LOS AFECTOS RELIGIOSOS - ObreroFiel

EXTRACTOS DE "LOS AFECTOS RELIGIOSOS" DE JONATHAN EDWARDS. Citado por Carlos N. Astorga. Ahora, pues, Israel, ¿qué pide Jehová tu Dios de ti, ...
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EXTRACTOS DE "LOS AFECTOS RELIGIOSOS" DE JONATHAN EDWARDS Citado por Carlos N. Astorga Ahora, pues, Israel, ¿qué pide Jehová tu Dios de ti, sino que temas a Jehová tu Dios, que andes en todos sus caminos, y que lo ames, y sirvas a Jehová tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma; (Dt. 10:12) LA FUENTE DE ACCIÓN La naturaleza de los seres humanos es permanecer inactivos a menos que sean influenciados por algún afecto: amor u odio, deseo, esperanza, temor, etc. Estos afectos son la “fuente de la acción,” las cosas que ponen en movimiento nuestras vidas, que nos mueven a participar en actividades. Cuando observamos el mundo, vemos que la gente está extremadamente ocupada. Son sus afectos lo que les mantienen ocupados. Si pudiéramos quitarles sus afectos, el mundo estaría estático y muerto; no existiría la actividad. Es la afección que llamamos codicia la que mueve a una persona a buscar las ganancias del mundo; es la afección que llamamos ambición la que mueve a una persona a buscar la gloria del mundo; es la afección que llamamos lujuria la que mueve a una persona a buscar los deleites sensuales. Tal y como las afecciones mundanas es la fuente de las acciones mundanas, de igual manera las afecciones religiosas son la fuente de las acciones religiosas. Un corazón profundamente afectado. Una persona que tiene únicamente conocimiento de doctrina y teología – sin afecto religioso – nunca ha participado de la verdadera religión. Nada es más evidente que esto: nuestra religión se arraiga en nosotros sólo en la medida en que sea atraída por nuestros afectos. Hay miles de personas que escuchan la Palabra de Dios, que escuchan verdades grandes y extremadamente importantes acerca de si mismas y de sus vidas, y sin embargo todo lo que escuchan no tiene ningún efecto sobre ellas, no causa ningún cambio en la forma en que viven. La razón es esta: no están siendo afectados por lo que escuchan. Hay muchos que escuchan acerca del poder, la santidad, y la sabiduría de Dios; acerca de Cristo y de las grandes cosas que él ha hecho por ellos, y la gracia de su invitación hacia ellos; y no obstante, permanecen exactamente igual en su vida y práctica. Soy osado al decir esto, pero creo que nadie ha sido jamás transformado, ya sea por doctrina, por escuchar la Palabra, por la predicación o enseñanza de otro, a menos que sus afectos sean movidos por estas cosas. Nadie busca jamás la salvación, nadie clama jamás por sabiduría, nadie jamás lucha con Dios, nadie jamás se arrodilla a orar o huye del pecado, con un corazón que permanece sin ser afectado. En una palabra, no existe jamás ningún gran logro por medio de los asuntos de la religión sin que el corazón sea profundamente afectado por estas cosas. Dios resiste el corazón apático hacia su persona, por eso pide que “…temas a Jehová tu Dios, que andes en todos sus caminos, y que lo ames, y sirvas a Jehová tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma;…” Este material fue tomado del Boletín dominical de la Iglesia Bíblica Unidos en Cristo (IBUC) en Monterrey, NL, Méjico. Usado con permiso ObreroFiel.com – Se permite reproducir este material siempre y cuando no se venda.