configuración de los planes de estudio, está destinada a desaparecer. Tampoco presten atención a las madres de algunos estudiantes que advierten de los peligros de la misma con sus “Hijo, piensas demasiado”. Este número quinto de Ápeiron que sostienen en sus manos es de por si una prueba del apoyo que recibe hoy día el pensamiento desde todas las instituciones. Hemos incluso de admitir que la avalancha de artículos de calidad llegados a nuestra redacción desde el comienzo de la andadura de la revista ha sido abrumadora, tanto que no entendemos por qué algunos mantienen que siempre publicamos a los mismos autores. Pues bien, si somos fieles a la realidad nos daremos cuenta de que las cosas han cambiado con respecto a lo que la filosofía venía siendo. Y no sólo eso. No hay más que fijarse en los estantes de la Fnac para darse cuenta de que nuestra disciplina está de moda. Libros como Platón y un ornitorrinco entran en un bar, Más Platón y menos prozac o Lo que Sócrates le diría a Woody Allen son ya clásicos, pero no clásicos de esos sobre los cuales pesan los años y cuyos nombres sirven para aterrorizar al estudiante, sino clásicos de las superventas. Si algo es revelado por este inesperado dato es el interés generalizado por la filosofía que se ha extendido en nuestra sociedad de unos años a esta parte. Hoy no es extraño que cualquiera pueda traer a colación en una conversación de cola de supermercado el “Dios ha muerto” o el “Pienso, luego existo” sin despeinarse mínimamente por ello. ¿Que no se tragan este viraje positivo de la situación de la filosofía? Pues sigan echándole un ojo al expositor y encontrarán al lado de los anteriormente citados otros libros como Perdidos. La filosofía y títulos similares que nos descubren el contenido filosófico de series televisivas como House, Los Soprano o Los Simpson o de las peripecias de los héroes de la Marvel. La filosofía se ha convertido en un fenómeno mainstream y esto ya no hay quien lo pare. Ahora cualquiera puede estudiar a Kant o Hobbes mientras ve la televisión. Padres, pueden descansar tranquilos: atrás quedaron los tiempos en que la programación televisiva adormecía los ánimos y abotargaba el intelecto. Por fin la filosofía ha dejado de pertenecer a la élite intelectual, por fin ha dado el paso definitivo hacia el pueblo. Ahora la podemos encontrar perfectamente domesticada para uso y disfrute de toda la familia con sólo pulsar el On. Además, y esto no es menos importante, la misma profesión filosófica está realizando grandes avances en lo referente a su propia mejora. Ahora mismo los nuevos alumnos del Grado en Filosofía cursan una asignatura de 6 créditos y un cuatrimestre de duración titulada Incorporació als estudis de filosofía, cuyo contenido consiste en enseñarles a manejarse en la biblioteca o a elaborar un PowerPoint, capacidad esta última importantísima a la hora de facilitar la memorización de contenidos. Con esto, la institución se asegura de que los futuros graduados habrán dejado de corresponderse con el modelo del filósofo despistado, siempre en el mundo de las ideas, y tendrán los pies bien puestos en la tierra. Esto es, las futuras promociones de filósofos serán, alabado sea Dios, seres prácticos. ¿Que no se creen esto tampoco? Pues fíjense en la dirección que ha tomado la enseñanza de la filosofía en los institutos. Por fin ha dejado de perseguir el mero pensar en todos sus estilos y formas para

dedicarse a la que ha emergido como su función fundamental: formar buenos ciudadanos, dóciles y adecuadamente democráticos. Títulos como Filosofía y ciudadanía (asignatura sustitutiva de la tradicional Filosofía a secas en primero de bachillerato) no dejan lugar a dudas. At last philosophy is useful. Sí, ya podemos todos aquellos que nos dedicamos a la filosofía proclamar orgullosamente a los cuatro vientos que nuestro milenario saber ha dejado de ser una fuente de parados o de camareros en McDonald’s. Finalmente hemos descubierto su utilidad (ésa por la que siempre nos preguntan). O, más bien, sus utilidades. Dos, para ser exactos. Una la acabamos de comentar: la formación de buenos ciudadanos. Y la otra, ¿no se la imaginan? Pues claro, están en lo cierto: interpretar series de televisión. Filósofos, afilad vuestras plumas, que por fin tenéis algo que hacer.

Efrén Poveda García Febrero 2012