LO QUE LA BIBLIA DICE ACERCA DE: EL PERDÓN. Por M. Ramón ...

Por M. Ramón de Corte. En nuestro anterior artículo acerca del pecado, dejamos establecido nuestra urgente necesidad de perdón. Urgencia que se justifica ...
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LO QUE LA BIBLIA DICE ACERCA DE: EL PERDÓN. Por M. Ramón de Corte En nuestro anterior artículo acerca del pecado, dejamos establecido nuestra urgente necesidad de perdón. Urgencia que se justifica por el hecho de que somos pecadores; y, además, no tenemos control sobre los días de nuestra vida. Ésta puede terminar sin previo aviso. Partir, sin haber recibido el perdón de Dios, es enfrentar la más grave catástrofe de nuestras vidas. En una ocasión le trajeron a Jesús un paralítico para que él lo sanara (Mt. 9:1-8). Al verle, el Señor le dice: hijo; tus pecados te son perdonados. Cualquiera puede pensar que la mayor necesidad de aquel hombre, era ser sanado. Sin embargo el Señor consideró que el perdón era su más urgente necesidad. Y, en consecuencia, primero le perdonó sus pecados; y luego le sanó. Esto está reñido con el sentir del hombre natural; éste piensa sólo en lo carnal. No está interesado en lo que a su alma se refiere; a menos que Dios intervenga y obre en su corazón. Si lo hace, él comienza a tener conciencia de su pecado, y sólo entonces desea el perdón divino. ¿Cómo accedemos al perdón de Dios? En Hechos 26:18, hablando Jesús a Pablo, le dice que el perdón de los pecados se recibe por la fe en él. Hay además un ingrediente básico que antecede al perdón: el arrepentimiento. El arrepentimiento, y la fe en la obra consumada de Cristo; abre la puerta al perdón divino. Este perdón es absolutamente incondicional. El hombre no lo merece; ni tampoco lo busca. Toda la iniciativa proviene de Dios. El arrepentimiento es Dios quien lo concede (2 Ti. 2:25) y la fe también es don de Dios (Efesios 2:8). Es además un perdón total (Col. 2:13). Todos nuestros pecados pasados, presentes, y futuros son borrados por la sangre de Jesús. Dios nunca más se acordará de los pecados de su pueblo (Hebreos 8:12; 10:17). ¿Qué sucede con mis faltas diarias? La Biblia enseña que si cometemos pecados y los confesamos, él es fiel y justo para perdonarnos y limpiarnos de toda maldad (1 Juan 1:9). Después que soy perdonado ¿cómo debe ser mi actitud ante los agravios de los demás? Jesús enseñó que una actitud perdonadora es la característica distintiva de un cristiano (Lucas 17:3-4). Recordemos sus palabras: perdonad y seréis perdonados. No podemos tener una medida de perdón más alta que la de Dios. Si él, siendo perfectamente santo, nos perdonó y nos reconcilió con él mismo; ¿cómo no vamos nosotros a perdonar? Sería el colmo de la arrogancia. Pero sé que el hijo perdonado por el Padre tiene el perdón en su corazón. A él sea la gloria. Amén. Este escrito es una contribución del grupo de autores evangélicos cubanos denominado “Pluma Evangélica”. Tiene su sede en Jatibonico, Sancti Spíritus, Cuba. Usado con permiso ObreroFiel.com – Se permite reproducir este material siempre y cuando no se venda.