Respondiendo de Manera Bíblica a los Conflictos Cuidando lo Suyo - ¿Y los Derechos? Artículo escrito por: Roger Oliver ObreroFiel.com usa este artículo con permiso del autor
Observamos en el último editorial que el ser dueño de propiedad, disfrutar el fruto de su productividad, pasar una herencia a sus hijos, son derechos proporcionados directamente de Dios a las personas. Principio de estos derechos es el hecho que Dios es dueño de todo (Salmo 24:1; 50:9-12) y que nos creó en su imagen y semejanza. Como dueño de todo, Dios delegó la mayordomía y el dominio de la creación a su semejanza, la humanidad (Gen 1:26-28). Así como mayordomos tenemos derechos. Pero, ¿qué espera Dios de nosotros en un conflicto con otros sobre bienes, dinero, etc.? ¿Qué de los derechos? En el libro, Pacificadores, Ken Sande observa, “Al sopesar sus intereses y responsabilidades personales, cuídese de no torcer el concepto de mayordomía para su ventaja. He visto a muchos que creen que la mayordomía significa preservar todo lo que tienen. Por lo tanto, rehúsan a dejar de lado ningún derecho a sacrificar cualquier propiedad en bien de la paz. Jesús condena este concepto; Él no quiere que acumulemos o gastemos nada para nuestro propio placer y conveniencia. En cambio, quiere que invirtamos nuestros recursos sabiamente y obtengamos la máxima ganancia para su reino (Mateo 25:24-27). Esto ciertamente significa proteger nuestros derechos y bienes de decisiones que supongan un despilfarro, pero también significa usarlos voluntariamente en emprendimientos espiritualmente provechosos. Así como la semilla debe ser sacrificada para producir una cosecha, nuestros derechos personales y bienes materiales deben ser a veces entregados para sembrar el evangelio y producir una cosecha espiritual (Juan 12:24-26).1 ¿Una vez has tenido que entregar algo tuyo que te hizo sentir como si estuvieras muriéndote? Claro, tenemos derechos. Lo que Dios nos ha encargado no debemos malgastarlo sino invertir en su reino. Nos cuesta, es un sacrificio. En Juan 12:24, Jesús compara esta inversión con la muerte. “En verdad les digo que si el grano de trigo no cae en tierra y muere, queda él solo; pero si muere, produce mucho fruto2” Jesús nos conoce. Nuestra tendencia es atar nuestros corazones a los bienes que Dios nos ha encargado y aún codiciar más. Para usar bien lo nuestro, tenemos que morir a los deseos terrenales y poner la mira en las cosas de arriba (Colosenses 3:2). Seamos fieles usando nuestros bienes materiales para engrandecer el reino de Dios. ObreroFiel.com- Se permite reproducir este material siempre y cuando no se venda.
1
Pacificadores, Guia Bíblica a la Solución de Conflictos Personales, Ken Sande, ELA, 3ª edición en español, 2008, p. 108
2
ueva Biblia de los Hispanos. 2005. La Habra: The Lockman Foundation.