MAÍZ: Haciendo silaje de maíz Ing. Zoot. Guillermo O. MARTIN (h) Cátedra de Forrajes y Cereales – FAZ - UNT
La técnica para la obtención de un silaje de maíz de alta calidad, exige el cumplimiento de una serie de pasos que se enuncian a continuación: 1) Realizar el cultivo, teniendo en cuenta todas las recomendaciones técnicas aconsejadas para la obtención de un buen cultivo de maíz con fines cerealeros (producción de granos); 2) Momento óptimo de cosecha (picado), el que debe coincidir con el estadío fenológico en el cual este cultivo presenta el máximo contenido de energía digestible para ser ensilado; en maíz, esta etapa comprende la fase de llenado de grano denominada grano pastoso a pastoso duro (¼ de "línea de leche"). Allí el grano tiene alrededor del 35% de humedad y la planta oscila entre 64 y 67% de humedad (se aconseja no superar el 70% de humedad al momento del corte, pues con mayor contenido de agua se pueden producir fermentaciones indeseables por acción de microorganismos del género Clostridium). Algunos investigadores aconsejan el picado a partir de ¾ grano pastoso - ¼ grano lechoso; otros indican que a partir de ¼ grano pastoso - ¾ grano lechoso, ya se puede proceder al troceado; bajo estas condiciones el porcentaje de humedad es superior al 75% y si bien puede darse un mayor escurrimiento de jugos celulares, estos autores aconsejan este momento por la mayor capacidad de compactación que tiene el material; 3) Tamaño y uniformidad del picado o troceado, que para maíz debe ser de 8 a 12 mm., lo que permite una buena compactación, desparramando capas finas de material y facilitando la eliminación del aire. Esta fragmentación también mejora la tasa de pasaje a nivel ruminal, lo que favorece el consumo; 4) Llenado rápido del silo con compactación adecuada, para lo cual una vez iniciado el llenado, es conveniente trabajar sin interrupciones durante las 24 horas, hasta su cerramiento; esto reduce el tiempo de respiración del material y el consumo de nutrientes por parte de los microorganismos aeróbicos, y 5) Correcto cerramiento (hermeticidad) del silo, que debe hacerse de forma tal de impedir, hasta el momento de apertura para su utilización, cualquier entrada de aire o agua que desnaturalize el forraje ensilado o provoque fermentaciones indeseables. Una vez llenado el silo, se desencadenan una serie de procesos biológicos y químicos que producen la progresiva fermentación del forraje compactado, hasta llegar al producto final deseado (silaje láctico). Esta serie de procesos puede dividirse en fases, las que presentan las siguientes características: 1) Fase I: Es la fase aeróbica de la fermentación y comienza con el picado del material hasta finalizar con la total explulsión del O2, poco tiempo después de la compactación. Los Hidratos de Carbono de la planta recién picada, son utilizados por los microorganismos aeróbicos presentes en el forraje (hongos, levaduras, bacterias), como fuente nutricional y energética para su metabolismo;
previamente, dentro de las células vegetales se desarrollan complejos procesos de degradación de los compuestos químicos, que transforman los Hidratos de Carbono en glucosa y fructosa; estos azúcares son tomados por los microorganismos que se encuentran en la superficie del vegetal. Esta serie de sucesos origina la formación de compuestos residuales como CO2 y H2O y la liberación de calor, lo que tiende a elevar la temperatura del silaje, lo que es un efecto poco deseado y debe ser de la menor magnitud y tiempo posible; esto también se fundamenta en el hecho que el proceso de respiración de las bacterias aeróbicas se mantiene mientras hay O2 entre los fragmentos de silaje y los compuestos energéticos altamente digestibles del maíz que son consumidos por estos microorganismos, ya no estarán disponibles para las bacterias lácticas y para los animales a los que está destinado esta reserva. El incremento de temperatura también produce la desnaturalización de parte de los compuestos proteicos de la planta; la proteína vegetal puede degradarse a N no proteico, péptidos, aminoácidos y amonio, originados por las proteasas de las células vegetales. En este proceso es importante la reducción del pH del medio, pues una acidificación progresiva produce una menor tasa de proteólisis (degradación de proteínas). A medida que el medio aeróbico se reduce, comienza a incrementarse la población de microorganismos anaeróbicos de tipo acético, que contribuyen a esta baja de pH; esto se debe a que al acentuarse las condiciones de anaerobiosis, decae la respiración de células vegetales y microorganismos aeróbicos, los que finalmente mueren permitiendo que la generación de calor disminuya y con ello la temperatura de la masa ensilada. Para la obtención de silajes de alta calidad, la Fase I no debe durar más de 2 a 3 horas; 2) Fase II: Comienza desde el momento en que finaliza la etapa aeróbica. Los jugos celulares liberados por las células muertas, favorecen el crecimiento poblacional de microorganismos anaeróbicos que comienzan la acidificación del medio; el primer grupo de bacterias son productoras de ácido acético y CO2 a partir de los azúcares de la planta. Consecuencia de ello, se acelera la tasa reproductiva de las bacterias productoras de ácido acético, lo que reduce el pH e inhibe la acción de otros tipos de microorganismos (muere la flora aeróbica). Las bacterias acéticas fermentan carbohidratos solubles hasta el momento en que el pH es cercano a 5; a partir de allí, este grado de acidez se vuelve contraproducente para este tipo de microorganismos, los que decrecen progresivamente su nivel poblacional. La duración de la Fase II oscila entre 24 y 72 horas; 3) Fase III: Es una fase de transición en la cual comienza el aumento poblacional de las bacterias lácticas. El nivel de fermentación depende de la cantidad y tipo de bacterias lácticas que se reproducen, según las características y humedad del forraje ensilado (forrajes más húmedos fermentan más rápidamente). Durante esta fase, diferentes especies de bacterias lácticas actúan, convirtiéndose en dominantes en distintos momentos del proceso. Si la cantidad de Hidratos de Carbono fermentecibles en el material es baja, la cantidad de ácido láctico producido es porcentualmente menor y el proceso de reducción del pH se retrasa, con la consecuente pérdida de calidad de la reserva; si por baja cantidad de azúcares solubles no se alcanza el nivel de pH requerido (pH 4), la fermentación se detiene y el forraje no se estabiliza. En condiciones normales, la Fase III dura alrededor de 1 semana; 4) Fase IV: Es la fase de estabilización del forraje conservado, lo que se hace en función del pH final obtenido una vez terminado el proceso de fermentación del maíz (3,8 a 4,0). Es la fase más larga (puede durar casi 3 semanas), ya que continúa mientras el rango de pH no sea lo suficientemente bajo como para inhibir la reproducción y el consumo de cualquier tipo de microorganismo. A
medida que esta fase avanza, va decreciendo la actividad microbiológica hasta llegar al punto de estabilización o conservación. La fermentación láctica no sólo favorece el logro de este objetivo, sino que también permite la obtención de un silaje de mejor calidad, pues mientras que la fermentación acética consume el 38% del total de los azúcares que degrada y la butírica lo hace en un 24%, la fermentación láctica solo insume un gasto de 3,5 a 4,0% de la energía acumulada en el forraje, para producir el silaje terminado, quedando el resto disponible para el consumo animal. En general, la concentración de ácido láctico al final del proceso es de 1,5 a 2,5% del peso del forraje ensilado, a los 30 días; en aquellos casos en que el material sea muy tierno (con menos del 22% de M.S.) y altamente rico en azúcares, el porcentaje de ácido láctico puede superar el 4,0%, y 5) Fase V: Se produce sólo si por alguna circunstancia, se rompe la hermeticidad del silo e ingresa agua o aire a su interior. Al modificarse la anaerobiosis, se produce la proliferación de hongos y levaduras que atacan al forraje originando consumo de energía, pérdida de M.S. y calentamiento de la masa de silaje, con la consecuente desnaturalización de las sustancias proteicas. Esta fase también se da desde el momento de extracción del silaje para ser suministrado a los animales; en este caso, la oxidación reduce el azúcar residual y los ácidos orgánicos de la fermentación a CO2, H2O y calor. Es muy importante racionalizar la estrategia de suministro del silaje, pues las experiencias realizadas demuestran que durante esta fase, por efecto de la descomposición aeróbica secundaria que se produce, se puede perder hasta el 40% de la M.S. obtenida. El silaje de maíz así obtenido (con 70% humedad, de planta entera, picado fino y bien compactado), puede pesar alrededor de 750 a 800 kgs./m3. Si el proceso de ensilado se ejecuta con todas las previsiones recomendadas y la concentración de azúcares de la planta es importante (en algunos híbridos de maíz este valor es superior al 20% de la M.S.), la calidad del silaje es adecuada y las características generales que presenta, son las que se indican en la Tabla.¤