Lo que a mí me gusta es el grotesco

Manso, Cecilia Roth, Ana Katz y Mer- cedes Scapola ... Morán, con Jorgelina Aruzzi, Ana Katz,. Leonor Manso ... programación Claudio Villarruel. Sin embargo ...
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Espectáculos

Página 4/LA NACION

CINE Opinión

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Martes 21 de septiembre de 2010

TEATRO/TELEVISION Jorgelina Aruzzi

Por Fernando López

Stéphane, Isabelle y las mujeres de Chabrol Misteriosas, elegantes, sey 1980) e Isabelle Huppert, a quien ductoras, cerebrales, sensuales, proyectó a la fama internacional egoístas, a veces víctimas de la en 1978 cuando le confió el exigensociedad, a veces marginales, mate papel de la parricida Violette nipuladoras y hasta temibles, peNozière en Niña de día, mujer de ro siempre fascinantes, las munoche. (Pero no sería justo ignojeres son frecuentes heroínas en rar a Bernadette Lafont, que fue las películas de Claude Chabrol. su primera musa –lo fue, en reaY, como sus films, son variadas, lidad, de varios cineastas de la pertenecen a distintos ambientes nouvelle vague–: desde su ópera y aun a diferentes épocas históriprima, El bello Sergio (1958), y en cas. Estas buenas mujeres (1960), otros cinco títulos entre los que Las infieles (1969) o Madame Bovale citar Doble vida (1959) y Esvary (1991) dan cuenta de esa ditas buenas mujeres, Chabrol suversidad. No puede decirse que po aprovechar su sensualidad, su haya un rasgo que las identifique brío y cierto desenfado muy recomo no sea el de que nunca apapresentativo de cierta juventud recen como meras figuras decode la época.) rativas. Difícil recortar un perfil * * * que defina algo así como “la mujer en el cine de Chabrol”, pero sí Con Stéphane Audran, acorpuede observarse que a lo largo de con los tiempos, el personade su extensa obra y a través de je femenino ganó complejidad sus personajes femepsicológica, indeninos, el gran director pendencia y una Sus personafrancés fallecido hace personalidad más poco más de una semafuerte y definida. jes femeninos Elegante y a veces na fue registrando sutilmente la evolución altiva, fue la encarencarnaron del papel de la mujer nación de la buren la sociedad franceguesa de los 60 y los apuntes sa. Ellas viven en me70, lo que él llamadio de los otros –maba los años Pomcríticos ridos, amantes, hijos, pidou: Las dulces parientes–, pero su inamigas (1968) El del director tervención es cada vez carnicero (1970) y más protagónica: no La ruptura (1970) se funden en el grupo, no se limimuestran algunas de sus caras. tan al ámbito familiar ni al plano Después, en Isabelle Huppert ende los sentimientos. En su caráccontró Chabrol a su actriz más ter de observador crítico de la socerebral; con ella ahondó en la ciedad (por lo general, la burgueindagación psicológica y en la sía de provincias), Chabrol estaba inquietante ambigüedad de los atento a las transformaciones cul- personajes. turales (el habla, la vestimenta, El encuentro los benefició a los hábitos sociales, la evolución los dos, como bien sabrán quiede la conciencias): sus personajes nes hayan visto, por ejemplo, Un femeninos contribuyen decisivaasunto de mujeres (1988), La cemente a ilustrarlas. remonia (1995) o Gracias por el El supo encontrar, en cada mochocolate (2000). El prodigioso tamento, la actriz que mejor podía lento de la actriz y las cada vez responder a la imagen que quería más refinadas sutilezas de un retratar. Con dos de ellas entabló Chabrol maduro dieron a sus insociedades artísticas que dieron trigas nuevas resonancias. Son frutos memorables: Stéphane Aufilms que siempre vale la pena dran (que fue su esposa entre 1964 volver a ver.

“Lo que a mí me gusta es el grotesco” La actriz es la pícara Pepa en Alguien que me quiera y una de las protagonistas de Amor, dolor y qué me pongo El germen de la actriz que es hoy –la misma que más tarde comenzó a buscar en la autogestión la libertad de “hacer sin parar”– lo encuentra en el Centro Cultural Parque Chacabuco. Ese espacio que en la adolescencia la ayudó a definir la vocación actoral aparece con claridad en sus recuerdos afectivos. “Para mí, son tan importantes los centros culturales en los barrios por eso: para que no haya ningún chico en la calle y puedan estar en un lugar que les permita crear. Ahí descubrí que quería ser actriz y fue donde primero sentí palpitaciones arriba del escenario: tal vez mucha gente puede descubrir otras vocaciones, desde karateca hasta artista plástico”, reflexiona con una sonrisa brillante Jorgelina Aruzzi. Las palabras “autogestión”, “voluntad” y “trabajo” aparecen varias veces cuando habla de esta profesión que adora, como cuando afirma: “Si trabajás y le ponés voluntad, llegás a estar donde querés estar, aunque siempre le agradezco al universo, porque podría no haber pasado”. De esa manera se entusiasma cuando se le pregunta si alguna vez se imaginó ganar el premio ACE que llegó por La madre impalpable, el unipersonal que escribió con su amigo y director Mario Marino, en el que actuó, realizó el diseño de vestuario, de escenografía y la dirección general. “Mucha gente me dice que vengo del teatro independiente. Creo que es por el camino de autogestión que elegí, aunque lo cierto es que, si me detengo a mirar mi carrera, hace mucho que trabajo en los dos ámbitos”, expresa la actriz. Se refiere a su presencia sobre las tablas y en la pantalla chica, espacios en los que su marca registrada ha sido, fundamentalmente, el humor. Si bien este año se presentó para ella con la posibilidad de pivotar en los dos formatos, la prioridad es su hija Ambar. “Ahora, todo es trabajo y bebe. Cuando sos mamá, no sabés de dónde sacás la energía [suelta una sonora carcajada]. Dormís poco y mal, pero siempre encarás el día con buena onda”, expresa, a la vez que reconoce que se convirtió en una especie de “promotora mi-

Antecedentes Teatro. La madre impalpable; La mandrágora; Las d’enfrente; Las 3340, con humos de cabaret; Trasnoches vareadas; Doméstico; Confesiones de mujeres de 30; El fitito; P’Asado carnal, entre otros. Televisión. Aquí no hay quien viva; Chiquititas; Amor mío; El disfraz; La niñera; Siempre listos; Gracias por venir; Son amores; El sodero de mi vida; Peor es nada; Campeones; Chabonas, entre otros.

EMILIANO LASALVIA

“La maternidad te rompe la cabeza”, se entusiasma Aruzzi, madre de Ambar

litante” de la maternidad. “Es que te rompe la cabeza”, reflexiona. Cuenta a LA NACION que al mes de dar a luz retomó su trabajo: es Pepa en PARA AGENDAR

Amor, dolor y qué me pongo, de Delia y Nora Ephron; dirigido por Mercedes Morán, con Jorgelina Aruzzi, Ana Katz, Leonor Manso, Cecilia Roth y Mercedes Scapola Morán. Teatro Tabarís. Corrientes 829. De miércoles a viernes, a las 21; sábados, a las 20 y a las 22; domingos, a las 20.30. Desde 90 pesos.

(Vivir en el aire)

Alguien que me quiera, la tira vespertina de El Trece (de lunes a viernes, a las 19), e integra el elenco de Amor, dolor y qué me pongo, junto a Leonor Manso, Cecilia Roth, Ana Katz y Mercedes Scapola Morán, con la dirección de Mercedes Morán. Confiesa que esa puesta le resulta interesante, sobre todo, por la directora y las compañeras, a las que describe como muy diferentes y muy “grosas” todas. Como la pieza transcurre a partir de monólogos que van apareciendo por separado, rescata el tiempo que tiene de observarlas sobre el escenario, de aprender, de corregir y de estar conectadas “desde un lugar de vida”,

y lleva las manos hacia el centro del pecho cuando lo dice. Le resulta divertido que el público la llame Pepa a la salida del teatro, puesto que es el personaje que convive en el Mercado del Sur (el detallista set de Pol-ka) junto a los de Osvaldo Laport y Andrea Del Boca, entre muchos otros, dentro de las historias que se cruzan en Alguien que me quiera. Destaca que su hermana, psicóloga, la ayudó a dar vida a la infantil Pepa. “Necesité también la confianza y el permiso del contexto. Por ejemplo, esto de que sea angelical y a la vez «reguarra», que diga malas palabras, tenía que darse con mucho respeto, sin burlas. Ese rasgo surgió más tarde, a partir del juego”, que comenzó a delinear junto con María Leal (que interpreta a Malvina, la madre de Pepa). “Para mí, lo principal es querer a los personajes y encontrar algo de ellos en distintos lugares, siempre desde una verdad que pueda conectarse con los demás, sufrir como una persona viva”, se entusiasma. A esta actriz que es hija de papá electricista y mamá peluquera, a la que miraban como bicho raro en los inicios, pero que más adelante acompañaron sin dudarlo, se la relaciona fácilmente con la comedia. “Hago humor porque me llaman para eso y sé que tengo una tendencia también, pero lo que en realidad me gusta es el grotesco. Me parece que en todas las partes trágicas hay humor, y al revés: el humor tiene mucho que ver con lo trágico. La risa viene como a salvar lo dramático –reflexiona–. Me gusta explorar esas dos caras.”

Paula Gingins

Por Henri Coria

Diego Olivera, conquistador mexicano Diego Olivera vuelve a México para protagonizar una novela para Televisa. En ese país, su regreso –con pase de canal incluido, ya que había hecho Montecristo para su archirrival TV Azteca– causó un verdadero revuelo mediático. El actor será un cura en El triunfo del amor, remake de la exitosa telenovela Cristal (aquella con Jeanette Rodríguez y Carlos Mata). La cantante Daniela Romo será su madre, en un elenco con conocidos artistas mexicanos.

P&P: la sociedad inesperada Mario Pergolini es el objetivo de todos: después del ofrecimiento de regresar a El Trece de Adrián Suar, en medio de una entrevista para su ciclo ¿Cuál es? Alguien más lo llamó para hacer algo juntos. Fue una propuesta que dejó perplejo a Pergolini, quien, lejos de rechazar el convite, abrió la puerta a un dueto más que interesante en esta TV harto mediatizada (o sea, pobre). ¿Quién lo llamó? Roberto Pettinato. Piedra libre… Ojalá se concrete.

Cuestión de peso La identidad de la nueva conductora de Cuestión de peso sigue dando que hablar. Tras los roces entre su cara original, Andrea Politti, y el doctor Alberto Cormillot, continúa discutiéndose quién se pondrá al frente de la nueva temporada. Endemol pensó en Moria Casán, pero el pulgar de la gente de El Trece quedó para abajo, por considerar que no era el target buscado por la emisora. Por eso llamaron a Claribel Medina, vieja conocida del canal y con menor exposición.

Reencuentro esperado Todos creen que la relación entre Gonzalo Heredia y Brenda Gandini nació en las grabaciones de Malparida, más allá de los tantos rumores de romances que tiene el galán de la tira. Nada más alejado de la realidad: los memoriosos de los asuntos del corazón recuerdan que ya habían trabajado juntos en teatro como parte del elenco de La jaula de las locas, que iniciaron Miguel Angel Rodríguez y Roberto Carnaghi. Los chicos tenían participación allí y

Mucho, poquito... ¿nada?

El escorpión

Nicolás Riera (“Tacho”), integrante de Casi ángeles, no se decide a blanquear su romance con Silvina Escudero. Según sus allegados, piensa que, al menos por el momento, la oficialización de la relación afectaría negativamente los escalones que está empezando a subir en su carrera artística, aunque hay muchos que morirían por tener el celu de la última ganadora del Bailando. Ya lo cantó Laura Pausini: “Víveme sin más vergüenza, aunque esté todo el mundo en contra”.

La familia es lo primero. A esa conclusión llegan varias fuentes a la hora de explicar las últimas salidas en la plana gerencial de Telefé. Se habló de que el rating no les sonríe y de un pase de facturas al ex gerente de programación Claudio Villarruel. Sin embargo, las razones hay que buscarlas en el consenso al que arribaron en las más altas esferas de la compañía, de que hubo mal comportamiento y de que nadie está por arriba de la imagen institucional; por lo tanto, “Gracias por todo. Quedamos así”.